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Wrong House por NNK

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Notas del capitulo:

Como siempre los personajes pertenecen a J.K Rowling y algunos son de mi completa autoria.

 

Capitulo XXXV: Tormenta (Parte I)

 

Severus suspiró satisfecho al terminar su nuevo libro de pociones, levanto su vista, viendo el patio interior de Hogwarts, todos los alumnos de primero y segundo años estaban jugando, mientras la profesora Hooch los vigilaba.

Hoy tenía el día medianamente libre, su hija Phoenix había salido junto a todos los chicos que tenían una autorización junto a Remus y Mcgonagall. Mientras que él se quedó a vigilar a su hija menor, lo hizo porque Aroa había estado muy hiperactiva en su ausencia y temía que siguiera comportándose como una salvaje. Pero, había podido terminar su libro con total libertad y Aroa se comportaba extrañamente bien.

Observo su reloj de muñeca, viendo que se acercaba el momento de conocer al compañero de Tonks. Regresó su vista a su hija, aún seguía entretenida junto a sus compañeros, sonrió, podría irse tranquilo a su reunión. Camino por los pasillos, sintiendo el frío del ambiente, levanto su cabeza, observando las nubes las cuales no daban una buena señal de que el clima fuera a mejorar.

Llego a la puerta principal, aliviándose al encontrar a Tonks esperándole con la espalda apoyada en la pared. Solo esperaba que esto fuera rápido y fuera una idea razonable.

— ¿Ha llegado?—preguntó a Tonks. Su mirada se enfrentó a la del chico, pronto sintió que este trataba de ver sus recuerdos—No hagas eso—ordenó serio.

—Lo siento, es involuntario a veces—se disculpó el otro apenado—Soy Baltasar Jackson, amigo de trabajo de Tonks.

Baltasar extendió su mano para un apretón, como forma de saludo, pero Severus solo le miró fastidiado y solo le sonrió en forma de respuesta. Baltasar lo imitó, tratando de imitar ese silencio incómodo que se formó con su gesto.

—Bueno—comentó Tonks, interrumpiendo ese silencio incómodo que se había formado—Severus, él se hará responsable de ayudar a los chicos a recordar, te lo presentó porque eran el único padre que no lo conocía—confesó con una sonrisa nerviosa ¿Por qué no podía mirar a su amigo con un poco de amabilidad?

— ¿Vas a ayudarlos, invadiendo su mente, como trataste de hacer conmigo?—preguntó con sarcasmo, mientras le miraba atento.

—No—respondió con rapidez—Y no he visto ningún recuerdo suyo, pero le aconsejaría bajar un poco la guardia, no soy peligroso—habló Baltasar, tratando de que Severus fuera un poco más amable con él.

—Eso lo veré con el tiempo—comentó con seriedad— ¿Entonces vas a darle veritaserum? —volvió a preguntar.

—Si dejara de adivinar y me dejara hablar, le explicaría mi plan—cortó Baltasar sorprendiendo a Severus, quien sonrió, rodando los ojos. Prefirió negar mentalmente y concentrarse en escuchar.

—Tonks me ha dicho que los niños no recuerdan nada de esa noche, así que para que una persona pueda recordar hay que llevarlos al lugar donde ocurrió el impacto más fuerte para cada uno—comentó Baltasar con orgullo, viendo que Severus solo alzaba su ceja derecha.

— ¿Quieres llevar a tres niños que casi mueren en el bosque prohibido? Al lugar en que ellos fueron encontrados, para que recuerden lo asustados que estaban de no volver a ver a sus seres queridos. Eso me parece violento—confesó, sorprendiendo a Baltasar—Busca otra manera.

—Severus, si solo lo estás criticando no lo vas a dejar hacer su trabajo— recordó Tonks, sorprendida de la actitud de Severus.

—Tonks, los niños accidentados son mi hija y sus dos mejores amigos, uno de ellos pertenece a mi casa. Vi como sus hermanos mayores esperaban fuera de la enfermería mientras. Aroa, Hator y Dennis luchaban por mantenerse con vida—recordó mirando a ambos. Tonks y Baltasar se miraron culpables. —Busca una mejor manera, para que Aroa, Hator y Dennis, recuerden lo que pasó esa noche.

