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Lo que no puede ser profanado por ti (ItaDei) por MekhmenehBahnu

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Notas del capitulo:

Sé que están ahí lectores que no comentan y los voy a encontrar.

Y les voy a agradecer :)

Los TQM

Ese día no se encontraron con Sasuke ni Naruto, seguramente estarían hablando sobre la situación y elucubrando alguna otra idea para deshacerse de él. Solo pensar en ellos dos juntos le era desagradable a Deidara.

- Padre hoy luces un poco decaído, perdón que te lo comente.

- Estaba pensando -le sonrió de lado -¿podemos salir de la torre?

Boruto levantó la ceja, no entendía para que quería hacer eso pero accedió obediente a la petición. Pidió que prepararan el carruaje y se puso su uniforme. Deidara salió con un sencillo kimono bordado en azul, él podía lucir hermoso con el mínimo de producción.

- ¿Necesitas algo en especial? ¿Quieres que rodeemos la ciudad para que la reconozcas?

- No, solo comencé a recordar que antes era parte de la rutina dar estos paseos. Tal vez ahora el que no lo recuerda eres tú porque eras demasiado pequeño -rio -Es más, bajemos.

- ¿Qué? -Se quedó extrañado, primero por esa petición tan inusual y en segunda por verle reír así.

Deidara se le adelantó a llamar al conductor para pedirle que se detuviera. Ya desde antes la gente les miraba curiosos pues solo se les habían otorgado rumores de los empleados de la torre acerca del estado de salud del ya reconocido ex Tsuchikage. Se sorprendieron al verle bajar y lo expresaron cuchicheando entre ellos, eso no cohibió a Deidara y caminó por la calle principal seguido de Boruto que no tuvo otra opción mas que protegerlo mientras siguiera con esta actitud tan desenfadada. El padre saludaba con un movimiento de cabeza a todos los súbditos aunque estos parecían dudosos de ofender a sus gobernantes al responder a tan casual gesto.

Un hombre mayor dueño de uno de los restaurantes se acercó tal vez demasiado presuroso para el gusto de Boruto que lo detuvo con la espada apuntando a su pecho y no solo el hombre sudo frío sino que todos los que lo presenciaban, desviaron la vista sabiendo que ahora los castigos se recibían por cualquier descuido.

- Tranquilo hijo, no hay porque reaccionar así. Baja tu arma que no estás ante el enemigo. -Esas palabras sorprendieron a todos e hicieron avergonzar al más joven que con el orgullo herido obedeció.

- Mi señor por favor acepte este regalo para celebrar su milagroso regreso. -Le ofreció reverenciándolo una botella de porcelana realmente exquisita en el decorado de oro, seguramente uno de sus mejores licores. Deidara lo tomó gentil entre sus manos.

- Será un honor para mí recibir este obsequio y desearle todas las bendiciones. -Boruto no podía evitar agrandar los ojos y sentirse sacudido por esta persona que se comportaba tan recto y bondadoso.

Para Deidara era extraño el sentimiento de ver a todos los aldeanos como sus hijos a los que les debía la mejor de las actitudes. Estaba ahí para vencer a Sasuke porque estas personas eran todas inocentes y se merecían un futuro en el que quisieran vivir. En Akatsuki no se sentía de esta forma, allá todos eran queridos sí pero él no era su líder y de ninguna forma sentía la responsabilidad por su bienestar como seguramente lo hacían Pain.

Poco a poco la gente se acercó a ofrecer más regalos y él no rechazó ni uno solo y se tomó el tiempo necesario para agradecer a cada uno de ellos. Cuando ni las manos de Boruto fueron suficientes para cargar todo se encargo de delegar al conductor acomodarlo con cuidado en el carruaje.

- ¿Por favor alguien podría indicarme el camino a la casa del vendedor de fruta con quien me encontré el primer día? -Una mujer aunque dudosa le contestó, no es que pensaran que Deidara sería capaz de hacerle daño pero estaban tan acostumbrados a la violencia y poca libertad impuesta por Sasuke que temían.

