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Wrong House por NNK

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Notas del capitulo:

Como siempre, los personajes pertenecen a J.K .Rowling y algunos son de mi propiedad.

 

Capitulo XV: La voluntad de Aroa.

 

Es curioso el funcionamiento del cerebro, la materia principal de este sistema es el engaño, omite tanta información al día que es increíble cuánto puedes olvidar de ti mismo. Había olvidado ese aroma por completo y ahora su memoria se lo traía como cuando una persona le dice a otra en tono de burla “Te lo dije”. El suceso que le hizo sentir el aroma fue el siguiente:

Flash Back

Aroa salió de su tienda de campaña, al despertar y no encontrar a su hermana durmiendo a su lado. Camino hasta la orilla de la laguna. El cielo estaba gris con pequeños matices de luz, estaba amaneciendo. Escucho pisadas rápidas, haciendo la tabla temblar, seguido de un gruñido, se volteó y allí un lobo grande que poco a poco comenzaba a transformarse. Grito, sin apartar la mirada. Oyó la voz de su padre pronunciando un hechizo.

Sectumsempra.

Vio como la cara del hombre, se abría, comenzando a sangrar, parte de la sangre del hombre cayó sobre sus ojos, el hombre lobo gritó y la empujo al agua antes de salir huyendo al interior del bosque.

Fin Flash Back

A su padre Severus le tomó exactamente cuatro días en descubrir que ese hombre era Fenrir Greyback. Pero ella, no tuvo el valor de decirle que había pasado antes de que su padre le defendiera. También se demoró dos meses en darse cuenta de que notaba los aromas de forma más rápida que su hermana y padre, e incluso él de los niños del pueblo.

El aroma del atacante, lo sintió por primera vez en el ático de la casa. Habían cajas con las iníciales S.B.

Flash Back

Aroa observo por la ventana viendo como su hermana Phoenix jugaba al pillarse con Eli y Draco, su padre Severus estaba en el sótano de la casa ocupado de sus pociones, ella había aprendido el hechizo de abrir puertas y estaba deseosa de utilizarlo, para llegar a ese aroma que le llamaba.

Alohomora

Draco se lo había enseñado, mientras sacaba las galletas de la estantería a escondidas de Dobby. Subió las escaleras hasta el ático de su casa, camino al fondo de la habitación y allí vio las callas, supo reconocer las letras. Quiso saber que había en su interior, pero la caja era de metal, tenía cadenas y el candado era más grande que sus propias manos. Aún así, sentía que ese aroma le era extremadamente familiar.

Fin Flash Back

Siempre sintió una conexión especial con ese aroma, lo buscaba en el bosque, en la casa e incluso en los lugares nuevos que visitaba, pero nunca lo encontró. Toda su infancia estuvo la mayor parte del tiempo sola, por esa razón, cuando su padre Severus le hizo venir a Hogwarts, se sintió nerviosa, luego fuera de lugar y a pesar de que las cosas habian mejorado un poco, nuevamente el miedo la invadía. Porque por largos once años, pensó que ese aroma traía algo bueno, pero se equivocó por completo.

Tenía dos opciones: la primera saber las razones de su ataque, asumiendo las consecuencias y la segunda dejarse morir y así no dejarle salirse con la suya. La segunda le resultaba fácil y a pesar de que quería llegar a esa meta. No pensó escuchar la voz de súplica de su hermana y el aroma de su padre la mayoría de la noche. No eran solo ellos, eran todos los que la habían conocido, incluso la voz apagada de Hator y Dennis.

No podía renunciar, era demasiado curiosa para dejarse matar a la primera, ella quería saber las razones de porque ese aroma estaba olvidado en su memoria e iba a conseguir una respuesta, costara lo que costara. Tenía que despertar de una vez por todas.

Pero por más que gritara para que alguien la escuchara, nadie venía a ayudarla y eso le asustaba, retrocedió al ver al perro gigante nuevamente, tropezó y sintió como el animal volvía a morder su brazo derecho.

— ¡No! ¡Suéltame! ¡Déjame! ¡Papá, Phoenix!—exclamó al despertar. Llamó la atención de Pomfrey, quien acudió a ella.

Pomfrey se preocupó al ver que a pesar de haber despertado, su mente seguía pensando que estaba luchando contra su atacante. La sujeto de los brazos, mientras su ayudante de los pies al ver que intentaba sacarse las vendas y la intravenosa, mientras movía la cabeza, tratando de sacarse la máscara de oxígeno.

—Aroa, tranquila, estás en la enfermería. Estas a salvo—repitió Pomfrey, al ver que Aroa abría sus ojos y observaba para ambos lados, tratando de librarse de agarre de Pomfrey.— Aroa, escúchame, tuviste un accidente en el bosque prohibido, pero ahora estás en la enfermería.—explicó. Aroa se concentró en ella.

No podía sentir el aroma de su atacante, ni el de su padre y tampoco el de su hermana. Observo para ambos lados y no encontró a Hator ni a Dennis. Le costó reconocer a Pomfrey y mucho más escuchar su voz que pedía con paciencia que se tranquilizara.

— ¿Hator y Dennis?—nombró a sus compañeros.

—Están bien, están a salvo. Menudo susto nos diste dormiste por cuatro días—explicó Pomfrey calmada. Aroa se calmó un poco. —Mande a llamar a tu padre y hermana, les alegrará verte. Voy a retirar la máscara de oxígeno—advirtió, levantando la cabeza de la chica con cuidado y sacándole la máscara.

Aroa observo para ambos lados aún desconcertada y desconfiada. Su mente estaba confusa, intento recordar a su atacante, pero no podía y aquello la desespero más. Pomfrey la sentó en la camilla. Aroa vio la venda en su brazo y recordó la sensación de los dientes del animal en su carne, llevo su mano a su cabeza, tocando una segunda venda ¿En qué momento se había hecho una herida en ese lugar?

Sintió el aroma de su padre y hermana, sus ojos brillaron cuando Phoenix corrió la cortina y la abrazo en el impulso de verla despierta. Omitió el dolor de su brazo.

—Casi nos matas del susto—regaño Phoenix, dándole a su hermana un abrazo de oso.

— ¡Ay! Suéltame, que me sacas el oxígeno—se quejó adolorida, recibiendo un golpe en la cabeza que le sorprendió— ¿Por qué me golpeas?

—Por no dejarme ser cariñosa, pero te lo perdonaré por estar convaleciente—advirtió Phoenix aliviada, viendo como su hermana le miraba sin entender—Te perdono por estar enferma—aclaró, viendo como Aroa abría y cerraba su boca, mientras le desviaba la mirada.

—Pues, si quieres ser cariñosa conmigo, me accidentaré más seguido—se animó contesta, mientras Phoenix le miraba con cara de pocos amigos. Eso fue la peor idea que se le pudo ocurrir.

—No te pases de lista—advirtió Severus, mirándole serio.

— ¡Papá! Al menos tú estás normal, Phoenix se me puso un poco cariñosa y me asustó un poco—confesó Aroa, ganándose una mirada molesta de su hermana—También te quiero.

Phoenix le miró con enojo, mientras se cruzaba de brazos. Aroa sonrió esa si era su hermana mayor.

Notas finales:

Gracias a todos por llegar hasta aqui, nos vemos en la siguiente pubicación.


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