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Una acalorada bienvenida por TheStarsGirl

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En la preparatoria Shinzen, anfitrión del "campamento de entrenamiento de verano", los equipos de otros colegios se encontraban disputando partidos de práctica mientras que otros estaban descansando luego de haber jugado sus sets correspondientes.
 
Fukurōdani y Karasuno, estaban en su primer tiempo, Bokuto acababa de hacer acto de presencia con un gran remate cruzado, el cuál terminó con un punto a favor para los búhos y con un ace dando saltos entusiasmados al rededor de Akaashi.
 
—¡Akaashi! ¿Lo viste? Dime que lo viste. ¡Akaasheee! —zarandea al armador con un puchero para que le preste atención.
 
—Bokuto-san, por favor suélteme, aún estamos en medio del juego. 
 
—¡Pero Akaashi! ¡No sabes cómo se sintió esa pelota en mi mano! Fue... ¡Fue como cuando rematé una cucaracha en la mejilla de mi bro! Me sentí tan lleno. —mira sus manos con ilusión, como si fuera la cosa más exótica del mundo.
 
—Bokuto-san... —la expresión de Keiji mostraba paciencia infinita, como si estuvieria lidiando con un infante... Y es que quizás si está tratando con uno, mentalmente hablando. Antes de que él finalmente sentencie que hay que volver al partido, un estruendo lo interrumpe, proveniente de la entrada principal, supone.
 
No iba a tomarle gran importancia, ya que siempre estaban entrando y saliendo personas, pero una voz chillona acapara la atención de su capitán, haciendo que este salga de la cancha como una centella.
Un poco irritado, Akaashi decide seguirlo —no sin antes pedir un tiempo fuera— para hacer que vuelva por las buenas, no querría utilizar otros métodos.
 
—¡Kota-chan! —la persona llega hasta el mencionado con los brazos abiertos dispuestos a enroscarse como si fueran serpientes alrededor del cuerpo del búho.
Claro que antes siquiera poder tener un mínimo roce ya se encontraba tirado de cara en el suelo por una patada de su acompañante.
 
—¡Mierdakawa! ¡Maldito idiota! —ahora definitivamente eran el centro de atención de los que no estaban en ese momento en un partido, aunque los que sí, de reojo se ponían al tanto de lo que iba sucediendo—. ¡¿Cómo se te ocurre salir corriendo aún estando el coche en marcha?! 
 
—Iwa-chan... —el castaño hace un berrinche a la vez que se levanta del suelo, sobándose la nariz—. Yo sólo quería llegar a tiempo para ver a Kota-chan —suspira desganado y se cruza de brazos.
 
—¡Tooru! ¿En serio hiciste eso por mí? —el de ojos ámbar se acerca hacia el otro armador, tomándolo de las manos y cubriéndolas con las suyas propias. 
 
Los espectadores estaban estupefactos, no sabían qué estaba pasando. La mayoría se preguntaba quién era aquel castaño, mientras que los de Karasuno estaban tratando de encontrar alguna relación entre ellos, simplemente nunca lo habrían imaginado. 
 
Kuroo estaba indignado, su bro lo estaba engañando frente a sus narices y ¡nadie hacía nada al respecto! ni si quiera él mismo porque en el fondo la curiosad lo estaba carcomiendo, y como dice el dicho: "La curiosidad mató al gato" Si, él era capaz de morir con tal de cumplir su título como vieja chismosa.
 
—Por supuesto que sí, Kota-chan. Incluso cometería homicidio, preferiblemente con la vaca, si eso implica volver a verte —su pose era totalmente dramática pero sus ojos transmitían seriedad en las palabras, él se encontraba mirando al contrario mientras se acercaban aún más, sin separar sus manos.
 
—Cásate conmigo. —susurró el búho, maravillado. Pero de alguna forma todos lograron escucharlo. 
 
Akaashi no sabía cómo reaccionar, estaba parado a mitad de camino, se debatía entre sentirse dolido por no confiarle tal "amistad" con aquél chico o simplemente hacer como si ya conociera a aquella —al parecer igual o más irritable que su compañero— persona.
 
—¡Si!
 
—¿Oya, Oya?
 
—¡Hey, Hey, Hey! ¡Bro, mira! —Bokuto arrastra a Tooru frente al capitán del Nekoma, el cuál ya no pudo quedarse callado luego de semejante confesión—. Mi futuro esposo y padre de mis hijos.
 
—Eso aún no lo planeamos, Kota-chan —hace un pequeño puchero ante la mirada atónica del gato... E inclusive del de todos.
 
—Esperen, ¿por qué Oikawa-san e Iwaizumi-san se encuentran aquí? ¿El Aoba Johsai también se va a presentar?
 
—¡El gran rey!
 
—¿Mm? —el castaño automáticamente se pone en busca de aquellas voces tan familiares, y con una mueca, da con los portadores de esas voces— Ohh~ Tobio-chan, Chibi-chan. No sabía que los del Karasuno estaban aquí... —comenta luego de unos segundos con una sonrisa abierta, para después girar bruscamente su cabeza hacia otro lado— Iwa-chan, vámonos, no tengo tiempo para juntarme con este tipo de gente —exige y recalca con expresiones exageradas y sus manos en cada lado de su cintura, sacando a flote su comportamiento diva-inmutable.
 
—Cállate, Basurakawa —reprende su acompañante, luego mira a su equipo rival y asiente como saludo mientras el castaño hace muecas burlonas, a lo que recibe un golpe del pelinegro y un abrazo consolador de su supuesto prometido.
 
