Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El azul de tus Ojos por Shirahoshi_Akira

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes son de Masashi Kishimoto Sensei
 
Itachi x Deidara
 

Notas del capitulo: Este es mi primer Songfic, inspirado en la canción “Ocean Eyes”, especial por el cumpleaños de Deidara (5 de mayo). 
 
Disclaimer: La canción utilizada no me pertenece, es autoría de Billie Eilish (2016).
 
Es narrada desde el punto de vista de Itachi. ^^
 
El azul de tus Ojos
 
 Había pasado tiempo de la muerte de Deidara, ahora solo le quedaba esperar como lo hizo la mayor parte de su vida; en el fondo estaba agradecido con el ojiazul, compartió sus últimos momentos con él y le había dado esperanza, fue poco tiempo pero pudo recuperar un poco de la felicidad que el mismo se había arrebatado tiempo atrás, todavía podía recordar el día que lo conoció por primera vez.
 
“Te he estado observando por un tiempo…”
 
La orden que recibimos fue reclutar a un nuevo miembro para la organización, se tenían muchas expectativas de ti, tus antecedentes en el mundo ninja y ataques terroristas llamaban la atención sobre todo siendo tan joven y fue ahí cuando por alguna razón llegaste a mí, desde que te tuve frente a frente me quedé maravillado, eras diferente, honestamente me pareciste atractivo y lo mejor de todo inalcanzable, ni siquiera imaginaba todo lo que causarías con tu existencia; sin dudarlo me ofrecí a derrotarte y así lo hice, motivo por el que me arrepentí al instante porque desde ése día me declaraste la guerra y prometiste superarme; aunque no lo notaste a partir de ése momento seguí tus pasos, todas tus acciones y gestos se quedaban en mí; después comencé a preocuparme por ti como no lo había hecho por nadie en mucho tiempo, eras joven y demasiado impulsivo, pero no podía hacer nada, no era tu amigo, ni siquiera era tu compañero y eso no iba a cambiar. 
 
"No puedo dejar de mirarte con esos ojos oceánicos…”
 
Una de las cosas que más apreciaba de ti era el color de tus ojos, eran tan brillantes, como si fuera imposible apagarlos o eso creí; se asemejaban a un azul muy hermoso, como el del cielo y el mar, tan resplandecientes que desearía que se fijaran en mí todo el tiempo, en cambio pareces prestarle más atención a otras personas y que disfrutas más de su compañía que el hecho de encontrarte en mi presencia; con cada gesto de rechazo hacia a mí, mi enojo crece más, la culpa, este sentimiento que me ahoga día tras día, un sentimiento causado por mis decisiones, sé que es mi falta por haberte traído a esta cueva, por quitarte tu libertad, pero desearía que sintieras algo más que odio hacia mí; tu desprecio me destruye, me hace recordar todo lo malo que hice en mi pasado y es un castigo, como si la vida no me dejara tener otra oportunidad, a mi hermano solo le interesa matarme, a nadie le importo, ni siquiera a ti; pero debería aceptarlo solo soy un asesino.
 
“Ciudades en llamas  y cielos de napalm…” 
 
Cada día intento llamar tu atención, a pesar de que solo se trate de odio es mejor que la indiferencia; por eso ya no busco cambiarlo, decidí que de ésa forma te haría tenerme siempre presente, decidí no reconocerte como artista, me dirijo a tu arte como algo que no vale la pena y eso te altera, me gusta observar cómo respondes, la forma en que me desafías y cómo defiendes tus ideales; pero al contrario pienso que es un arte diferente y único donde dejas a tu paso caos, temor, fuego y destrucción, para mí todo el humo que levantas es símbolo de que estuviste ahí y eres causante de todo ello, eso me sorprende porque es igual al desconcierto que provocas dentro de mi corazón. Cada día me despierto pensando en ti, en lo que harás, si regresarás a salvo, si pensarás en mí, por dentro pareciera que tengo todo bajo control pero no es así, tengo ganas de revelarme contra todos, contra ti, llevarte lejos y hacerte mío, pero no puedo, no quiero hacerte más daño.
 
