Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Como un demonio por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola~

pues llego el día del segundo capitulo. Espero que les guste!!

Recien me entere de que la pagina ya no permite los comentarios anonimos :C Espero que igualmente disfriten la historia. 

O las ventajas de tener un pacto con el demonio.


 


 


La música resuena por todo el lugar, vibrando a través  de las paredes, de las ropas… las luces brillantes en el lugar oscuro, el olor a alcohol y perfumes… sonrió y dejo que la chica que tiene gran parte de la noche bailando cerca de mí, se acerque  y me toque. Sus manos son suaves, sus uñas muy largas y decoradas me rozan la piel al tiempo que bailamos. Ella se mueve lento, cada movimiento es tan sugerente, conozco cada roce intencionado a mi entrepierna, y yo solo le sigo el juego. Huele demasiado a flores.  Ella no deja de sonreír, sigue sonriendo cuando se acerca a mi oreja


— ¿quieres venir a otro lado? algo mas… privado.


— Por supuesto— ella me dirige a las puertas, moviéndonos entre las personas que están bailando. Casi estamos por llegar a la entrada cuando alguien se pone en nuestro camino. Ah, ella le conoce.  Les veo hablarse un momento, ella sigue sin soltarme y luego se gira para hablarme en la oreja.


— ¿Te molestaría si se nos une?— Oh. El chico es alto, y tiene una cara atractiva, además por su ropa parece tener un buen cuerpo. Me guiña el ojo cuando me ve mirándolo.


— Para nada— conozco muy bien las habitaciones de este lugar, por eso ni me molesto en ver en donde hemos terminado.  Ella me está besando, siento manos por todo mi cuerpo, caricias sin ningún pudor, una mano me gira el rostro y puedo ver unos segundos los ojos del chico antes de besarnos. Hace tiempo que no estoy en un trió, se siente bastante bien tener la atención de dos personas… la mano de la chica se mete en mis pantalones, y las caricias suben de tono. Me quedo mirando como el otro chico le saca la blusa a ella, no trae sostén y tengo una vista de primera de sus pechos, también de primera.  Me distraigo besando al chico de nuevo mientras intento desabrocharle el pantalón…   una mano helada en mi brazo, un tirón tan bruco que en un momento estoy besándome con una chica y metiendo mi mano en el pantalón de un chico y al otro estoy de pie en medio de la habitación. Mis dos acompañantes están inmóviles, como si hubieran puesto pause en una película. Que lastima.  


— ¿Qué demonios estás haciendo, Jade?— Ah, él.


— ¿es una pregunta en serio o solo es sarcasmo?— él pone los ojos en blanco y no necesito leer mentes para saber que desea ahorcarme si pudiera.


— Vamos— como aun me está sujetando del brazo me lleva a la salida. El pasillo está solo y el ruido llega más amortiguado. En lugar de ir hacia el ruido nos dirigimos al otro extremo, alejándonos de la fiesta.


— ah, que lastima. Me estaba divirtiendo— no se detiene, y yo vuelvo a suspirar porque se a donde vamos. Subimos una escalera más y llegamos a un pasillo mucho más elegante que lo demás, luego a las puertas de madera que dan a la oficina. El  lugar es magnífico, cualquiera con un poco de ambición querría un lugar como este: la pared del fondo es un ventanal, cristal grueso que tiene una de las mejores vistas de la ciudad que he tenido nunca, un escritorio de madera, esa cosa es muy pesada y siempre esta ordenada aunque no soy yo el que lo mantiene así, hay algunos libreros con libros que nunca he tocado, lámparas de metal negro con formas raras, el piso de un brillante negro y las paredes de color azul tenue… mi lugar favorito de aquí es el cómodo sofá de piel negro, con la mesita de cristal frente a él. Hay otros dos sofás más  pequeños que el de tres lugares. Ah, y el mini bar no olvidemos el mini bar.  No me suelta hasta que las puertas se cierran y suena el seguro.


— no vas a dejarme solo con el trabajo.


— ¿Qué no tu harías todo? ¿No es ese el trato que hicimos?— Cyan me mira con una ceja alzada.


— deberías leer las letras pequeñas… ten, ve a acicalarte al baño— me arroja una caja de pañuelos.