—¿Ves? Me maltratan, Kota-chan~ —agarra al aludido de la camiseta a la vez que reparte unos leves besos en el cuello del búho— Haz algo... Hazme tuyo, Kō-ta-rō...
 
¿Qué...?
 
Fue lo que pensaron, impresionados por el descaro de aquél castaño.
 
—¡Tooru! —los ojos del medio albino adquirieron un leve brillo de excitación.
 
—Bokuto-san. —un pelinegro decide al fin acercarse el armador de Fukurōdani, haciando presencia con su usual voz seria— Oikawa-san. —decide llamarlo como ha escuchado de Kageyama, ha descartado inmediatamente otro nombre al escuchar los apodos dichos por aquél pelinaranja y por el curioso chico del ceño fruncido.
 
—¿Ah? -—el capitán del Seijoh aleja su rostro, con pesadez, del cuello de su pareja para dirigir una mirada indiferente al pelinegro que ha acabado de hablar—. Y tú eres... —usa un tono un poco despectivo. 
 
Oikawa por supuesto que sabía quién era, no se le iba a pasar ninguna información de los compañeros de equipo de su búho. No tenía ningún problema con ellos, pero le molestaba de sobre manera justamente esa persona delante de ellos dos, con una supuesta mirada seria e inocente. Que de inocente no tenía nada, porque sabía muy bien qué tramaba contra él y su novio.
 
La manera que el medio albino hablaba de él como si fuera un Dios... Lo dejaba en claro. No iba a dejar que un setter de cuarta lo separase de Bokuto. Antes, muy a su pesar, iría a Shiratorizawa... 
 
Nah, Ushiwaka definitivamente estaba a otro nivel.
 
—¡Ohh, Akaashi! —y ahí iba de nuevo con aquél entusiasmo, que debía ser dirigido sólo a él. 
 
Maldito y sensual Akaashi.
 
—¡Él es Toruu! —lo presenta con sus dos manos alrededor de su cintura— ¡Mi novio!
 
Antes, todos creyeron que era una broma luego de ver cómo era aquél castaño. Bastante extrovertido y un sinvergüenza de primera. Pero con aquella declaración todo quedaba más que claro.
 
—¿¡Ehh!?¿¡El gran rey y Bokuto-san!?
 
—Exacto. ¿Algún problema... Chibi-chan~? —tenía una ligera sonrisa plasmada en su rostro, pero sus ojos mostraban tal seriedad, como si estuviera en esos momento en un partido reñido, lo cual dejó dejó a varios con sus opiniones sobre la actual pareja, mudos.
 
—Ya quita esa cara, imbécil —le regañó Iwaizumi, al ver cómo el pelinaranja se aferraba detrás de Kageyama.
 
—Iwa-cha, tú quita esa cara. Envejecerás rápido si vives frunciendo el ceño.
 
—¿¡Ahh!?
 
—Kota-chan. —con una sonrisa cómplice, el castaño ignora los insultos de su compañero y se acerca al nombrado— Hoy seré tu setter —sentencia, señalándose a sí mismo, ante la incredulidad del equipo del búho. Akaashi estaba resignado, al parecer a aquél sujeto no le caía bien, por tales miradas que no se molestó en ocultar, y luego de escuchar su anuncio, sin objetar nada, fue a sentarse en la banca de suplentes, saludando de paso a Yamaguchi, que se encontraba en la banca de su lado de cancha, junto a Tsukishima.
 
—Y bien, ¿qué dicen ustedes? —esta vez el capitán de Seijoh se dirige a los que iban a ser sus compañeros de equipo. Pero antes de que hagan algún movimiento ante aquella penetrante mirada, fueron interrumpidos por una efusiva voz.
 
—¡Por supuesto! —las risas florecen del peliblanco, contento de tener una oportunidad para jugar en la misma cancha que su admirado. 
 
Porque si, Bokuto admira todo lo que es Oikawa Tooru, y no se lo deja de repetir cada vez que se acompañan con la añorada presencia del otro mientras acuna su cuerpo enredado de mantas que comparte con él.
 
 
Y así pasó el día, Oikawa y Bokuto haciendo un dúo imbatible, la presencia del castaño no sólo fue positivo para el capitán del Fukurodani, sino que también reforzó las habilidades ofensivas de los otros jugadores. Ni hablar de los monstruosos saques del castaño... cuando se enfrentaron al Nekoma, para mala suerte de Lev, fue el receptor principal de aquellos saques, a propósito claro está. El medio ruso, no aguantó más y huyó de la cancha siendo seguido por un furioso Yaku con una zapatilla en manos. 
 
Akaashi, sólo se la pasó sentado en la banca, observando y analizando los movimientos de Oikawa. Algo bueno tenía que sacar de su visita y de su forzosa incorporación al equipo de búhos, después de todo. ¿Le dolió que Bokuto no se haya deprimido con el castaño como colocador? Si, y mucho. 
 
Kuroo, aún no caía a la realidad, así que se la pasó meditando acostado, con la mirada al techo y las manos en el abdomen. Nadie se atrevió a interrumpirlo, ni siquiera cuando ya fue hora de cerrar el gimansio. 
Ah, y también conoció la verdadera ira de Iwaizumi Hajime cuando trató de "afianzar" y "reforzar" sus nuevos lazos. No por nada, los golpes que recibe su capitán son "amistosos".
 
Así, todos terminaron enterándose de la extraña relación que mantenía aquella rara pareja. 
 
Un despistado escandaloso con un masoquista sinvergüenza. 
 

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