“Quince bengalas, dentro de esos ojos oceánicos…”
 
Eres demasiado joven, puedo percibir cierta inocencia cerca de ti, no eres un asesino sanguinario como la mayoría, solo realizabas ataques a aldeas y saqueos pero siempre lo hacías sin heridos o tratabas de advertirles, porque si quisieras destruirías todo en un segundo; en cambio, la sangre que he derramado es tanta que podría manchar tu alma, quisiera protegerte de este mundo pero hay precios que se deben pagar por un poco de paz; si todo hubiera sido diferente, me gustaría crear una historia distinta a tu lado pero es demasiado tarde. 
 
“Tus ojos oceánicos, no es justo, realmente sabes cómo hacerme llorar cuando me muestras esos ojos oceánicos…”
 
Tengo presente la primera vez que te vi llorar, pude darme cuenta del lado que ocultabas, que no habías mostrado a nadie; en ésa ocasión lloraste del coraje, por haber perdido la batalla contra Kakashi, que de acuerdo a tus palabras “era tan inepto” y aún así habías perdido un brazo por su causa y también estaba la muerte de Sasori que nadie esperaba; después en la cueva cuando Kakuzu comenzó a coserte el brazo faltante, tus ojos  se llenaron de lágrimas una vez más, estuve a punto de acercarme para calmar tu dolor pero no podía, no tenía derecho y Kakuzu en vez de consolarte dijo –Debes acostumbrarte chico, hoy tuviste suerte-; esa noche lloraste del dolor, era insoportable porque además tenías que aguantar un ninjutsu para que funcionara; escucharte me dolía, no era capaz de dormir; gracias a Konan que fue a verte te tranquilizaste pero yo no, tanto que me quedé velando tu sueño y esperando que estuvieras mejor, te observé en tu cuarto lo suficiente para que no notaras mi presencia. 
 
Pasaron los días y jamás imaginé que la vida pudiera darme una nueva oportunidad, con tu mente tan hábil después de un tiempo, luego de superar la muerte de Sasori, de notar mis comportamientos poco a poco te diste cuenta que estaba enamorado de ti; te apoyaste en mí, pude secar algunas de tus lágrimas, que aunque no me pertenecían las limpié y con el tiempo me aceptaste; yo era muy feliz, te tenía para mí y todas las noches te aparecías en mi cama pidiéndome refugio y yo accedía; recuerdo la primera vez que entre sonrojos me revelaste –Te amo, Itachi- y solo pude besarte y llorar, porque estaba ocurriendo, después de tanto desear que sintieras algo más por mí, pero no esperaba que fuera amor; ésa noche comenzamos a tocarnos pero me detuviste cuando rocé tu brazos por casualidad, o al menos eso creías porque yo sabía exactamente cuánto te deseaba, ante tu duda te expliqué que las cicatrices no me afectaban y que representaban quien eras, aun con ellas nunca dejaste de llamar mi atención y aunque parezca imposible te volviste más llamativo para mí, me atrapaste nuevamente entre tus brazos y yo me sentía dichoso. 
 
Para los miembros fue extraño ver que a los pocos días estuvieras como si nada y tu sonrisa para mí significaba que todo estaría bien; ésos momentos contigo empezaron a darle sentido a mi vida, estábamos juntos a escondidas, entrenábamos y a veces hacíamos algo más, me dejaba llevar por primera vez en mucho tiempo por mis emociones sin pensar que estaba cometiendo el más grande de los errores.
 
