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Congestion por Abyss

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Notas del fanfic:

Me gusta el mpreg, y la lactancia... Mucho... Creo que tal vez demasiado.

Esta historia ya esta publicada en el resto de mis redes, asi que no hay nada de que preocuparse. :3

Avanza con pasos fuertes hacia su alcoba en el reino de los sueños, los sirvientes se hacen automáticamente a un lado e inclinan la cabeza al verlo pasar, nadie dice nada, solo hay mero silencio a su alrededor, casi puede jurar que los seres que trabajan para ahí no respiran, y menos mal que no lo hacen, porque está irritado, enojado, el día de hoy, su pesada surplice es incomoda de llevar puesta y como si eso no fuera suficiente, hasta la toga debajo de la surplice era una real molestia, todo era un incordio, lo único que deseaba en ese momento era finalmente llegar a su habitación para poder deshacerse de todo lo que le molestaba, finalmente libre de cualquier interrupción o trabajo, gracias a que tenía un muy buen hermano.

—¿Hypnos?

Hace un esfuerzo por no mover demasiado los brazos que mantiene cruzados frente a su pecho, tiene poco tiempo desde que ha empezado a sentir la molestia, un ardor incomodo que no lo deja concentrarse en su trabajo, algo que obviamente su hermano gemelo no parecía querer pasar por alto, a pesar de que su señor no dijo nada ante su falta de atención, hasta les había dado unos minutos libres en los que bebía un poco de té traído por Pandora, bajo la excusa de sentir la garganta seca cuando, muy probablemente, quería dejar de escuchar a sus dos consejeros por cinco minutos al menos.

—¿Hay algo que te moleste? No te vi muy atento a lo que estaba diciendo.

Si se sintiera bien, hubiera sonreído, totalmente divertido ante el tono claramente molesto de su hermano, pero en ese momento, donde lo único que quería hacer era desnudarse, simplemente busco desviar su mirada hacia otro lado, moviendo levemente los brazos por encima de su surplice antes de volver su mirada hacia el frente.

—No fue apropósito, sabes que cuando no te presto atención te lo hago saber —hace un esfuerzo por soltar aquello en un tono de burla, sea lo que sea que le pasara a su cuerpo, no tenia la mas mínima intención de tener la ayuda de su hermano, mucho mejor si podía arreglar la situación él solo—. En realidad no me siento bien, así que me retiraré primero, discúlpame con nuestro señor, si es que decide que continúe la reunión…

—¿Que? Espera, tu no te… —su expresión cambia rápidamente, de confusión, a molestia y finalmente enojo, acompañado por un pequeño tic en su ojo derecho, observando como su gemelo rubio parecía ignorar lo que iba a decirle mientras le daba la espalda y pasaba a marcharse por el oscuro pasillo.

—Buena suerte haciendo mi papeleo, es tu turno de trabajar por los dos. —no dijo nada más, no había mucho más que decir después de eso, aunque aparte de sus pasos, pudo escuchar más ecos a la distancia de, posiblemente, pasos de su señor y Pandora. Sí, esa reunión ya no iba a continuar.

Respiro profundo, cerrando con un portazo la puerta de su habitación, desesperado, ni siquiera usó su cosmos para retirarse el surplice que repentinamente había empezado a causar su incomodidad, retirándose absolutamente todo y dejando las piezas tiradas en cualquier parte, poco le importaba el ruido que se encontraba ocasionando, si resultaba que sus hijos estaban por ahí, probablemente estaban durmiendo y no irían a molestarlo a menos de que se preocuparan, pero conociéndolos y a como los había intentado educar, preocuparse por él, era algo que no harían durante varios siglos más. Era más probable que se preocuparan más entre ellos mismos que por sus superiores, en el fondo, no podía culparlos y tampoco es como si le importara, aunque en ocasiones tenía ese pequeño resentimiento y la necesidad por tener tal cosa.

—¿Pero qué, es, esto?

Es entonces cuando su tren de pensamientos se descarrila totalmente fuera del camino, con su cuerpo libre de todas las piezas del sapuri, y a punto de quitarse la toga que también le molesta, puede notar que hay dos manchas encima de su pecha, unas que toca con curiosidad, sintiendo la tela ligeramente húmeda y con un olor que no es capaz de reconocer, demasiado vago en sus recuerdos como para ubicarlo fácilmente. Así que respira profundo, intentando no pensar demasiado en el incómodo cosquilleo y el dolor que parece extenderse lentamente por sus pectorales, así que lentamente, intentando no ocasionar más sensaciones desagradables, se retiró lentamente la toga, empezando por deshacer los nudos de los hombros para finalmente bajar la tela y dejar expuesto su pecho, el cual poco a poco parecía empezar a palpitar conforme el tiempo pasaba y no encontraba un pensamiento coherente sobre cómo darse alivio, sobre todo cuando ni siquiera era capaz de comprender que le molestaba en primer lugar, todo era solo dolor y picazón en su, pecho…

—….