— Se me quitaron las ganas cuando llegaste— me dejo caer en el sofá— ¿no podías esperar al menos a que terminara?  


— No— ni siquiera me mira.


— siempre tan trabajador, tomate un descanso— Cyan siempre es así, tan… serio. No es precisamente lo que esperaba cuando hice un pacto con él, pero tampoco puedo quejarme: Si no fuera por el hubiera muerto como perro en la calle— ¿para qué me necesitas?


—los permisos de funcionamiento necesitan actualizarse, y necesito los nombres de las nuevas empleadas también.


— ¿no te los sabes?


— No me interesa aprender algo como eso. Ponte a trabajar— rezongo un rato más, pero nada funciona con Cyan. Cyan es un demonio, aunque ahora parezca un jefe tirano. Realmente no es mi jefe, o sea, todo este negocio es mío… el modo en que lo obtuve solo son detalles menores.


— puedes solo chasquear los dedos y esto estará listo.


— ¿Qué clase de demonio seria si no te hiciera sufrir aunque sea un poco? ponte a trabajar, es la segunda vez que te lo pido— pongo los ojos en blanco, porque sé que aunque no me esté viendo lo sabrá de algún modo, y tomo las hojas que están en la mesa. Cyan no solo es un eficiente trabajador, también es un demonio que de hecho me salvó de morir y con el que hice una especie de trato o pacto.


— ah, que aburrido.


— Puedes ir con tus amigos cuanto termines— se me escapa una risa.


— ¿con los que estaba? para cuando termine esto  la diversión se habrá acabado— Cyan me da una mirada y luego sigue hojeando el montón de hojas que están en el escritorio.


— Como si eso fuera un problema para ti— tiene razón, no es un problema porque fácilmente puedo encontrar a alguien más. Prefiero no responderle y ponerle de mal humor porque cuando eso pasa siempre encuentra una forma de molestarme, esto que hizo hoy de seguro es por algo que hice la semana pasada ¿tal vez por el concurso de camisetas mojadas? ¿O porque fui a ese  nuevo bar de acompañantes masculinos? Imposible saberlo.


Los papeles son fáciles de rellenar, pero muy tedioso y parece que no terminaran nunca. Uno tras otro, escribo en silencio escuchando el cómo Cyan también escribe.


— Tengo hambre— él solo mueve la mano y un plato aparece frente a mi— ¿Frutas? ¿En serio? una pizza o cualquier comida rápida al menos.


— eso no es saludable, te matara antes de tiempo.


— Umm— pico un trozo de manzana— realmente no logro entenderte— murmuro, hablo más para mí y él lo sabe porque no me responde o no quiere responderme. Hace casi un año que inicie este pacto con Cyan. Después de mostrarme que  no estaba bromeando  con lo de ser un demonio y revivirme, terminamos en una habitación de hotel, así solo un  parpadeo y estaba en ese lugar. Diría que son de las cosas   que nunca olvidas, pero he visto la facilidad con que Cyan rompe cualquier hecho que conozco.


 


Este cálido. Es lo primero que noto después de estar en la calle ¿Dónde estamos? ¿Esto es como el sueño antes de morir? De seguro si morí o estoy delirando y a punto de morir.


— el baño está allí.


— ¿Qué?


— estas cubierto de sangre y mugre. No hablare contigo en ese estado— ok… aun no estoy seguro de esto, pero tiene razón, mi ropa esta manchada y aunque no tengo heridas la sangre que salió sigue en mi piel.  Uy, este lugar es muy elegante ¿Dónde estamos? Quiero un lugar  como este.  El baño es pequeño pero igual de elegante. Ah, me veo fatal ahora entiendo porque me dijo que me bañara.


Creo que no tardo mucho, aunque me tomo mi tiempo porque se siente muy bien estar limpio. Cuando salgo veo un montón de ropa ordenada en la pequeña repisa. Estoy seguro de que eso no estaba allí antes ¡Y que cómoda es!


— hey, antes dije que no podría ser un sueño porque yo no sería capaz de imaginar algo así pero ahora creo que bien podría hacerlo ¿sabes? ¿Cómo dijiste que te llamabas?


— Cyan… ¿no tienes miedo?