"Tengo miedo, nunca he caído desde tan alto, cayendo en tus ojos oceánicos…”
 
El tiempo que hemos pasado juntos te he visto crecer, entrenar más duro que nadie y aunque tu principal motivación en un principio haya sido derrotarme, ahora era ser un igual, eso me hacía feliz, contento de que me mantengas en tus pensamientos; jamás me había enamorado, no estoy seguro si esto podría llamarse amor u obsesión, he cambiado algunos de mis entrenamientos solo para verte ducharte en el manantial, he dejado a Kisame atrás para llegar antes a la cueva y ver que no tuviste ningún inconveniente, golpeo a Tobi cuando nadie se da cuenta por acercarse demasiado a ti sobre todo conociendo su verdadera identidad, soy otro y ni siquiera me di cuenta, tú me hiciste cambiar; tengo miedo, si Sasuke supiera algo acerca de ti sin duda lo utilizaría para dañarme, podría lastimarte así que más que nunca oculto mis sentimientos ante él y ante el mundo, es irónico porque después te convertirías en mi más grande sufrimiento. 
 
“He estado caminando por un mundo que se ha quedado ciego…”
 
Como asesinos nos dejamos llevar por un mundo que es dominado por el odio, el dinero y el poder, eso buscamos y nunca esperamos hallar amor; si bien quisiéramos no podríamos volver a ser libres y todos estamos condenados; a qué clase de vida podemos aspirar si ambos somos ninjas renegados de nuestras aldeas, no somos bienvenidos y pisar cualquier territorio trae problemas; justo en este momento nuestra capa de akatsuki es protección, nadie se mete con nosotros o nos evitan y a pesar de que somos buscados como asesinos condenados a muerte y tenemos recompensas, todo el mundo lo pensaría dos veces antes de atacarnos; el sacrificio que realizamos a nadie le importa y todos únicamente piensan en su propio bien, es así como terminamos de esta manera; si tan solo las cosas hubieran sido diferentes. 
 
“No puedo dejar de pensar en tu mente de diamante…” 
 
Cada vez conozco más acerca de ti y sin embargo a pesar de todo lo que nos ha pasado, no cambiaste, sigues creyendo y luchando por lo que crees, has demostrado ser buen compañero, amigo, pareja y algo que me cautivó de ti es que nunca tuviste miedo de mí, ése sentimiento que causo en todas las personas que me conocen, mi pequeño hermano y Naruto, incluso todos en Akatsuki incluyendo el líder evitan hacerme enojar pero tú, cuando no estábamos juntos nunca dudaste en levantarme la voz, sostenerme la mirada, ordenarme o meterte en mis asuntos y ahora lo sigues haciendo pero con la seguridad de que nos amamos mutuamente; también admiro de ti que nada ni nadie puede hacerte cambiar de opinión, defiendes tu visión acerca del Arte y sé que no te arrepientes a pesar de haber dejado a tu aldea atrás, aunque eso implicara alejarte de personas que admirabas, lo sé porque a veces escuchó tus murmullos entre sueños o pesadillas. 
 
“Criatura cuidadosa, hizo amigos con el tiempo, la dejaste sola con una mente de diamante y esos ojos oceánicos…”
 
Era tanta mi dicha que lo había olvidado, tenía una enfermedad grave y lo más probable es que quien te dejara fuera yo; cuando te enteraste lloraste nuevamente, eras más sensible de lo que imaginé, te enojaste, maldijiste, gritaste que era injusto, pero te sostuve en mis brazos, te entendía, este era el peor de los castigos, después de encontrarnos el uno con el otro, pensar en una vida solitaria ya no tenía ningún sentido ni para ti y mucho menos para mí; pero de todo corazón esperaba que con tu forma de ser estuvieras bien; rápidamente formaste buenas relaciones entre los miembros de la organización y ganaste su respeto, pensé que podrías cuidarte por ti mismo eso quería creer, sobre todo porque yo no estaría ahí. Llevo el tiempo en mi contra, estoy enfermo, cansado y mis energías se pierdan cada vez, pero tú al contrario tienes el tiempo a tu favor, tan joven y con experiencia suficiente para enfrentarte a la guerra, con horas de entrenamiento esperándote para mejorar y tiempo para crecer y volverte más fuerte; estoy seguro que si continúas así y con tu mentalidad llegarás muy lejos. Lo que más lamento es no volver a apreciar esos ojos que llamaron mi atención desde la primera vez que los ví pero prefiero dejarlos que llevarlos conmigo; no es justo, pero la vida no es justa tampoco, menos para alguien como yo y sin embargo como un tonto todavía mantengo las esperanzas de pasar el resto de mi vida a tu lado.
 
