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Where is the love? por ScorpioGirl

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Notas del fanfic:

Bueno rebuscando entre mis escritos viejos encontré esta idea que súper me volvió a encantar, aún sigo puliendo un poco más el escrito en sí, pero espero que les guste la historia, pareja super crack y OoC para los que no les guste bye y a los que le guste bienvenidos, "Mi casa es su casa".

Notas del capitulo:

Los personajes no me pertenecen, no recibo nada a cambio más que poder entretenerlos un rato, no aseguro nada pero si tendrá algo de drama del chingon, del bueno, tipo novela mexicana porque bueno pues porque quiero, porque puedo y porque se me dio la gana (?

PD: Ya saben que los pensamientos están en cursiva y entre comillas :3

Era un hermoso atardecer en el centro parisino, la gente saliendo de sus trabajos con camino a sus hogares. Las personas iban de un lado a otro, el hermoso retrato de la torre Eiffel lleno de luces que le adornaba divinamente. Los tonos rojizos y naranjas en el cielo iban desapareciendo dando paso al manto oscuro de la noche. Y entre todo el tumulto, sentado en el borde de aquel majestuoso puente se encontraba un muchacho, quien cubierto por una chamarra algo desgastada, las noches parisinas pueden llegar a ser muy frías y más en épocas invernales.

Aquel joven con la mirada perdida en el horizonte, el gesto de tristeza y sus ojos sin brillo, saco de entre sus ropas una navaja algo maltratada. Un suspiro escapa de sus labios partidos, el flequillo rubio maltratado cubría gran parte de su rostro y una lagrima pinto por su mejilla para perderse en las aguas del enorme rio a sus pies.

--“Ya estoy cansado de esta vida miserable, desde que nací, solo ha existido oscuridad a mi alrededor, tan profunda que me consume poco a poco hasta desear extinguirla, de que me sirve vivir en un mundo lleno de color si solo puedo sentir el frio de la soledad, nada más que desesperación y agonía” – Sus ojos se tornaron cristalinos, ¿qué le podía costar cortar de un solo tajo sus venas y dejarse caer al rio? – Y siempre será así mientras siga vivo… – Extendió el filo de la navaja roja, tan perdido estaba viendo aquella gastada hoja fría de metal, resplandecer ante los reflejos de las luces, que no fue consciente de que algo se había colocado a su lado, hasta que sintió un jalón a su brazo.

Volvió su vista lentamente para toparse con el rosto curioso de un bebé.

--Pero que… – El rubio intento agarrar a pequeño bulto pero este avanzo arrastrándose al borde casi cayendo de cabeza a las frías aguas del rio de no ser que lo pudo al cansar a sujetar de un jalón a la ropa y abrazarlo a fuerte a su pecho, había sido mucho el susto, que ni cuenta se dio donde había botado su navaja.

--Mf mf –  Gimoteaba el bebé en sus brazos, mientras llevaba una de sus pequeñas manitas a acariciar el rostro de su salvador, quien algo sorprendido aparto su rostro rápidamente de aquel toque, nunca había experimentado tal gesto delicado y suave. Miraba al bebé entre maravillado y confundo, pues era un pequeño regordete, con unos enormes ojos que figuraban ser de color violeta quien le miraba seria como si quisiera grabar cada detalle de su rostro.

--¿Pero qué está haciendo un bebé aquí solo? – Le levanto un poco en sus brazos con algo de torpeza pues nunca en su vida había cargado a un bebé, este le regalo una tierna sonrisa con esas mejillas sonrosadas por el frio.

-¡SASHAAAA! – Un grito desesperado rompió la calma de momento –  ¡SASHA! – Un hombre gritaba de un lado a otro, tenía ropa fina y elegante, con una apariencia algo cansada y aterrada preguntando a cualquiera que veía - ¿Disculpen han visto a una bebé con un traje de oso? – El tumulto iba creciendo poco a poco atrayendo a unos policías que estaban cerca del parque.

El rubio miro una vez más a la pequeña que al escuchar el grito del que imaginaba era su padre, comenzó a estirar los brazos en su dirección.