— ¿Debería?— vaya que es apuesto ¿A dónde se fueron los cuernos y las alas?  Esto es muy extraño y emocionante— y entonces ¿Qué pasa ahora? ¿Debo vender mi alma? ¿Firmar algo con sangre?— Cyan hace una mueca, la primera expresión que le veo hacer después de esa sonrisa que puso cuando acepte.


— ¿Por qué haríamos eso?


— ¿no es así? Siempre pensé que era así, humo, apariciones mágicas, contratos con sangre, ya sabes, cosas de demonios.


— Los humanos cada día son más raros— no digo nada. Me pregunto si su nombre tiene que ver con que este vestido de azul, solo le falta tener la piel azul— sería mejor que comieras algo primero— Wow ¿¡eso es comida!? ¡Apareció de la nada!— es real, y si, se puede comer— ¿Qué mal puede hacerme? Ya me había resignado a morir. Tomo un plato de Spaguetti.


— Esto se pone mejor cada vez— me meto dos bocados antes de hablar otra vez, la verdad es que si tengo hambre— entonces ¿no vas a pedir mi alma? Antes la mencionaste.


— en situaciones normales así seria, pero no estoy en situación normal. Por… diversas razones no puedo llevar a cabo un contrato como se debe, en el que si venderías tu alma. Esto sería algo más parecido a un trato de negocios, en el que tú te beneficiarias bastante.


— Umm— le doy un trago largo al a copa de vino— eso suena bien… ¿Cuál es el truco? No soy idiota, nadie da nada sin querer algo a cambio. A menos que seas algo como un santo, y claramente no lo eres— Él sonríe, y me parece ver el movimiento de sus alas en la espalda aunque no están visibles.  


— necesito ayuda. No puedo regresar al infierno— Oh, eso suena a que es una historia interesante— para poder regresar debo cumplir una misión: condenar almas al infierno. La misma cantidad que he llevado hasta ahora. Una gran cantidad.


— Parece un problema complicado— estiro la mano para alcanzar un trozo de tarta de manzana, a juzgar por el olor.


— y por eso tendrás todo lo que pidas, siempre y cuando me ayude también. Si no me sirves te matare.


— ok, entiendo. Acepto— me limpio las manos en el mantel de la mesa que apareció— ¿tomas nota o aprenderás de memoria lo que voy a decir? tal vez sea mejor que lo escriba— ni siquiera parpadeo ¿me escucho bien? le dije que tenía una solución y ni me ha preguntado cual es.


— te escucho.


— voy a necesitar un edificio.


— ¿un edificio?


— un local, lugar, casa, mansión, como quieras llamarle ¿puedes dármelo?— ahora si parpadea. Vamos, pregúntame para que, pregúntame que es lo que estoy pensando, que plan tengo ¿o quiere que ruegue por mi vida? Ja, he vivido toda mi vida aprovechándome de los demás, viviendo de otros, esta vez no será la excepción.


— tú solo dime como lo quieres.


— grande, con mucho espacio disponible. De más de una planta, ah, y que tenga techos altos… ¿esto es como en los dibujos animados que tengo que especificar o me darás una casa en la luna o en quién sabe dónde?


— ¿me tomas por idiota? Claro que sé que es aquí, si me dieras una ubicación más específica.


— al norte de la ciudad, que no esté muy lejos del centro, en donde sea me da igual siempre que no esté en medio de la nada.


— si te dijera que alguien morirá para que tú puedas tener ese lugar ¿lo seguirás queriendo? ¿Qué dirías? — le miro, masticando la deliciosa tarta  de manzana ¿esto es una prueba o solo tiene curiosidad? quien que se muere de curiosidad soy yo, pero no he logrado sobrevivir preguntando todo a la primera.


— Pinta la fachada de blanco. Y que tenga detalles en dorado— esta vez es Cyan quien sonríe mientras me mira.


— creo que nos vamos a entender bien, Jade. Estoy a tus órdenes— me extiende una mano, las uñas pintadas también de azul. La tomo sin dejar de mirarle a los ojos, de un tono azul oscuro.


 


 


 


— Jade… Jade… te quedaste dormido.


— no es cierto. Solo cerré los ojos un momento— las cosas no han cambiado mucho desde que nos conocimos— además ya solo me falta poner mi firma aquí— y en otro montón de hojas. Cyan suspira, de seguro ha terminado todo su montón de hojas mucho antes que yo y ni me he dado cuenta. El cielo que puedo ver desde mi lugar esta aclarándose, no tarda en amanecer, y con solo verlo me empieza a dar sueño— ¿dormir no es algo saludable? Si no duermo puedo enfermarme o que se yo.


