Aún cuando las manos de Jimin no eran largas o delgadas, eran perfectas para Yoongi.
Eran delicadas e increíblemente suaves, al igual que el resto de Park Jimin, quien solía cumplir cada una de las peticiones de su hyung, siempre con una sonrisa coqueta y un rubor natural que lo hacía ver más adorable que de costumbre, aún cuando la situación no era la más inocente.
Porque a Min Yoongi le gustaba ver a esas pequeñas manos intentar abarcar toda la extensión de su miembro erecto, antes de que Jimin abriera la boca dispuesto a tomar la punta y succionar lentamente, antes de engullir hasta la mitad y sentir a su hyung hasta el fondo de su garganta. Justo como ocurría en ese momento, mientras ambos disfrutaban la comodidad del sofá en la residencia vacía.
Jimin llevó una de sus pequeñas manos hasta la entrepierna del pelinegro, tocando superficialmente el miembro semi-erecto de Yoongi que se asomaba un poco debajo del elástico de los bóxers negros que usaba.
Sus dedos, entre curiosos, traviesos y sin timidez, comenzaron a bailar sobre la tela negra, apenas si tocando y apretando para buscar una erección completa, mientras sus labios besaban con tranquilidad a los del rapero.
Yoongi suspiró dentro del beso cuando sintió el pulgar del menor jugando con la cabeza de su pene, retirando el elástico de la prenda para liberar la erección del mayor. Jimin aprovechó para meter la lengua en la cavidad bucal del mayor y se inclinó más sobre el cuerpo ajeno, sin dejar de dar círculos con sus dedos sobre el glande, sintiendo cómo el líquido preseminal le facilitaba la tarea.
El menor terminó a horcajadas sobre el regazo de Yoongi, dejando un pequeño espacio para que su mano pudiera continuar acariciando al rapero, sin dar descanso. Subía por el tronco y luego bajaba con lentitud hacia la base, hasta ir un poco más allá y envolver los testículos de Yoongi de manera suave, acogiendo cada uno de ellos, para después regresar a la punta y repetir el procedimiento sin descanso, hasta que su muñeca dolió por la posición en la que estaba.
Pararon solo para retirar las prendas inferiores de cada uno y luego Jimin volvió a su posición en las piernas del mayor, apoyando su mano derecha sobre el hombro de Yoongi para tener un poco de soporte. Juntó sus caderas a las del rapero y sus pollas hinchadas se tocaron lentamente.
Gimieron antes de besarse nuevamente.
Una descarga eléctrica recorrió ambos cuerpos cuando Jimin tomó ambas erecciones con su zurda, sin poder rodearlas por completo, comenzando con los movimientos ascendentes y descendentes. Sus labios se reconocieron de nuevo y los sonidos húmedos comenzaron entre ellos, gracias a la saliva y al líquido preseminal escurriendo por las manos de Jimin.
Junto a su mano, las caderas de Jimin comenzaron a bailar con su propio ritmo, para crear más fricción entre ambos. El beso se rompió sólo cuando las manos del mayor viajaron hasta el trasero del vocalista y acariciaron la piel desnuda con hambre; Yoongi acercó su dedo hacia la entrada, pero sin penetrar, solo acariciando el perineo con parsimonia.
Jimin comenzó a jadear, separándose ligeramente de su hyung. Yoongi aprovechó eso para comenzar a dejar besos sobre el cuello del menor, sonriendo cada vez que Jimin soltaba una maldición deshecha, pidiendo que lo jodiera de una buena vez.
Ambos sabían que el mayor solo estaba jugando, buscando terminar con la paciencia de Jimin, quien no dejaba de acariciar ambos miembros cada vez con más velocidad, permitiendo que ambos glandes se resbalaran entre sus manos.
Jimin soltó un gemido mezclado con un bufido de frustración cuando Yoongi ingresó un dedo en su interior, pocos segundos, antes de retirarlo sin aviso y dejarle una sensación molesta de vacío. Yoongi sonrió altanero al ver el ceño fruncido del vocalista, le gustaba jugar con el menor, pues solía incrementar la velocidad de su mano o llevar sus propios dedos a su interior, queriendo satisfacer lo que Yoongi dejaba de darle, pero regalándole una vista exquisita.
El rubio, un poco molesto, terminó por separarse de Yoongi, para ponerse de pie antes de arrodillarse y quedar con su cabeza entre sus piernas. Si Yoongi quería jugar, Jimin no se negaría y también lo complacería en eso.
El menor tomó el pene de Yoongi nuevamente y lo acercó a su rostro, pero no lo metió a su boca como estaba esperando el mayor, sino que lo dejó a escasos centímetros y siguió jalando y tirando de él con suavidad, se lamió sus labios sintiendo la necesidad de chupar, pero no quería hacer todo de manera rápida.
Yoongi se mordió el labio, observando cómo la pequeña mano de Jimin subía y bajaba, intentando abarcar cuanta carne podía. El menor había decidido descansar su rostro contra el muslo interno de Yoongi, dejando su mejilla y sus labios muy cerca de la polla que estaba mimando con tanta devoción.
—Jimin...
Dio una lamida a toda la extensión, siguiendo el mismo camino que su mano había trazado segundos antes. Pudo oír el suave gemido que salió de los labios de su hyung y el suspiro que le siguió, provocando una suave sonrisa de suficiencia en el rubio.
