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Captive por rivaida

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Ocho meses después…


Se acomodó el traje a la altura de la barbilla y se miró en el espejo de cuerpo completo, soltando un bufido molesto al no estar completamente convencido con aquel conjunto. Estiró el brazo para tomar el otro traje que tenía colgado y se miró nuevamente, imaginándose con la ropa puesta, una crisis existencial abriéndose paso en cosa de segundos al no decidirse entre un traje de color azul marino o burdeo.


– El azul – La voz de Levi se escuchó tras suyo, tomándolo por sorpresa y en consecuencia provocando un respingo en el cuerpo del más alto.


– ¿Estás seguro? Quiero dar una buena impresión.


– No entiendo por qué debes usar traje.


Eren dejó el traje colgado nuevamente para dedicarle una expresión recriminadora. Se cruzó de brazos y le dio su mejor mirada de “no vas a querer tocar el tema nuevamente”, a lo que Levi solo respondió levantando las manos en señal de paz, tomando asiento al borde de la cama para mirarlo desde allí.


El castaño había tomado una ducha pocos minutos atrás, por lo que aún tenía los cabellos mojados, y de las puntas goteaban pequeñas perlas de agua, que se deslizaban por sus hombros y pecho, algunas alcanzaban a recorrer todo el camino por su abdomen hasta perderse en la línea del bóxer. Desde luego que Levi fue uno de los privilegiados en seguir el rumbo de una gota de agua para luego suspirar en sus imaginaciones.


Jaeger volvió a darle la espalda, ante lo cual el pelinegro solo sonrió victorioso al clavar la mirada en su espalda y en los hoyuelos que se le marcaban en el bajo. Se llevó una mano a los labios, recordando las docenas de veces en que había lamido aquellas depresiones, sin mencionar la forma en que reaccionaba el menor cada vez que lo hacía.


– Pervertido.


La voz de Eren lo trajo nuevamente al presente, riendo al ser atrapado. Solo entonces el menor soltó un suspiro y se acercó a Levi, olvidando por completo su tan estresante labor de escoger el color adecuado, y se detuvo frente al mayor, sentándose a horcajadas en su regazo. Rodeó su cuello con ambos brazos y se acomodó cerca de su cuerpo, suspirando de gusto al tener aquel cálido tacto de las manos adversas recorriéndole la espalda baja, trazando círculos delicados por las zonas sensibles, que de inmediato lo hicieron estremecer.


– No podemos… – Susurró el castaño, jadeando al sentir la boca del mayor en su cuello al recibir una lamida en aquella zona sensible, seguida de una succión.


– ¿Quién dice que no?


– El vuelo sale en tres horas.


– El tiempo es el que sobra – Levi sonrió contra la piel del contrario, soplando en la porción de piel que había humedecido para secar la saliva, provocando un estremecimiento en su menor.


– Igual… que tu ropa – Jadeó el castaño, empujando ligeramente al mayor para recostarlo en la cama.


Una vez Levi se acomodó sobre la cama, sintió las manos ansiosas del menor comenzar a desabotonar la camisa que llevaba puesta, por lo que rio suavemente al notar que batallaba con algunos botones, pero lo dejó hacerlo con paciencia, aprovechando para acariciar los muslos desnudos del contrario, deleitándose con la suavidad de su piel, ascendiendo en el trayecto hacia sus glúteos.


Eren se removió con anticipación al sentir las manos del mayor encaminándose a su trasero, y ahogó un gemido cuando le estrujó los glúteos para presionarlo hacia abajo contra su pelvis, abriendo los ojos con sorpresa al sentir la erección del mayor, completamente duro bajo la ropa que llevaba. Le dio una mirada divertida al contrario, quitándole la camisa al fin para acariciarle la piel desnuda, trazando con la punta de los dedos aquel pálido y terso abdomen, delineando los marcados músculos.


– Quítate la ropa – Pidió el castaño.


– Todavía hay tiempo.