--Con que tú eres esa tal Sasha, bien – Con sumo cuidado se levantó del suelo y se dirigió hacia aquel hombre que buscaba desesperado. Al principio estaba como si nada con la bebé en brazos pero conforme se iba acercando al tumulto de gente, el temor le comenzó a invadir “¿Qué pasaría si piensan que yo secuestre a la niña?”  – El abrirse paso entre la gente fue duro pues de inmediato le comenzaron a mirar de una manera despectiva, el rubio solo trago grueso y respiro hondo, sentía que sus piernas temblaban a cada paso hasta llegar a espaldas del preocupado papá.

--Dis.. Disculpe – Dijo muy quedamente casi inaudible – Eh… Señor, aquí está su…  – El hombre volteo rápido.

--SASHA, DIOSES – Aquel padre tomo rápidamente pero delicado a la pequeña, abrazándola con fuerza y basando sus mejillas – Bueno, no se hizo daño y parece que está feliz – Suspiro recogiendo la que figuraba ser la pañalera de la bebé – Que susto me diste señorita – Luego intento sacar una frazada de la pañalera pero no podía porque tenía a la bebé– Podrías sujetarla un poco, ya está haciendo mucho frio y podría enfermarse si no la arropo bien – Sin más se la poso en brazos, sacando una cobijita de color café muy mullida y suave. La coloco alrededor de la bebé haciendo que ambos cuerpos estuvieran muy juntos. El rubio solo pudo atinar a ponerse nervioso, aquel hombre era muy atractivo y su perfume llenos sus sentidos, tenía una voz varonil pero gentil y lo que más le llamo la atención fue el gesto serio en su rostro, no molesto pero si como ocultara algo en su gélida mirada.

--Que bien que no pasó nada grave – Dijo con una pequeña casi imprescindible sonrisa, la tomo nuevamente en sus brazos – Siento si ella resulto ser una molestia, pero estaba atendiendo una llamada importante, solo la descuido unos segundos y desaparece, es… – De pronto el mayor fijo su vista en el rubio sorprendiéndole, este solo bajo su rostro apenado pues sabia que su rostro no era muy limpio y cuidado, la pequeña sonrisa del mayor se desvaneció por completo mirándole preocupado – ¿Estas bien? –  Pregunto suavemente – Tu cara… – Con delicadeza acaricio la mallugada mejilla, el rubio solo atino a apartar rápido su rostro, se sentía avergonzado, no quería causarle asco – Perdona, no quise… yo – Pero ya estaba muy incómoda la situación  así que rápido arrojo a la bebé hacia el mayor que apenas y pudo reaccionar a sostenerla, iba a salir rápido cuando sintió un tirón del gorro de su chamarra.

--¡BUAAAAA! – El llanto fuerte  y desesperado de la bebé  le asusto pues pensó que la había lastimado.

-- ¿Eh? – Asustado quería correr pero un fuerte agarre en su brazo le detuvo.

-- Espera, por favor – Le dijo el padre de la niña con la bebé en una mano la cobija casi por los suelos y la pañalera a medio caer – Déjame agradecerte de algún modo, no sabes del susto que me salvaste – La bebé seguía removiéndose en su brazo pareciendo que quisiera apartarse del mayor estirando los brazos hacia el rubio.

-- No quiero su dinero, no hay problema – Dijo tomando en sus brazos a la bebé, quien dejo de llorar en cuanto la sostuvo y se acurruco en su pecho.

--Vaya – Dijo sorprendido al ver la reacción de su hija – Sabes… ella nunca ha llorado así de está manera – Se puso a acomodar rápido las cosas de forma algo torpe, cosa que le causo gracia al menor dejando escapar una pequeña sonrisa, al parecer él tampoco tenía experiencia con bebes – Ven acompáñame para acomodar las cosas de Sasha por favor – Ambos se dirigieron al borde el puente justo donde antes estaba sentado el rubio.

--Sigo sin saber cómo llego está bebé hasta acá – Dijo el menor mientras  veía como la pequeña jugaba con un mechón de su cabello sin tirar fuerte de este.

