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La ira de JongIn. por DenisseZepol

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JongIn y KyungSoo estaban de pie en el vacío apartamento de una habitación, mirando alrededor mientras que Herb, el propietario, se apoyaba en el marco de la puerta. —Hay un cuarto de baño, un dormitorio, y una bonita cocina de buen tamaño. Es tres veces el tamaño del mono ambiente que alquilas ahora, JongIn. 

 

—¿Qué opinas? — KyungSoo le preguntó a JongIn. 

 

—Está claro que es mucho más grande que el mío —dijo JongIn en voz alta mientras echaba un vistazo a la cocina. KyungSoo se moría por mudarse en seguida. El mes de JongIn terminaba, y podrían mudarse aquí. KyungSoo bullía por la excitación. 

 

¡Lo amo! Ya tengo planes sobre como quiero decorar el lugar. Vi esa tienda de segunda mano abajo por el mercado. Abrieron hace poco, y tienen algunas cosas geniales. 

 

Reduce la velocidad, mi pequeño oso. Te estás adelantando. 

 

—¿Es este el lugar? —preguntó MinSeok cuando entró en el apartamento, echando un vistazo alrededor—. Es mucho más grande que el otro. 

 

KyungSoo se alegró de que el jefe de JongIn hubiera venido a mirar el apartamento. No había tenido oportunidad de agradecerle al hombre el dinero de la fianza. Aún no podía creer que el hombre les diera el dinero, pero KyungSoo estaba agradecido por su bondad. 

 

—¡KyungSoo! —Victoria llamó mientras vagaba en el vestíbulo. 

 

KyungSoo se apresuró a la puerta para hacerla entrar. 

 

¿Qué hace ella aquí? —preguntó JongIn—. No es que no este contento de verla. 

 

Quiso comprobar mi nueva vivienda. Dijo que no podría dormir hasta que conociera donde viviría y que estaba seguro. 

 

—Bueno, hola, dulzura —dijo MinSeok cuando cruzó el cuarto, cogiendo la mano de Victoria con la suya y colocando un beso sobre los nudillos—. ¿Quién es esta belleza? 

 

KyungSoo parpadeó. 

 

— MinSeok, es Victoria. —JongIn los presentó. 

 

MinSeok meneó sus cejas, sonriendo como el gato que se había comido al canario. —¿Victoria, querida, te gustaría acompañarme a tomar algo? 

 

Victoria se sonrojó mientras se acariciaba su rosado pelo. —Solo si me dices cosas traviesas. —Ella se rio tontamente mientras que MinSeok la escoltaba fuera del apartamento. 

 

¿Me perdí de algo? —preguntó KyungSoo cuando se giró hacia JongIn. —¿No hará nada travieso con ella, verdad?

 

No, creo que Victoria y MinSeok estarán bien

 

KyungSoo y JongIn entraron en el dormitorio. KyungSoo se rio al pensar que Victoria ahora no estaría sola. KyungSoo estaba muy agradecido por eso. —Quiero hacer de esta una casa para los dos —dijo a través de su enlace, volviendo a lo que ellos habían estado discutiendo antes de que MinSeok y Victoria llegasen. KyungSoo puso mala cara y pisó fuerte con su pie—. Quiero comprar cosas para nuestro nuevo apartamento. 

 

—Lo sé. Pero vamos a sentarnos y calcular nuestras finanzas primero. Prefiero tener un techo sobre mi cabeza a sentarme en el bonito mobiliario en algún sitio bajo un puente. —JongIn tiró a KyungSoo en sus brazos, y KyungSoo se derritió sobre él. Siempre lo hacía cuando los brazos de JongIn se envolvían a su alrededor—. Le diré a Herb que nos lo quedamos. 

 

—¡! — KyungSoo empujó a JongIn hacia él, salpicando besos por todas partes de su rostro. 

 

—No comiences nada que no puedas terminar —advirtió JongIn con la voz que usaba cuando estaba encendido. KyungSoo amaba oír los profundos tonos y las seductoras inflexiones. Esto lo hizo temblar completamente y su polla inmediatamente se animo. 

 

Oh, puedo terminar esto. ¡El último en bajar es un huevo podrido! — 

 

KyungSoo sonreía enormemente cuando salió del dormitorio, JongIn iba pegado a sus talones. 