– Te necesito pronto – Demandó el menor, dándole una mirada molesta al pelinegro, quien no necesitó de más palabras para girar las posiciones, sacándole una risita al castaño por lo imprevisto del acto.


Levi se desabrochó los pantalones y los arrojó a algún lado de la habitación, acomodándose sobre el cuerpo semidesnudo que lo esperaba sobre la cama. Inició un camino de besos desde el vientre de aquella piel canela en dirección a su cuello, y se encargó de estimular el punto sensible que tenía el menor bajo su oreja, robándole suspiros de placer de inmediato.


El mayor se dedicó a acariciar las caderas del cuerpo bajo suyo, apretando y enterrando sus dedos en las zonas suaves, para luego deslizar el bóxer por sus piernas hasta quitárselo por completo y volver a acomodarse entre sus muslos, siendo rápidamente rodeado por los mismos, capturado y sin escape, sonriendo por la urgencia que mostraba su pareja.


El castaño gimió cuando Levi tironeó de sus pezones con suavidad, enviando corrientes de placer directo a su entrepierna, buscando fricción contra el cuerpo adverso, enterrando sus uñas en la espalda del causante de su necesidad. Aquel escozor que sintió el pelinegro, solo le llevó a gruñir contra su cuello, mordiendo la manzana de Adán del menor y luego succionando con fuerza, sonriendo con malicia al ver la marca que comenzó a notarse con el paso de los segundos. Eren iba a estar furioso al verla después.


El mayor siguió acariciando los costados de aquel cuerpo tan sensible, y se presionó con lentitud contra la erección de su novio, emitiendo un gemido al unísono por el placer que les invadió con aquella fricción de sus miembros. Ambos se miraron en ese momento, uniendo sus bocas en un beso necesitado, el cual ya se habían tardado en concretar, característico de cuando Levi tomaba el control y gustaba de extender el placer.


Pero Eren no estaba dispuesto a esperar, y se lo hizo saber al mayor cuando tensionó los muslos alrededor de aquellas caderas, y lo presionó más todavía contra su miembro desnudo, jadeando mientras llevaba una mano al pene del pelinegro para liberarlo del bóxer y comenzar a masturbar ambos en conjunto.


El castaño arqueó su espalda por el placer de aquella sensación tan caliente y aumentó el ritmo de su muñeca para buscar su placer con rapidez, sin embargo, no duró con aquella acción más de un minuto, ya que sin previo aviso, fue inmovilizado contra la cama con una mirada grisácea que denotaba imposición y dominancia.


– Dije que te necesito pronto.


– Si te apresuras no vamos a disfrutarlo.


– ¿Quieres apostar?


– No me desafíes, Eren.


– Cariño… – La sonrisa burlona de Eren hizo que el contrario tensara el agarre, provocando todavía más la excitación del menor – Ah… – Gimió por aquella suma de sensaciones que le generaba el mayor cada vez que se tornaba tan dominante – No te estoy desafiando… Te quiero dentro.


Levi suspiró negando con la cabeza por la forma en que Eren siempre lograba que su lado dominante se apaciguara con tanta rapidez, pero del mismo modo lo hacía surgir sin aviso. Por lo que soltó sus manos con lentitud y se levantó para caminar al mueble junto a la cama y tomar el lubricante, quitándose la última prenda que le quedaba para igualar la desnudez de su pareja, mostrando su erección con orgullo, la cual se levantaba en busca de atención.


El castaño se relamió los labios mirando la excitación de su pareja y estuvo a punto de extender sus manos para tomar el miembro del mayor y comenzar a masturbarlo, sin embargo de un segundo a otro fue girado boca abajo en la cama, a la vez que su trasero era alzado para quedar expuesto. De inmediato sintió el rostro caliente por encontrarse en aquella posición, a pesar de que habían hecho el amor un sinfín de veces, seguía sintiendo pudor cada vez que Levi tomaba el control sobre su cuerpo volviéndole tan dócil con solo unos toques. A veces se sorprendía incluso de los sonidos que llegaba a hacer llevado por el placer, ya que aquellas sensaciones no las había experimentado con anterioridad.


