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El Misterio de los Vampiros de Aqueos por Shuni_Chan

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Notas del fanfic:

   Después de tantas vicisitudes, logré terminar este fics el 18-03-2021 lloro de felicidad. No lo había publicado antes porque me hacia falta el título, ahora si puedo decir que está completo.

   Solo sé que lo comencé a escribir en el 2011, han pasado diez años, es increíble pero nunca lo olvidé; siempre estuvo en mí cabeza. Lo más curioso de esto es que a medida que estaba siendo escrito hubieron muchos cambios, al principio se estaba pareciendo mucho a crepúsculo y no quería algo así, quería de verdad una historia de terror. Luego le tenía otra historia, algo así como que dos de los protagonistas son fans de los libros de terror, pero una chica de aquí  en Amor Yaoi, al parecer estábamos conectadas con el mismo pensamiento y prácticamente teníamos la misma historia con diferente protagonista. Lo volví a olvidar y retomé esta versión casi que a partir del 2019, 2020 y finalmente 2021. El primer capítulo fue modificado como 9 veces o quizás más, y lo mismo sucedió con cada uno de los capítulos, a medida que iba escribiendo se modificaba mucho de los otros y volvía atrás y seguía de nuevo, hasta que al fin llegué a terminarlo. Por supuesto fue difícil y un reto, sobre todo las escenas de lucha, no son fáciles y pueden haber fallas, lo sé, pero esto me ayudará a mejorar.

   Sin más, espero que disfruten de este fics.

Notas del capitulo:

   Investigando el año 1860 me encontré con dos acontecimientos curiosos que ocurrieron en ese año. Fue un año bisiesto así como el terrible 2020 y hubo un eclipse total de sol el 18 de Julio de ese año que fue observado desde casi toda Europa.

   Era el año 1860; bisiesto, donde un evento astronómico asombraría a sus pobladores. El 18 de julio ocurrió un eclipse total de sol que dejo a oscuras a toda Europa y desde entonces la ciudad no sería la misma.


 


   Los ciudadanos de “Aqueos” un pueblo enclavado sobre un valle, con clima de montaña, hermosos paisajes y salida al mar, vivían la más horrorosa historia jamás vivida por ellos. Las historias sobre ciudadanos que han sido encontrados sin una gota de sangre se hacían más frecuentes.


 


   Los murmullos que azotaban al pueblo de “Aqueos” eran cadavez mayores. Cada noche aparecía una víctima sin una gota de sangre en su torrente sanguíneo, con dos puntos en su nuca y con una expresión tan horrible, que era capaz de aterrorizar a la persona más valiente de ese pueblo.


 


   Siempre, cuando sucedían estos atroces crímenes, la población se volvía cada vez más desesperada por encontrar al culpable, y los regidores solo les echaban la culpa a los animales de rapiña que ululaban por el pueblo.


 


   ¿Pero qué animal puede haber en ese bosque tenebroso que pueda succionar así las sangre, sin dejar ni una gota esparcida por el suelo y mucho menos en el cuerpo de la víctimas? ¿Qué animal tendría esa saña de hacer eso?


 


   Lo que si podían intuir era que salía en las noches, y se desplazaba silenciosamente por el pueblo, sin dejarse escuchar por ninguno de los habitantes. La mayoría de las víctimas eran personas que se encontraban a altas horas de la noche en las calles, buscando la mala vida, estando en tabernas, igual nadie se salvaba de ese depredador de sangre.


 


   Hasta que llegó una oportunidad en donde estos crímenes se tornaron más pavorosos. Ahora las personas aparecían desmembradas, quizás porque se resistieron a su atacante y “la cosa” solo enfureció. El grito agudo de algunas de esas víctimas se dejaba escuchar en las noches, pero apenas los habitantes salían de sus casas para ver lo que sucedía, encontraban la escena dantesca, un cuerpo todo destrozado y lo que más les sorprendió fue encontrarlo en un charco de sangre.


 


   Esta vez esa “cosa” no había tenido tiempo de absorber toda la sangre; en cambio cerca del charco de sangre se encontraban pisadas de calzados denotando que “eso” era humano, pero ni tanto, ya que desaparecían a tres o cuatros pasos, o salió volando o simplemente se quitó el calzado y salió corriendo, lo cual era poco creíble, no podía haber hecho eso tan rápido.


 


   Sin embargo, una semana después de ese suceso se volvió a presentar un hecho casi parecido pero con la diferencia de que esta vez había un testigo. En esta oportunidad a la víctima no le dio tiempo ni de gritar. Ese al que denominaban “animal”, “cosa” o “eso” tenía forma humana y este testigo veía a pesar de la pobre luz de las farolas de keroseno, como miraba a la víctima directamente a los ojos, como hipnotizándola y seguidamente de eso habría su boca mostrando dos afilados colmillos enterrándose fácilmente en la carne blanda. Seguidamente se dejó escuchar un pequeño y ligero sorbido, y la victima cada vez se volvía más pálida, mas blanca, mas mortuoria, hasta que finalmente esa “cosa humana” como lo había denominado el testigo solo dejo caer el cuerpo inerte al suelo y con su antebrazo se limpió la boca de cualquier rastro que le quedara, solo lo escucho decir:


 


Muchas gracias, su sangre estaba muy suculenta”.