--Es una bebé muy sorprendente – Dijo terminando de aguarda las cosas de la pañalera, saco un biberón lleno de leche y la cobijita – ¿Me permites? –  se sentó en el borde y  estiro los brazos para que le diera a su hija pera esta en modo de protesta tiro fuerte del cabello del rubio, haciendo que dejara escapar un quejido de dolor – Bien, entendido, pero si no te importa señorita – Le miro divertido, el rubio no sabía qué hacer, se sonrojo al ver tan hermoso señor portarse tan amable con el – ¿Te importaría sentarte un poco, solo hasta que Sasha se duerma, por favor?

--Yo no… No sé qué hacer

--Es fácil solo déjame ayudarte un poco– Sentó al menor junto a él y le dio el biberón a la pequeña que rápidamente se prendió de el – Vez, solo le das de comer y cae dormida en menos de 5 minutos – Decía sonriente al ver a su pequeña en los brazos del joven – Solo que es de carácter algo difícil, no le cae bien cualquiera, por eso me sorprendió que se encariñara contigo – Contaba risueño, pues el joven estaba maravillado viendo como esa bolita de enorme mejillas son rosadas, tenía temor de soltarla, era tan cálido y suave, de repente sintió como sus brazos comenzaron a temblar pero el mayor le coloco una mano en sus brazos y le regalo una hermosa sonrisa, el rubio le miro confundido mientras el otro se quitaba su bufanda y la ponía alrededor de su cuello, el perfume que emanaba aquella prenda era una delicia, que embriago sus sentidos, un olor entre cítricos y lavanda que le cosquilleaba en la nariz – Está enfriando cada vez más, ¿Gustas que te lleve a tu casa?

--¿Mn? No, no es necesario, no se moleste yo…

--Como no me voy a molestar, te debo mi felicidad, lo que queda de mi vida es esta pequeña que tienes entre tus brazos, sin ella no sabría que hacer – Le dijo mientras retiraba el biberón seco y acariciaba tersas mejillas – Pero solo que no he tenido suerte con las niñeras – La tomo de nuevo en sus brazos y comenzó a golpear suavemente la espalda de la pequeña – Justo estaba hablando con una posible niñera pero al final rechazo la oferta, no encuentro a la indicada, tal vez ya tienen a Sasha boletinada…

--¿Bole... qué?

--¿Ah? Es como rechazada por su historial, al parecer es un poco problemática o al menos eso he escuchado, aunque siempre me dicen que no son aptas y que me hija necesita “Atención especial” pero no lo creo, solo no se han dado el tiempo de conocerla bien – Dijo con un dejo de tristeza acariciando con la punta de su dedo el rosto tranquilo de la pequeña.

El rubio veía embebido tal escena, sentía su corazón latir rápido cada vez que veía al hombre de la lujosa gabardina con ese exquisito olor, pensaba porque se miraba extremadamente triste si parecía tenerlo todo. De pronto sus miradas se volvieron a cruzar quedando ambos en silencio, sus respiraciones chocando una a la otra pues seguían estando muy juntos, no fue sino que una campaña de una bicicleta rompió con el silencio, el rubio se apartó muy apenado, ajusto su vieja chamarra y una pequeña mochila con una correa desgastada.

--Creo que será mejor que me vaya – Se levantó de prisa del borde pero nuevamente el hombre elegante le detuvo sosteniendo su mano.

--Mi oferta sigue en pie, me gustaría agradecerte – Insistió con esa hermosa sonrisa.

--No… vera ya es tarde y mi… – El rubio comenzó a impacientarse por la insistencia de mayor.

--Déjame llevarte a tu casa – Le sujeto con fuerza para evitar que saliera corriendo.

--NO… en verdad no – Tiraba de su mano con fuerza pero estaba algo débil, su vista comenzó a nublarse, no había comido nada más que sobras en varios días.

--Bueno al menos debo hacer algo por… – De pronto le vio como el joven se ponía pálido como si de un copo de nieve se tratara – Oye ¿Esta bien? – El joven se desvaneció frente a él, y como pudo lo jalo para consigo y aun sosteniendo a la bebé con la otra mano, con cuidado le acostó a su lado, iba a llamar a una ambulancia cuando noto que el joven comenzó a volver en si – Oye, ¿qué paso? ¿Te sientes mal? – Decía asustado mientras coloco una mano sobre la frente del joven – Estas ardiendo en fiebre, será mejor que te lleve a un hospital…

--No – Dijo débilmente – Estaré bien, no se preocupe en serio yo...

