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Wrong House por NNK

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Notas del capitulo:

Como siempre los personajes pertenecen a J.K Rowling y algunos personajes son de mi completa autoria.

 

 

Capitulo L: Se llamaban los merodeadores.

 

Remus ayudó a Aroa a entregar la carta para Tonks en la mensajería de Hogwarts, viendo de reojo como los chicos de tercero a quinto se preparaban para irse al campamento. Aroa puso la carta en el pico de la lechuza antes de extender su brazo y dejarla volar en dirección a la casa de Tonks, volteó la cabeza hacia Remus, quien le esperaba en la entrada, mientras observaba a través de la ventana. Este, se giró con una sonrisa y le hizo una seña a la pequeña para que se apresurara y así alcanzara a despedirse de su hermana y su padre.

Aroa dejó que su padrino tomara su mano y ambos se dirigieron hacia las escaleras, pero se adelantó al ver en una de las ventanas como el grupo de tercero ya comenzaba a caminar hacia el bosque.

—Rápido padrino, se irán—exclamó Aroa, dejando atrás a Remus.

—Ten cuidado, no corras por las escaleras, puedes hacerte daño—pidió, yendo detrás de la niña, mientras ambos bajaban las escaleras de tres escalones para apresurar el paso.

Ambos llegaron al primer piso y corrieron al vestíbulo, donde se encontraba el grupo de séptimo año junto a los últimos compañeros.

—No corras por el castillo, Aroa Snape—regaño Percy al ver que la menor iba hacia afuera del castillo.

—Oye cuidado,  vas a terminar votando a alguien—exclamó Oliver, al verla salir del castillo seguida de Remus.

Aroa se detuvo al ver que la mayoría del grupo  ya se había adentrado en el bosque prohibido o estaban cerca de la casa de Hagrid, intentó distinguir a Phoenix, Eli o Draco, pero parecía que ya se habían adelantado lo suficiente.

—No alcanzamos a llegar, padrino—reclamó, cruzándose de brazos.

— ¿Y si le pedimos a un chico de Gryffindor que le avise a Severus y Phoenix?—propuso Remus, ante la desilusión de la pequeña.

Aroa se volteó con los brazos cruzados, no conocía a la mayoría de esa gente y menos iba a confiar en uno de ellos para entregar un mensaje que podría llamar la atención de todo el castillo. Negó con la cabeza, ganándose una mirada de impaciencia de parte de su padrino Remus, mejor daba sus razones antes de que el licántropo se enfadara con ella.

—Prefiero pedirle la capa de invisibilidad a Harry, antes de confiar en uno de ellos—reclamó Aroa con desprecio, causando que Remus se enfadara más con ella.

—Claro, escapa al campamento y así sabré que te importo menos que nada, porque no te interesara lo que me podría hacer tu padre—reclamó, haciéndose la víctima ante las palabras de Aroa.

Aroa negó con la cabeza al escuchar esas palabras de la boca de Remus, claro que le importaba lo que su padre pudiera hacerle a su padrino, más cuando la habían dejado a su cuidado. Suspiro, al darse cuenta de que su padrino se hacía la víctima con ella, estiró su brazo y señaló a Oliver, quién le hizo una seña a sí mismo, antes de acercarse a ambos.

— ¿Qué sucede, profesor Lupin?—consultó al ver que su profesor se acercaba a él, dejando a Aroa atrás.

—Oliver, por favor lo que te vamos a pedir solo debes decírselo a Severus y Phoenix  a nadie más—pidió Remus con tono serió, viendo de reojo como Aroa rodaba los ojos ante su actitud sobre protectora, mientras que Oliver solo asentía un poco nervioso ante la idea de enfrentar la mirada sin expresión del profesor de pociones—Necesito que le digas,  que la carta de Tonks ya fue enviada, solo eso y luego te retiras, no serán más de cinco minutos—ánimo Remus, golpeando los hombros del muchacho para darle confianza.

Oliver asintió antes de seguir con el grupo de séptimo su camino hacia el bosque prohibido, Remus sonrió y tomó la mano de Aroa, sólo para asegurarse de que la chica entrara al castillo en vez de seguir a su hermana.

—Aroa, rápido. Hator y Harry han entrado en algo—exclamó, llegando hacia su amiga, tomando su otra mano.

—Dennis, Aroa no corran por el castillo—regaño Remus al ver que ambos niños se perdían entre los pasillos del castillo.

Aroa y Dennis corrieron en dirección a la biblioteca, entraron sin el menor cuidado de hacer silencio, ya que no había nadie más que la señorita Prince que les miró con molestia en sus ojos. Llegaron al final de las estanterías donde Harry y Hator estaban sentados en el suelo, esperándolos con una sonrisa triunfante.

— ¿Qué encontraron?—preguntó con ansiedad al verlos tan sonrientes.

—Eran cuatro, Peter Pettigrew, Remus Lupin, James Potter y Sirius Black, se hacían llamar los merodeadores—respondió Harry, mostrando una foto con una noticias de las cuatro personas que nombró—Dicen que el chico de aquí, atacó a la dama gorda—dijo, señalando al último de la derecha.

—Woo, Harry te pareces mucho a tu papá—habló sorprendido Dennis—Mira el profesor Remus se ve muy tierno de joven—reconoció Dennis al observar, bien la foto.

—Tiene los ojos de Aroa—comentó Hator al ver a Sirius Black, al en el parecido del chico le decía que le había visto en alguna parte—Aroa, podría ser familiar.

—Es mi padre—les hizo saber, sorprendiendo a sus amigos, quienes le miraron con confusión—Mi otro padre.

Harry le miró sorprendido por unos segundos ante la confusión repentina, observo la foto con algo de duda, lo que había escuchado de la profesora Mcgonagall, le decía que debía odiar a ese hombre con todo su ser por ser uno de los culpables de la muerte de su familia, pero ver a su padre abrazando a Sirius como si se tratara de un hermano, le pedía averiguar más y tomar esa drástica decisión de odiarlo más tarde.

— ¿Qué sucede Harry?—preguntó Aroa al verle tan pensativo. Tenía la leve sospecha de lo que se trataba, pero no quería iniciar una pelea.

—Estaba pensando en Sirius Black, parece tan amable y cariñoso al lado de mi padre, que no entiendo porque vendría a Hogwarts ¿Qué vendría a buscar?—preguntó Harry, llamando la atención de los tres menores.

—Tal vez vino aquí, porque su familia y su amigo están aquí—comentó Dennis, mirando a Hator, quién le observo, negando con la cabeza.

Aroa se quedó pensativa, mirando la fotografía de los cuatro chicos, era muy probable que Dennis tuviera algo de razón, pero no era su única intención, le había atacado dos veces, la primera oportunidad casi lo mata, la segunda la dejó encerrada en la casa de los gritos, mientras tomaba su lugar ante sus amigos y familiares. No conocía sus verdaderas intenciones, pero confiar en Sirius Black era algo que debía pensar seriamente.

Harry en cambio, sospecho lo mismo que Dennis, pero al igual que Aroa dudaba de las intenciones de Sirius, porque estaba desesperado y alguien así, era capaz de cometer errores que le perseguirían por el resto de su vida y por la cara seria de Aroa, presentía que no estaba para nada equivocado.

Notas finales:

Gracias a todos por llegar hasta aquí. Nos vemos en la siguiente publicación.


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