 


   Y lo que más sorprendió al testigo fue que en un pestañeo esa cosa humana con una velocidad increíble desapareció, apareciendo sobre un tejado de una casa y su sombra se veía perfecta ya que contrastaba con la luz de la luna llena que se encontraba en su pleno apogeo, y así como apreció en ese tejado, desapareció dejando al testigo totalmente atónito a lo que vieron sus ojos.


 


   Tan solo después del impacto que duro poco segundo, lanzo un alarido que nuevamente despertó a los lugareños de esa cuadra, en esa oportunidad salieron lo más rápido posible y apenas pusieron un pie fuera de sus casas vieron al sujeto arrodillado lleno en un mar de lágrimas con una expresión en el rostro que denotaba angustia, dolor, exasperación e incredulidad. Al ver esto y al ver a la víctima los ciudadanos de una vez lo apuntaron como culpable pero la victima aún se encontraba en shock como para poder defenderse.


 


   Fue llevado a un calabozo y tirado a este como basura, reaccionó un poco, defendiéndose y admitiendo que sabía quién lo había hecho, que había visto a la cosa y se las podía describir, que nunca antes la había visto por el pueblo, pero nadie le creyó solo lo miraban con saña y tan solo esperaban que dictaran la orden de ejecución.


 


   Esa noche volvió a ocurrir otro asesinato despertando nuevamente a toda la  población por el grito desesperado que lanzo su víctima esta vez no hubo desmembramiento a esa cosa le dio tiempo de beber casi toda la sangre, la victima parpadeaba, aún estaba viva pero no por mucho tiempo.


 


   Indignados los pocos que presenciaron esa escena se dirigieron a los calabozos encontrados fuertemente custodiados por guardias y al supuesto sospechoso dentro de ella. El recluso se acercó velozmente a las rejas sorprendido y gritando:


 


   -Volvió a suceder ¿verdad?... ¿verdad?....yo soy inocente, yo les puedo decir lo que vi, yo no soy ese sujeto, por favor créanme no he matado ni a un animal por favor créanme.


 


   Sin otro remedio tuvieron que sacarlo del calabozo y presentado como en una especie de corte, el jerarca del pueblo se hizo presente en la mitad de la noche para escuchar lo que tenía que decir, ese sujeto que afirmaba a ver visto a la cosa.


 


   Comenzó el relato diciendo por qué se encontraba en ese lugar: Estaban saliendo de la pequeña tienda, la chica atacada era su empleada y se les había hecho un poco tarde para el cierre. Él se devolvió a la tienda por olvido de su cuaderno de notas. Al salir y cruzar la esquina vio a ese sujeto, quedo oculto asomado desde la esquina de aquel lugar, cuando llego a la descripción todos quedaron atónitos al saberse que era humano.


 


   -Simplemente vi como sus ojos refulgía una luz y miraba directamente a la señorita, sus brazos automáticamente cayeron sin fuerzas – decía asombrado – y simplemente abrió la boca mostrando unos grandes colmillos.


 


   La multitud que se aglomeró en aquel recinto tan solo transmitían palabras de asombro, como si les estuvieran contando un cuento de terror a los niños. El testigo seguía diciendo muy expresivamente la forma en que le clavo los colmillos en el cuello, y el sorbido que producía esa cosa a medida que iba tomando la sangre hasta cuando desapareció y estuvo en el tejado de una casa por unos momentos.


 


   Luego comenzó con la descripción:-Era un hombre, joven de aparente 25 a 30 años más o menos, alto y con un cabello azul que resplandecía en la noche, le llegaba un poco más debajo de la espalda, su tez era pálida vestía un carísimo conjunto europeo… - Uno de los presentes interrumpió su relato.


 


   -Es un vampiro – dijo – Es un vampiro y proviene de las afueras del pueblo, muy cerca de aquí se encuentra una mansión, mi padre me contaba de ese lugar, me decía que allí vivía una familia acaudalada que ha subsistido por muchos años. Ellos no han cambiado mucho ya que son inmortales, permanecen así desde que son convertidos a vampiros por su propia voluntad, una mordida y un poco de sangre de otro vampiro basta para convertir a un ser humano en eso. Él ha tenido que salir de ese lugar por hambre, esos animales lo único que comen es sangre, cualquier tipo así sea de humanos o sea de animales.


