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Captive por rivaida

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– Debo tomarle la declaración a Eren. Petra se encargará de los testigos. Levi, tú harás el papeleo –. Ordenó el mayor, subiéndose a la patrulla y dejando a Levi con Petra en un silencio eterno.


– Petra, por favor recoge el testimonio de los testigos, yo estaré en el auto, necesito pensar un poco.


– Sí, detective –.


Si bien Levi había presenciado el momento en que Eren había vuelto a la vida, no procesó el momento en que él mismo estaba siguiendo al contrario a la ambulancia, como si fuera un familiar que podía gozar de los privilegios de ser el acompañante.


Por suerte Auruo lo detuvo a tiempo de cometer un error de protocolo. Pero no se quitaba de encima la sensación de que debía estar allí junto a Eren cuando despertara. Sus sentimientos y aprehensiones estaban determinando demasiado su actuar, y Auruo lo sabía, razón por la cual lo mandó lo más lejos del caso ahora que estaba terminado.


Ya había hecho demasiado. Levi no podía hacer nada más por ahora. No tenía que preocuparse de nada más de aquel caso. Podía darlo por cerrado puesto que la gran amenaza del menor ya había terminado. Mikasa estaba muerta, no podían hacerle más daño.


Levi se recostó en el asiento trasero del vehículo mientras esperaba a Petra. Cerró los ojos y soltó un largo suspiro para luego sentarse y soltarse la corbata.


Ya estaba cerrado. No tendría que saber nada más de Eren, podría seguir con su vida. Ya lo había rescatado dos veces, y no volvería a encontrárselo si así lo quería la vida.


Tal vez, después de todo, esa había sido la razón por la cual el caso había llegado a sus manos. Simplemente para salvarlo.


***


La oscuridad en la que se vio envuelto luego de la explosión, le llevó a pensar que estaba muerto. Eren se había hecho a la idea de la muerte hacía bastante tiempo, sabía que así era como iba a terminar todo, sin embargo se había aferrado a una sola razón para seguir con vida.


Levi Ackerman.


No supo si fue su imaginación o estaba simplemente creando situaciones en su inconsciente, pero le pareció ver a Levi a su lado un par de veces. Incluso creyó escuchar su voz, y a pesar de que creía estar loco, también creyó sentir el cálido aliento del mayor contra sus labios.


Luego solo tenía pequeños fragmentos de lo que había sucedido. En algún momento llegó al hospital y fue puesto en aquella cama en una habitación a solas.


Lo primero que sintió fue el olor a limpio que invadió su nariz. Luego siguió el pitido de la máquina que monitoreaba su ritmo cardíaco. Y por último, la máquina que tenía conectada para respirar, le desesperó el solo hecho de ser consciente de las agujas que había en su mano y brazo, suministrándole algún medicamento y suero.


El aire que respiraba por el aparato, era sumamente puro, pero sentía un dolor al inhalar y exhalar, como si su sistema estuviera quemándose por dentro.


Intentó levantar una mano, pero sus fuerzas eran casi nulas, lo cual atribuyó a los sedantes que le tenían tan somnoliento.


Cuando volvió a despertar, no supo cuánto tiempo había transcurrido, pero las cosas habían cambiado y se encontraba en una habitación con varias camas alrededor, en donde había más pacientes en distintos estados.


Al menos ya no llevaba aquel aparato que le obligaba a respirar, y solo tenía una aguja enterrada en el interior del brazo, la que estaba unida a una bolsa de líquido. Se llevó la mano libre al rostro y de inmediato hizo una mueca.


– Yo no me movería tanto si fuera tú –. El doctor que hacía sus rondas matutinas había llegado, y lucía una impecable sonrisa, brillante, casi como la impoluta bata blanca que llevaba en ese momento.


Eren frunció el ceño al notar las características del doctor. Cabello rubio y ojos azules, nariz respingona y aquel tono de voz ligeramente agudo.


– Hola, Eren, tiempo sin vernos –. Armin, casi irreconocible con el paso de los años, se veía completamente diferente. Sin duda la madurez le había golpeado del mismo modo que a él, porque se veía más alto, con el perfil más definido y al parecer se ejercitaba porque se veía en buena forma.


La sonrisa que le dio a Eren le hizo sentir una indescriptible emoción llena de nostalgia, y sonrió contagiado, intentando decir algo pero sintiendo de inmediato una punzada en la garganta que le hizo toser y sentir el sabor de la sangre.