Corrieron más rápido los rumores que el caminar de los líderes y antes de su llegada ya el hombre temblaba por su vida al enterarse de que el recién aparecido Tsuchikage a quien había tratado tan mal le buscada.

- De verdad entrarás ahí padre? -Le parecía totalmente irracional que alguien de su nivel quisiera entrar en una de esas casas cuando bien pudo haberlo hecho llamar a la torre.

- Está bien, espérame afuera que no tardaré. -Ya la familia lo esperaba en la puerta con la cabeza agachada y aunque Boruto quiso ir adentro su padre le detuvo con la mano haciéndole saber que él prefería ocuparse de este asunto.

Apenas puso un pie adentro le ofrecieron el mejor asiento de su humilde morada y la que supuso era la madre le sirvió té. Ahora el rubio tenía una mirada indescifrable, no se podía decir que estuviera lleno de ira, solo se imaginaban que al menos molesto por el mal rato que le hicieron pasar sí debía estar.

- Por favor mi señor le juro que no fue mi intensión ofenderlo. -el hombre que en aquella ocasión lo acusó de ladrón de nuevo se disculpaba con la frente pegada al suelo. -Los dioses saben que somos una buena familia y que siempre obedecimos las reglas de la aldea incluso en su ausencia. Por favor mire a mi hija, mi esposa y mis padres, cometí un error pero lo solucionaré de la manera que usted me lo pida y aunque no tengo derecho a pedir nada le ruego que cualquier castigo sea solo hacia mí.

Lo escuchó y dejó que se desahogara, que dijera todo lo que quisiera decir. Era evidente su miedo y estaba bien la obediencia y el respeto hacia las figuras de autoridad, que supieran la jerarquía; pero no esto, era un terror profundo a ser castigado. Seguramente no seria el primero en ser juzgado y al conocer las consecuencias temía aún más. Sasuke y su reino de pesadilla lo enfermaba. Miró a todos los presentes y cuando cruzó la mirada con el anciano padre vio que él no se encontraba así de angustiado.

- Si quieres escuchar que te perdono a ti y a tu familia puedes estar seguro de ello. Levántate, no es necesario que sigas rogando.

- Le agradecemos sus palabras mi señor -concluyó el viejo.

- Al contrario, creo que fue una coincidencia divina lo sucedido. Gracias a lo amargo de ese suceso ahora me encuentro en mi verdadero hogar. -Los hechos no fueron una total coincidencia, para que un plan tan arriesgado tuviera buenos resultados habían estudiado la mejor opción y escogieron el lugar de este anciano que alguna vez también fue jardinero en la torre y con el que su abuelo solía charlar.

- Si me permite decirlo Tsuchikage-san este es probablemente la mejor noticia que ha tenido la aldea en años. -Era difícil descifrar las expresiones en ese rostro arrugado y cansado pero las palabras fueron sinceras y el rubio cerró los ojos por un momento.

- Estoy tan frustrado y enojado conmigo mismo. No justifico la acción de tu hijo pero entiendo porqué ha sucedido, lamento profundamente haber fallado tanto a mi aldea. -Se levantó digno para retirarse.

- Tsuchikage-san, usted jamás ha perdido la lealtad de su pueblo. -Era imposible para él saberlo a ciencia cierta después de tanto tiempo y justamente por eso había decidido salir, al menos esta noticia de verdad lo alegraba.

- Desde el fondo de mi corazón lo agradezco. -Reverenció a la familia con la cabeza y salió después de esa corta platica.

