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Rompiendo mal por anomnilerr

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Notas del fanfic:

Kurapika encabronado es de Togashi, así que con este fic. Mate oficialmente está broma. 

Claro que Kurapika lo sabía, esto era inadecuado, muy lejos de las soluciones que solía tomar, definitivamente Leorio lo regañaria más tarde. No era algo a lo que recurriese con normalidad, pero siendose sincero, aquel sujeto lo había molestado, y mucho. 

Basho había entrado, el Kurta esperaba apoyado en el auto desde el capo, fumaba uno de los cigarrillos que Leorio había dejado en casa el día de su desaparición. 

Había llevado a Bachou para que golpeara a los responsables por él, ya que siendose sincero, no tenía idea de si podría mantenerse calmado, dependiendo del escenario que se encontrase dentro, prefería mantener su ira al margen.  

Senritzu por su lado esperaba en el asiento del copiloto, su figura estilizada después de haber recuperado su cuerpo reposaba inmutable, un sombrero negro cubría su expresión, ella no buscaba una confrontación directa como tal, pero claro que esta vez ayudaría, necesitaban a alguien que verificara si lo que la presa vomitaba era verdad. Kurapika también lo sabía, Senritzu estaba bastante enojada. Esa sanguijuela los había cabreado a todos. Bachou se tomó su tiempo, más que nada porque sabía que Kurapika estaba en el límite de lo considerado como civilizado en su estado actual, y quería darle su espacio para pensar con claridad qué hacer con el desgraciado responsable de esto cuando lo presentará ante él.  

Claro que todo había cambiado hace unos años, su "jefe" había dejado de inviscuirse en asuntos de la mafia, muchos habían terminado sus asuntos, por ende la vida para todos aquellos que sobrevivieron en base a esos rubros se había vuelto ligeramente aburrida. Sin embargo, un retorno se presentó necesario. 

Fue solo hace unas dos noches atrás, un mensaje había llegado al buzón de Kurapika desde el teléfono de Leorio. 

 

"Tenemos al doctor, queremos el último par de ojos Kurta. No te molestes esperando a tu amigo, el no va a escapar. Le hicimos creer que ya te teníamos, perra rubia. Se ha portado muy dócil mientras le arrancamos algunas uñas. Si lo quieres volver a ver, trae tu culo al callejón Clemntine 562 con Riberhood 43. Cerca de la bodega en el muelle a las 3:33 Am el viernes. Ven solo" 

 

Esa rata, por un momento pensó que alguien tan patético como él podría siquiera considerar chantajearlo. No sólo le había faltado el respeto a la memoria de su ya descansado Clan, sino que también había usado a Leorio, barajando una carta tan baja como decirle que él se encontraba en peligro para limitar sus acciones. Sus ojos no se habían apagado desde entonces, no solo lo odiaba por ser un coleccionista de carne, lo odiaba por haberse metido con Paladiknight y ser tan soberbio que pensaría que su retribución no sería otra cosa que un buen par de piernas rotas. 

Bachou salió del edificio, traía al tipo arrastrando mientras este imploraba por ayuda. 

-¡Hey! ¿Cómo estás? 

-Descuida, no lo mataré- Dejó salir Kurapika de forma tranquila mientras caminaba hacia el frente. 

Bachou suspiró y lanzó al escuálido sujeto, este cayó a sus pies. 

-...No, eso no es lo que pretendo...- dejó salir el rubio mientras se inclinaba a su altura, el tipo temblaba en el piso, había adoptado una posición de reverencia. Sentía que su única opción era la súplica no verbal, la saliva que tragaba se escuchaba de forma intensa haciendo notar a leguas su miedo. Kurapika estaba inclinado a un par de centímetros de aquel delincuente, y este no dejaba de pensar que se había visto reducido a una hormiga enferma frente a la sombra amenazante de un dragón descarrilado. 

-...Pretendo hacerte algo mucho peor…-La vista del criminal se levantó levemente, dándole la posibilidad de ver aquellos ojos escarlata por lo cuales habían montado todo aquel espectáculo. 

-...Si no me dices dónde está, ahora. 

 

Un grito resonó en aquel muelle, un grito de pánico abrazador que sólo pudo ser cubierto por la oscuridad y el ruido de las olas. 

 

Leorio despertó en el hospital. Apenas pudo abrir los ojos vio a Kurapika dormido en la silla de al lado. 