Baltasar lo miró admirado, jamás había conocido un chico tan serio e indirectamente amable. Lo observo pronunciar cada palabra, sintiéndose frustrado al escuchar que ese hombre había arruinado sus planes en tan solo diez minutos de conversación.

—Perfecto, me retiro—habló con seriedad antes de girarse y volver con su hija.

Severus observo de reojo como Tonks y Baltasar le miraban frustrados. No tenía intenciones de arruinar los planes del chico, pero no iba a permitir que nadie leyera la mente de su hija, primero sobre su cadáver.

Regresó al patio interior del castillo, mientras observaba cómo los niños de primero y segundo continuaban jugando, sintió una corriente de frío, al mismo tiempo que comenzaba a nevar un poco más fuerte, cambiando el paisaje a un manto blanco. Decidió volver a la puerta principal, debía asegurar la entrada de los alumnos, pero sobre todo debía confirmar que su hija mayor estuviera a salvo en el castigo. Se sorprendió al encontrar a Newt Scamander en el mismo lugar en vez de Tonks y su nuevo amigo.

— ¿Aún no ha llegado ningún grupo?—preguntó Severus, mientras miraba hacia afuera, la tormenta solo estaba comenzando.

—Han llegado algunos del grupo que fueron al bosque prohibido, pero aún quedan doce por llegar y ninguno de los que han ido al pueblo—comentó Newt, revisando el muro de al lado, hizo una mueca, su nieto aún no estaba en el castillo.

—Con esta tormenta los chicos del pueblo estarán bien, tienen a Mcgonagall y Lupin con ellos, justo hoy se le ocurrió a Phoenix pasear por el bosque—habló para sí mismo preocupado.

—Mi nieto también está allí así que no me hagas ponerme más nervioso de lo que estoy—reclamó Newt con seriedad.

Severus no contestó, pero si observo hacia afuera, Phoenix no regresaba y para colmo Draco y Eli habían ido con ella, le inquietaba que esos tres no estuvieran en el castillo, porque si no llegaba Aroa saldría a buscarlos y sería capaz de ponerse en peligro por ellos. Miró hacia la entrada en silencio, se alivió al ver entrar a Remus con la mitad de los alumnos que habían visitado el pueblo, Mcgonagall llego diez minutos después con los restantes.

La nevada ya estaba comenzando a mostrar indicios de una tormenta y aún faltaban doce alumnos por llegar. Vio a Mcgonagall y Remus asegurarse de que todos los alumnos que tenían estuvieran en el castillo, mientras él se quedaba con Newt en la entrada.

—En este tipo de tormentas los chicos saben que deben escalar un árbol o quedarse en una de las cuevas del bosque prohibido, si saben ese protocolo ¿verdad?—preguntó Newt a Severus.—Porque los chicos no han llegado y creó que es mejor salir al encuentro de ellos.

—Deja que mi hija Aroa te ayude, ella es buena rastreando gente o animales perdidos y prefiero que te ayude antes de que se ponga en peligro—comentó Severus, mirando a Newt.

— ¿Estás loco? ¡Está nevando!—reclamó Remus preocupado. Severus se giró fastidiado.

—Soy su padre y confió en las habilidades de mi hija. Aroa puede con esto—recalcó a Remus, viendo como este se quedaba callado y negaba con la cabeza.

Newt observo preocupado la mirada de ambos, estaba seguro de que en cualquier momento sacarían su varita y se atacarían, pero menos mal no ocurrió. Por otro lado, entendía perfectamente a Severus, como padre conocía cuál era el límite y habilidades de sus hijos.

—Iré a buscar a Aroa—murmuró Remus, al ver la mirada aliviada de Severus.

Newt suspiró, por poco veía una batalla entre ellos.

Notas finales:

Gracias a todos por llegar hasta aquí. Nos vemos en la siguiente publicación.


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