 

—¡Lo tomaremos! —gritó JongIn sobre su hombro cuando KyungSoo y él corrían abajo. 

 

KyungSoo cruzó primero la puerta de JongIn, sonriendo y excitado cuando empujó la puerta. Trató de cerrarla, pero su compañero estaba demasiado cerca detrás de él. 

 

—No lo creo. —JongIn se rio entre dientes cuando agarró la puerta y entró en el apartamento—. Nada va a evitar que consiga tu culo. 

 

KyungSoo rápidamente se desnudó y trepó en la cama, lamiendo su labio inferior mientras acariciaba su polla. —¿Y yo qué voy a conseguir? 

 

—Una gorda polla en tu culo, duh. —JongIn se desnudó y brincó en la cama, haciendo saltar a KyungSoo. 

 

KyungSoo se rio internamente mientras intentaba escaparse de JongIn, pero su compañero no se lo permitió. JongIn agarró la cintura de KyungSoo y lo arrastró hacia atrás al medio de la cama. —No hay a donde correr, mi hermoso. 

 

KyungSoo puso sus ojos en blanco. Amaba cuando JongIn jugaba con él, pero su compañero decía algunas cosas bastante sentimentales. KyungSoo gimió y colapsó en la cama cuando JongIn meneó el extremo del plug que había colocado antes en su culo. Maldito si el hombre no sabía justo como ganarle. 

 

—Sabía que no podrías resistirte a mis encantos.

 

Cállate y fóllame. — KyungSoo elevó más su culo, presionando las palmas en el colchón—. Hazme gritar tu nombre.

 

JongIn gruñó bajo mientras agarró el lubricante y avanzó lentamente entre las piernas de KyungSoo. —Puedo hacer eso. 

 

Demuéstralo

 

—¿Te sientes un poco peleón hoy? —JongIn meneó el plug una vez más y luego directamente lo sacó de un tirón del culo de KyungSoo. Él mentalmente gritó, sus piernas se deslizaron hacia delante extendiéndose mientras luchaba por no correrse. 

 

No es justo. 

 

—Nunca afirme jugar limpio cuando se trata de follar contigo, mi dulce. 

 

JongIn se empujó en KyungSoo con la última palabra, haciendo que los dedos de KyungSoo se aferrasen en la manta y que sus ojos se cruzasen. Su cabeza rodó atrás sobre sus hombros cuando JongIn aporreaba en él más fuerte. Pequeños disparos de electricidad cruzaban por su cuerpo cuando la polla de JongIn rozaba su punto dulce, haciendo a KyungSoo rogar por más. 

 

—¡Sí, eso es, eso es, eso es! — KyungSoo lanzó un grito en su enlace cuando su polla explotó y su semilla humedeció la sabana de abajo. 

 

Podía sentir a JongIn martilleando en él y luego ponerse rígido, gritando el nombre de KyungSoo cuando se corría. 

 

—¿Perdiendo resistencia? — KyungSoo se burló cuando rodó alejándose del punto húmedo para acostarse de costado. JongIn lo fulminó con la mirada y pellizcó el hombro de KyungSoo. 

 

—Nunca, no puedo evitarlo, al estar sepultado en tu culo apretado me lanzas al borde en exactamente cinco segundos. 

 

KyungSoo sonrió sentándose. —¿Me enseñarás ahora?

 

—¿Cómo en el infierno tienes energía? —JongIn preguntó frotando su cara y dejándose caer al lado de KyungSoo—. Drenaste toda la mía. 

 

Sí, KyungSoo sabía que JongIn siempre tomaba una siesta después del sexo. Pero realmente quería aprender como cambiar. JongIn había prometido enseñarle. JongIn suspiró sentándose, KyungSoo observó todos sus músculos abdominales rizarse y doblarse. Infiernos, comenzaba ponerse duro de nuevo. El hombre lucía demasiado bien. 

 

—Sin pollas duras mientras te enseño. —JongIn extendió la mano y acaricio la de KyungSoo, apretándola antes de bajarse de la cama, bostezando en voz alta. 

 

Entonces deja de jugar con ella, tonto. — KyungSoo se puso en cuatro patas, sus nervios lo hacían temblar ligeramente. Había querido cambiar desde la pubertad, pero lamentablemente, no tenía a nadie que le enseñara. 