-Kurapika…- El nombrado abrió los ojos rápida pero tranquilamente. 

-Si, ¿Cómo te sientes?- Hablaba con estoicismo, sin embargo, sus ojos concentraban una dulzura que solo se reservaba para Leorio. 

-...¿Cómo lograste escapar? Tú…-

-Nunca me tuvieron. Sabían que tus habilidades superaban con creces las suyas. Por ende, usaron una mentira para mantenerte al límite. 

-Pero...Ellos me hicieron hablar contigo. 

-Bachou descubrió que uno de ellos podía materializar la forma y voz de otras personas, el fue el encargado de engañarte probablemente.  

-Oh- Leorio pestañeo con algo de molestia, dejó salir un quejido cuando mientras se sentaba en la camilla-...¡Me siento como un estúpido! ¡Esos malditos! ¡En serio les partiré el culo cuando salga de este lugar!- Repuso el mayor con molestia. 

-No será necesario, los atrapamos ayer en la noche. 

 

Leorio frunció el ceño, Kurapika mantenía los ojos cerrados. El mayor suspiró, sabía que su rubio era muy voluble cuando se trataba de este tipo de cosas, sin notarlo, Kurapika se había vuelto bastante posesivo. Una vez durante una misión pasada le había roto la mano a un tipo porque le había apuntado con un arma, SOLO CON UN ARMA. El pobre sujeto ni siquiera sabía usar Nen. 

 

-Kurapika…-Recrimino el pelinegro con la ceja arqueada. 

-No le hice nada- Se defendió el contrario, automáticamente consciente de lo que Leorio estaba por decir- Solo lo amenace y el tipo se desmayó, fue realmente patético si quieres saber. Sin embargo, revisamos su ropa y encontramos una nota con las coordenadas de tu ubicación. 

-Ya veo, en realidad sólo eran mantones de tercera. Fueron bastante astutos. 

-O tu muy ingenuo. Si piensas que de verdad me dejaría atrapar por tipos así, no puedo hacer algo más que tomármelo como un insulto. Deberías ser más precavido y no confiar solo en tus sentidos. 

-¡Oh, vamos! ¡No molestes, acabo de despertar para empezar! 

-Lamentablemente…

-¿QUÉ? 

-El doctor mencionó que tenias dos costillas rotas, una fractura de brazo y varias contusiones en el rostro. Deberías seguir durmiendo en vez de estar regañandome por mis métodos. 

-¡ESCUCHA TU…- Leorio estuvo a punto de seguir protestando, pero de forma sorpresiva Kurapika tomó la mano del brazo que no tenía enyesado, para aproximarla hacía sí mismo con la intención de examinarla. Efectivamente, en esta faltaban tres uñas, Kurapika arrugó el ceño molesto por la sola idea de lo que Leorio había tenido que soportar, pensando que si no lo hacía, él pagaría las consecuencias. 

 

-¿Te duele?- Leorio no pudo evitar sonrojarse ante la pregunta del rubio, ya que esta escondía una intensa preocupación camuflada que solo él podría distinguir.  

-Hey- Retiró su muñeca para rascarse nervioso la cabeza- Me han pateado el trasero de peores formas. No debes preocuparte. 

 

En ese momento, la misma mano descansó sobre la mejilla de Kurapika, este lejos de alejarla dejo descansar su cara sobre ella. Leorio lo sabía, Kurapika era muy aterrador, pero también, la persona más tierna que había conocido. En ese momento no parecía más que un gato, eso le hacía sentirse como una especie de domador de Leones. 

 

-Te dejaré descansar. 

-No es necesario, me darán de alta pronto. 

-¿Cómo puedes saberlo? 

-Soy doctor y conozco mi cuerpo mejor que nadie. Necesitas más razones. 

-En ese caso, prepararé todo para el traslado a casa. 

-Como quieras. 

 

Kurapika se levantó, sorprendió un poco a Leorio que este depositará un suave y rápido beso en su pómulo antes de salir.

Observó su figura retirarse y a penas pasó esto, Bachou y Senritzu se hicieron presentes. 

 

-¿Ya está más tranquilo, no?- Dejó salir el de la barba castaña. 

-Ya sabes cómo es, ahora dime los detalles. Siento pena por el pobre tipo ¿Realmente está bien? 

-Bueno…-Bachou rasco su cabeza-...No ha dejado de llorar desde que se ha despertado. 


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