Capitulo XXV: Sucesos pasados.
Severus salió de su cuarto encontrándose con Remus, quien estaba cruzado de brazos esperándolo, sin decirse nada avanzaron por los pasillos de Hogwarts en dirección a la oficina de Dumbledore. Ambos entraron, sorprendiéndose al ver que estaban reunidos todos los profesores y los perfectos de las cuatro casas, junto a algunos aurores del ministerio. Centró su mirada en el director Dumbledore, quien estaba sentado encima de su mesa con esa sonrisa característica de él, que solo demostraba amabilidad.
Algo en el ambiente le decía que eran buenas como malas noticias y debía reconocer que aquello le tenía un poco inquieto. Observo a su alrededor, viendo que todos mantenían un semblante serio, esperando que alguien comenzara a hablar.
—Lamento llamarlos a una reunión tan temprano en un fin de semana e interrumpir el desayuno, pero la información es de carácter urgente—comunicó Dumbledore preocupado—Para comenzar, debido los recientes ataques, tanto a los niños de primero como el de ayer a Harry Potter, he decidido retirar a los dementores de los terrenos de Hogwarts. Por lo que desde el día lunes le permitiremos a los alumnos salir hasta las seis de la tarde, debido a esta decisión pido a los prefectos que ayuden a los profesores a tener a los alumnos dentro del castillo diez minutos antes de las seis—comentó Dumbledore, haciendo que tanto los profesores y prefectos suspiraran aliviados al escuchar una buena noticia. —Por último, la señorita Tonks, quiere hablarnos sobre el incidente de los niños de primero.
Dumbledore le concedió la palabra a la chica, quien sonrió al ver que sus antiguos compañeros y profesores concentraban su mirada en ella. Observo a su compañero, quien le accedió a hablar.
—Bien, quería informarles que nos quedaremos en el colegio con mi compañero por un periodo de un mes a mes y medio, mientras investigamos el ataque que les ocurrió a tres niños del primer año. Hator Zabini, Aroa Snape y Dennis Creevey. He sabido por Pomfrey que estos niños sufrieron una amnesia temporal—comunicó, viendo como la enfermera asentía preocupada—Quiero pedirles su máxima colaboración en este periodo de tiempo, quiero que estén específicamente atentos a cualquier tipo de conversación que ocurra entre ellos o le comenten a cualquier compañero, le pido colaborar en cuanto llamemos a los niños y tener paciencia para que todos podamos hacer un gran trabajo.
Severus escucho a su antigua alumna con atención, no le gustaba para nada recordar el accidente que casi mata a su hija menor, pero quería cooperar en todo lo que pudiera para saber sobre el responsable. Asintió con la cabeza, junto a todos sus compañeros y alumnos. Observo su reloj de muñeca, mientras veía a sus compañeros y alumnos salir de la oficina del director. Hoy no tenía ganas de verles la cara a sus hijas hasta el almuerzo, así que prefirió cenar en su cuarto solo.
Realmente necesitaba pensar y comenzar a poner más atención a su hija menor, antes no había querido interrogar a Aroa porque no quería, pero ahora iba a tener que hacerlo. Camino por los pasillos, escuchando la conversación que mantenían los cuadros, ignoró a los alumnos que se encontraba en los pasillos y suspiro molesto al escuchar los llamados de Remus, mientras corría a alcanzarle.
—Severus ¿Estás bien?—preguntó Remus, cuando le alcanzó en la puerta de su habitación—Severus, por favor.
— ¿Por qué razón estás tan interesado en mí?—preguntó Severus con sospecha, mientras le miraba a los ojos.
—Han comunicado que van a investigar el accidente que sufrió Aroa, quisiera ayudar también. Aroa y Phoenix son mi responsabilidad también—comentó Remus preocupado, ganándose una mirada molesta de parte de Severus.
