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Monarquía por IsabellySly

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Capitulo Uno

– Padre ¿Por qué me has llamado? Estaba muy feliz en las islas griegas y de repente llegan tus malditos…

– Lenguaje Draco.

– Lo siento madre, prosigo, llegan tus sirvientes diciendo que, si no regreso de inmediato, es de vida o muerte, y yo, te veo demasiado sano ¿Qué es lo que ocurre?

– Primeramente, Draco, pudiste comenzar con un saludo, que no solo somos los reyes de Inglaterra, también somos tus padres. Decidimos traerte de nuevo de tus largas vacaciones, porque eres el príncipe, tienes obligaciones y una de ellas…

– Ya lo sé, debo casarme, pero apenas cumpliré 26 años, ¿no podemos posponer esto un par de años más?

– Temo decirte Draco que no, hemos pospuesto esto muchos años por dos razones primordiales, porque tu prometido no estaba en edad cuando tú si la cumpliste y cuando él la cumplió, decidiste aplazar el tiempo para disfrutar de ti mismo y de lo viajes. El país necesita que te cases, nosotros también.

– Lo sé, pero no quiero casarme con quien no conozco.

– Tuviste mucho tiempo para poder romper ese compromiso y traer alguien de un buen nivel a casarse contigo, pero lo único que hiciste los últimos 8 años fue andar de viaje, con los vagos de tus amigos.

– Madre, no son vagos, son el Duque de Inglaterra y mi vizconde, que también es mi jefe de seguridad.

– Como sea Draco, habrá un baile en unas semanas, damas y donceles de todo el mundo vendrán para celebrar tu cumpleaños, si en esa fiesta no conoces a alguien digno de hacerlo tu rey o reina consorte, tendrás que asumir las reglas y te casaras con tu prometido.

– ¡Bien! Ojalá me den su palabra, ¡tendré de pareja a alguien tan feo! ¡Para que ustedes sean abuelos de niños horribles! – Draco se retiró moviendo, aún, su capa de viaje.

– Jamás me cansare de sus escenas de berrinches querido

– Son únicas lo reconozco Narcissa, ¿no creíste adecuado decirle a Draco que ya no se puede romper el compromiso con los reyes de Austria? Ese compromiso ya es algo fijo.

– Ya lo sé querido, pero también conozco a nuestro hijo, su amor por su país es más grande, jamás nos traería a alguien que perjudique a la corona, y se que no se casaría con nadie que conozca solo de una sola noche. Podrá ser un niño pequeño en muchos sentidos, pero es maduro y responsable, todos estos años solo quiso disfrutar un poco de los viajes, pero el lo sabe, sabe que ya es muy tarde y que se tiene que casar.

– Lo se querida, confió en que tengas razón.

– La tengo Lucius.


El día del baile llego, Draco conversaba con sus dos amigos, Blaise Zabini Duque de Inglaterra y Ronald Weasley Vizconde de Inglaterra, ambos chicos le decían que fuera a conocer a su futura esposa o esposo, había muchos interesados y a él no le apetecía. Los animo a que ellos fueran y quizás ellos se terminarían casando antes que él.

Cansado de haber charlado con doncellas y donceles, huecos de la cabeza que no hablaban de otra cosa que de sus lugares de procedencia, historia de Inglaterra, mejores amigos, entre muchas otras cosas que a él no le interesaban; decidió retirarse al balcón, ya había alguien ahí así que no le importo, tomo asiento en una mesa, estaba muy fría, el desconocido se encontraba recargado en el balcón mirando hacia la luna y a los jardines del palacio, Draco lo observaba desde su asiento, preguntándose porque estaba aquí afuera, quizás por las mismas razones que él, quizás se había cansado de las conversaciones vacías, pronto vino una joven con el típico tocado de chaperona, lo cual era poco usual en estos bailes, normalmente se quedaban un poco al margen, pero claro este joven se encontraba solo en un balcón, ambos no notaron que Draco se encontraba ahí, por lo que intercambiaron unas palabras y se fueron.


Tan solo unos días después del cumpleaños número 26 de Draco era hora de conocer a su prometido, él recuerda que cuando cumplió 8 años fue a conocerlo, era un bebé, el segundo hijo de los reyes de Austria y era un doncel. Rápidamente los reyes y su padrino buscaron con quien casarlo apenas con 15 días de vida. Los reyes de Inglaterra buscaron de inmediato una unión con el país, su único heredero necesitaba estar casado a la edad de 24, así que mandaron su propuesta a nombre de su hijo, el padrino y también Duque de Austria vio aquí la mejor proposición que su ahijado tendría y aceptaron de inmediato, Harry Sirius Potter príncipe de Austria había sido comprometido con el príncipe de Inglaterra con solo 2 meses de edad, para cuando cumplió 3 meses conoció a su futuro esposo, este le trajo un oso de felpa. Hubo fiesta en Austria por una semana, celebrando que ambos de sus príncipes tendrían futuros favorables.

