Capitulo XXX: Conversaciones.
Eli Malfoy camino por los pasillos de Hogwarts, estaba molesta, no eso era poco, la palabra correcta era enfadada y encolerizada, caminaba junto a Fred y Angelina, tenía gana de matar a ambos, por ello intentó alejarse de ellos diez minutos atrás con la excusa barata de ir a buscar a Phoenix, pero Fred decidió acompañarla y pegado a él, la tonta de Angelina. Suspiro y dobló en la esquina, alegrándose al encontrar a Draco y Phoenix en las escaleras, al fin podría alejarse de Fred y su asquerosa amiga.
Ambos primos tenían la varita alzada, se acercó pensando que estaban peleando, pero se extrañó al observar para arriba y ver a Cedric, quien intentaba salir de las escaleras, pero cada vez que estaba a punto de salir, era Phoenix, quien la volvía a hechizar con una sonrisa, que solo aparecía en su rostro cuando tenía verdadera sed de venganza.
— ¿Qué están haciendo?—preguntó Eli a ambos, sin entender nada.
—Yo—anunció Draco señalándose a sí mismo—superviso que ella no se pase de los límites establecidos—comentó, mirando a su hermana con una sonrisa arrogante.
—Nix ¿Por qué tienes corriendo a Cedric de esa manera?—preguntó a su amiga. Tenía muchas ganas de unirse, pero algo le decía que debía preguntar primero.
—Una venganza pequeña, por hacer que mi hermana se echara la culpa—comentó Phoenix con obviedad, mientras sonría y volvía a hechizar los escalones de la escalera para que se movieran con mayor rapidez.
—Tío Severus, dice que no debes tocar a la persona si es que quieres vengarte, porque si no nos bajaría el doble puntos a la casa—recordó Eli, tratando de ser la voz de la conciencia en su amiga. Aunque moría de ganas por unirse a la broma.
—Ese es el límite que veo yo—comentó Draco orgulloso—Y Nix, no está tocando a Cedric—anunció viendo la mirada ansiosa de su hermana—Ya únete a la broma ¿Eso quieres no?
— ¿Puedo Nix?—preguntó, mirando a su prima esperanzada, quien asintió con la cabeza orgullosa.
Eli sacó su varita y lanzó el mismo hechizo que su amiga, haciendo que los pantalones de Cedric se bajaran a causa de que corría, pronto todos los cuadros y alumnos que presenciaban la broma, vieron a Cedric caer de rodillas a causa de sus propios pantalones y luego salía rodando hacia donde estaba Draco, Eli y Phoenix, quienes sonrieron con una sonrisa triunfante al ver lo humillado que estaba Cedric.
—La última vez que vuelva a enterarme de que quieres pasarte de listo con Aroa—amenazó Phoenix en su oído—Me voy a encargar personalmente de que amanezcas bajo el agua—murmuró, mirándole con desprecio, antes de dirigirse a su sala común de Slytherin.
Draco y Eli sonrieron antes de seguir a Phoenix hasta la sala común de su casa. Eli entró dejando a su hermano con Blaise en el salón central, mientras ella se iba al cuarto de tercero a ver a Phoenix. Al llegar la vio patear una botella, mientras se sentaba frustrada en la cama, miraba a los lados y finalmente suspiraba.
—Como odio que traten de pasarse de lista con Aroa—murmuró Phoenix molesta, mientras observaba a Eli con ojitos de cachorro abandonado.
—Cálmate, creó que a Cedric le quedó más que claro—anunció Eli con una sonrisa burlona, mientras se sentaba en la cama. Phoenix se dejó caer en la cama.
—No puedo protegerla y debido a que está en otra casa, no me entero de la mitad de lo que le pasa—comentó frustrada, mientras pateaba la cama. —Nunca me había sentido tan alejada de mi propia hermana.
—No puedes protegerla toda tu vida, Phoenix—anunció Eli con una sonrisa alegre—Además, tienes que admitir que Aroa ha estado lejos de nuestra protección por casi tres años y se ha vuelto un poco molesta y directa—hablo Eli, tratando de encontrar las palabras precisas para describir a su prima menor. Phoenix le miró sorprendida, mientras reía—Quiero decir, que Aroa es independiente de nosotros, ahora.