Pero estaba equivocado, no te protegí lo suficiente y no pensé que después de todo el destino me jugara en contra. Un día en la salida que hiciste con Tobi para una misión de rastreo de trampas te encontraste con mi hermano, quien buscaba venganza por lo ocurrido en el pasado, te dijo sus intenciones y eso te hizo alterar, te cegaste por tus emociones, hecho que también considero mi culpa; jamás debiste enfrentarte a él y mucho menos intentar protegerme, no te correspondía, era el precio que ya había aceptado pagar; pero con tu carácter debí imaginar que intentarías cualquier forma de detenerlo y lo hiciste sin dudar, usaste tu técnica más poderosa pero ello implicaba tu muerte.  
 
Tobi pudo comunicarse con nosotros mientras huía de la explosión, fue un momento breve, intenté usar mi poder para verte, pero era muy tarde la transmisión se volvió borrosa; me quedé en shock hasta que Pain habló –Parece que Deidara ha muerto y Tobi probablemente junto con él- sabía que Tobi estaba bien, no moriría pero tú; Kisame mencionó –Vaya, vaya si fue una gran explosión-, preste atención cuando el líder se dirigió a mí -Deberías estar agradecido Itachi, Deidara murió mientras prevenía cualquier obstáculo, era un miembro valioso y será difícil reemplazarlo, me retiro al menos lloren por Deidara en silencio- cuando terminó de hablar uno por uno se retiraron, sé que los demás lo lamentaban pero no lo sentían tanto como yo; para mí eras más que solo un miembro en esta vida llena de desgracia, te habías convertido en parte de mi esperanza y ahora ya no estabas, si tan solo nuestra vida hubiera sido diferente.
 
“No es justo, realmente sabes cómo hacerme llorar cuando me muestras esos ojos oceánicos…”
 
Kisame y yo estábamos refugiados en las montañas cuando todo ocurrió, el presentimiento que tuve fue el cielo nublado pero no le tomé importancia, no quería creerlo. Así que cuando regresamos y la lluvia estaba cayendo comprendí que era verdad, ya no estarías a mi lado; poco a poco comencé a moverme mientras oía la voz de Kisame -Aún no ha parado, que llueva así por estos lados es bastante extraño-, lo sabía y todo tenía una razón de ser. Perdí lo que más amaba y era nuevamente mi culpa debí haber sido yo; debiste huir pero tú nunca lo aceptarías, jamás huirías y menos de un Uchiha y eso lo habías declarado tantas veces atrás. 
 
Estando afuera de la cueva, a pesar de la presencia de mi compañero, me permití llorar, agradecía a la lluvia que ocultaba toda mi tristeza, sentía las gotas heladas sobre mi rostro, escuchaba el sonido del agua cayendo y deslizándose bajo mis pies; jamás hubiera imaginado que mis lágrimas te pertenecerían, que me enamoraría pero a su vez me causaría dolor; -Eso es dañino- mencionó mi compañero, pero no me importaba solo quería sentir un poco de ésa lluvia, que por algo estaba ahí; al ver que permanecí dónde estaba se atrevió a decirme -No tengo idea de lo que piensa un tipo de corazón frío como tú, pero desde aquí, parece que estás llorando-, era muy observador, por algo lo había aceptado como mi acompañante, tenía razón no sería capaz de mostrar mis sentimientos si no hubiera una forma de que se ocultaran, no tenía permitido sentir nada, yo debía ser fuerte, orgulloso, y aunque con Deidara eso había cambiado nadie lo sabía y menos ahora; en un intento de consolación mencionó -Lo que le pasó a tu hermanito es una verdadera lástima, ahora te has convertido en el último del Clan Uchiha- ante ello solo pude responderle con total seguridad –No, el no murió… Además-, sabía que no era así, Sasuke solo moriría hasta haber terminado con mi vida, esa fue la carga que puse sobre él; sin entender a qué me refería cuestionó -¿De qué estás hablando?-, no le respondí, mi relación con Deidara sería un secreto, un dulce recuerdo de lo que pudo haber sido; cuando la lluvia dejó de caer le hice saber –La lluvia… ha parado-, lo observé y seguía mostrando una cara confusa, sin prestarle atención volví a mirar hacia arriba donde se mostraba un hermoso cielo, con ése azul que tanto admiraba en tu mirada, era hermoso y sólo pude pensar en el hecho de que ya no quedaba nada de tus ojos oceánicos, aquellos de los que nunca quise separarme. 
 