—Remus—llamó, captando la mirada su antiguo némesis —Escúchame bien, porque lo voy a repetir una sola vez y quiero que te quede grabado en la cabeza—advirtió con seriedad—Mis hijas son mi problema, solo mi problema,
—También son mi problema, le prometí a mi amigo, que es su padre, cuidarlas y sabes perfectamente que Aroa es mi responsabilidad, porque es mi ahijada—le recordó Remus, sintiéndose ofendida,
—Tú promesa a tu amigo, quedó pagada el día en que Aroa entró a Hogwarts—recordó Severus enfadado, mientras veía a Remus hacer una mueca de molestia. — Ya me quitaste a una persona en el pasado Remus, no voy a permitir que me arrebates una segunda, así que si quieres ayudarme, no te metas en los asuntos de mi familia, la familia que tú destruiste hace doce años—suplico angustiado antes de volver a su cuarto.
Remus suspiró llevando sus manos a la cintura, mientras sentía como sus ojos se enrojecían, lo que le había recordado Severus le trajo dolor, pero no tenía derecho a sufrir por ello, porque al fin y al cabo, su antiguo compañero de curso solo decía la verdad. Él tenía la culpa de que Phoenix y Aroa no estuvieran con su segundo padre. Camino por los pasillos con una sonrisa, al recordar los momentos que había pasado en su juventud, recorriendo los mismos pasillos, se sorprendió al cambiar de dirección y encontrarse con la hija mayor de Snape.
Phoenix se detuvo asustada, levanto su cabeza, encontrándose con la mirada enrojecida del profesor Lupin, se extrañó al verlo así, usualmente siempre estaba comiendo chocolate y sonriendo, pero su semblante estaba triste y aquello le preocupó.
— ¿Se encuentra bien, profesor Lupin?—preguntó preocupada.
—Sí, estoy bien, solo estoy un poco congestionado hoy—mintió Remus, viendo que Phoenix fruncía el ceño nada convencida— y tú ¿Qué estás haciendo por aquí?—preguntó con la esperanza de que la niña le siguiera el juego, pero se equivocó.
— ¿Peleo con mi padre?—volvió a consultar, viendo como los ojos de Remus se abrían un poco por la sorpresa de verse descubierto—Lo sabía.
—No estaba peleando con Severus, es solo que han comunicado que van a comenzar a buscar al culpable que ataco a los niños de primero y tu padre se alteró un poco— comentó con una sonrisa. Conocía a Phoenix desde sus primeras horas de nacida y sabía que a ella no se le podía mentir, pero si omitir cierta información.
—Lo sé, el director Dumbledore lo ha comunicado en el gran comedor, hace solo unos minutos—comentó Phoenix preocupada—Por ello, he venido a ver a mi padre.
—Es mejor que dejemos a Severus tranquilo por el momento, así que regresa con tus amigos por favor—pidió Remus con una sonrisa amable.
Phoenix observo el camino que llevaba al cuarto de su padre con duda, quería verlo. Observo al profesor Lupin con desconfianza, algo le decía que quien había alterado a su padre era él mismo, en vez de la noticia comunicada por el profesor Dumbledore, estuvo a punto de dar a conocer su respuesta cuando Luna apareció.
—Phoenix—llamó Luna con una sonrisa, que hizo que esta se olvidara unos segundos de su alrededor— Vamos, la película está por empezar y Eli está preocupada porque te demoras.
—Luna—nombró en un susurró— es que aún no he visto a mi padre y creo que me saltaré la película—comunicó, llevando una mano a su nuca, no le gustaba decirle que no a Luna.
—Ya te he dicho que no te preocupes por él—ánimo Remus con una sonrisa, tomando a Phoenix de los hombros para llevarla donde Luna—Ve a ver esa película con tus compañeros, tu padre estará perfectamente—comentó, viendo que Luna tomaba la mano de la hija de su amigo—Luna, llévala y no dejes que se vaya hasta que termine la función.
—Está bien, vamos Phoenix—animó Luna, empujando a su compañera para abrazarla, haciendo que se sonrojara.
Remus suspiró al ver que Phoenix se iba con su compañera de curso, lo mejor en estos momentos era dejar a Severus tranquilizarse para que vuelva a ser el mismo de siempre.