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por aisaka-san

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Las personas caminaban apuradas en la entrada del hospital, algunos ingresaban a ver a sus familiares internados mientras que otros lo hacían con la intención de ser atendidos de inmediato; era lo que los chicos miraban desde la sala de espera en donde, tal cual dice el nombre; esperaban impacientemente a que el doctor terminara de revisar a su amigo más pequeño e infantil y les trajera noticias al respecto.

¿Cómo llegaron a esta situación? Shu repaso mentalmente la sencilla respuesta, estaban todos batallando en el parque como siempre solían hacerlo, después de todo lo acontecido en su travesía alrededor del mundo aún eran un equipo unido; además que todos pasarían su ultimo año de secundaria en la Academia Beigoma así que aprovechaban el tiempo juntos al máximo.

Como sea, ese día estaba todo el equipo en el parque incluyendo a Ken que a pesar de ya no estudiar en Beigoma los acompañaba a sus entrenamientos cuando tenía tiempo libre. Daigo y Rantaro batallaban animadamente mientras todos los demás los veían, o eso pensaba él pues cierta persona se había salido de su campo visual por unos instantes; Valt por un momento se distrajo con un gato, quien sabe como o porque ya que se dieron cuenta de todo después de que el desastre ocurrió. Wakiya fue el testigo de todo lo acontecido y según sus palabras, no pudo detener la estupidez de Valt y Rantaro la cual según sus propias palabras "era más rápida que la luz"

En fin, Wakiya dijo que vio a Valt acercarse al gato, con gran cautela y sigilo, sus pasos eran ligeros y no hacia mucho ruido, sorprendente para ser un tonto de primer nivel. Parecía que Valt estuvo a punto de atrapar al gato entre sus brazos pero un grito lo ahuyento, era Rantaro que dijo algo que al parecer Valt no alcanzo a entender bien. El pequeño Valt volteó molesto por la interrupción y quiso reclamarle a Kiyama de no ser porque lo único que vio fue su enorme espalda antes de que cayera sobre el.

Su cabeza golpeó con fuerza el suelo, los demás centraron su atención al fuerte sonido que se dejo escuchar encontrándose con Rantaro y Wakiya que miraban con preocupación a Valt en el suelo. Se acercaron a ver qué había sucedido encontrándose con un Valt inconsciente, Shu fue el primero en actuar y sabía que era peligroso mover mucho al chico así que alejó a todos y les dijo que guardaran la calma, llamó a una ambulancia y esta no tardó mucho en llegar ya que no estaban muy lejos del hospital.

Y eso lo llevaba de regreso al presente donde con preocupación esperaban noticias acerca del estado actual de Valt, por la puerta una preocupada mujer entraba con sus dos hijos, los vió a lo lejos pero tenía que hablar primero con la recepcionista antes de acercarse al grupo.

—¿Qué pasó chicos? —preguntó cuando llegó con ellos, nadie quería contestar la pregunta por lo que Shu tuvo que hablar.

—Valt tuvo un accidente cuando estábamos jugando, se golpeó la cabeza y lo trajimos aquí, el doctor todavía no termina de revisarlo.

Resumió el albino la situación perfectamente, Chiharu intento asimilarlo lo menor posible así que tuvo que sentarse mientras Toko y Nika se acercaron a abrazarla, asustados por lo que podría suceder con Valt.

Después de pocos minutos un doctor se acercó a ellos, llamó a Chiharu y esta se acercó a él, Los chicos a lo lejos miraban la escena sin poder escuchar nada en realidad, luego el doctor y Chiharu se retiraron sin decir más.

—Seguro todo está bien —dijo Ken mirando la escena.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó la pequeña Nika angustiada, él le sonrió y llevó a Besu a su cara.

—Tú mamá suspiró aliviada, se veía bien —dijo con el pequeño títere, ella sonrió feliz y los demás también se relajaron un poco.

Poco tiempo después Chiharu regreso sola, su semblante efectivamente parecía más relajado que cuando llegó al hospital.

