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Solo un poco equivocado #4 MiHae por Chulixxx

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Kim Donghae no estaba de buen humor.

- Todavía no entiendo porque no puedo tener a un fisioterapeuta que conozca. No conozco a ese tipo.

La mirada que su asistente personal le dedicó podría considerarse profundamente sufrida en el mejor de los casos.

- Porque los fisioterapeutas del club ya están tapados de trabajo. - dijo ella - Y, el Dr. Lee quiere que trabajes con un terapeuta de su confianza.

Donghae chequeó la hora en su teléfono.

- El tipo está demorado. No tengo todo el día.

Volteó el rostro para ocultar su sonrisa mientras Lynn apretaba los dientes. Sin embargo, su voz sonó increíblemente calmada mientras decía:

- Él está solo 17 minutos demorado, Donghae. Y es la tercera vez que dices eso durante los últimos 5 minutos.

Donghae le dedicó una mirada inocente.

- ¡Pero él está llegando tarde!

- Tú llegas tarde todo el tiempo princesa.

Lynn murmuró bajito, claramente sin intención de que él la oyera.

A pesar de ser su asistente personal durante un año, Lynn aún no tenía idea de cuan aguda era su audición y tenía el hábito de decir cosas sucias sobre él cuando pensaba que no podría oírla. Era bastante molesto.

Donghae evitó sonreír.

Sabía que probablemente debería dejar de irritarla deliberadamente, pero estaba tan aburrido. Ahora que él estaba lesionado y bastante confinado dentro de la casa, molestar a su asistente personal era la única cosa remotamente interesante para hacer.

Era casi gracioso ver a Lynn tratando de contener las respuestas ingeniosas que deseaba dar.

Casi.

- Kim Zhou Mi está altamente recomendado. - dijo Lynn más fuerte. - Estoy segura de que hay una buena razón para su tardanza. Es un fisioterapeuta, y entrenador personal, exageradamente costoso. Debe ser bueno.

Donghae se encogió de hombros. El médico de su equipo le prometió encontrar al mejor fisioterapeuta para ayudarle a recuperarse de su lesión en la ingle, pero no había pedido ningún detalle; ese era el trabajo de Lynn.

- ¿De qué me sirve eso a mí si él no está aquí? Mi lesión no va a curarse por sí sola. Estoy cansado de esperar.

-Entonces volvamos dentro. - dijo Lynn, con una nota de exasperación arrastrándose en su voz de nuevo. – de todos modos, estoy bastante convencida de que no se supone que estés caminando.

Apoyándose contra el árbol, miró la casa y frunció el ceño.

- Estoy harto de estar atrapado dentro durante todo el día. No soy un inválido.

Esta vez no se quejaba sólo para molestar a Lynn. La falta de actividad realmente lo estaba volviendo loco.

Extrañaba el fútbol.

Extrañaba la sensación de estar sano y en forma, el viento en su cara mientras corría hacia la portería, la alegría que sentía cuando metía un gol, el rugido de la multitud cantando y coreando su nombre.

El fútbol era su vida. Lo único que importaba.

Miró al cielo gris. Ya estaban en marzo. La Copa del Mundo estaba a tan sólo tres meses de distancia.

El tiempo se estaba agotando. Necesitaba volver al campo de juego tan pronto como fuera posible, y recuperar su forma, si quería impresionar al entrenador del equipo nacional.

Donghae podría ser el jugador más talentoso de Inglaterra en generaciones (en su humilde opinión), pero tenía, relativamente, poca experiencia a nivel internacional y sabía que eso obstaculizaba sus posibilidades de ser elegido.

El entrenador era bastante anticuado y prefería a veteranos fiables antes que a las jóvenes estrellas en ascenso. Y ahora su lesión sólo lo había complicado todo. Cuanto más tiempo estuviera lesionado, menores serían sus posibilidades de participar en la Copa del Mundo.

Y para empeorar las cosas, estaban en marzo y todavía no tenía un fisioterapeuta, o, mejor dicho, su fisioterapeuta aparentemente había decidido que tenía mejores cosas que hacer que su jodido trabajo.

Donghae desvió su mirada de nuevo hacia Lynn.

- Llama al Dr. Lee y pregúntale dónde está ese inútil idiota.

Detrás de él, alguien se aclaró la garganta.

- Eso no será necesario. - dijo una voz seca. - El idiota inútil está aquí.

Donghae hizo una mueca. Incómodo. Y un poco inconveniente. Le gustaba causar una buena primera impresión en la gente. Tenía una imagen pública que mantener, después de todo.

Fijando una sonrisa en su rostro, se dio la vuelta.

Su sonrisa vaciló un poco y se humedeció los labios con la punta de la lengua.

El hombre que estaba a unos pocos pies de distancia.

- Kim Zhou Mi.

No era el hombre más guapo que había visto. Él no lo era. Pero exudaba tal confianza, fuerza y virilidad, que daba la impresión de ser increíblemente apuesto.

Era alto, con un cuerpo firme y hombros anchos. Su espeso cabello castaño tenía ligeros destellos borgoña que hacía que brillara. Tenía una fuerte mandíbula, piel lechosa, y un par de agudos ojos trigueños. Su boca estaba finamente moldeada, con un ligero rasgo irónico en ella, pero no suavizaban la dureza de sus rasgos en absoluto.

Había un surco entre las cejas del tipo mientras que estudiaba a Donghae.

