Capitulo XVIII: La provocación de Aroa.
Phoenix sonrió, cuando Luna no se quejó de que ella le abrazara por el cuello, apegando su espalda a su pecho, para que así ambas vieran el lago negro. Era la mejor sensación que podía experimentar, su corazón latía a mil por hora y agradecía mucho que Luna no le viera su cara. Sintió como Luna la empujaba hacia atrás, haciendo que ambas quedaran recostadas en el pasto, viendo las estrellas.
Se alarmó cuando el aire comenzo a faltarle ¿Por qué Luna pesaba tanto? Quería empujarla, para poder respirar nuevamente, pero por más que intentaba, no podía lograrlo, le faltaban las fuerzas. Cerró sus ojos.
Los abrió nuevamente, encontrándose con el rostro de su hermana Aroa, quien le miraba con burla, mientras quitaba su mano de su boca y nariz, iba a matarla por casi ahogarla y arruinar su sueño.
—Oh, Luna, bésame venga—comentó en tono de burla. Saber que su hermana mayor soñaba con la chica de Ravenclaw, era información nueva para molestarla.
—Cállate—susurró Phoenix adormilada, mientras empujaba a su hermana para que se quitara de arriba suyo, pero sus esfuerzos fueron inútiles—¿Qué haces levantada un día sábado a las siete de la mañana y para colmo en los cuartos de Slytherin? Vete ya, quiero dormir.
—No son las siete de la mañana, es mediodía—anuncio, moviendo la cortina, dejando entrar los rayos del sol, que solo hicieron que su hermana mayor llevará su almohada a la cara, al sentir que sus ojos se secaban.
—Te odio, ¿Por qué papá no utilizó protección para no traerte al mundo?—susurró, aún con la almohada en su cara— ¿Qué quieres?
—Harry ha pedido a los de primero que entreguemos estas invitaciones para los chicos de tercero a séptimo. Hoy tú tienes PartyVa—animó Aroa. Phoenix bajo la almohada y le miro confundida.
— ¿PartyVa? No conozco a ninguna Paty—comentó sin entender. Su hermana le estaba haciendo descifrar un código, cuando apenas había despertado hace cinco minutos.
—No, no. Party va—Repitió Aroa, separando las palabras para que su hermana reconociera el código.
—PartyVa—comentó alegre. Desde el verano que no tenía una fiesta para poder distraerse un poco de los estudios— ¿De quién es cumpleaños?—preguntó con una sonrisa.
—De Hermione—aclaró Aroa, Phoenix dejó de sonreír.
—Yo no voy a asistir, así que llévate la invitación—anunció fría. Desde que había terminado con Hermione, no hablaba mucho con ella y a pesar de que quería ir a la fiesta, no se sentiría cómoda allí.
— ¿En serio? Luna dijo que iría—comentó Aroa sorprendida. Phoenix dudo unos segundos, pero volvió a negar con la cabeza— Bueno si no vas creo que a Rolf Scamander, no le quedará otra que aprovechar la oportunidad de besar a Luna—comentó. Aroa. Phoenix le quitó la invitación a su hermana al escucharla decir aquello.
— ¡No! Yo seré quien bese a Luna—reclamó Phoenix, extrañándose al darse cuenta de que su hermana no se había quitado de encima de ella— ¿Qué es lo que realmente quieres?
—Puedes decirle a papá que me compre dulces, se me han acabado y no quiero acercarme a él—Habló, su hermana le miró curiosa.
— ¿Qué hiciste ahora?—preguntó, incorporándose al ver que está miraba para todos lados, menos a ella.
—Yo te diré, lo que hizo—reclamó Draco con enojo, corriendo la cortina—Tu hermanita pervertida, fue descubierta por la profesora de astronomía, observando las ventanas del tercer y quinto años de Gryffindor, pero a su defensa dice que Hermione Granger y George Weasley, estaban buenos—anunció Draco cruzándose de brazos. Phoenix golpeó a Aroa en la cabeza con la misma invitación. Draco sonrió satisfecho.