—Chicos, acabo de hablar con el doctor y Valt está bien, pase a verlo pero está durmiendo. No hay de qué preocuparse.

Todos los presentes soltaron un suspiro de alivio, más notoriamente Rantaro que se sentía culpable por la condición de Valt, a su lado Wakiya le dio pequeñas palmadas en la espalda intentando consolarlo.

—¿Podemos pasar a verlo? —preguntó Toko a su madre, ella negó.

—Lo lamento chicos pero Valt ahora necesita descanso y la hora de visitas ya casi va a terminar, lo mejor será que todos vayamos a casa —dijo dirigiéndose a todos los chicos.

—Entendemos señora Aoi —dijo Daigo comprensivo, los demás asintieron.

Uno a uno salieron del hospital sin mucho ánimo, Ken, Daigo y Wakiya tomaron su propio rumbo a casa, la señora Aoi junto con Toko y Nika se tuvieron que quedar un poco más para llenar papeles y firmar otros, Shu fue el último de los amigos en salir, se encontró con Rantaro mirando al suelo, parecía enojado.

—Rantaro —llamó al rubio, este se sorprendió al escucharlo, dio un pequeño salto en su lugar antes de voltear a mirarlo— No es tú culpa.

De nuevo dirigió su mirada al suelo, susurró casi inaudiblemente un "Sí lo es".

—Mira, Valt siempre hace lo mismo. Creo que todos nos llevamos un buen susto por lo que paso pero Valt siempre ha sido un descuidado. Recuerdo que cuando íbamos en primaria corrió sin mirar hacia donde iba y se cayó por la rivera, casi se lo lleva el río; de no haber sido por qué Xander día a sacarlo quién sabe qué hubiera sucedido. El punto es que no debes darte tanto crédito por Valt, es un niño tonto, ya todos sabemos eso.

Soltó una ligera risa al finalizar, Rantaro también lo hizo ya sin sentirse tan mal al respecto.

—Bueno, aun así creo que debo ser más cuidadoso —dijo Kiyama, Shu asintió.

—Sí, lo bueno es que Valt estará bien, siempre se recupera —dijo el albino confiado, Rantaro inhaló con fuerza y una sonrisa se le dibujó en el rostro.

—Bien, tengo que volver a casa. Nos vemos mañana Shu —dijo antes de irse corriendo, notoriamente más animado que anteriormente, el albino lo miró marcharse, feliz de poder ayudar a sus amigos.

Miró una última vez hacia el hospital, a pesar de lo que le dijo a Rantaro él mismo no podía permanecer tranquilo por Valt. Era cierto que muchas veces atrás el chico por descuidado había terminado en el hospital, pero eso no impedía que su preocupación se presentará en todas esas ocasiones y esta no era la excepción. Decidió irse a casa, mañana temprano regresaría a visitar a su amigo.

Así como el sol apareció en el cielo, el se despertó y preparó rápidamente para ir al hospital y después a la escuela. Alistó su mochila y su almuerzo de ese día, pensó que sería buena idea llevar un pequeño almuerzo para Valt así que preparó un poco de su ya famoso espagueti a la carbonara y se lo llevó.

Ni lento ni perezoso llegó al hospital donde tuvo que registrarse antes de pasar a ver a su amigo, en la lista notó el nombre de la mamá de Valt quien según la hora de registro, había llegado desde mucho más temprano que el. Se alegro por Valt ya que al despertar no estaria tan confundido de como fue que llegó ahí si tenía a alguien cercano a su lado.

Camino por los pasillos hasta llegar a la habitación del menor, toco antes de entrar pero no recibió respuesta alguna. Asumió que Valt seguro seguía durmiendo y entró.

—Maghmá ¿traghiste la legche?

No había entendido ni una sola palabra de lo que dijo pero pudo identificar la voz de Valt, cuando sus miradas chocaron pudo notar que el menor tenía la boca atascada de pan. El menor al verlo se paralizó y rápidamente escondió el pan que tenía en las manos debajo de las sabanas mientras intentaba tragar los que ya tenía en la boca. Cuando lo logró se hizo el desentendido y lo saludo.

