Tu querido ladrón de amor
La vista del mar ante ellos era hermosa e infinita y el aroma salado tenía la sensación de libertad y Kakashi, todavía con sus ropas de guardia costero, no podía estar más feliz. Finalmente estaba con su amado pirata.
E Iruka, el infame pirata, estaba finalmente con su amado en sus brazos y siendo libres de amar.
-Iruka, mi pirata hermoso, nunca pensé en enamorarme, menos aún de un pirata buscado, pero lo hice y no me arrepiento de nada.-
-Kakashi, quizás seamos dos locos incurables y nuestro es como una estrella chispeante en la oscuridad, por eso mismo ni la familia real ni los guardias me importaron cuando te pregunté si querías venir conmigo y, cuando dijiste que sí, fui el hombre más feliz en los siete mares.-
Tu pirata soy yo
y mi mar es tu corazón
mi bandera, tu libertad
mi tesoro, poderte amar
El barco, el infame Konoha, navegaba sin importarle la distancia del puerto, los siete mares entre la pareja, su amor y la tripulación con tierra firme.
-Ay, Iruka. Nunca me importó tampoco. De todas formas, en tierra firme nadie trataría de comprender nuestra verdad. Te extrañaba todos los días que no estabas junto a mi.
Tu pirata soy yo
tu querido ladrón de amor
en mi proa tu nombre va
tu pirata soy yo
Estando ya de noche, el capitán estaba disfrutando su amor, su felicidad cuando una feroz tormenta golpeó a su barco.
-Capitán. Lamento molestarlo, pero lo necesitamos en el timón. Necesitamos controlar a Konoha.-
Suspirando, Iruka salió de la cabina, solo para mirar a la mayor tormenta que había visto en su vida. Por un momento el miedo se instaló en su pecho, pero decidido fue a tomar su lugar como capitán y tratar de salir vivos de la tormenta.
Kakashi no sabía que podía hacer. Era un hábil guerrero y entrenado por los mejores soldados, pero no sabía cómo pelear contra el mar y, sinceramente, ya estaba inquieto. Podía escuchar los gritos amortiguados de la tripulación y sentir los movimientos bruscos del barco, así que decidido decidió salir a cubierta e intentar ser de ayuda.
-¡Iruka! ¡Iruka! ¿Que está pasando?-
El pirata con la cicatriz en la nariz no podía creer que Kakashi estuviera fuera de la cubierta, esta tormenta era cada vez más grande y su amada Konoha no soportaría más, él y toda la tripulación lo sabían. Solo esperaban que la muerte fuera piadosa con ellos.
-Kakashi, mi amor ¿por qué saliste de la cabina?-
-Iruka, algo está pasando, lo sé, y no podía quedarme sin hacer nada. Dime lo que pueda hacer para ayudarte.-
-Ay, amado mío, la verdad es que mi amada Konoha no va a resistir esta tormenta. Te prometí que cuidaría de ti pero no lo he hecho.-
-Iruka, ¿hasta cuándo te debo explicar? No me importa soportar las tempestades a tu lado porque tu mirada es mi faro y tu amor mi sol y si debo morir para estar a tu lado, lo haré sin arrepentimientos.-
-Al final, Kakashi, el ladrón fuiste tú al robar mi corazón y yo al darte mi amor. Mi amado ladrón de amor.
Porque no han entendido que no hay edad,
color, razón, ni condición ni tiempo
para el amor.
Y tomados de la mano, mirando y siento el amor mutuo, sus almas navegaron por la eternidad completamente unidos y eternamente enamorados acompañados por una tripulación leal y un barco que se transformó en su hogar.
Fin.