Sostuvo la tela blanca de su toga con un solo brazo, aun cubriendo la mitad de su torso hacia abajo, siendo solo la parte superior la que le importaba tener descubierta debido a la desesperante sensación, con cuidado, llevo su mano libre hacia sus pechos, tocando ligeramente la piel más dura de lo normal, frunciendo la boca ante la leve sensación de dolor, moviendo sus dedos lentamente por encima de la piel hasta llegar a su sensible pezón, el cual le hizo suspirar, sin alivio, solo dolor que le hacía querer apartar la mano de un tirón, algo que evito, solo por curiosidad de tomar aquello que alcanzo a notar de pura suerte, casi descubriendo la razón de sus problemas.

—Leche…. —dijo en un susurro, mirando la sustancia que acababa de tomar entre sus dedos y que lentamente parecía empezar a gotear desde sus pezones, los cuales, hasta ahora, notaba que se encontraban más rojos de lo normal. Tal vez hubiera sido buena idea haberle dicho a Thanatos que lo ayudara.

—¿Padre?

Aun con la mano en el aire se gira de inmediato, asustado de no haber escuchado la puerta ser tocada o abrirse, ni mucho menos darse cuenta de en que momento había entrado alguien mas en su habitación, mirando con atención a su hijo mas joven de pie dentro del cuarto, a solo unos pasos de la entrada, mirándolo con cierta curiosidad y, tal vez, preocupación, una que se manifestó de manera todavía mas clara cuando los ojos negros se desviaron hacia el suelo y notaron el desastre de habitación que tenia en ese momento, aunque esa era la ultima de sus preocupaciones, cuando su propia mirada vago en la complexión del cuerpo de su hijo, analizando la situación con cuidado antes de mirar el cabello plateado.
Recuerda muy vagamente una situación similar, el dolor que no se desvanece de sus pechos y la presencia de su hermano, respirando profundo al entender porqué había hecho lo posible por olvidarse de ese momento. Dolor, sólo hay dolor. Las manos de Thanatos aprietan con demasiada fuerza, y aunque hay alivio tras pasar por aquella horrible situación, aun así recuerda haberlo golpeado con fuerza y sacarlo del cuarto a patadas, durmiendo separados por primera vez en mucho tiempo, todo porque su pecho dolió todavía más después de la ayuda obtenida. Recordando entonces que lo peor todavía había estado por venir, cuando su curiosos gemelo aprovechó la situación e intentó probar otra manera de sacarle la leche que su cuerpo género durante varias horas, siendo los dientes y la succión la peor parte de todo aquel proceso.
Lo único que no le hacía llorar al acordarse de tan feos momentos, era la satisfacción de haber golpeado a Thanatos hasta lograr disculpas formales de su parte y que hiciera su trabajo por dos meses, y aun así, a día de hoy, estaba seguro que debería de haberle pegado con más fuerza.

—¿Padre? —volvió a llamar Oneiros, preocupado por no recibir respuesta y el semblante ausente del rubio.

—Oneiros, ¿Qué haces aquí? ¿Cuando entraste? —baja finalmente su mano, limpiando sus dedos en la toga antes de finalmente dejarla caer, asegurándose de quedar totalmente desnudo cuando al fin fue capaz de arrastrarse hacia la cama, recostándose en el colchón sin la intención de preocuparse por la presencia del dios menor, manteniéndose boca arriba en la cama, temeroso, ante todo, de ocasionar demasiada presión en su pecho.

—Tanto ruido me pareció sospechoso, solo quería asegurarme que los sirvientes no hubieran roto nada, otra vez —explicó mientras señalaba a la armadura que estaba por todas partes, junto a la toga que ahora se encontraba haciendo compañía a todo lo demás, de no ser porque no estaba seguro si debía o no pedir permiso, todo eso ya lo hubiera puerto, al menos, en una esquina donde no estorbara—. Entre abriendo la puerta, toqué, pero nadie contestó, así que con mayor razón entre.

Acomodo el cojín más grande en su espalda, de forma que no estuviera tan inclinado, estirando las piernas intentando encontrar alivio en cualquier acción, algo que claramente no parecía llegar conforme sentía su pecho irse poniendo cada vez más duro, ¿Exactamente como funcionaba esto? ¿Tenía tanta leche que le provocaba dolor? ¿Porque estaba generando leche una vez más? Solo tenía que dar un vistazo a su derecha y podía darse cuenta de que a quien tenía ahí, en su habitación, ya no era un bebe.

—¿Padre? —llamó una vez más, ahora con un tono más preocupado que los anteriores, al notar la mirada perdida del dios del sueño sobre su presencia—. ¿Puedo retirarme?

—… —observó con atención a Oneiros, intentando pensar sobre la petición de retirada, aunque el dolor y la necesidad iban opacando ligeramente la razón, ¿cuando algo así había importado entre ellos, poderosos seres inmortales? Carecía de sentido incluso el intentar fijarse en los lazos de sangre que se supone había entre ellos. Así que se lamió los labios, en necesidad, estirando un brazo con dirección al único hijo que él había traído al mundo de casi 1000 que había tenido con Pasítea, tan parecido a Thanatos, al menos esperaba que no fuera tan idéntico a él—. Oneiros…

—¿Si?

—Ven y haz feliz a mamá.


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