Capítulo XXXI: Slytherin
Aroa corrió la cortina de una de las camas de la habitación de mujeres del tercer año de la sala de Slytherin, sonrió traviesamente al ver que su prima Eli Malfoy dormir. Eli estaba en su décimo quinto sueño, cuando comenzo a sentir que le picaban con un dedo, primero las mejillas, luego el cuello y finalmente le tapaban la nariz con los dedos. Se movió sin abrir los ojos y se cubrió con el cubrecama.
—Deja de picarle con el dedo, no es un animal muerto del bosque—reclamó Phoenix, dándole un zape en la cabeza a su hermana menor.
—Pero, no se despierta—le respondió adolorida, llevando sus manos a la zona del golpe.
Volvió a sentir que le quitaban el cubrecamas, sintió que la empujaban, pero sin éxito, luego que la volvían a picar, pero en la cabeza. También, supo que Phoenix se estaba vistiendo, porque escuchaba el sonido que hacia al ponerse la corbata. Le dolía la cabeza.
—Te dije que no la pícaras—volvió a reclamar Phoenix, lanzándole un zapato, que Aroa esquivó fácilmente.
Escucho la risa de Aroa en la lejanía, abrió los ojos débilmente, sintiendo que el cuerpo le pesaba. Sus ojos se encontraron con los de Aroa, que le miraron preocupada. No entendía qué estaba pasando. Sintió la mano helada y se sintió algo aliviada.
— ¿Cuántas veces debo repetirte que la dejes tranquila?—preguntó Phoenix, viendo a su hermana a través del espejo al leer sus intenciones.
— ¡Tiene fiebre!—exclamó Aroa, para que su hermana no comenzara una pelea sin sentido. —Eli ¿Quieres que te llevemos a enfermería? ¿Puedes moverte?
Eli sintió los pasos apresurados de Phoenix, quiso responder la pregunta, pero no tenía las fuerzas suficientes para hablar, así que optó por negar con la cabeza, preocupando a ambas hermanas.
—Voy a ir a buscar a Pomfrey—aviso a su hermana apresurada— ¡No la piques!—advirtió. Aroa solo asintió con la cabeza preocupada.
Cerró sus ojos nuevamente, necesitaba dormir. Sintió que Aroa volvía a cubrirla con el cubrecama. Escucho los pasos de Aroa, primero alejarse y luego acercarse, sonrió cuando Aroa puso unos paños húmedos en su frente.
— ¡Eli!— escucho el tono de voz alarmante de su hermano Draco, escucho que Aroa lo mandaba a callar— ¿Está bien?—La mano de su hermano estaba fría.
—Por ahora solo está durmiendo. Phoenix fue por Pomfrey—aviso Aroa con una sonrisa, que alivio a Draco.
No supo cuando tiempo transcurrió, pero cuando volvió a abrir los ojos, lo primero que sintió fue como le picaban una mejilla. Observo que Phoenix levantaba su varita amenazadoramente en contra de Aroa. Tenía que levantarse antes de que se mataran la una con la otra. Se sentó en la cama viendo que Phoenix bajaba la varita cuando Aroa la utilizó de escudo.
Phoenix se acercó a ella y le tendió esa pócima contra la fiebre que odiaba tanto. No le gustaba enfermarse, porque eso significaba una visita de su padre y él no era muy simpático que digamos.
—No quiero beberla—pidió a su prima, con ojos de cachorro abandonado.
—Lo siento. Pomfrey me la dio con la condición de que la tomaras y así poder llevarte— se disculpó Phoenix con una sonrisa apenado.
—Pues vótalo en el lavamanos—dio a conocer su idea Aroa, ganándose una sonrisa triunfante de Eli y una mirada molesta de parte de su hermana mayor.
—No. Ella debe tomarse la medicina para mejorar—recalcó Phoenix.
Aroa retrocedió hasta la puerta al ver que ambas se miraban con enojo, nuevamente había llegado a ese terreno inexplorado por ella. Observo que Eli tomaba la poción, mientras llegaba a la puerta, pero eso no evitó que su prima descargara su ira en contra suya.
— ¿Por qué te estás alejando de nosotras? Y además ¿Qué estás haciendo aquí?—consultó Eli malhumorada.
—Yo solo venía a dejar unas chocolatinas que te mando Fred—explicó Aroa, viendo como su prima le miraba aún más enojada.
