Capítulo XLIX: La idea de Hator.
Aroa se sorprendió al escuchar a Hator hablar sobre la confesión desesperada que le había hecho a su hermano mayor, mientras ella y Dennis jugaban ajedrez en frente de la chimenea. Sabía que Hator aún estaba molesto con su hermano, porque en su voz se notaba el enfado al igual que en los insultos que le propinaba, por no tomar en serio su petición de hablar a solas.
— ¡Es un idiota!—exclamó Hator, antes de dejarse caer en el sillón, mirando al cielo de la sala común de Gryffindor.
—No seas tan cabezota, tú también le lanzaste una bomba con esa petición—comentó Aroa para mirar a su amigo, sin darse cuenta de que Dennis le mataba el último peón que le quedaba en el tablero.
—Eso no es cierto, debió suponerlo en algún momento—le reclamó Hator a Aroa de vuelta completamente frustrado. No iba a admitir algo así nunca.
—Solo espero que no sospechen que lo hemos planeado entre nosotros, porque allí sí que nuestros hermanos mayores nos matan a todos—comentó Dennis algo miedoso, sus padres lo matan si dice algo como eso.
—Pero, y si les pedimos los tres a la vez, es muy probable que ante la insistencia, ellos acepten—trató de convencer Hator, ganándose una carcajada de parte de Aroa y una negativa asustada de parte de Dennis.
— ¿Estás loco? Si yo le digo eso a mi padre Severus y él que se mete en mi cabeza para ver todos mis recuerdos y saber quien me atacó—comentó Aroa, causando que Dennis le mirara aterrado ante esa forma de investigar que tenía el profesor de pociones.
—No me digas eso, lo peor que me puede pasar es que conozcan todos los momentos vergonzosos de mi vida—exclamó en un comentario ahogado— me muero si tu padre se entera de que casi me orine cuando él se acercó a nosotros el primer día—comentó casi llorando—Tu padre es el maestro más terrorífico de Hogwarts.
—Relájate Dennis, papá es como el chocolate amargo con un centro de frutilla dentro—comparó Aroa con una sonrisa ante la mirada confusa de Deniss y la curiosidad de Hator—Me refiero a que mi padre es solo un bombón en secreto—hizo entender con seriedad. Dios ahora entendía porque su padre perdía la paciencia con los alumnos del colegio.
— ¿Un bombón?—exclamó Dennis horrorizado—Casi te mata por hacer explotar una pócima la semana pasada y no tuvo consideración alguna en cuando nos bajó puntos el primer día—le recordó Dennis a su amiga, quien le miró con cara de pocos amigos.
—Pues a nosotros siempre nos da puntos a favor—reclamó Hator, defendiendo a su jefe de casa con una sonrisa— Y concuerdo con Aroa, él sí es un bombón.
—Allá va de nuevo, defendiendo a mi padre. Hator porque no le declaras tu amor y de paso te casas con él—se burló Aroa con una sonrisa, haciendo reír a Dennis, quien se relajo un poco ante los sustos recibidos.
—Eres una odiosa a veces ¿Lo sabes?—reclamó Hator, soltando un suspiro malhumorado.
Hator observo alrededor de la sala común de Gryffindor, aún con los brazos cruzados. Sabía que a lo mejor sí había hecho una declaración que atentaba contra la calma habitual de su hermano, pero es que realmente quería que todo esto terminara rápido y saber lo que había pasado esa noche, pero su petición hacia todo lo contrario, tal vez una segundo petición no sonara tan descabellada como la primera.
—Chicos— comentó Hator, llamando la atención de sus amigos, quienes le miraron curiosos—He estado pensando en que podríamos pedir un permiso especial a nuestro jefes de casa para dar un recorrido por la ruta que utilizamos para escapar del perro, pero uno de noche, tal vez así podríamos recordar algo—habló con un tono de esperanza, que causó mayor curiosidad en sus amigos.
