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Wrong House por NNK

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Notas del capitulo:

Como siempre los personajes pertenecen a J.K Rowling y algunos son de mi completa autoria.

 

Capitulo XLII: Sorpresas en Hogwarts.

 

George apareció en la puerta principal de Hogwarts  con Aroa en su espalda, quien abrazaba su cuello con cuidado de no ahorcarlo. Su hermano Fred iba unos pasos más adelante con Eli, ambos tomados de la mano, mientras que Phoenix iba a su lado junto con Aroa. Guardó silencio en todo momento, nadie tenía ganas de hablar, luego del susto que les dio la menor de los Snape.

Aroa se sintió aliviada al sentir aire fresco nuevamente, se sentía más segura con sus amigos a su lado. Había pasado una semana terrible, hubiera sido excelente si su padre Sirius le hubiera dejado en un lugar más acogedor y calentito, así no tendría que haber dormido, pensando que moriría de hipotermia y mucho menos les habría dado el susto que recibieron sus amigos.

Phoenix, en cambio, aún estaba sorprendida de la respuesta que le dio su hermana, no le cabia en la cabeza, que su padre le hiciera esto a su hermana menor. No sabía mucho sobre su padre Sirius, solo lo que su padre Severus le había comentado hace unos seis o siete años atrás, nunca quiso indagar más en el tema, porque sabía que era una conversación delicada para su padre Severus, pero en estos momentos estaba tan curiosa que no le importaba dañar a su padre en el proceso de conocer, quien realmente era Sirius Black.

Por otro lado, Fred aún no podía creer que la paranoia de Eli y George fuera cierta, se sintió culpable de tratar a su hermano y a Eli como locos dentro de su cabeza, la próxima vez confiaría ciegamente en su hermano. Eli, aún no tenía palabras para explicar lo que sintió en ese momento, ella tenía el presentimiento de que Aroa estaba en peligro desde que desapareció y si no hubiera insistido como lo hizo, su prima ahora estaría muerta.

Los cuatros se detuvieron en el séptimo piso del castillo, se sorprendieron al ver que la mayoría de los alumnos de Gryffindor en la entrada, igual de desconcertados que los cuatro chicos. Aroa abrió sus ojos al ver que el cuadro de la dama gorda estaba desgarrado y ella no se encontraba en el cuadro.

— ¿Qué ha pasado?—preguntó George sorprendido.

—La señora gorda no está—anunció Collin Creevey, sacando una foto. Dennis tomó la mano de su hermano asustado. —Estaba allí, esta mañana.

Todos los alumnos abrieron un camino cuando vieron al director Dumbledore llegar con los demás profesores, quienes quedaron igual de sorprendido que los alumnos, Aroa escucho como la dama gorda culpaba a Sirius Black de haberla atacado en su forma de perro y entrar en la sala común, para luego terminar llorando al ver su hogar totalmente destruido.

Severus Snape se concentró unos segundos en George Weasley, al ver que su hija menor estaba en su espalda, la examinó con cuidado viendo que su ropa estaba sucia al igual que su pelo, también podría tener una herida en su pie derecho, porque su calcetín estaba manchado de sangre. Avanzó hacia ella, asustando a George, quien se giró a mirarlo asustado con Aroa aun en su espalda. La mirada de su hija se cruzó con la suya y sonrió al ver que ella sí era su hija.

— ¡Bájala!—ordenó a George. Este le miró serió y guardó silencio cuando Phoenix se interpuso entre su padre y él, llamando la atención de Severus.

—Era como habías sospechado tú y Eli. Aroa está bien, solo necesita un buen descanso y comida y estará como nueva, lo prometo—explicó Phoenix ante la mirada seria de su padre.

—Solo fue una pequeña acampada, espero que mi doble no haya llamado tanto la atención—bromeó, ganándose una mirada seria de su familia y George Weasley.

—No es tiempo para bromas, Aroa—reprendió George, sintiendo como la menor trataba de ocultarse de su padre.

—Llévala a mi cuarto, ahora—ordenó a George Weasley, quien asintió rápido ante la mirada aterradora de su profesor de posiciones—Y tú quédate con ella hasta que llegue yo—murmuró a Phoenix, quien asintió.

Los tres chicos se miraron entre sí antes de suspirar aliviados al ver que Severus Snape se alejaba junto a los demás profesores. George llevo a Aroa al dormitorio y no se fue con su hermano, hasta comprobar que ambas hermanas estaban dentro.

Phoenix vio como su hermana desaparecía en el baño, sonrió y se sentó en la cama de su padre con las piernas cruzadas, observo el techo, escuchando el correr del agua de la ducha. Suspiro, todo lo que pasaba en Hogwarts últimamente era extraño, aunque pensándolo bien, no es como que los años anteriores fueran normales. Se sentía así, porque este año sus sentimientos estaban a flor de piel, todo lo que pasaba la conectaba directa o indirectamente con su familia y amigos.

Se dejó caer en la cama, jamás se había sentido tan liada como ahora, todo lo que intentaba hacer desde comienzo de este mes le salía mal, quería reconciliarse con Luna y se llevo la sorpresa de aun sentir cariño por Hermione Granger, estaba segura de que le gustaba Luna de pie a cabeza, entonces porque dijo que sí, cuando ella le preguntó si sentía cariño por ella. Negó con su cabeza, totalmente frustrada, estaba viviendo el peor momento de su vida, iba a ser un milagro si sobrevivía a sus propios sentimientos confusos.

Giró su cabeza al escuchar la puerta del baño abrirse, viendo que su hermana salía con una sonrisa alegre, al saber que estaba limpia y segura nuevamente.