La expresión de placer en el rostro de Yoongi le pedía a gritos que engullera todo, pero Jimin no le dio el gusto en ese momento, sólo continuó jugando con el falo entre sus manos.
Tenía un rato más para jugar, antes de que llegara el resto de Bangtan al lugar. Quería divertirse con su hyung. Jimin rodeó el glande, pellizcando un poco la piel arrugada de la punta, sabía que eso le causaba especial placer al rapero.
Con su mano libre volvió a estimular los testículos de Yoongi, apretando dulcemente cada uno de ellos al mismo tiempo que finalmente succionaba la punta del pene, escuchando un gemido más profundo salir de los labios del pelinegro.
El menor comenzó un vaivén con su cabeza, queriendo meter todo entre sus labios. Hacía sonidos húmedos y soltaba pequeños gemidos cuando llegaba a la mitad. Se separó solo para bajar por la extensión dejando besos fugaces, llegando a la base y luego succionando los testículos.
Yoongi tenía una visión erótica de Jimin, pues el menor bailaba animadamente entre sus piernas y movía un poco su trasero cada que daba una lamida. Suspiró nuevamente, pensando que, si Jimin usaba sus labios con él, podía usar sus dedos para estimularse a sí mismo y prepararse para ser penetrado.
—Usa tus dedos, Minnie —pidió Yoongi, enredando sus propios dedos en el cabello del rubio, para empujarlo hacia su pelvis, queriendo que Jimin metiera su polla por completo entre sus labios.
El de hebras rubias gimió gustoso, aflojando su mandíbula y respirando profundo para que el mayor guiara su cabeza. Ahuecó sus mejillas y jugó con su lengua, saboreando cada parte de Yoongi, sintiendo las venas contra sus papilas gustativas y la dureza contra su paladar, luego contra su garganta.
Obedeció al pelinegro, y llevó sus dedos a su trasero, penetrándose con suavidad con el dedo medio, metiéndolo y sacándolo con cuidado antes de ingresar un segundo dedo y comenzar a abrirlos y cerrarlos en forma de tijeras, estirando su interior sabiendo que la piel que estaba lamiendo pronto lo abriría y llegaría hasta el fondo.
Trabajó con sus dedos lo mejor que pudo.
Soltó un gemido lastimado cuando Yoongi lo tomó del cabello nuevamente, tirando suavemente de él para alejarlo de su entrepierna. Luego llevó sus manos hacia las mejillas del rubio, admirando lo hinchados que estaban sus labios y el bonito color rosa que había adquirido.
Entendió que debía incorporarse, dejó que las manos de Yoongi lo tomaran de las caderas y lo guiaran hasta sentarse nuevamente sobre su regazo, solo que esta vez dejando su trasero contra la punta de su erección. Jimin puso sus rodillas sobre el sofá, al lado de las piernas de Yoongi, y tomó el miembro de su hyung para alinearlo contra su entrada.
Comenzó a sentarse lentamente, sintiendo cómo la polla de su hyung se abría espacio dentro de él, de manera lenta. Terminó por ser enterrado por el rapero cuando este puso presión sobre sus caderas para que se sentara por completo sobre él.
Ambos gimieron cuando el trasero de Jimin tocó sus muslos. Se miraron sonriendo unos instantes antes de besarse suavemente, al mismo tiempo que Jimin tomaba impulso para comenzar a brincar y penetrarse con el miembro de su hyung.
Los sonidos húmedos de sus besos se mezclaban con los gemidos de ambos, y con el golpeteo de los testículos contra la piel del trasero de Jimin. No pasó mucho tiempo cuando, de la garganta de Jimin, comenzaron a salir jadeos y sonidos más agudos, indicando que estaba a punto de llegar a su clímax.
No dejó de brincar sobre Yoongi, haciendo que las penetraciones fueran más rápidas y profundas, mientras su propio miembro pegaba contra su abdomen y el de Yoongi, disfrutando de la fricción que se creaba entre sus cuerpos.
Yoongi lo ayudaba marcando un ritmo más intenso con sus propias manos. Besó con devoción sus labios y su cuello, y miró con lujuria la manera en que Jimin, con sus pequeños dedos, tiraba de su propia polla hinchada, urgido de correrse.
El pelinegro palmeó suavemente el trasero de Jimin, dejando rojas y marcadas sus mejillas al mismo tiempo que las rodillas del menor comenzaba a perder fuerza.
Jimin terminó por correrse, manchando su cuerpo y el cuerpo de su hyung. Yoongi tuvo que mover sus caderas contra el trasero de Jimin, para continuar con las embestidas, buscando su propio orgasmo.
No tardó mucho en llegar, por lo que, tras unas cuantas embestidas erráticas, salió del interior del menor para correrse entre sus nalgas, manchando parte de su espalda. Ambos suspiraron cuando sus respiraciones pudieron regularizarse.
Se besaron tranquilamente, solo con la intención de sentir la presencia del otro. Cuando se separaron, Jimin se acomodó de tal manera que su cabeza quedara en el espacio entre el cuello y el hombro del mayor. Yoongi comenzó a dejar caricias en la espalda del menor.
Ninguno se quería mover, pero el sonido de la puerta abriéndose llegó hasta sus oídos y luego de eso, el chillido de Hoseok pidiendo un poco de respeto al hogar que todos compartían.