– ¡Ah! Lo siento, debí mencionarte lo que sucedió primero –. Se sentó a su lado y sirvió un vaso plástico con agua, agregando una pajilla para ayudarle a beber mejor el agua–. Bebe, te hará bien –.


Armin mantuvo el vaso para Eren y sonrió con ternura mientras lo miraba. Desde luego se había sorprendido mucho cuando se enteró que su mejor amigo de la infancia había aparecido luego de años sin verlo, y más fue su reacción cuando lo vio tan malherido y a las puertas de la muerte.


– Sufriste una intoxicación por monóxido de carbono. En unos minutos vendrá una enfermera a realizarte una evaluación cognitiva, estuviste expuesto por tiempo prolongado a grandes cantidades de aquel gas, por lo tanto podrían haberse afectado algunas de las funciones neurológicas... –. Al ver el rostro confundido de Eren, el doctor rio con diversión y luego negó con la cabeza–. Solo te harán un chequeo de rutina y luego podremos hablar con mayor tranquilidad ¿Está bien? Además... te expusiste a quemaduras de primer y segundo grado, por lo que varias partes de tu cuerpo están vendadas... intenta no moverte demasiado para no crear dolor, ya no te suministraré más sedantes...


Eren asintió dándole una pequeña sonrisa divertida al escucharlo parlotear tanto sobre un tema que al parecer le apasionaba. Jamás imaginó que su mejor amigo se convertiría en un doctor, mucho menos que se lo encontraría después de tantos años y de este modo.


Volvió a tomar unos sorbos del agua, puesto que sentía la boca increíblemente seca, al igual que los labios que sentía agrietados y adoloridos.


Intentó llevarse una mano a la boca, pero de inmediato se arrepintió al sentir el roce de la sábana con las vendas. Solo hizo falta mirarse apenas unos segundos para descubrir todas aquellas zonas que habían resultado afectadas por la explosión.


Se recostó en la cama con un suspiro pesado. Armin se había marchado a las camillas cercanas para evaluar al resto de pacientes y lo escuchaba a lo lejos riendo y entablando conversaciones de rutina con facilidad.


Un resoplido abandonó sus labios. Armin siempre había tenido el don de la palabra y un gran cerebro para estudiar algo tan importante como medicina. De seguro ya tenía una novia y quien sabe, hasta casa propia y una vida feliz.


Lo miró a lo lejos, y suspiró con melancolía.


– ¿Señor Jaeger? Voy a hacerle una evaluación de rutina, solo debe contestar algunas preguntas, si no recuerda algo, no se preocupe.


La enfermera se situó a su lado con un una tabla para tomar notas y comenzó a realizarle preguntas al azar, la mayoría se caracterizaban por medir su orientación temporal y otras habilidades cognitivas. Eren pudo responder a la mayoría de las cosas sin dificultad, por lo que al finalizar la enfermera simplemente lo felicitó y le comentó la hora en que le realizarían el cambio de vendajes.


Se giró para intentar tomar el vaso con agua por su cuenta, pero una mano se apresuró a ayudarle. El rubio volvió a tomar asiento a su lado y lo miró con atención mientras sorbía de aquel líquido que le ayudaba a aliviar aquel ardor en la garganta.


– Bueno, tengo una hora libre por la noche. ¿Te parece si nos ponemos al día en ese tiempo? –. Eren asintió de inmediato, sintiéndose emocionado por aquella propuesta–. Aprovecha de descansar un poco para recuperar la voz, los policías todavía necesitan tomarte la declaración.


– Armin... –. Eren llamó al rubio antes de que se marchara, y le ofreció una pequeña sonrisa–. Te extrañé.


– ¡...! ¡Eren! –. Armin sintió cómo el rostro se le acaloraba por lo imprevisto de aquellas palabras, pero del mismo modo soltó una risita divertida, ya que aquel lazo que habían compartido hacía años, seguía intacto y en pausa allí donde se había distanciado–. Yo también te extrañé, busca pleitos.

Notas finales:

Buenas buenas, gentecita!! espero que se encuentren muy bien y que les esté gustan esta historia, prometo que se vendrán varias cosas más adelante que va a servir para aliviar nuestros corazones alterados. 

 

Cuídense mucho! y nos vemos mañana si me encuentro inspirada, lxs quiero muchoooo


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