—Pero es mi hermana, siempre ha acudido a mí—habló, sentándose en la cama—Si yo no hubiera estado en la escalera, ella no me pide ayuda, yo era su fuente de ayuda antes—recalcó alzando la voz. Eli se sorprendió.
—Tú mismo lo has dicho, antes. Ahora, ella tiene amigos, de todas las edades, ha conocido personas, gente que Aroa considera de su confianza—trató de explicar, levantándose de la cama y mirando a su amiga.
—Me está desechando, Eli. Aroa no puede defenderse sola, ella es una niña—le reclamó a su prima con frustración.
—No es cierto, Aroa ya no es una niña, va a cumplir doce años, va a convertirse en una pre-adolescente, como nosotras, no es una niña—respondió Eli enojada—Está creciendo y no te ha desechado Phoenix, eres su hermana mayor, su familia. Somos su familia—contestó más calmada—No la menosprecies por no saber defenderse como es debido, porque está aprendiendo como tú y yo. Ella sabe que tú siempre vas a estar para ella, como ella para ti—confesó, viendo como Phoenix se limpiaba las lágrimas que había derramado por rabia.
Eli solo abrazo a su prima con una sonrisa. Phoenix se dejó abrazar, aún estaba molesta con Cedric por culpar a su hermana menor de una broma que no había cometido, pero estaba igual con Aroa, por no tenerle la suficiente confianza de contarle sus problemas. Pensó que lo había solucionado cuando su hermana tuvo su ataque de ansiedad.
—Ahora, vayamos a clases de astronomía—comentó Eli con una sonrisa, mientras se separaba de su amiga.
— ¿Puedo estar contigo hoy?—preguntó a Eli—He peleado con Luna y no quiero verla por ahora. No quiero hablar de eso ahora.
Eli asintió con la cabeza y tomó sus cosas para la clase de astronomía, Phoenix hizo lo mismo y ambas se fueron en dirección a la torre de astronomía. Al llegar, trató de concentrarse en instalar su telescopio, pero sus ojos se dirigían contra su voluntad a Luna, sus miradas se enfrentaron y tuvo el impulso de ir con ella, pero prefirió concentrarse en la clase.
—No te distraigas—comentó Severus, viendo que Phoenix se sobresaltaba y le miraba asustada. —No la mires, si no pensara que va a ganar y eso no es bueno para tu reputación. Mejor sería que estuvieras mirando a las ventanas de Gryffindor, buscando chicos o chicas bonitas—prefirió Severus, viendo como su hija le miraba con una sonrisa.
—Oye, yo no soy tan pervertida como mi hermana—reclamó a su padre, viendo cómo alzaba las cejas en señal de duda. Rodó los ojos y solo lo ignoró—A todo esto ¿Cómo está, Aroa?
—No te preocupes, se encuentra como siempre en luna llena—habló Severus, mirando hacia la ventana de la habitación de su hija menor—Phoenix, saldré mañana hasta el día sábado—comunicó a su hija. Phoenix le miró interesada—Voy por unos ingredientes—mintió a su hija.
—Claro, ingredientes se llaman ahora—susurró sarcástica. Severus ignoró el comentario de su hija.
—Como decía, les dejaré a cargo de Remus y Tonks. No te pases de lista y no dejes que Aroa saque de quicio a Remus —pidió Severus, mirando a su hija—No, mejor deja que Aroa haga lo que quiera con Remus—rectifico, viendo que su hija le miraba sin entender nada.
— ¿A qué viene eso?—Phoenix pidió una explicación.
—Solo quiero saber, si puedo confiar en que si me voy, no vas a hacer alguna fiesta que deba considerar como un futuro castigo para ti—comunicó, enfrentándose a la mirada de su hija, quien le miro dudosa por unos segundos—Como hagas una, te castigo el resto del año.
—Entendí, no soy tonta—hizo saber con una sonrisa.
—Claro que no eres tonta. Eres mi hija—comentó con una sonrisa arrogante que imitó su primogénita.
Severus dejó a su hija para que su compañera de trabajo comenzara la clase. Ya todo estaba listo para poder hacer su viaje completamente tranquilo.