Capítulo XLVIII: Gryffindor contra Slytherin.
Aroa poca veces en sus doce años se había sentido totalmente separada de su hermana mayor y sus primos, hasta el año anterior era muy fácil estar apoyando a Slytherin a través de sus cartas, pero ahora que estaba en una casa diferente y en donde la mayoría esperaba que estuviera a favor de ellos, le costaba demostrar su apoyo. Por un lado, sentía que debía apoyar a su primo Draco Malfoy porque eran familia, pero su lado bromista deseaba con ganas verlo perder con sus propios ojos en vez de que Eli o Phoenix se lo contaran en una carta.
Al principio de semana decidió consultarlo a su padre Severus o a su padrino Remus, pensando en que podría apoyar a los Slytherin, aunque fuera de Gryffindor. Pero tuvo la impresión de que sus respuestas fueron autoritarias y sin razonamiento. Su padre Severus le lanzó el argumento de la familia y su padrino Remus su compromiso con su casa seleccionada. Así que decidió por ella misma y decidió no apoyar a ninguna, todas las veces que estos se enfrentarán, por ello, ese día decidió que sus ropas no serían ni verdes, ni rojas.
Aun así, se puso en las gradas de Gryffindor, junto a toda su casa. Observo hacia las gradas de los profesores, a pesar de su mirada neutra, sus ojos demostraban entusiasmo y nerviosismo. Volvió a observar a su alrededor, todos esperaban con entusiasmo la salida de los catorce jugadores, era el último partido antes de los exámenes finales y todos estaban deseando que ese momento fuera rápido, pero eterno a la vez.
Bajo la mirada hasta el campo de juego, viendo como los jugadores de Gryffindor salían de su carpa y se reunían en medio del campo junto a los de Slytherin, tuvo la leve sospecha de que su primo Draco se odiaban a muerte, pero al mismo tiempo se dedicaban la mejor suerte para quien fuera el ganador, miró el campo de manera rápida, buscando al perro, sonrió al verlo oculto detrás de una de las gradas. Sonrió, todo parecía perfecto y listo para comenzar.
— ¿Qué estás mirando tan concentrada?—preguntó Dennis, interesado.
Aroa ignoró la pregunta de Dennis y sonrió cuando los ojos de ella se encontraron con los de George, quien primero le dedicó una mirada de enfado, pero luego solo le demostró cariño y una sonrisa que hizo que se sintiera un poco avergonzada. Dennis sonrió y dejó que su amiga lo ignorara hasta que todos los jugadores estuvieran en el aire. La quaffle voló y dio inicio el partido junto a los comentarios de Lee Jordan y los regaños de la profesora Mcgonagall
— ¿Qué le dijiste a George para que volviéramos a ser amigos?—preguntó Dennis a Aroa, sin dejar de mirar como el equipo de Gryffindor jugaba.
—Nada, mi prima Eli habló con él—comentó un poco sorprendida de sí misma, no le había preguntado qué palabras utilizo su prima para que George reaccionara. —Creo que debo averiguar aquello.
— ¡Pero, luego del partido!—exclamó Dennis ante la exclamación que lanzaron los alumnos de las gradas ante el punto que había dado en contra de Slytherin. —Si vas para allá, de seguro te secuestran.
Aroa observo a su amigo como si estuviera loco, pero al mirar a las gradas tuvo la leve sospecha de que Dennis tal vez no estaba exagerando, durante la semana muchos Slytherin enviaron a algunos alumnos de Gryffindor a la enfermería, solo porque les parecía gracioso, Fred Weasley tuvo que salvarla de un ataque al igual que Luna tuvo que salvar a Phoenix de uno de parte de los de Gryffindor. Bajo su mirada nuevamente al campo viendo que el perro miraba atento la saeta de fuego.
Aroa giró su cabeza al escuchar los regaños de la profesora Mcgonagall, viendo que Lee Jordan seguía comentando mientras hacia una mueca entre diversión y arrepentimiento. Su mirada se encontró con la de su padre Severus, quien tenía una mirada enfadada que se dirigía a uno de los lugares de las gradas, prefirió seguir a su padre, pero sus ojos se abrieron sorprendidos al ver que su Tío Regulus estaba dos gradas mas allá que el perro, observando en silencio el partido de su sobrino Draco, ajeno a la mirada enfadada de su cuñado y sobrina.