--¿Cómo que vas a estar bien? - Dijo algo preocupado y asustado pues temia que el menor se fuera a desmayar o tuviera un problema mayor.

--Siempre me pasa, yo no – De pronto un gruñido de su estómago se dejó escuchar fuertemente.

--Tienes hambre

--No… no, vera…

--Sin pero, qué tal si te llevo a cenar, hay restaurantes muy buenos por aquí

--Dudo que me dejen entrar a un restaurante viéndome así – Dijo con un dejo de repudio así mismo.

--Eso es lo de menos, no te preocupes por eso – Ya para levantarse, pateo sin querer un objeto del suelo, dando paso a un objeto metálico que llamo su atención - ¿Mn? – Se agacho para levantarlo y era una vieja navaja, que rápido el menor le arrebato de su mano el objeto.

--Es mía – La guardo con recelo en su mochila.

--Bien, no hay problema – Y tiro suave de su brazo para emprender camino – Vamos sígueme

Con desconfianza el menor se dejó guiar, hasta que llegaron a un bonito lugar, pero al llegar puso resistencia, ya que la mirada de los demás le comenzó a incomodar, pues estos le miraban con asco y desprecio hasta algunos con miedo.

--No – Dijo jalándolo lejos de la puerta – No en necesario – Rogo, sus ojos se comenzaron a cristalizar – Solo déjeme ir – La voz quebrada conmovió al mayor.

--Okay, ya sé, haremos esto, pon las manos – Dijo con una pequeña sonrisa traviesa.

--No, ya le dije que no quiero su dine… – Pero en vez de eso el mayor coloco a la pequeña en sus brazos.

--Yo iré ¿De acuerdo?, comprare algo de comida para los dos, ya está anocheciendo y yo también necesito comer, te dejare a Sasha unos minutos ¿Sí?

-- Pero yo…

--No hay problema ¿Sí?, ya regreso, si quieres puedes entrar y esperarme en alguna mesa, pediré para llevar – Y así entraron ambos, aun el rubio no estaba muy convencido de seguir al señor. Le indico que se sentara en una mesa cerca de la puerta, y así lo hizo, sentó y él señor estaba por ir al mostrador cuando regreso – Que descuidado de mi parte, ¿Hay algo que gustes en especial? – El rubio solo se encogió de hombros - ¿Eres alérgico a algo? – A lo que el rubio volvió a repetir ese gesto – ¿Seguro? No hay problema, ¿Quieres ver el menú?

--Lo que sea está bien, nunca fui exigente con la comida

--Bien, pediré algo estoy seguro te va a encantar, no me tardo – Y sin más se retiró a ordenar.

Pasaron unos cuantos minutos y el padre de la pequeña estaba junto ellos con un par de bolsas de papel.

--Siempre me gusta a venir aquí porque el servicio es excelente y la comida muy rica ya verás – le sonrió mientras le extendía la bolsa más grande – Toma, es para ti, espero que te guste

--Gracias, no era necesario, en serio – Paso a la pequeña a los brazos de su padre

--De nada, es lo menos que puedo hacer, muchas gracias nuevamente, no sabría qué hacer si la hubiera perdido también

--Sí que eres extraño otro padre la había molido a golpes a la beb

--¿Cómo? ¿Pero que dices? Eso fue culpa mía, ella esta pequeña y aún no sabe las consecuencias de sus actos, ella solo quiere explorar el mundo y jugar – Apretó su abrazo a la pequeña durmiente en sus brazos. El rubio le miraba confundido ya que nunca había visto tal acto de amor hacia un hijo, de pronto mil y un recuerdos le pasan por su mente dejándole un mal sabor de boca, pues ya sabía la que se le iba a armar al llegar a casa a estas horas de la noche, lo cual no pudo ocultar su cara de preocupación  y tristeza.

--Yo creo que será mejor que me vaya – Dijo con voz trémula, algo que no le dio buena espina al mayor.