De pronto sintió un líquido viscoso en su entrada, y se estremeció ante lo frío que se encontraba. Dio un respingo cuando los dedos del mayor se acercaron a acariciar la piel con el lubricante, y pronto comenzó a tornarse más caliente y necesitado a medida que Levi solo se dedicaba a tentar su entrada, dando círculos alrededor pero nunca penetrando su interior. Enterró el rostro en las sábanas y ahogó un gruñido de frustración. Conocía demasiado bien los trucos que utilizaba el pelinegro para someterlo y abusaba en algunas ocasiones cuando sabía que su necesidad era grande, pero al castaño ya no le importaba, porque del mismo se encargaba de vengarse en las mejores ocasiones y debía decir, que las veces en que osaba de aquellos privilegios, tenían el mejor sexo de la vida.


Comenzó a mover las caderas lentamente de un lado a otro, esperando a que el mayor se apiadara de él y lo penetrara pronto. Y así fue. Levi deslizó su índice en aquel apretado orificio, el cual solo se tensó ante la intromisión.


– Relájate, Eren – Le sujetó la cadera con la mano libre para que dejara de moverse y deslizó su tacto por la línea de su columna, encontrando los cabellos de su nuca para tironearlos y provocar que su espalda se curvara de forma exquisita, sonriendo al notar cómo su interior latía por atención – Hicimos esto toda la noche y sigues tan estrecho.


– No necesitas prepararme.


– Siempre dices lo mismo y luego me culpas por no tomarme el tiempo en aflojarte.


El aludido se mordió la lengua para no replicar puesto que sabía que tenía razón, por lo que simplemente llevó una mano a su miembro desatendido para comenzar a masturbarse con lentitud, relajándose casi al instante. Levi aprovechó la oportunidad para deslizar un segundo dedo con facilidad, comenzando a simular tijeras en su interior, entrando y saliendo sin prisa alguna, hasta que logró ingresar un tercer dedo, con algo de dificultad.


El mayor se mordió el interior del labio inferior para ahogar un gemido ante la forma en que Eren estaba apretando sus falanges en su interior, como si no quisiera que lo dejara, sumado al sonido obsceno que se producía debido al lubricante cada vez que sacaba los dedos, le tenían más duro que una piedra y con la palpitante necesidad de clavarse en su interior sin más miramientos. Pero debía calmarse, porque dentro de tres horas debían estar abordando un avión y pasarían cinco horas volando por los cielos, y sabía que Eren iba a estar sumamente enfadado si se dejaba llevar demasiado, después de todo se estaba preocupando por su comodidad. Razón por la que se estaba tomando tanto tiempo en prepararlo y contenerse lo más que podía.


Tomó el preservativo que había arrojado a la cama y lo abrió con los dientes luego de notar que el agujero del menor estaba lo suficientemente dilatado como para recibirlo. Eren se tensó con anticipación, tomando una almohada para acomodarla bajo su vientre y mantener su parte baja elevada en caso de que perdiera fuerza en las piernas en el transcurso. Sin embargo, fue gentilmente girado para quedar recostado sobre su espalda, mirando a Levi con sorpresa, recibiendo una mirada llena de calidez y amor, lo cual hizo que su pulso se acelerara con tanta velocidad que nuevamente sintió el rostro arder.


– Quiero ver tu rostro mientras lo hacemos.


Eren asintió tragando saliva con dureza, relamiéndose los labios antes de separar sus piernas para atraer el cuerpo de su pareja, rodeando su cuello para luego juntar sus bocas en un beso lento y apasionado, lamiendo los labios del contrario para posteriormente deslizar su lengua e invadir la cavidad del mayor, ahogando un gemido en medio del beso cuando el pene del contrario se alineó en su entrada para deslizarse lentamente en él. Su cuerpo tembló por completo ante la exquisita sensación de sentirse lleno por él, y mordió el labio de Levi por la abrumadora sensación de placer que le invadió.