—Ah, hola Shu —dijo lo más casual posible, el albino sintió una gotita deslizarle en la cabeza.

—¿Querías esto? —dijo sacando una leche pequeña que tenía guardada en la mochila, Valt la miró con los ojos destellando y la tomó.

—Gracias Shu —dijo mientras bebía con ánimo, Shu lo miro un poco molesto.

—No hables cuando comes, sino luego te tratarán por asfixia —regaño ligeramente al menor, este se sonrojo un poco.

—No me regañes, no eres mi mamá ni mi papá —dijo orgulloso el menor mirando hacia otro lado, Shu suspiro— ¿Y qué haces aquí tan temprano, deberías de haber venido después de clases... —mencionó al parecer un tanto sonrojado y muy tímido, Shu notó su comportamiento particular pero no dijo nada al respecto.

—¿Te molesta que haya venido? —preguntó indiferente, Valt al momento negó con la cabeza.

—¡No, no se trata de eso! Solo... es que...

El menor no terminaba de completar su frase para extrañeza de Shu, además de que estaba sonrojado y no lo miraba directamente.

—Oye, ¿estás...

Antes de terminar su pregunta la puerta se abrió abruptamente dejando entrar a Daigo, Ken, Wakiya y Rantaro que se presentaron con un gran escándalo; una enfermera tuvo que entrar y pedir silencio a los chicos.

—Lo sentimos —Se disculpó Ken, luego Daigo cerró la puerta para que el ruido que hicieran no se escuchara tanto afuera.

Todos le preguntaron a Valt como se sentía, él les respondía todas sus preguntas muy contento por verlos. Actuaba como siempre rodeado de todos así que Shu pronto olvidó el extraño comportamiento de hace pocos momentos.

Le dejo el espagueti y le deseo un buen día pues al parecer lo darían de alta en pocas horas, luego fue a la escuela donde todo fue normal y regreso a casa. Se mensajeo poco con Valt pues aún tenía que seguir descansando por el resto de ese día y al parecer, iría al día siguiente a la escuela con normalidad.

La mañana siguiente arribó, el como siempre ya había llegado temprano a la escuela y no había rastro alguno de Valt. No le preocupó ya que ese niño siempre llegaba tarde sin importar que tan relevante era su presencia.

Lo que no esperaba es que su teléfono comenzara a sonar, no solía llevarlo a la escuela pero extrañamente tuvo el presentimiento de que debía tenerlo ese día. Reconoció el número telefónico así que contesto lo más rápido que pudo.

—¿Hola?

"Shu, que bueno que contestas" escuchó a la madre de Valt al otro lado de la llamada."Veras, no me gusta pedir este tipo de favores pero tienes que cuidar mucho a Valt hoy"

Shu se extraño por la petición, él no era muy aficionado de ser la niñera del chico de cabello azul pero había tenido un accidente hace pocos días, además de que la mamá de Valt parecía alarmada.

—Claro —contestó con simpleza, aún así Chiharu no parecía más tranquila.

"Gracias Shu, no te pediría ésto de no ser por algo importante"

Un revuelo se hizo en la entrada del salón, sin mucho interés miró de qué se trataba aún atendiendo la llamada con la madre de Valt.

—No es nada, entiendo que Valt todavía podría estar algo débil por el golpe.

Las personas alrededor comenzaron a hacer un pequeño espacio, al parecer alguien iba a entrar.

"Pero hay algo importante que debes saber..."

Cuando miró a la persona que cruzó la puerta juró que casi le daba un infarto. Se trataba de Valt quien llevaba su camisa y chaleco de siempre, pero en lugar de llevar su pantalón corto de mezclilla ahora usaba unos shorts del mismo color, sus guantes no estaban y en su lugar tenía pulseras de cuencas de color amarillo y negro. Pero lo que más llamaba la atención eran el par de coletas pequeñas que salían de su cabeza reemplazando a su diadema amarilla de siempre.

"¡Él cree que es una chica!"

 


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