—Pues, dile a Fred que mientras siga comportándose como un idiota conmigo y ande para todos lados con la prostituta de Angelina, se meta sus chocolatinas donde mejor le quepan—exclamó sorprendiendo a ambas hermanas.
Phoenix observo a Eli tragando saliva, su prima no era de molestarse con Fred. En cambio, Aroa solo atino a asentir con la cabeza, no sabiendo si debía reírse o preocuparse por ella. Miró a su hermana, quien solo le hizo una seña con la mano sin que Eli pudiera verlo.
— ¿Qué estás esperando para ir a decírselo?—preguntó sorprendiendo aún más a Aroa.
—Es que…Yo…no sé dónde pueden estar—explicó Aroa, pidiendo ayuda con la mirada a su hermana mayor, quien solo le hacía señas para que se fuera.
—Fred tiene clases de adivinación hoy y asegúrate de que escuche todo el mundo—pronunció Eli en un tono vengativo.
Aroa asintió con la cabeza más asustada antes de bajar las escaleras hasta la sala común de Slytherin, donde le esperaban Dennis y Hator, quienes hablaban entre ellos. Draco dejó de calentarse al frente de la chimenea al ver a Aroa bajando las escaleras, corrió hacia ella, abrazándola por la cintura, echándosela al hombro bajó la mirada atenta de todos los presentes. Este ignoró las quejas sorprendidas de Aroa y la obligó a entrar al cuarto de los hombres, cuando esta se resistió.
Draco cerró la puerta antes de asegurarse de que no había nadie en la pieza, se volteó viendo como Aroa se comía una bolsa de chocolate de diferentes sabores. Suspiro, no había recuerdo que no tuviera de su prima en donde no comiera o intentara no comer dulces. La vio alzar la mirada con una sonrisa en su rostro, pero sus ojos solo demostraban lo nerviosa y asustada que estaba.
— ¡Ayúdame!—confesó Draco, mirando a su prima menor, quien le observo confusa unos segundos para luego dedicarle una mirada que le pedía continuar—Bueno, desde el accidente en el gran comedor, yo y Harry cada vez que estamos solos nos incomodamos y quiero que me ayuden a averiguar qué es lo que le provoca esa incomodidad—pidió a su prima.
— ¿Quieres que hagas de Cupido o de detective? Porque si sabes que hace cinco minutos atrás tenía once años y ahora doce y que mi mentalidad en este momento es solo conseguir comer chocolates, porque los temas románticos me llaman la atención, pero también me dan algo de asquito —comentó a Draco, viendo que este le miraba con atención.
—Quiero que hagas de detective y quiero comprar tu silencio—dictaminó serio. Aroa le miró aburrida. —Ahora, fuera de Slytherin.
—Que amable —comentó con ironía. Draco le abrió la puerta y la empujó fuera, ignorando cuando su prima menor le sacó la lengua.
Aroa se frustró al verse nuevamente en las escaleras de los cuartos de Slytherin, bajo las escaleras hasta la sala común, viendo que Hator y Dennis seguían conversando entre ellos. Hator y Dennis le miraron divertidos cuando su amiga se dejó caer en el sillón.
— ¿Cuáles son las misiones especiales de tus primos?—preguntó Hator, al ver la cara de su amiga.
—Gritarle a Fred e investigar a Harry ¿Qué quieren hacer primero?—preguntó Aroa con una sonrisa. —Hator, tú eliges.
—Vayamos con Fred, si algo le pasa a él, su hermano Ron preguntará y así Harry nos pondrá atención—propuso Hator, sacando una sonrisa alegre a sus dos amigos.
—No, yo iré, ustedes aún tienen que terminar los deberes—recordó en tono bromista.
—Ya habríamos terminado el informe de pociones si no ayudaras—reclamó Dennis con ojos de cachorro abandonado.
—Yo no tengo la culpa de que el Director Dumbledore me diera 30 puntos a mi casa y me librará de la tarea por acertar todas sus preguntas—comentó con una sonrisa alegre—Ya me quedan solo diez puntos para recuperar todos los que me quitaron la primera semana.—anunció con una sonrisa.
Aroa abandonó la sala común de Slytherin con una sonrisa burlona, para ir a buscar a los gemelos Weasley y a Harry Potter. Lo que le había encargado su prima Eli iba a ser muy divertido de ver.