 

Regresaron a la torre. Boruto iba fascinado por la forma natural en que su padre podía hablar con la gente del pueblo y como estos reaccionaban de manera tan positiva y lo recibían cálidamente; suponía que esa era la diferencia más grande entre Deidara que era el heredero legitimo al puesto y Sasuke que solo era llamado Tsuchikage por adjudicación después de que no hubo ninguna otra alternativa. Sabía que él tampoco era el destinado a gobernar, sin embargo creció escuchando que 'no había otra opción' así que terminó por aceptarlo pero ahora con el rubio aquí tal vez sus padres tendrían otro hijo doncel o hija que heredaría el cargo. Esa idea le traía unos celos tremendos al pensarlo; no por perder el nombre de Tsuchikage, ese título no era algo que esperara desesperadamente, se trataba de una cuestión familiar donde no quería que Sasuke tuviera a Deidara de nuevo.

 

 

Por la tarde mandó llamar a Kurotsuchi, los consejeros y solo por formalidad a Sasuke. El último no fue encontrado pero eso ya lo sabía, con Naruto ahí ambos estarían perdiendo el tiempo juntos y eso le era conveniente en este momento.

- Estos días gracias a la ayuda de mi familia y de nuestra talentosa médico he llenado algunas lagunas en mi memoria, no saben lo agradecido que estoy por eso. Sé que seguiré por este buen camino y que con trabajo duro pronto llegaré a ser lo que fui e incluso mejor. -Varios celebraron animadamente esa noticia. -Ahora acudo a su sabiduría y experiencia con la esperanza de que me guíen, quisiera comunicar a todas las aldeas sobre mi regreso más allá de cualquier rumor que ya supiesen.

- Parece bastante sensato hacerlo además de que su salud se ve muy recuperada.

- ¡Estupenda idea! Las buenas noticias deben compartirse.

Todos apoyaron lo propuesto, no había razón válida para que no lo hicieran y si alguien se oponía a la idea demostrarían ante Deidara que se encontraban a favor de su esposo, en el futuro si el verdadero Tsuchikage tomaba todo el poder no les convenía dar una mala primer impresión. Y quienes tenían el poder para desechar la idea no estaban presentes.

Ahora no tenía tiempo que perder y redactaron el anuncio de inmediato para que esa misma noche salieran los mensajeros a las diferentes regiones, también era importante hacerlo ya que era la señal a Akatsuki de que su infiltración había sido exitosa.

 

Deidara sabía que el día siguiente cuando las noticias llegaran a Sasuke no iba a ser fácil el enfrentamiento por eso se levantó temprano para encontrar la entereza que necesitaría para soportarlo, le picaba la cresta con tanta insistencia que lo menos que podía esperar era ser picado.

Golpearon la puerta después de varios intentos de abrirla pero por suerte tenía el seguro colocado. No necesitaba preguntar quién era para saberlo.

- ¿Cómo te atreves a dar órdenes en mi ausencia?

- ¿A qué te refieres?

- ¡No te hagas el tonto conmigo! ¿por qué has enviado ese mensaje a todo el mundo?

- ¡Porque es cierto! Estoy aquí y quiero que todos lo sepan. -Ya estaban gritando y veía las sombras de las personas frente a la habitación por debajo de la puerta.

- ¿Sin mi consentimiento?

- ¿Y cómo querías que lo hiciera si mandé a buscarte toda la tarde y jamás apareciste? -Apretaba los dientes y las manos para hablar más bajo, prefería quedar como una persona tranquila ante los otros. -No se te puede encontrar por ningún lado desde que tu concubina favorita apareció.

El doncel no era un ser inanimado, los entrenamientos le hicieron forjar carácter, soportar; pero eso no significaba que no sintiera físicamente los golpes especialmente cuando no había adrenalina suficiente para aminorar el dolor. Sasuke le había golpeado con todo el odio a palma abierta directo en la mejilla, estaba seguro de que se escuchó fuerte y claro más allá de las paredes porque todos se quedaron en silencio. Le escocía la piel y aunque no llegó a sangrar, sí que lo había lastimado con los anillos que llevaba en algunos dedos.