 

JongIn retrocedió frente a la cama, manteniendo sus manos en sus costados. KyungSoo observó el cuerpo desnudo de JongIn, y más expresamente, su muy grande y hermosa polla. Se lamió los labios, queriendo probar a JongIn de la peor manera posible. 

 

—¿Te concentrarás y dejarás de pensar en el sexo? —JongIn lo regañó, pero no había enfado detrás de ello. KyungSoo sonrió asintiendo y levantó la mirada hacia el rostro de JongIn. 

 

—¿Mejor

 

—Mucho, ahora mira y aprende. —JongIn cerró sus ojos, soltó un profundo suspiro, y entonces cambió directamente ante los ojos de KyungSoo. Se quedó congelado encima de la cama, mirando fijamente a su compañero con fascinación. ¡JongIn era magnífico, y enorme como el infierno! Su piel era del color de las nubes oscuras durante un día tempestuoso, y su cuerpo era tan grande que abarcaba tanto del cuarto que KyungSoo estaba asombrado de que su compañero no tirara los cajones. Pero sus ojos seguían siendo del mismo azul océano. Eran sorprendentes. 

 

Muy impresionante, pero eso no me dice como cambiar. 

 

Y era impresionante. Eso sólo hizo que KyungSoo ansiara más cambiar a su forma de oso. JongIn dio un gruñido bajo, golpeando con su cabeza suavemente la cama, y luego cambió de regreso. —Soy consciente de eso. Sólo te lo mostraba. Ahora voy a decirte como. Cierra tus ojos. 

 

KyungSoo lo hizo. 

 

—Ahora, imagina lo que acabas de ver. 

 

—¿Un enorme y sexi oso

 

JongIn gruñó. —Se serio. 

 

Lo siento. 

 

—Visualiza cada detalle, cada pelo. Quiero que te concentres en las garras, el hocico, y los músculos escarpados. 

 

KyungSoo visualizó a JongIn en su forma de oso. Pensó en como lucía el pelo suave de JongIn, cuan largas y afiladas eran sus garras, y cuan oscuro le había parecido su coloración. Visualizó cada detalle como JongIn le había dicho... y luego solo sintió el cambio. 

 

—No entres en pánico —advirtió JongIn—. Relájate. 

 

KyungSoo estaba entrando en pánico. Sintió que su cuerpo humano desaparecía de él, y se había asustado como la mierda. Quiso alcanzar y agarrar algo como ancla, pero se relajó cuando JongIn lo había instruido. Abrió sus ojos cuando sintió el roce de una mano sobre su cabeza. — Eres un pequeño y sexy oso —dijo JongIn, su voz sonaba ahogada—. Eres magnifico, KyungSoo. 

 

KyungSoo parpadeó y luego miró hacia su cuerpo, sintiendo que todo esto era un sueño. ¡Él finalmente había cambiado! 

 

—Ahora, para volver a tu forma humana, simplemente piensa en tus manos, tus pies, y cada pequeña cosa atractiva entre ellos. 

 

KyungSoo rodó en la cama en su forma de oso, más feliz de lo alguna vez se sintió. ¡Era libre! Se acostó allí y pensó en su forma humana, y entonces sintió el cambio. —¡Wow! 

 

JongIn jadeó mientras KyungSoo se quedó congelado. —Lo dijiste en voz alta.

 

—¿Cómo? — KyungSoo preguntó, oyendo su voz por primera vez en años. Era un poco áspera, rasposa por no utilizarse, pero era la suya. 

 

—Parece que todo lo que tenías que hacer era cambiar para curarte, mi dulce —dijo JongIn con una amplia sonrisa cuando se estiró y acarició el costado de la mejilla de KyungSoo. La ternura en los ojos de JongIn trajo las lágrimas de KyungSoo. No podía creer que todos sus sueños se realizaran, y con su compañero. KyungSoo se rio en voz alta saltando de la cama, besó a JongIn con tanto calor que sintió que su polla se endurecía una vez más. 

 

—Te advertí sobre no comenzar algo que no pudieras terminar —JongIn dijo cuando rompió el beso. 

 

—Oh, puedo terminar. — KyungSoo derribó a JongIn sobre la cama, sintiendo como que podría conquistar el mundo mientras tuviera a su oso. 

 

 

 

 

 

 

 

FIN.

 

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer. 


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