- Estás descargando todo el peso en una pierna. Ve adentro.

Donghae parpadeó.

- ¿Discúlpame?

El médico se acercó, lo agarró entre sus piernas y le apretó el muslo.

Con los ojos ampliándose, Donghae se quedó sin aliento, en parten por el shock y en parte por el dolor.

- ¿Estás loco?

- Como pensaba. - dijo el mayor. - No debes estar parado. Deberías descansar.

- ¿Ya acabaste de manosearme?

el hombre retiró la mano.

- ¿Manosearte? Pensaba que fui contratado para ayudarte a recuperar de una lesión de tercer grado en la ingle. Entra y siéntate. No deberías estar de pie si un simple toque continúa siendo doloroso.

Donghae cruzó los brazos sobre el pecho.

- Estoy bien aquí, gracias.

-Eso no fue una petición.

El calor se precipitó a las mejillas de Donghae. Nadie le ordenaba que hacer. Nadie.

Detrás de él, Lynn rió, pequeña traidora y, rápidamente, empezó a toser.

- Te despido.

Donghae dijo apretando los dientes.

- Donghae, lo siento...

Comenzó Lynn.

- No tú. - dijo y miró al médico - Tú.

El médico no se veía preocupado. En todo caso, algo así como diversión brilló en sus ojos.

- No puedes despedirme por hacer mi trabajo. En realidad, tú no me puedes despedir y punto. No eres quien me contrató: el club de fútbol para el que juegas lo hizo. Ahora, ve adentro, Sr. Kim.

Los labios del fisioterapeuta se arquearon ligeramente.

Dios, Donghae quería borrar esa sonrisa de su cara. Le frunció el ceño al tipo, pero antes de que pudiera decir nada, el fisioterapeuta se dirigió a Lynn.

- Kim Zhou Mi.

Dijo con una agradable sonrisa, estrechando la mano de Lynn.

- L-Lynn Chueng.

Dijo ella en voz baja.

¿Estaba realmente batiendo sus pestañas para el tipo?

- Deja de babear y guarda la lengua dentro de tu boca. - Donghae le dijo. - es repugnante.

Lynn se ruborizó hasta las raíces del pelo y se quedó mirándolo.

Donghae sólo levantó sus cejas y sonrió.

- ¿Siempre eres así de pendejo cruel y sin tacto?

Donghae amplió sus ojos y le dedicó su mejor mirada inocente.

- ¿Yo? Creo que estás confundido.

- Sí, estoy confundido. - dijo evaluando a Donghae. - Tienes reputación de ser un hombre agradable, con los pies sobre la tierra. Todavía me estoy preguntando dónde está él.

Donghae sonrió.

- ¿Oíste hablar de mí? Espera, ¿eres un fan?

Los labios del fisioterapeuta se torcieron

- Difícilmente. Soy fanático de Arsenal.

Lo imaginaba. Perdedor.

Como si pudiera leer sus pensamientos, el fisioterapeuta dejó escapar una carcajada.

- Incluso si me gustara tu equipo, yo no sería un fanático tuyo. Creo que tu hermano es el mejor jugador y debería ser el que esté jugando en el ala izquierda para el Chelsea.

Palideciendo de furia, apretó los puños. En su vista periférica, podía ver a Lynn haciendo una mueca por la observación de Kim.

Ella sabía que era muy mala idea incluso dar a entender que su hermano adoptivo era mejor jugador que él porque Kibum no era el mejor jugador, maldición.

Al carajo con dar una buena primera impresión.

Éste pendejo.

No se merecía desperdiciar ninguna sutileza en él.

- ¿Ah, sí?

Dando un paso más cerca del hombre. Sus caras estaban a pulgadas de distancia ahora. De cerca, la mirada del médico era algo inquietante. No es que Donghae dejara que lo notara. Y era molesto que el tipo fuera más alto que él y él era de una estatura perfectamente normal, muchas gracias.

Trabó los ojos sobre los del otro y dijo suavemente:

- Se requiere muy poco para arruinar la carrera de una persona, ya sabes. Unas pocas palabras a la persona equivocada harían el truco. Si yo fuera tú, querría ser un poco más respetuoso. Me sorprende que no te estés muriendo de hambre en las calles, si esta es tu actitud habitual hacia los clientes. Ten cuidado. - Él sonrió con dulzura. - Sólo un consejo amistoso.

Los ojos del contrario se estrecharon, todos los rastros de diversión desaparecieron de ellos.

- Se necesitaría mucho más que las palabras de algún malcriado niño rico para arruinar mi carrera.

- ¿De verdad? - dijo Donghae, ladeando la cabeza. - ¿Tan seguro de ti mismo?

- Creo que estás malentendiendo algo. - dijo lentamente. - No necesito este trabajo. Mis servicios son reservados normalmente con meses de antelación. Acepté hacer esto, sólo como un favor a Lee Jong Hoon. Así que no soy yo quien debe tener cuidado, mocoso. Si no te gusta que yo no vaya a lamerte las suelas como todos los demás...

- ¿Cómo sabes eso? - preguntó curioso a pesar de sí mismo. - ¿Que la gente me "lame las suelas"?

Una sonrisa apareció en los labios del médico.

- He oído hablar de ti. He sido advertido sobre ti.

- ¿Por quién?

Preguntó, pero una sospecha ya se estaba formando en su mente.

 


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