Ackerman se detuvo una vez entró por completo en su pareja, y lo miró conteniéndose de sobremanera para no arremeter en él sin control al observar la expresión llorosa que tenía bajo su cuerpo, viéndose totalmente erótico en ese momento. Se relamió el labio que había sido atacado por los dientes de Eren y sonrió de medio lado para luego limpiar las lágrimas de las esquinas de sus ojos, comenzando a dejar besos dulces por su rostro, haciéndole sonreír poco a poco.


– Me harás llorar si sigues siendo tan dulce – Susurró el menor sintiendo su pecho completamente lleno de emociones cálidas en ese momento.


Amaba a Levi. Quizás desde el primer momento en que lo conoció lo amaba por el simple hecho de haber estado para él cuando más lo necesitaba, siendo su salvador en más de un sentido, llegando a darle un rumbo y dirección a su vida tan desolada e invadida por emociones tan ambivalentes e inseguras.


Desde luego que cada día que habían compartido juntos había llegado a amarlo un poco más, hasta rebosar aquella fuente de sentimientos que le invadían en ese momento. Y la forma tan gentil de actuar que tenía el mayor en los momentos menos esperados, siempre lograba llevarlo a ese resultado, donde podía llorar por la felicidad que sentía.


Levi era consciente de la manera en que el menor se sentía, y del mismo modo sentía que correspondía con tal intensidad a sus sentimientos que estaba completamente unido a él, en más de un aspecto. Y por primera vez sentía que tenía un lugar al cual volver cada vez que terminaba su trabajo. El detective por primera vez en una década tenía razones para las cuales tomar vacaciones anticipadas, o para salir del trabajo a la hora que corresponde, sin matarse en el transcurso, porque sabía que había alguien esperándolo, alguien que ahora era su mayor sentido del deber. Tener a Eren, era lo mejor que le había sucedido, y desde luego que se dedicaba por completo en demostrar su devoción hacia aquel muchacho de cabellos castaños y ojos verdes, al igual que Eren demostraba su devoción hacia Levi.


La forma en que se habían logrado complementar en el transcurso de aquellos meses, les llevó a pensar en más de una ocasión que estaban en el momento correcto, que no había ningún otro lugar en donde podrían estar sino era el uno con el otro. Aun cuando las cosas se tornaban complejas y tensas entre los dos, porque a pesar de que nada era perfecto, sabían que al final del día se tenían el uno al otro, y cosas tan banales como las peleas o discusiones de vez en cuando, no iban a ser razón para mantenerlos alejados, no ahora que se habían encontrado al fin.


– Te amo – Murmuró Eren sintiendo un par de lágrimas escaparse de sus ojos sin permiso, ocultando el rostro en el cuello del mayor para que no viera su rostro avergonzado.


Era la primera vez que decía aquellas dos palabras en voz alta, a pesar de que había querido decirlas en múltiples ocasiones, pero nunca se armaba del valor necesario para expresarlas. Sin embargo, en ese momento, con la mente nublada por el placer y las emociones que suscitaba el pelinegro en él, le hicieron hablar casi de forma inconsciente.


Levi detuvo sus movimientos y tomó el rostro del menor para mirarlo, buscando los resquicios de aquellas palabras que pareció imaginar. Entonces Eren rehuyó la mirada y comprobó el significado nuevamente, abrazándolo con fuerza, sintiendo su corazón desbocado, golpeteando fuertemente contra su caja torácica.


– Como siempre, solo tú puedes desarmarme de este modo – Murmuró el mayor con una media sonrisa, tomando las manos del menor para entrelazarlas y presionarlas contra la cama, evitando que se cubriera el rostro para besar sus labios con gentileza – Te amo, Eren.