— ¡Me dolió!—se quejó Aroa. Draco abandonó la habitación. Phoenix tomó el brazo de su hermana.
—Las niñas pequeñas no hacen esas cosas—pronunció seria. Aroa rodó los ojos molesta—Además George es mayor para ti—recordó Phoenix.
—Puedo esperarlo—contestó sin importancia. Phoenix no pudo evitar soltar una sonrisa— ¿Me vas a ayudar?
—Por decir eso, hazlo tú—comentó Phoenix, sacándole la lengua a su hermana, antes de empujarla de su cama, para poder levantarse.
Aroa se levantó, yendo hacia la cama de Eli, quien estaba sentada viendo las fotos que le había traído de Fred Weasley. Eli, estaba indecisa no sabía cuál elegir y si fuera por ella, le compraría todas.
— ¿Cuántas bolsas de dulces por las fotos?—preguntó Elí, con una sonrisa. Phoenix les miró curiosa ¿Qué estaba haciendo su hermana ahora?
—Un pastel de tía Narcissa y todo pagado—dijo con una sonrisa, mientras veía a su hermana con un movimiento de varita se cambiaba de ropa. Desvió su vista, cuando su hermana le dedicó una mirada de pocos amigos.
—Genial le diré a mi mamá, que envié uno para pagarte—contestó Eli, alegre para guardar las fotos entre sus cosas, ignorando la mirada de su amiga.
— ¿Qué estás tramando ahora?—consultó, acercándose a su hermana. Eli sonrió nerviosa, parece que su amiga había concentrado todo su genio en Aroa.
—Nada, solo le estoy entregando las fotos que Eli me pidió de Fred, no fue fácil conseguirlas. George me hizo ser sujeto de prueba a cambio—comunicó, sin saber que su hermana se enfadaba aún más.
—Papá, te va a matar si se entera de que estás haciendo eso, nuevamente—recordó Phoenix. Aroa soltó una carcajada divertida.
—Me preocuparé de verdad, cuando tú seas la que se enfade conmigo, si es que te enteras de lo que estoy haciendo con Luna—murmuró en tono de burla, viendo como Eli negaba con la cabeza. Phoenix sintió su sangre hervir.
— ¿La escuchaste? Tiene un trato con Luna—anunció con una sonrisa, que a su compañera no le gusto nada, Eli solo alzo los hombros, restándole importancia, para que su prima se calmara un poco, pero fue inútil— ¿Tiene un trato con Luna? ¿Por qué tiene un trato con Luna?—exclamó, sorprendiendo a Eli.
— ¿A dónde vas?—preguntó Eli, deteniendo a su amiga poniéndose en su camino.
—A Averiguar qué tipo de trato tiene con Luna—contestó lo obvio.
— ¡No!, anoche me prometiste que haríamos el trabajo de defensa contra las artes oscuras, ya tendrás tiempo de saber de qué trato se trata—dijo Eli con molestia, mientras veía como Phoenix le miraba resignada.
—Pero es Luna—intentó excusarse. Eli le miró con regaño.
—No me interesa, primero los deberes—dictaminó Eli, tomando a su amiga de la mano para llevarla a la biblioteca— ¿Por qué siempre pierdes los estribos cuando se trata de Luna? Además debes ver el enamoramiento de Aroa como algo infantil, como cuando a ti te gusto el profesor Lockhart una semana completa.
—No puedo verlo así, porque no sé cómo se siente Luna conmigo y Aroa a cautivados corazones de personas que me inquietan mucho—habló para terminar susurrando para sí misma.
Eli, solo apretó su mano antes de dirigirse a la biblioteca, la provocación de Aroa, había ido bien, ahora solo tenían que terminar el trabajo, luego ver el partido de Gryffindor contra Hufflepuff y finalmente la fiesta de cumpleaños.