--¿Qué tal si te llevo a tu casa? – Le propuso amablemente – Así yo le explico a tus padres por qué llegas tarde a tu casa ¿Qué te parece?

--No, como cree, no creo que pueda, vera yo no… m – El mayor noto como la cara del menor pasaba de tristeza a un gesto asustado y nervioso, tal vez tendría sus motivos pero no era quien para juzgar o sacar conclusiones apresuradas, puesto que el joven se veía algo descuidado y le ayudaría de igual forma que él le ayudo, así que pagaría su deuda con el menor en agradecimiento. 

--Y que me dices, si no te importa, ¿Qué te parece pasar por mi casa? – Le dijo sonriendo amablemente – Está cerca de aquí no nos tomara ni 5 minutos en mi carro – Si no es mucho problema claro.

--No quiero abusar de su amabilidad, con la comida es más que suficiente

--Por favor, déjame ayudarte ¿Sí? – El menor iba a rechazar la oferta, cuando el llanto de la bebé se escuchó con gran sentimiento y el padre hacia lo posible para calmarla pero era en vano. Hasta que el menor por inercia llevo sus manos a ella para cargarla, a lo cual el padre accedió de inmediato y cuando se dio cuenta que de lo que había hecho la iba a regresar pero se sorprendió que ella dejara de llorar al estar en sus brazos, se restregó  su carita roja en su pecho como para acurrucarse de nuevo.

-- Vaya, ella nunca ha llorado así de fuerte – Dijo sorprendido por la reacción de su hija y el rubio sin saber qué hacer, se sentía tan apenado y algo tonto por haber actuado de ese modo sin siquiera conocer al elegante hombre de la gabardina – Y si me acompañas a mi casa un rato, me rompería el corazón dejar a mi hija llorando así toda la noche

--Creo que puedo, no quiero incomodarlo

--Para nada, si mi nena es feliz yo también – dijo mientras sujetaba la bolsa que le había dado al menor para que así cargara mejor a la bebé – Ven, mi carro esta por aquí

Sin más que decir el rubio siguió al mayor de cerca, hasta llegar a un lujoso carro color negro, no sabía mucho de marcas de autos pero por lo ve veía lucia muy costoso y si en verdad si estaba cerca del puente. El señor saco sus llaves para abrir el carro, el menor se asustó con el ruido y luces  del carro al abrirse, nunca había visto tanta tecnología en un carro, el mayor con gusto le abrió la puerta trasera pues había más espacio, dejando las bolsas en del copiloto.

--Listo, arriba – Al ver que el menor seguía parado sin moverse – ¿Qué pasa?

--Es que su carro está muy limpio – Dijo apenado bajando la mirada y mordiendo sin querer su labio inferior algo nervioso – Yo…  No quiero… Lo voy ensuciar – Pues el olor a cuero nuevo le puso incómodo.

--Pero que cosas dices, llevo meses sin lavar este vejestorio, no puede estar más sucio que eso, te lo aseguro – Le sonrió amable mientras le empujaba poco a poco dentro del carro.

--¿Vejestorio? Este parece uno de esos sacados de las películas de ricos – A lo que el mayor dejo escapar un leve risita. Una vez dentro el auto se sintió más incómodo pues el mayor amable buscaba sacarle platica al menor a lo que este solo le contestaba en simple monosílabos o gestos. El rubio por unos momentos se perdió en la vista de la ventana, el sillón era tan cómodo y calientito, sin duda una experiencia única que tal vez no tendría el lujo de volver a vivir. Y cuando menos pensó, llegaron a una gran casa, aparcaron en el garaje, le sorprendía el tamaño, parecía estar en una zona residencial, nada que ver con el apartamento dónde “vivía”.

Notas finales:

Espero que este nuevo proyecto les agrade,  tal vez luego le mueva la clasificación, pero por el momento nos leemos a la próxima (Esta vez sí me voy a comprometer en terminarlo jsjsjsjs mil disculpas pero dejar fic incompletos es mi talento jsjsj) pero ahora sí va en serio, me está gustando mucho escribir de esta pareja y más ahora que tengo algo de tiempo libre, sin más los dejo, bye~~

No olviden dejar sus comentarios, los amo :3


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