— lo solucionaremos entonces. Termina eso.


—  que aburrido— no es lo que esperaba cuando hice ese trato con él.  Pensé que iba a ser muy divertido ¿Quién no querría tener todo lo que pide? Pero no, Cyan siempre encuentra la forma de hacerlo aburrido.


— No sería  así si no dejaras las cosas para último momento. La revisión del negocio será en una semana y si no está listo tendrás una multa…


— Una multa que podría pagar con solo pedírtelo.


— También podría ser clausurado— ah, pero que desagradables palabras. Pero tiene razón, ojala hubiera pensado en algo mejor en aquel momento. Manejar un casino no es algo tan sencillo, mucho menos si también quieres ofrecer un buen servicio de bar, centro nocturno con espectáculos para damas y caballeros, y lo que Cyan no para de llamar “Burdel” aunque eso nadie lo puede probar gracias a él justamente que siempre sabe cuándo habrá alguna revisión sanitaria.


— ah, ser el dueño de esto no es nada divertido. Ten, diviértete con eso, me voy a dormir— si, en ese momento todo parecía más divertido— si te atreves a divertirte con alguien mas mientras no estoy voy a molestarme mucho—  él ni se molesta en responderme. De cualquier modo se que él no hace esas cosas ¿realmente los demonios no hacen eso? pensé que sería más… ¿irresponsable? Alguien voluble a quien no le importaría nada porque todo puede solucionarlo con mover un maldito dedo. No, ni una mirada.  Ah, pues que mas.


 


Regreso a las escaleras, ya no escucho música. Cuando bajo al bar, solo los empleados de limpieza están allí. Tengo una habitación para mi aquí mismo, pero no quiero quedarme aquí. Si me pongo a pensarlo, cosa que no hago o voy a enloquecer, he pasado de no tener gran cosa a tenerlo todo. Muchos dirían que es momento de darme cuenta de que el dinero no lo es todo y que mi vida era mejor antes. Que basura, mi vida no era mejor antes y nunca he sido más feliz que en los últimos meses. 


La casa que compre, solo porque quería demostrar que no solo dependía de que Cyan moviera un dedo y yo podía valerme por mi mismo,  no queda tan lejos de aquí así que camino hasta llegar. Cyan me diría que soy un iluso por caminar como si nada por la calle porque no sería la primera vez que alguien intenta hacerme daño, pero hoy quiero molestarle un poco y además no me pasara nada.


La casa es tan grande y ostentosa como lo es el casino, es más fácil decirle así que por todos los nombres que podría tener, pintada de blanco y con las cosas más caras que se me pudieron ocurrir solo para ver que tanto podían lograr los poderes de Cyan, no porque realmente lo necesitara. La habitación esta oscura, y solo camino hasta la cama para dejarme caer allí sin quitarme nada de encima. No mentí cuando dije que quería dormir, he dormido poco últimamente y no por trabajo a veces solo me gusta divertirme en el bar o bailando con algún desconocido hasta que amanece. Ah, me gusta mucho mi vida…


— Jade, mueve tu trasero de la cama.


— ¿es una emergencia? No, déjame dormir— ay, pero si me acabo de dormir ¿Qué le cuesta dejarme una hora más aquí? cualquier trabajo puede esperar.


— no has comido nada.


— no tengo hambre, tengo sueño.


— son las seis de la tarde. Has dormido desde que llegaste— ¿en serio? aquí sigue igual de oscuro. Cyan ya no está en la habitación, y tampoco hay nada que no estuviera aquí antes. Los dos vivimos aquí, no sé muy bien porque Cyan no puede ir al infierno y vaya que se lo he preguntado muchas veces así que esto es parte de  nuestro acuerdo de cooperación. Me he estado concentrando desde que nos conocimos en crear el lugar perfecto, el lugar donde las personas vendan su alma sin darse cuenta, donde termina condenados con tan solo poner un pie allí.


— Cyan, quiero vacaciones.


— no puedes.


— puedo dejar un encargado, el negocio se maneja solo técnicamente.


— ¿solo dices?