“Tengo miedo, nunca he caído desde tan alto, cayendo en tus ojos oceánicos…”
 
Pasó el tiempo y no podía olvidarte, los demás llevaban su vida como si nada, se acostumbraron a tener menos integrantes, a espacios extras en la mesa y cuartos vacíos, sólo mencionaban que el trabajo de las misiones había incrementado pero eso era todo, como si la presencia de un asesino nunca hubiera existido; pero yo no, me hacías falta, te quería ver sonreír, tomar tu mano, estar a tu lado. 
 
En una noche que no podía concebir el sueño, inesperadamente apareciste ante mí, podía darme cuenta que estabas llorando, no podía creerlo, escucharte de nuevo, verte otra vez; cuando me acerqué para consolarte, observé absorto el movimiento de tus labios -estoy feliz, no estoy fingiendo, no te preocupes todo estará bien- poco después sentí tus labios cerca de los míos, traté de tomarte pero únicamente sonreíste y poco a poco desapareciste. A la mañana siguiente no entendía lo que había pasado, si fue un sueño o fue real porque el toque de tu boca se sintió tan cálido, sin duda te extrañaba y te seguía amando, pero quería confiar en tus palabras por lo menos una vez más. 
 
Cuando el momento llegó, estaba listo, no tenía nada más que perder, ya nada me ataba a este mundo; al estar frente a frente ya había logrado mi objetivo, Sasuke era fuerte sobreviviría en este mundo de odio y guerra, se había preparado y deseé decirle la verdad para evitar que sintiera ésa soledad que me hundía día con día, pero esperaba que Sasuke encontrara una salida y lo haría porque era mejor que yo; nuestra lucha confirmó lo poderoso que era ahora, me había superado y aunque no lo dejé saber el secreto que cargaba; me atreví a darle mi última despedida como hermanos, me acerqué a él, veía su rostro temblar, su cara llena de inseguridad, matar a un integrante de tu familia no era fácil, lo sabía bien y Sasuke era inocente, un niño al que le quité toda oportunidad de felicidad; toqué lentamente su frente con mis dos dedos como acostumbraba cuando era muy pequeño, gracias a él pude sonreír; Sasuke estaba bien e iba a encontrarme nuevamente con Deidara, quería creer en ello, que hay algo más después de la muerte y algo de esperanza para un asesino que cargó con sus pecados toda su vida, sin más mi vista se nubló y sentí como me desplomaba en el suelo. 
 
-
 
“Te he estado observando por un tiempo…”
 
Me encontraba viendo hacia el océano, la vista era hermosa, el viento soplaba y movía mis cabellos negros, sentía como si respirar fuera el más grande de los placeres, sin duda era muy afortunado. 
Corriendo oí acercarse a Deidara un rubio de ojos azules, cabello largo y rubio; que era perseguido por mi hermano menor que gritaba -Detente y déjame hablar con Naruto-; Sasuke peleaba con él una carta que al parecer tenía en sus manos, mientras tanto se acercaba otro pequeño rubio con mejillas marcadas que gritaba –Onii- chan devuélvela, la carta es para el teme-. Deidara al verme se acercó y me la entregó diciendo –Creo que esto te interesa-, al tener la carta en mi mano y ver la cara de ésos dos imaginaba lo que se traían entre manos, la guardé en mi bolsillo y salí corriendo para ser perseguido. Todos nos dirigimos a la playa, al llegar estábamos cansados y poco a poco recuperamos el aliento; sentado en la arena Sasuke se acercó lentamente a mí, aprovechando que los rubios jugaban en el agua –Aniki…- sabía que era lo que quería, tomé la carta de bolsillo y se la entregué, observé que no la abría y le dije -¿Vas a leerla?- y me respondió -No frente a ti Aniki, pero… si es algo bueno te contaré-, Sasuke era así, reservado pero siempre compartía las cosas felices que ocurrían en su vida y Naruto formaba gran parte de ésa lista, golpeé su frente y él se “enojó” pero percibía su sonrisa cada vez que tenía ése gesto con él, corrió dónde estaban los demás. 
 