Al ser correspondido, el castaño abrió los ojos con una sonrisa pequeña, totalmente emocionado, comenzando a dar besos sonoros y húmedos a los labios del mayor, gimiendo suavemente cuando movió las caderas contra él para que continuara moviéndose. Levi mantuvo las manos del menor contra la cama, elevándolas por sobre su cabeza para juntar sus cuerpos, manteniendo únicamente el movimiento de su pelvis impactando contra el castaño, llenando la habitación de chasquidos y chapoteos por los fluidos compartidos.


Los gemidos de Eren se tornaron más necesitados y subieron en intensidad, contrayendo el rostro por lo bien que se sentían las embestidas certeras que daba el mayor en su interior, sintiéndose cada vez más caliente por el esfuerzo, notando sus cuerpos pegajosos por la fina capa de sudor que los cubría dado a los movimientos.


– ¡Ahh! – Gimió de forma más aguda el menor cuando de pronto Levi encontró su punto de placer, logrando que el cuerpo del castaño se deshiciera en temblores y espasmos.


De inmediato Levi se acomodó, deteniéndose por completo para luego retomar las embestidas y colisiones en la posición correcta para tener a Eren gritando por el placer que le invadía. Haciendo que el pelinegro sonriera victorioso por ello, aumentando el ritmo de sus caderas a la vez que juntaba sus labios en un beso sediento.


Al sentir los espasmos del interior de su menor, supo que estaba cerca del orgasmo, por lo que redujo considerablemente el ritmo de las estocadas para mantenerlas suaves y lentas, soltando una de las manos del menor para tomarle la barbilla y mirarlo fijamente, depositando cortos besos en sus labios, contrayendo el rostro al sentir lo cerca que se encontraba del clímax. Fue en ese momento que Eren apresó el miembro de Levi al tensar sus paredes, sacándole un gemido ronco que envió escalofríos por su cuerpo, aquello fue casi lo necesario para hacerlo llegar al orgasmo.


Eren miró con detalle el rostro de su novio, gimiendo cuando llegó al clímax casi al mismo tiempo que el contrario, eyaculando entre sus abdómenes, sintiendo espasmos recorrerle de pies a cabeza por el placer, llevándolo a tener la mente en las nubes de un momento a otro, siendo consciente exclusivamente de las últimas estocadas que daba Levi en su interior, para finalmente terminar abrazados el uno al otro.


Respiraron de forma agitada por el esfuerzo y se quedaron en silencio por varios minutos en lo que recuperaban nuevamente la consciencia. El castaño deslizó una pierna por sobre la cadera del mayor para acercarlo a su cuerpo, negándose a que saliera de su cuerpo todavía, por lo que se aferró a su cintura con los brazos y comenzó a repartir besos lentos y somnolientos por su barbilla, hasta llegar a sus labios.


– Gracias por ser gentil esta vez – Dijo el menor, sonriendo divertido al saber que como siempre, Levi pensaba en su bienestar.


– Shh.


El mayor simplemente lo silenció con un beso lento y prolongado, donde sus lenguas se enredaron en un suave jugueteo lánguido. Las manos del pelinegro se deslizaron por el cuerpo de su pareja, deteniéndose en sus caderas para acercarlo más, y posteriormente se encaminó a los glúteos del menor para apretarlo con suavidad, sacándole una risita divertida al contrario.


– Saca tus manos, ya sé por dónde vas.


– Aun tenemos tiempo para otra ronda – Reclamó el detective mirándolo con suplica.


Eren miró el reloj junto a la cama y arrugó la nariz para luego negar con la cabeza.


– Tenemos el tiempo suficiente para tomar una ducha, terminar las maletas y marcharnos al aeropuerto.


Levi le dio una mala mirada, azotando ligeramente la nalga izquierda del menor, sacándole un jadeo de sorpresa. Eren lo miró con el ceño fruncido y una amenaza latente.