Draco se arreglaba en su habitación recordando ese momento, era un recuerdo un poco borroso, pero recordaba al bebé con cabello negro y se podía notar que su cabello seria quebrado u ondulado, ya lo descubriría en unas horas. El encuentro se llevó a cabo, a la hora del té, esperaban en la sala mientras los miembros de la familia real de Austria llegaban, pronto se anuncio su llegada y fueron pasando los reyes, un muchacho mayor y otro más joven, así como una señorita, Draco pensó que ya los había visto antes y fue cuando se dio cuenta que el príncipe era aquel joven que estaba solo en el balcón y la joven era su chaperona, no había duda.

– Buenas tardes reyes de Francia, príncipe Draco, es un gusto volvernos a encontrar para tan importante acontecimiento, permítanme presentaros a mi esposa, Lilian de Austria, mi primer hijo y futuro heredero, el príncipe Edward Remus Potter, y mi segundo hijo Harry Sirius Potter.

– Es un placer tenerlos aquí, James y Lily, dejemos un poco las formalidades en esta sala solo estamos nosotros – a James y sus hijos se les quito un poco de presión de sus hombros, los reyes platicaban y ocasionalmente Edward conversaba con ellos, Draco no podía quitarle la mirada a Harry, no se había dado cuenta aquella noche de sus hermosos ojos, su piel y como lucia nervioso por la ocasión, él no lo supo, pero se había enamorado de su prometido, se negaba a creerlo, era maravilloso físicamente, no lo había escuchado hablar y ansiaba escuchaba su voz o su risa…

– Draco.

– Si madre.

– Porque no llevas a tu prometido a conocer los jardines del castillo, estoy segura de que le encantaran.

– Por supuesto madre – Draco se puso se pie y pidiendo permiso con una reverencia a los Potter se dirigió a Harry, odiaba tanto el protocolo, pero, aunque su padre había dicho que se podían olvidar formalismos el seria educado desde el principio con su prometido – Príncipe Harry Sirius Potter ¿me permite invitarlo a un paseo por nuestros jardines? – Harry se veía horrorizado ante la propuesta, no quería quedarse solo con él, aunque sabía que aún no podía quedarse solo con su prometido.

– Por supuesto – Draco le tendió la mano y le ayudo a ponerse de pie y sin que nadie lo pidiera la chaperona de Harry salió tras ellos, sabía que no podía dejarle solo hasta que le asignaran a su nueva compañía en el castillo.

– Son una pareja hermosa ¿no lo crees así Narcissa?

– Por supuesto que lo son, no me equivoque al hacer la propuesta.

– Y nosotros tampoco a aceptarla

– Joven Potter, ¿Qué edad tiene? Puedo asegurar que tiene casi la misma edad de Draco y si me permite, me es curioso que usted aún no esté casado.

– Bueno señor Malfoy, tengo 24 años, y aun no me he casado porque mi prometido aún no esta en edad de casarse, él es el tercero de tres hermanos, su hermano mayor será el que tome la corona. Mi prometido apenas tiene 13 años.

– También es un joven.

– Si señora, me prometieron a él cuando tenía 6 años y yo 17. Otra razón es porque antes de estar prometido con él, quise esperar a que mi hermano se casara, no quería dejarlo solo en casa con una chaperona de sombra. Así que cuando me prometieron con el príncipe acepte de inmediato.

– El tercer hijo de los reyes de Francia tiene 13 años, ¿es el del que usted habla? – Edward sonrió sin evitarlo

– Así es señor, el príncipe Scorpius Hyperion Lovegood es mi prometido

– Se nota que es un joven muy hermoso, una ocasión tuvimos el placer de conocerlos en una fiesta, joven serio, pero con una muy bella sonrisa.

– Lo sé, es muy lindo ahora.

– Y no dudo mucho que en un futuro lo será, ¿para cuándo planean casarse?

– Bueno eso no me corresponde decidir lo a mí, si no a nuestros padres.

– Así es, de hecho, el rey no quiere dejar ir a su hijo tan pronto, así como tampoco su hermana, la princesa Luna, se ha decidido que entre los 17 y 19 años del príncipe Scorpius, tendrán que casarse. Nuestro reino no puede quedarse sin resguardo y para ese momento mi hijo tendrá unos 28 años.

– Lo comprendo, es lo mejor para cualquier reino, que su heredero tenga a buen resguardo un matrimonio con deseos de bebés.

Mientras tanto en los jardines, Draco caminaba al lado de Harry y le hablaba sobre todas las flores que se encontraban en el jardín, le decía en secreto cuales eran las favoritas de su madre y de él, Harry solo escuchaba con atención, tenia que acostumbrarse a su nueva vida, ya lo había aceptado hace mucho tiempo, pero a él le habría encantado que su prometido hubiera sido más presente como lo es su hermano son el suyo, cada seis meses su hermano le escribía a su prometido, la ultima vez que su prometido le había dirigido la palabra ni siquiera lo recordaba, apenas tenía 3 meses.