—Definitivamente, mereces pertenecer a Gryffindor—comentó, llamando la atención de su hermana solo para molestarla.

— ¿Por qué me dices eso?—preguntó Aroa, haciendo un puchero.

—Porque tienes la habilidad de no salir de un problema, cuando ya estas metida en otro—se burló, sacando su lengua. Sonrió, cuando Aroa rodó los ojos y luego le saco la lengua imitándola. — ¿Cómo era papá Sirius?

—Pelo castaño, algo con rulos, ojos grises, de altura un poco más bajo que el profesor Lupin y estaba sucio y necesitaba un baño urgente, porque apestaba a cadáver en descomposición—describió burlona, haciendo que su hermana se riera.

—Olía como tú, antes de la ducha—contestó riendo, contagiando la risa a su hermana menor.

— ¿Cómo se comportó mi doble? —preguntó interesada, mientras se sentaba al lado de su hermana,

—Totalmente opuesto a ti, no comía dulces, cosa que nos hizo dudar a todos desde el primer día, Draco y papá pensaron que tenias caries y por ello no comías, pero luego le pidió a ese chico llamado Baltasar que se metiera en su mente y Baltasar vio unos recuerdos extraños, fue allí cuando papá sospecho que seguías en la casa de los gritos y me envió con Eli y cuando estábamos allí apareció George y Fred—contó, viendo como su hermana asentía con una sonrisa—Fue realmente aterrador encontrarte así, por favor dale un descanso emocional a papá—pidió con una mirada preocupada.

Aroa le miró de igual forma y asintió con una sonrisa. Ya era momento de que les diera un descanso emocional a su hermana y padre, además ya no quería ser más el centro de atención de nadie, solo quería olvidar todo y volver su año lo más normal posible.

—Papá nos debe una conversación aunque sea básica—dictaminó, sentándose en la cama para ver cambiar el tema. Se sorprendió cuando su padre entró y tocó el hombro de su hermana para que se incorporara.

—Esto no es fácil y no sé cómo empezar—declaró Severus, mirando a sus hijas—Así que me sentaré en esta silla y responderé cualquier pregunta que quieran hacerme. —confesó, tomando la silla para sentarse en ella y mirar a Phoenix y Aroa, esperando sus dudas.

—Cuéntanos todo de Sirius Black—exigió Phoenix rápido, sorprendiendo a su padre y hermana—amm…yo perdón es que realmente quiero…—trató de explicarse, pero se detuvo cuando su hermana tomó su mano—Tenemos derecho a saberlo todo sobre él. —recordó seria, viendo como su padre sonreía.

—Lo sé, bien. Sirius Black era el primogénito de la familia Black, hijo de Orión y Walburga Black, tenía un hermano menor Regulus Black, que todo el mundo cree que falleció un poco antes de que Phoenix naciera, fue amigo de los padres de Potter y de Remus Lupin en sus años en Hogwarts y fue elegido en la casa de Gryffindor—comentó lo básico de la persona que había sido su esposo, viendo como Aroa le miraba sorprendida—Comenzamos nuestra relación en 1976, estuvimos cinco años juntos, nos casamos en el 1980 y nos separamos en 1981 cuando Aroa estaba recién nacida para protegerlas del Señor tenebroso—contó, recordando lo enojado que estaba Sirius cuando le obligó a firmar—Ambos teníamos el plan de que se quedarían con él hasta asegurarnos de que la guerra hubiera terminado, pero nada salió como lo planeamos—anunció, sorprendiendo a sus dos hijas, quienes le miraron pidiendo más—La noche en que los padres de Potter fallecieron, las personas a cargo del caso culparon a su padre diciendo que él le había dado a ubicación de los Potter a Voldemort y se lo llevaron a Azkaban mientras un elfo doméstico las dejaba a ambas en mi casa nuevamente—comunicó a sus hijas, recordando ese día tan terrible para su familia.

— ¿Tú crees que él entregó a los padres de Harry?—preguntó Aroa, sorprendiendo a Severus y Phoenix. Su padre Sirius no se había portado bien con ella y dudaba mucho en poder confiar en él, de la manera que le había pedido aquella tarde en la casa de los gritos.

—Yo creo que no fue él quien los entregó, tu padre quería a James como su hermano y me había pedido cuidar de Lily, jamás les hubiera hecho algo que les causara la muerte, por mucho que quisiera protegerlos—comentó seguro, viendo la inseguridad en los ojos de sus hijas—Se que es confuso, pero cuando lo conozcan entenderán cuán peligroso puede ser Sirius cuando protege a los seres que más ama.

Severus se levanto y fue a abrazar a sus hijas. Sabía que había abierto una puerta  que solo traía duda a sus dos hijas, pero estaba dispuesto a contestar cada una de sus preguntas con tal de protegerlas a ambas.

—Quiero ir a descansar—pidió Aroa al separarse de su padre.

—Los de Gryffindor van a pasar la noche en el gran comedor—comunico su padre con una sonrisa—Phoenix ¿Quieres que sigamos hablando?

—Quiero ir a descansar también—habló Phoenix, dedicándole una sonrisa a su padre.

—Está bien, duerman bien—deseo al verlas salir de su cuarto.

Suspiro, jamás espero que el día de hablar de Sirius Black llegara, acordarse de su esposo dolía, porque todo lo que hizo Sirius después de que se separaron, sentía que era su culpa.

Notas finales:

Gracias a todos por llegar hasta aqui. Nos vemos en la siguiente publicación.


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