– Una última ronda en la ducha entonces.


– Eso no fue lo que dije.


– Eso dejaste a entender.


Antes de que Eren pudiera replicar, fue levantado de la cama, con tanta facilidad que soltó un grito de sorpresa. Levi había salido de su interior y se había quitado el condón para arrojarlo al cubo de basura junto a la cama y lo había tomado en brazos al arrastrarlo por la cama hasta el borde, donde lo levantó y caminó con él al baño sin perder ningún minuto.


– Siempre das vueltas las cosas a tu favor.


– No veo que te quejes.


La única respuesta que le dio fue un jalón de orejas, fulminándolo con la mirada antes de negar con la cabeza y suspirar resignado.


De ese modo, se embarcaron en una segunda ronda en la ducha, donde Levi no usó condón alegando que para eso estaban duchándose y sería más fácil limpiarlo. Llevándose uno que otro regaño del menor quien finalmente terminó echándolo del baño una vez terminaron, porque solo se enfocaba en distraerlo con besos y caricias que solo los estaban retrasando.


– ¡Ve a terminar las maletas! – Ordenó el castaño al borde de un arrebato – ¡Y no me hables hasta que tengas todo listo!


Con aquella sentencia, Levi se marchó riendo a cumplir su cometido. A la vez que Eren terminaba de secarse y aplicarse, nuevamente, loción y desodorante, secándose rápidamente el cabello antes de salir para vestirse. Gracias a las divinidades, el castaño no se percató de la marca que había dejado la succión que Levi le había hecho en la manzana de Adán.


Una vez salió del baño, se dirigió nuevamente al armario y optó por el traje azul marino que había escogido su pareja, el cual se puso con rapidez, viendo que tenían poco más de una hora y media para irse y Levi ya estaba completamente listo esperándolo en la puerta, lo que solo hizo que el castaño se irritara de sobremanera.


Terminó de cerrar su maleta, tomando su teléfono y dándose un último vistazo en el espejo, frunciendo el ceño al notar una mancha oscura en su cuello, pero lo dejó pasar al ver que los segundos seguían corriendo y el nerviosismo le ganaba, por lo que se acercó a la salida, encaminándose junto al pelinegro.


– ¿Llevas los boletos? – Se inclinó para arreglarle la corbata que estaba ligeramente torcida y luego le pellizcó las mejillas para dejarle saber su irritación.


– Aquí están – Respondió el mayor frunciendo el ceño por la reprimenda del menor, pero luego sonriendo de sobremanera porque no se arrepentía de nada – ¿Nos vamos entonces?


– Todo listo.


– No estés tan nervioso – Se burló Levi abriendo la puerta para salir con ambas maletas, dejándole la tarea de cerrar al menor.


– ¡Son tus padres!


– Tus suegros ahora.


– ¡Mis suegros!


– Tu familia también.


– Mi famil… – Eren miró a Levi viéndose totalmente emocionado por lo que le había dicho.


El pelinegro le revolvió los cabellos con ternura y le acarició la mejilla mientras esperaban el ascensor.


– Todos estarán felices de tener un nuevo integrante en la familia, mi madre de seguro te va a adorar, y mi hermano… Ni qué decir, estará encantado de tener a alguien con quien confabular en mi contra.


Eren sintió un escozor en los ojos, parpadeando con rapidez para alejar las lágrimas que querían llegar, abrazando a Levi con fuerza en ese momento, sintiéndose completamente afectado por lo que le estaba diciendo.


La familia que había perdido y que pensó jamás volver a sentir…


– Gracias, Levi – Murmuró cerrando los ojos, apoyando la barbilla en su hombro mientras sentía los cálidos brazos del mayor rodeándole la cintura con suavidad.


– No te preocupes más ¿Vale? – Le apartó suavemente para dejar un beso en sus labios antes de sonreírle con tranquilidad – Créeme, vas a encantarles a todos.