El silbido de la profesora Hooch junto a los gritos emocionados, diciendo que Harry Potter atrapó la snitch junto a la copa de quiddicth, llenando de gritos las gradas que ensordeció por completo la exclamación de frustración que dieron los de Slytherin. Todos los alumnos se reunieron alrededor de los jugadores de Gryffindor, dándole la distracción perfecta para que Regulus desapareciera seguido del perro.
Quiso ir detrás de Regulus, pero desistió de la idea cuando su padre y padrino le miraron por unos segundos al ver que era casi la única que no bajaba de las gradas, decidió seguir al restó y así también evitar la de los Slytherin.
—Aroa rápido, van a hacer una fiesta en la sala común de Gryffindor—comunicó Ginny, entusiasmada con una sonrisa.
—Ya voy, tranquila—comentó con una sonrisa, mientras Dennis y Collín festejaban a sus espaldas.
Se acercó a Ginny, quien iba al final de todos los alumnos que festejaban que Gryffindor hubiera ganado la copa, esta tomó su mano y la guió a la turba, mucho antes de que ella pudiera arrepentirse de seguirla e ir con su hermana. Sabía que debía festejar la victoria de su equipo de casa y apoyar a los amigos que había hecho allí, pero la curiosidad de saber cómo su prima había convencido a George para que volviera a hablarle le carcomía por dentro.
—Relájate, Aroa, yo te contare como Eli convenció a George, pero primero lleguemos a la sala común— advirtió Ginny con una sonrisa, susurrándole al oído a Aroa.
— ¿Cómo es que sabes tú y yo no? —preguntó Aroa frustrada.
—Es que Eli le dijo a Fred que iba a dejar de ser su amigo, si George no se comportaba correctamente con Aroa. George se asustó al ver a Fred enojado y prefirió dejar de lado su enojo y volver a hablarte—le contó, camino al castillo, viendo que Aroa le miraba con frustración— ¿Por qué tienes esa cara? Deberías estar feliz no.
—Pues no estoy feliz, que George me hable no quiere decir que no sigue enfadado conmigo desde el partido contra Ravenclaw—comentó, apenada. Sorprendiendo a Ginny—Voy a ver a mi familia mejor.
— ¡Espera, Aroa!—pidió Ginny, tomando su mano con firmeza. Aroa se volteo a mirarla enojada—No es lo que piensas de verdad. Puedo decirle a George que hable contigo y veras que no es lo que piensas—reafirmó con una sonrisa.
—No quiero eso, estoy segura que él sigue enfadado conmigo—comentó, soltándose del agarre de Ginny, esta le miró preocupada.
—Aroa…—llamó, angustiada. Tal vez no debió decirle nada.
— ¿Qué está pasando aquí?—preguntó Phoenix, preocupada al escuchar la conversación de ambas, miró a Ginny con una sonrisa y a su hermana con preocupación al ver la cara enojada de su hermana— ¿Aroa qué pasa?
—Es que yo…—trató de explicarse Ginny, ambas se quedaron calladas explicándose con la mirada. Phoenix, tomó la mano de su hermana y le sonrió a su amiga.
—No te preocupes Ginny, yo me hago cargo desde aquí—le advirtió Phoenix, haciendo una seña a su hermana para que le esperara un poco más alejada—La llevare a su sala común cuando se encuentre mejor, lo prometo. —le hizo saber a su amiga con una sonrisa.
—Perdón, no pensé que se pondría así—comentó Ginny, preocupada.
—No ha sido culpa tuya, ha tenido días difícil—se disculpó, antes de marcharse junto a su hermana, tomándola de la mano nuevamente.
Aroa miró a Ginny y luego prefirió ir con su hermana a ver a su primo, necesitaba calmarse antes volver a la sala común de Gryffindor y enfrentarse a sus amigos.