La oscuridad envolvía casi por completo la húmeda celda en la que se encontraba; mientras su única compañía era la presencia de las sucias ratas que corrían de un lado a otro.
Solo llevaba aproximadamente una semana como prisionero, sin entender del todo el origen de aquella situación.
Y mientras se encontraba sumido en sus propias cavilaciones, el retumbar de unos fuertes pasos, lo devolvió a la realidad. Frente a él, al otro lado de la celda que lo mantenía injustamente cautivo. Su hermano gemelo apareció, mirándolo con tanta satisfacción que toda la sangre se le heló por un segundo al verlo.
Ilusamente creyó, que este venía a liberarlo; sin embargo, aquella idea se esfumo con toda esperanza en el momento en que sus miradas se encontraron.
Los ojos idénticos a los suyos lo observaron, primero con satisfacción y después con asco. Instintivamente avergonzado miro al suelo, atrapado en su propia credulidad.
Un fuerte chirrido sonó y de no encontrarse amordazado y con las manos y los pies fuertemente atados hubiera gruñido e intentado arremeter contra su hermano con las pocas fuerzas que le quedaban.
Menma lentamente entro en la celda mientras decía.
—Pobre… pobre Naruto. Mírate, solo llevas unos cuantos días y ya estas hecho toda una alimaña. Me encantaría ver cómo te pudres lentamente, pero me temo que eso no se va a poder. El Reino. Mi reino clama tu ejecución, así que muere por mi hermano.
Al escuchar aquellas palabras sin darse cuenta levanto el rostro, con la mirada llena de rabia y desconcierto.
—¿Por qué?... te preguntaras—soltó Menma acercándose y tomando bruscamente su rostro. Para añadir— que no es evidente, la única forma en la que puedo reinar es con tu muerte Naruto.
Menma le dio una última mirada de desprecio y salió rápidamente de la celda.
Poco tiempo después, unos guardias llegaron y lo arrastraron hasta la plaza principal. Donde una gran guillotina la aguardaba.
Y lo último que escucho fue el sonido de la cuchilla caer sobre su cuello.
Me gustan mucho las novelas de reencarnados y de fantasía, así que, aquí mi pequeño intento de una. Espero y les guste n_n
El primer capítulo es súper cortito, pero los demás serán más largos.
La oscuridad envolvía casi por completo la húmeda celda en la que se encontraba; mientras su única compañía era la presencia de las sucias ratas que corrían de un lado a otro.
Solo llevaba aproximadamente una semana como prisionero, sin entender del todo el origen de aquella situación.
Y mientras se encontraba sumido en sus propias cavilaciones, el retumbar de unos fuertes pasos, lo devolvió a la realidad. Frente a él, al otro lado de la celda que lo mantenía injustamente cautivo. Su hermano gemelo apareció, mirándolo con tanta satisfacción que toda la sangre se le heló por un segundo al verlo.
Ilusamente creyó, que este venía a liberarlo; sin embargo, aquella idea se esfumo con toda esperanza en el momento en que sus miradas se encontraron.
Los ojos idénticos a los suyos lo observaron, primero con satisfacción y después con asco. Instintivamente avergonzado miro al suelo, atrapado en su propia credulidad.
Un fuerte chirrido sonó y de no encontrarse amordazado y con las manos y los pies fuertemente atados hubiera gruñido e intentado arremeter contra su hermano con las pocas fuerzas que le quedaban.
Menma lentamente entro en la celda mientras decía.
—Pobre… pobre Naruto. Mírate, solo llevas unos cuantos días y ya estas hecho toda una alimaña. Me encantaría ver cómo te pudres lentamente, pero me temo que eso no se va a poder. El Reino. Mi reino clama tu ejecución, así que muere por mi hermano.
Al escuchar aquellas palabras sin darse cuenta levanto el rostro, con la mirada llena de rabia y desconcierto.
—¿Por qué?... te preguntaras—soltó Menma acercándose y tomando bruscamente su rostro. Para añadir— que no es evidente, la única forma en la que puedo reinar es con tu muerte Naruto.
Menma le dio una última mirada de desprecio y salió rápidamente de la celda.
Poco tiempo después, unos guardias llegaron y lo arrastraron hasta la plaza principal. Donde una gran guillotina la aguardaba.
Y lo último que escucho fue el sonido de la cuchilla caer sobre su cuello.