– Tengo que, después de todo debo recibir la aprobación para casarme contigo.


Levi soltó una carcajada divertida, negando con la cabeza ante las ocurrencias del menor, por lo que simplemente lo dejó ser, tomando las maletas y subiendo al ascensor junto a él, marcando el primer piso mientras seguían compartiendo palabras para tranquilizar los nervios que ambos sentían. Después de todo, estaban a pocos días de navidad, lo cual implicaba el cumpleaños del mayor, y por consiguiente su retorno a casa de sus padres para visitarlos, con la única diferencia que ese año estaba siendo acompañado, y todos estaban ansiosos de conocer al dueño del corazón de tan complejo detective.


Desde luego, Eren sentía una presión increíble al querer agradarle a la familia Ackerman, sin embargo, sabía en el fondo de sí, que todo saldría bien, y que iba a encontrar nuevamente una familia que le abriría las puertas de su casa y corazón. Tal como había sucedido con Levi.


En ese momento, escuchando los planes que Levi tenía programados para ellos en esas semanas, tomó su mano y entrelazó sus dedos, dándole un suave apretón e inclinándose a dejar un sonoro beso en su mejilla. Su corazón nunca había estado tan lleno ni seguro como en ese momento, y a pesar de lo difícil que había sido el transcurso para llegar a ese momento específico, no cambiaría nada del pasado.


Porque Levi había llegado en el momento indicado, y el antes no importaba. Ahora solo quedaba el futuro que estaban construyendo con cada segundo que pasaba, y mientras ambos fueran felices y pudieran sostenerse el uno al otro, todo estaría bien.


 


FIN.

Notas finales:

Hola, hola, gentecitx... Lo prometido es deuda, y hoy me encuentro feliz de trarles el último capítulo de este fanfic. 


Les quiero agradecer por todo el apoyo que le han dado a esta historia al seguirla leyendo hasta el final. Captive fue mi primer proyecto luego de que estuve dos o tres años sin escribir, por lo que me encontraba muy nerviosa al inicio creyendo que había perdido el toque, pero poco a poco le fui tomando el gusto y espero no dejarlo nuevamente.


Les traigo un par de datos de la historia:


1) Inicialmente, Mikasa no iba a morir, pero dado a que podría haber complicado la trama si continuaba con vida, decidí darle un descanso, el cual merecía luego de todo lo que tuvo que vivir.


2) Los trastornos psicológicos que abordé, (trastorno de conducta y personalidad antisocial/psicopatía), fueron exagerados para fines de la historia, pero las bases de la conducta son similares a lo descrito por manuales de diagnóstico de personalidad. 


3) También abordé un aspecto importante de nuestro país (Chile), respecto a la salud mental y la poca efectividad del sistema público en el tratamiento de padecimientos mentales (no digo que siempre es así, sino que debido a la poca importancia que se le da, el apoyo a patologías mentales es como el 5% de todo, lo cual es muy bajo)


4) Siempre estuvo planeado a ser un RiRen, pero dejé abierta la posibilidad de que fuera un EreRi porque considero a ambos personajes versátiles.


5) Inicialmente iba a hacer que Levi fuera más reacio a aceptar los sentimientos de Eren, sin embargo no sentí que fuera lo más idóneo para la historia porque se iba a extender demasiado y no me gusta escribir miles de capítulos de relleno. 


Y eso es todo lo que tenía que comentarles acerca de la historia.


Por último, espero verlos en mis próximos proyectos, actualmente estoy trabajando en un EreMin (Eren x Armin), tengo una idea bastante creada de otro RiRen/EreRi, y también un EruRi a petición de una amiga, así que estaré volviendo pronto a las pistas de los fanfic y espero contar con su apoyo.


Muchísimas gracias por todo el tiempo invertido y la apreciación de mi trabajo. Cuídense mucho y nos estamos leyendo pronto.


P.D: Gracias por todo el apoyo L_inverse.


- Alex Reed.


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