Sasuke jamás había visto una mirada tan furiosa en esos ojos azules, no era solo el dolor que sintió en ese momento veía en sus irises cómo lo maldecía. Por supuesto eso no lo asustaba ni le hacía arrepentirse de su comportamiento, Deidara se lo tenía bien ganado por estar engañándolo todo el tiempo haciéndose el despistado pero principalmente por haber ofendido a Naruto, un doncel que valía un millón de veces más que él.

Las personas que lo vieron salir solo desviaron la mirada fingiendo que no habían presenciado ese acto, solo una de las mujeres entró a ver cómo se encontraba el doncel.

Deidara se miraba en el espejo para ver el daño.

- ¿Mi señor necesita algo? -preguntó intentando no incomodar.

- No... solo algo frío. -aunque quería gritar que lo dejaran solo era mejor seguir jugando el papel de la víctima por ahora.

Boruto no tardó mucho más en llegar cuando ya se estaba curando la herida poniendo un ungüento que le llevaron.

- ¿Es cierto que padre te hizo esto? -Asintió como restándole importancia. -¿Cómo se atrevió a tanto? -El hijo se puso rojo de rabia y golpeó la pared con el puño.

- Boruto, querido, es un tema que no quiero tocar. ¿Solo déjalo por la paz está bien?

Deidara no quería armar el gran alboroto, estaba más enojado que adolorido y aunque no era parte del plan se desharía de Naruto por el mero placer de no dejar a Sasuke salirse con la suya después de esto. Además, entre menos ratas tuviera en la torre qué mejor.

 



Deidara buscó la forma de entrevistarse a solas con Naruto esa misma tarde con el altercado bien fresco y antes que otra cosa pasara.

- ¿Mandó a llamarme Tsuchikage-san?

- Así es Naruto, por favor siéntate conmigo a tomar el té. -el pobre segundo esposo apenas sí podía disimuladamente mirar al otro, ya le había llegado la noticia del altercado de esa mañana y no podía creer que Sasuke fuera capaz de tal acción ni siquiera ahora mirando ese horrible golpe en persona.

- Claro -le temblaban las manos al intentar agarrar la taza, aunque había pasado mucho tiempo todavía se sentía culpable por el encierro que compartió con Deidara cuando frente a sus ojos destruyó su matrimonio con Sasuke.

- Naruto solo estamos aquí para decirte personalmente y así de confidentes que de padre a padre agradezco de todo corazón que hayas ayudado a Boruto a crecer con bien. Se nota a simple vista que eres una buena persona. -Al doncel de cabello corto no le era fácil descubrir las sutilezas en el tono de hablar de Deidara, pero este le daba un toque burlón a las frases que se podían considerar halagos.

- Gracias -No sabía qué más decir. Sasuke ya le había advertido que no fuese abierto con el rubio y que no creyera nada de lo que le dijera.

- ¿Sabes lo difícil que ha sido esta situación para mí? Apenas si tengo recuerdos de mi niño, cuando era así de pequeño -delimitó su altura con la palma de la mano -y se agarraba de mi kimono para no perderme. Pero cuéntame, ¿cómo fue después? Creo que eres el único que puede decírmelo.

Naruto comenzó a narrarle con calma como fue creciendo Boruto, Deidara lo escuchó fingiendo que realmente le importaba lo que estaba diciendo. Veía en su rostro que amaba a su hijo aunque este no lo hiciera de regreso y que a pesar de que mantenían la distancia en realidad su verdadero padre nunca lo abandonó y siempre trató de apoyarlo.

- Adorable, todo lo que me has contado me deja un poco más tranquilo. Sé por boca de Boruto que Sasuke y tú han tenido otro hijo.

- Así es -nunca se había sentido culpable por eso hasta el día de hoy que miraba a Deidara de frente.

- Supongo que la vida no se detuvo en mi ausencia. -Hizo una pausa para observar a la pequeña rata que tenía enfrente .-Seamos racionales Naruto, ahora eres el más amado por mi esposo y eso me hiere.