– ¿Te gustaría tomar asiento en la fuente, príncipe Potter?

– Claro – tomaron asiento.

– Chaperona, podrías dejarnos unos minutos solos, y cuando regreses pide a uno de los sirvientes que nos traigan algunas bebidas – Una vez que la dama se retiró, Draco se dirigió a Harry – Me gustaría poder pedirte una disculpa y me haría tremendamente feliz que la aceptes – eso puso total atención a las palabras de Draco.

– ¿Una disculpa? ¿Por qué?

– Bueno lamento no haber estado presente para ti los últimos años, me arrepiento ahora que te conozco, es solo que, siempre huí a la idea de casarme, me hacia recordar todas mis obligaciones.

– No hay ningún problema.

– Bien porque debo decirte también que me has prendado, te vi la otra noche, en la fiesta de mi cumpleaños, no sabia que mi prometido estaría ahí, no te preste mucha atención siendo sincero, pero hoy que te vi no me cabe la menor duda de que estoy completamente enamorado de ti.

– Yo… bueno… no se que decir ahora… esa noche no quería encontrarme con nadie, me pidieron que fuera a tu fiesta, mi hermano aún no podía acompañarme y llegue solo con mi chaperona, me escape un rato de ella porque quería un poco de aire y vi el balcón, no tenía idea de que estuvieras ahí.

– Harry, permíteme llamarte por tu nombre, quiero que este matrimonio de conveniencia no sea solo eso. Dentro de tres meses como sabes se llevará a cabo la boda y quiero que para esa fecha estés tan enamorado de mi como yo lo estoy de ti justo ahora – Draco se puso de rodillas frente a Harry y lo tomo de las manos, y aunque había planeado hacerlo en la sala de té, pareciera que su madre le adivino sus pensamientos y le propuso dar ese paseo con Harry, que justo ahora lo agradecía – Príncipe Harry Sirius Potter de Austria, quisiera saber si aceptas ser mi futuro esposo. Yo estaré siempre pendiente de ti, te protegeré, te seré fiel cada día de mi vida y cada capricho que salga de tus labios será ley para mí, prometo hacer que cada día de tu vida este lleno de alegría, conmigo no te faltara nada, todo cuanto pidas y lo que no, te será concedido. Entonces que dices ¿Te gustaría ser mi esposo? – Harry había soñado con una proposición así, estaban solos, su chaperona no estaba, estaba sentado en una hermosa fuente con hermosos jardines rodeándole, Draco estaba frente a él de rodillas elegantemente vestido y ensuciando sus pantalones al estar sobre la tierra húmeda. Estaba sin palabras, había sido incluso mejor que en sus sueños y aunque no estaba enamorado sabía que quizás y solo quizás podría estarlo, era mejor de lo que esperaba, tan solo movió su cabeza en forma de afirmación – Mi amado Harry necesito palabras para poder despertar momentáneamente y entrar a un nuevo sueño juntos ¿Aceptas casarte conmigo?

– Si… si acepto príncipe Draco – Draco soltó sus manos y de su abrigo tipo gabardina saco una cajita de donde saco una sortija y se lo puso a Harry.

– Llamame Draco – Beso su mano, se puso de pie y se sentó de nuevo junto a Harry, este solo veía discretamente su mano viendo su sortija con un diamante – Se suponía que debía darte la sortija familiar, pero algo dentro de mi dijo que tu merecías algo único y nuevo, así que compre esto para ti, lo compre hace muchos años en realidad.

– Es muy hermosa, gracias.

– Eso y más te voy a dar. Creo que ya estuvimos mucho tiempo solos y aunque me gusta estar en tu compañía, no quiero que me regañen por estar tanto tiempo a solas contigo. Vamos y pasaremos a la sala de té.

– No quiero regresar ahí, podríamos buscar a mi chaperona y podrías escoltarme a algún lugar donde pueda descansar, ha sido un gran día y me gustaría descansar.

– Por supuesto que sí, te presentare a tu mucama, para que desde ahora te asista y te llevare a tu habitación… antes de retirarnos, me gustaría pedirte algo.

– ¿Qué sería?

– Bueno quisiera saber si me permitirías darte un beso, no en la boca, en la mejilla seria para mí maravilloso, pero claro no estas obligado a aceptar, es muy atrevido de mi parte pedírtelo, pero… – y sin esperarlo, Harry beso la mejilla de Draco lo que lo calló al instante, volteo a verlo y Harry le sonrió tímido

– ¿Algo así está bien?

– Es perfecto, vamos a que descanses – Draco tomo la mano de Harry, la puso en su brazo y así caminaron hasta la entrada del castillo, en silencio pero cada uno iba con una gran sonrisa.


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