 


   La multitud asombrada por lo que acababa de decir ese anciano era inconcebible no lo podían creer como podía existir semejante criatura extraída de un cuento mitológico, así que le exigieron más explicaciones.


 


   -Solo sale de noche, la luz del día los daña, los carboniza al instante, viven en plena oscuridad así como el demonio – se acalló un momento recordando otras anécdotas que le había contado su padre – duermen durante el día, en un ataúd, para que la luz del sol no los moleste y… la única forma de matarlo…es…clavándoles una estaca de madera en el corazón, pero no es fácil, también siente repudio hacia objetos cristianos y la plata.


 


   La multitud enardecida se levantó para dirigirse a ese lugar, sin embargo, el anciano los detuvo diciéndoles si no habían escuchado bien su relato. Era fuerte en las noches y débil en las mañanas, así que esa sería la ocasión perfecta para atacar, mientras tanto prepararían todo para el amanecer.


 


   Apenas los primeros rayos aparecieron una mayoría de la población se dirigía a la mansión perteneciente a esa familia. Quedaba lejos de la pujante ciudad, en un campo abierto. A medida que se acercaban pudieron observarla y detallarla bien.


 


   La mansión era una increíble estructura que abarcaba buena parte del terreno. Realizada con gran detalle arquitectónico, reflejaba la elegancia de esta. Estaba compuesta por una entrada amplia que estaba bordeada a cada uno de sus lados por dos grandes galerías que se extendían horizontalmente hacia el fondo como si fuera una gran “H”. Contaba con una gran cantidad de ventanas en arco decoradas con una cenefa que enmarcaba este estilo. Una de esas ventanas curiosamente era de un color rojo sangre, estaba ubicada en el primer piso al lado de las galerías mirando hacia el este. En el centro, bordea una franja decorativa que divide la planta baja con la alta y finalizaba con un  techo de dos aguas que enmarcaba todo elegantemente.


 


   No tenía cercas ni muros que opacaran tal majestuosidad. El frente estaba tapizado por una colorida hiedra que le daba un encanto de villa. Un camino de piedras llevaba a la entrada que estaba bordeado por ambos lados de setos de rosas rojas y llegaba hasta el frente creando una mini cerca y un césped tan verde como el árbol más joven.


 


   Caminaron hasta la gran puerta de madera tallada con un relieve de arabescos. Estaban preparados con estacas de maderas, martillos, cruces, agua bendita, y un arma cargada con balas bendecidas de plata, todo lo que habían preparado durante la noche.


 


   Preparados para entrar descubrieron que la puerta estaba entre abierta, así que con cautela entraron poco a poco y con extrema lentitud. Al entrar los recibió un gran vestíbulo que dividía al área principal. Al fondo se podía observar las majestuosas escaleras dobles que engalanaban con sus curvas. Un tic tac de un gran reloj de péndulo, sonaba; recorrieron todos los grandes salones de la planta baja, y siguieron de la misma forma hacia la planta alta.


 


   Al subir, ese pasillo era iluminado por el gran ventanal de vidrio rojo que habían visto afuera, le daba directamente la luz del sol, haciendo ver el entorno de un rojo sangre. La gente se dividió en dos grupos, uno irían por el camino de la derecha y otros por la izquierda. Caminaron con sigilo. Los dos caminos estaba llenos de retratos en oleos de una gran majestuosidad mostrando a cada miembro de la familia hasta que se toparon con el que había descrito el sujeto, no perdió detalle, lo describió detalladamente. En una inscripción en la parte baja del cuadro solo se leía el nombre de “Saga” y al lado, otro cuadro parecido a ese con el nombre de “Kanon”, se sorprendieron al ver que eran idénticos, ¡eran hijos del demonio!


 


   El reloj comenzó a sonar, retumbando su sonido por toda la casa. Con rapidez actuaron al ver que no era mentira. Entraron a las habitaciones y no había ataúdes, solo camas exquisitamente decoradas, cada una con un estilo único. Bajaron al sótano donde vieron un ataúd, lentamente lo destaparon, estaban preparados para clavar esa estaca en el corazón del primer vampiro, pero se llevaron una sorpresa, estaba completamente vacío.


 


   Siguieron buscando en otras partes de la mansión; nada, no había nada, se habían ido de allí, esos demonios se habían ido a quién sabe dónde. Quizás los estaban escuchando en la noche cuando los describieron y armaron el plan para atacar o simplemente no podían creer que habían huido, pero el rencor de los ciudadanos por las muertes registradas en Aqueos pudo más. Inmediatamente realizaron unas antorchas e iniciaron un incendio descomunal, se quedaron afuera observando como poco a poco las llamas consumían cada una de los rincones de esa gran mansión.


 


   Esa historia no se supo más, quedo enterrada, hundida en la conciencia de los ciudadanos de Aqueos.


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