— ¿De noche?—pronunció Dennis dudoso—¿Pero en que nos ayudará? Hemos hecho el recorrido dos veces y no pasa nada.
—Hator, puede tener razón Dennis—ánimo Aroa—Nosotros escapamos de noche, en cambio Tonks nos ha llevado a la ruta de día. El bosque cambia de ambiente en la noche, tal vez sí recordemos algo si hacemos el recorrido de noche—comentó Aroa con una sonrisa, apoyando la deducción de Hator.
—Pero, los profesores no nos dejaran pasear en el bosque prohibido, he escuchado que casi matan a Harry Potter en el bosque prohibido en su primer año—anunció, asustado Dennis.
—A nosotros también casi nos matan, Dennis—recordó Hator, molestó por la actitud de su amigo Dennis.
—Pero, podríamos mandar una carta a Tonks y pedirle que nos acompañe de noche, de seguro los profesores consideran nuestra petición de forma más seria—comentó Aroa con una sonrisa.
—Chicos ¿Por qué están peleando ahora?—preguntó Harry, bajando las escaleras, para apoyar sus brazos en el sillón, para mirarles con atención.
—No estamos peleando, bueno hace cinco minutos si—habló al ver que Harry le mirara un poco molesto—Estábamos proponiendo escribir una carta a Tonks con una petición. ¿Nos ayudas?
—Claro, tengo mucho tiempo ya que no tengo permiso de mi familia para ir al campamento de tercero a séptimo—concedió con una sonrisa, sentándose al lado de Hator.—Pero creó que tu hermano quiere hablar contigo primero—anunció Harry la llegada de Phoenix y Blaise.
Harry vio como los tres chicos se giraban sorprendidos, vio a Dennis levantar la mano para saludar a ambos, Aroa sonrió a Phoenix, quien le miró de pie a cabeza, asegurándose de que estaba en perfecto estado. Hator en cambio, solo observo molesto a su hermano unos segundos, antes de acceder a hablar con él, en un lugar más privado.
Harry le dejó espacio a Phoenix para que se sentara a su lado, pero la chica prefirió sentarse al lado de Aroa, quien le miró extrañada, pero al ver que Harry negaba con la cabeza, eligió callar para no continuar una segunda pelea. Sacó su varita y pronunció Accio papel y pluma, viendo aparecer ambos objetos arriba de la mesa ante la mirada curiosa de Phoenix Snape.
— ¿Qué van a hacer?—preguntó Phoenix, temiendo que sea una carta para pedirle a Tonks que suspenda el caso, mientras veía aparecer los objetos que había invocado Harry.
—Vamos a escribir una propuesta y una carta a Tonks, para que nos acompañe de noche al bosque prohibido, a ver si así podemos recordar algo sobre nuestro accidente en el bosque prohibido, así si Tonks nos confirma tal vez la profesora Mcgonagall y tu papa nos ayudan en vez de quitarnos puntos a nuestras casas—comentó Dennis, tomando la pluma para comenzar a escribir la propuesta, mientras Aroa escribía la carta a Tonks, sin saber que escribir realmente.
—Genial, yo puedo ayudar a convencer a papá y Harry puede con la profesora Mcgonagall ¿Verdad?—preguntó Phoenix con una sonrisa, que Harry solo correspondió, afirmando con la cabeza—y te ayudaré a ti con la carta—respondió a la mirada suplicante de su hermana al no saber qué poner primero.
Harry sonrió burlón al escuchar el comentario de Phoenix, a veces sentía un poco de envidia de la conexión inusual que poseían Phoenix y Aroa, le encantaría formar parte de esa complicidad porque tenía el extraño presentimiento de que él, era un familiar directo de ambas chicas. Y sentía aquello, porque los ojos grises de Aroa, los había visto en un papel del caldero chorreante y pertenecían a solamente una persona, Sirius Black, el imbécil que entrego a sus padres a Voldemort.