Cuando el sol bajó, me decidí a llamarlos, los tres venían mojados y con los pies cubiertos de arena, cuando se acercaron lo suficiente, Sasuke y Naruto sonrieron pero Deidara estaba sorprendido, apreció a la vista un cartel que decía “FELIZ CUMPLEAÑOS DEIDARA”, todo era muy alegre, habían luces, lámparas de colores y había una mesa de madera con deliciosos platillos con un pastel en el centro; pareció pensarlo un poco y cuando lo recordó golpeó su puño con la palma diciendo –¡Oh!, es 5 de mayo- Sasuke y Naruto solo rieron, seguía tan despistado como siempre; me acerqué a él y le entregué un obsequio, al abrirlo  observó dos pares de anillos, uno rojo y uno azul, me miró y le sonreí, no era una propuesta pero una promesa de que estaríamos juntos por mucho tiempo, cuando terminó de colocarlos en nuestras manos nuestros hermanos gritaron –¡Sorpresa!- y aparecieron detrás de ellos, nuestros padres, abuelos y amigos, todos estaban presentes, nuestros hermanos aprovecharon para tomar una foto con nuestra reacción; ante todo el detalle Deidara comenzó a llorar, me encantaba verlo cuando eran lágrimas de alegría, se acercó a mí, me abrazó y me dio un beso en los labios, me susurró –Siempre me haces llorar-, para los menores era una escena encantadora y los hacía sentirse avergonzados, esperaban ellos también tener su oportunidad de ser así de felices, se sentaron en las sillas y comenzaron a cantar al compás de Feliz Cumpleaños, con las velas encendidas y viendo el pastel Deidara pidió un único deseo –Quiero estar con Itachi para siempre-, sopló las velas y la pequeña fiesta continuó, todos se divertían, bromeaban, se abrazaban, cantaban y bailaban; Deidara observó a su pareja un poco aislado pero alegre y quiso saber en qué estaría pensando para verse así de satisfecho, al verlo Itachi pensó en lo agradecido que estaba por la vida que había tenido, era maravillosa, sus padres lo amaban, su hermano estaba con él, estaban rodeados de buenos amigos y tenía a Deidara alguien que se había vuelto muy especial para él, no podía imaginar que las cosas hubieran sido diferentes. 
 
FIN 
 
Notas finales: N/A: Esta canción es nueva para mí, recientemente la escuché y me gustó mucho,  la música tiene mucho sentimiento y el título queda muy bien para la historia de Dei. ^^
 
Las frases de la canción están señaladas con comillas (“…”) están en español de su traducción en inglés. 
 
Napalm o gasolina gelatinosa: es un combustible que produce una combustión más duradera que la de la gasolina simple. 
 
Ojos oceánicos: escogí este término porque es diferente, pero igual puede interpretarse como ojos marinos u ojos que derraman lágrimas. 
 
Disclaimer: El diálogo después de la muerte de Deidara en Akatsuki y entre Itachi y Kisame es procedente del cap. 125 del anime, no quise cambiarlo para que no perdiera el sentido. 
 
Espero les haya gustado, después de todo es el cumpleaños de nuestro querido Deidara y tenía que tener un final alegre. 
 
Shirahoshi ^^
 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).