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Eleceed Drabbles por lady_shizu

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Notas del fanfic:

Aclaración: cualquier similitud con otra historia o la vida real es pura coincidencia.
 
Importante: los personajes de esta historia no me pertenecen, son de Son Je-Ho y Zhena, yo sólo los utilizo para escribir, sin ánimo de lucro de por medio. No obstante, el contenido de éste fic es completamente de mi autoría.

Advertencias:

  • Mucho spoiler y cambio en las edades de los personajes.
  • Clasificación +18 en algunos de los próximos capítulos.
  • Lemon explícito en algunos de los próximos capítulos.

Notas del capitulo:

Éste drabble está ambientado en mi headcanon de Kayden teniendo su propia organización despertada algunos años después del tiempo donde se desarrolla el manhwa. (Idea que surgió luego de una conversación que ocurrió en el capítulo 90-y-algo y de lo que entendí con mi mal coreano xd)

I

 

El sonido de la puerta abriéndose. Los gatos repentinamente ansiosos, cayendo como torbellinos frente a la entrada.

Kayden llegó.

Con su rostro luciendo una expresión agotada, bolsas oscuras bajo sus ojos negros, labios torcidos y el ceño ligeramente apretado. Aún tenía el pelo pulcramente recogido (ardería el mundo entero antes de que él tuviera un cabello fuera de lugar) y su camisa brillaba de limpia, sin embargo. Pero en el momento en que entró a casa, dibujó una sonrisa amable y se agachó para saludar a los gatos; las bolas de pelos frotándose incesantemente contra sus piernas y su toque, maullando de alegría.

—Bienvenido a casa —Jiwoo le dijo, sus ojos encontrándose de repente con los oscuros de él.

—Hola —fue su saludo. Con los gatos muy pegados a él, caminó hasta Jiwoo, que se encontraba sentado en un sofá resolviendo algo de la universidad. Se sentó a su lado, estirando ambos brazos sobre el respaldo del sofá y soltando un largo gemido de cansancio—. ¿Ya comiste?

Kayden había cruzado las piernas mientras echaba una mirada a las hojas sobre la mesa, pensando en que quería subir los pies sobre ella para estar más cómodo. Jiwoo volteó para sonreírle con ánimo.

—¡Sí! Estuve con los chicos hasta hace unos minutos.

Se notaba en el vestigio del desorden, Kayden pensó. Mientras se acercaba para sentarse cómodamente, alcanzó a vislumbrar una bolsa llena de basura que no había estado ahí esta mañana, cuando pasó a tomar una ducha y recoger ropa limpia. Jiwoo no había estado en casa, pero leyó su nota indicando que estaría en clases.

—Debes comer más que sólo comida chatarra con esos ruidosos. —Un bostezo largo, sus ojos juntando lágrimas por el esfuerzo.

Jiwoo se incorporó derecho y lo miró con curiosidad. Sus ojos que le recordaban a la miel, igual de dulces. El brazo de Kayden todavía a su espalda, ligeramente flexionado hacia abajo.

—Te ves más cansado de lo normal. —Su voz preocupada, su mirada triste—. Deberías ir a descansar.

Kayden también le había dejado una nota en respuesta diciendo que estuvo ahí en la mañana, que tomó ropa y que probablemente regresaría en la noche. Jiwoo había estado entusiasmado desde que regresó de clases y encontró el papel sobre la mesa; siempre dejaba notas cuando salía porque nunca sabía cuándo podía llegar alguien y encontrar la casa vacía (por lo general, Wooin, Jisuk y Subin no necesitaban tocar, ellos tenían una llave del lugar), y siempre esperaba con ansias que ese «alguien» fuera el hombre que tenía al lado ahora. Llevaba casi una semana sin ver a Kayden debido a sus asuntos en Eleceed e incluso los gatos resentían su ausencia en el lugar. Sus amigos (humanos y gatos) lo ayudaban a sobreponerse a las prolongadas ausencias, pero al final del día, Jiwoo sentía que la casa se había vuelto increíblemente grande y solitaria.

—Hmmm… —Estirando lo suficiente el brazo, alcanzó la espalda de Jiwoo con los dedos y los usó para regalarle una caricia suave a lo largo de la línea que alcanzaba de su columna—. No pongas esa cara. No me gusta.

Jiwoo intentó sonreír, pero se convirtió en un gesto demasiado lamentable. Él no sabía fingir. Y así estaba bien, a Kayden le gustaba su sinceridad sin límites y su amabilidad sin condiciones.

Entonces, retrajo ambos brazos y se incorporó sentado correctamente, sonriéndole al joven que una vez le salvó la vida y le dio mucho más que un lugar seguro para esconderse. Mucho más.

—¿Que tal si mejor me haces un masaje? —Una mirada pícara de ojos entrecerrados mientras apoyaba una mano sobre el sofá para sostenerse inclinado más cerca del cuerpo de Jiwoo. Con su otra mano tiró de la liga con la que se sujetaba el pelo, dejándolo caer sobre su espalda y hombros, deslizándose hacia adelante y enmarcándole el rostro atractivo de una forma que hizo sonrojar a Jiwoo.

—¿Estás seguro? —él le preguntó mientras se acomodaba con la espalda contra el respaldo y juntaba las piernas—. Estarás más cómodo en la cama.

En cambio, Kayden se giró perezosamente hasta darle la espalda y, de igual forma, se dejó caer hacia atrás, emitiendo un gemido de satisfacción cuando su cabeza reposó en la tibieza de los muslos de Jiwoo. Abrió los ojos para encontrarse con los dorados de él, y levantó una mano para apartarle un mechón de cabello que le caía sobre el rostro.

—Estoy bien así.

Cerró los ojos tan pronto los dedos de Jiwoo comenzaron a moverse sobre su cabeza, hundiéndose en su lacio cabello oscuro con una ternura imposible en cualquier otro ser humano, mucho menos en un Despertado de su nivel. Pero Jiwoo era todo luz, calidez y esperanza. Y cuando Kayden estaba con él todo valía la pena.

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Notas finales:

Gracias por leer y comentar~


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