— vamos, me merezco un descanso. He estado pensando todo eso para cumplir con el trato, y el lugar sigue funcionando sin que necesitemos estar allí, he creado la trampa perfecta y no entiendo porque ustedes no pensaron eso antes.


— no es así como funciona el infierno.   


— ¿Cómo funciona? ¿Hay muchos demonios? ¿Por qué no puedes ir?


— Nada de eso es de importancia ahora— frunzo el ceño. Antes ya había dejado pasar el hecho de que no sé nada de Cyan, nunca se le escapa nada más que cosas irrelevantes.


— ¿Por qué no hacen algo así? Pudieron hacerlo antes… no creo que no se les ocurriera en siglos de existencia… ¿está prohibido? ¿Tiene que ver con que no puedas regresar?— me quedo mirando a Cyan, esperando un momento antes de repetir las mismas preguntas tres veces antes de que me mire, con un suspiro cansando.


— no vas a parar ¿cierto?


— ¿necesito responder eso?


— A veces entiendo porque querían matarte— intento no sonreír— No podemos quedarnos mucho tiempo en la tierra, nuestro hogar es el infierno y tenemos obligaciones allí. Si no tenemos órdenes de permanecer aquí por un tiempo prolongado no lo hacemos.


— Umm… entonces por eso eres así— me encojo de hombros, como si no fuera nada importante y me estiro para tomar una manzana del frutero. Entiendo un poco mejor porque no para de trabajar— ¿Y tu nombre?


— ¿Qué tiene mi nombre?


— bueno, no sé nada de cómo se nombran los demonios pero el tuyo es muy poco… impresionante, creo, ¿es realmente tu nombre o solo es porque te gusta mucho el color? Porque siempre vistes con esos tonos, hasta tu cabello es azul ¿tiene algún significado oculto?


— estás haciendo muchas preguntas, ¿estas tramando algo?


— ah, claro que no ¿Por qué lo haría? Pienso que es normal querer saber sobre esto ¿no? hasta tú me decías que lo había tomado bastante bien en su momento— si alguien me preguntara cual es mi fortaleza yo respondería sin dudar que mi habilidad para adaptarme. No sobrevives a las calles si no te adaptas, si no reaccionas al momento o si piensas demasiado lento las cosas— hemos estado juntos en esto desde hace tiempo ¿no? espera, ¿acaso me dirás que no me aprecias ni siquiera un poco?


— eres molesto, Jade, deja los juegos. Soy un demonio, no puedo sentir las cosas que ustedes llaman agradables, compasión, generosidad, cariño, amor… llámalo como quieras.


— ¿Qué? ¿En serio?


— ¿alguna vez me has visto bromear?


— no puedo creerlo… tu… ¿al menos sabes distinguir cuando alguien es guapo? ¿Cómo sabes que alguien te gusta o no?


— sé muy bien quienes no me agradan— lo dice con una especie de gruñido, como si estuviera recordando a esos que no le agradan.


— ¿y quienes te gustan?


— No me gusta nadie. Nadie puede gustarme de la forma que tú conoces, es más cercano a un interés por ciertas cosas, no más. No me lamentare si lo pierdo, si le pasa algo. Solo es una cosa más.


— solo una cosa más… ¿¡Yo soy una cosa más!?


— Si—  ¿ah? ¡Pero cómo se atreve!  Después de tanto tiempo ayudándonos…— Si tienes hambre el refrigerador está lleno o puedes pedir a domicilio…— ¿a quién le importa la comida en un momento como este? Esto no puede quedarse así, de ninguno modo. Voy a hacer que cambie de opinión, que no se olvide nunca de quién soy y que no soy solo una cosa más, no señor, así tenga que  hacer que sienta algo por mi— ¿Jade?


— sí, lo hare— porque además de defender mi orgullo, tengo curiosidad ¿Por qué dice que no puede sentirlo? ¿Lo ha sentido alguna vez? Si no lo ha sentido entonces no puede saber cómo se siente ¿no? tengo mucha curiosidad por descubrir hasta dónde puedo llegar, que tanto puedo descubrir. Dicen que la curiosidad mato al gato… pero por suerte tiene siete vidas, y a mí me quedan seis.  

Notas finales:

Gracias por leer!!

Nos leemos hasta el 19 de diciembre!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).