- ¡Lo siento!

- ¡No! Lo entiendo y no es lo más importante en este momento; tal vez un hombre como tú no lo ve con los mismos ojos pero el que te ame a ti o me ame a mí es irrelevante porque lo que de verdad importa es que quienes estamos casados somos nosotros. Un cambio tan súbito debe ser difícil de asimilar para ti pero piénsalo un poco ¿sí? Ahora que estoy aquí no es correcto que continúes abiertamente con tu relación, ¿sabes como nos haría ver frente a otras aldeas? ¡Dios! Las habladurías que inventarán, anticipémonos a ello y de la forma más civilizada rompamos estas relaciones.

- ¿Espere qué?

- Por favor Naruto. -No esperaría su respuesta, se levantó y lo dejó solo.

El doncel se quedó estupefacto en su asiento, Deidara tenía razón y la clase de relación que tenía con el Uchiha no sería bien vista por otros. El Tsuchikage no dijo ninguna mentira ni fue grosero pero su lógica aplastante le dolía en el corazón.

Siempre había sabido que la felicidad que Sasuke se esforzó por construir para ambos tenía cimientos frágiles. Desde el principio no tuvo esperanzas de que duraría, y sí que fue duro acostumbrarse a rebajar su orgullo para aceptar ese sucio trato del pasado y permanecer cerca de su familia, pero al llegar la muerte de Deidara se sintió como un respiro. Estaba mal sentirse así acerca de ese acontecimiento, sin embargo enterró esa culpa en lo más profundo de su ser con tal de gozar la libertad de no esconder más su amor por el más joven de los Uchiha.

No todo fue dulce para Naruto, había errado tanto en el pasado que la buena voluntad no bastaría para acercarse a su querido primogénito. Era inentendible porqué su relación nunca mejoró a pesar de los esfuerzos, lo escudó en que así de osca era la personalidad de su hijo por naturaleza ya que no se llevaba bien con nadie en la torre, cada vez se volvía más huraño. Ahora había regresado Deidara para demostrar que el problema no era Boruto sino ellos, con el Tsuchikage se portaba tan atento y amable, sonreía como no lo había visto desde que era un niño.

Dolía, dolía muchísimo darse cuenta de que su hijo al que cargó por nueve meses con tanto amor lo odiaba.

Caminó triste a su habitación, seguía siendo la misma y solía ignorar lo incomodo que se sentía ahí dentro pero ahora simplemente no podía porque todo le recordaba a lo mal que se habían portado con Deidara y quizá su culpa incrementaba porque de los provenientes de la Hoja él era el único con remordimientos y de alguna forma sentía que debía compensar la balanza para todos los involucrados. Por otra parte también quería exigirle a Sasuke que arreglara esto y seguir viviendo en la fantasía.

- ¿Naru estás bien? -no había notado cuando Sasuke entró.

- Sí por supuesto -le tomó la mano.

- No me mientas, ¿qué ha pasado? -El rubio discutía en su interior si contarle todas sus preocupaciones.

- Nada realmente... es que siento que esta situación comienza a superarme.

- No me digas, ¿has hablado con Deidara no es así?

- No podía negarme ni evitarlo toda la vida.

- ¿Y qué te ha dicho?

- Algo que ya podíamos esperar. Regresar a la Hoja para que ustedes puedan retomar su matrimonio. -Decirlo solo agitaba más su corazón, era duro enfrentar la realidad.

- ¡Ese...! -No quería ofenderlo frente a Naruto pero odiaba la forma en que Deidara se comportaba. Iba a salir de la habitación directo a tener una charla con el recién llegado.

- ¡No, espera Sasuke! Mejor quédate a mi lado -Lo tomó fuerte por el brazo, no deseaba ser el detonante de una pelea más -Al menos por hoy me gustaría tenerte solo para mí.

Como era de esperarse el guerrero Uchiha no se pudo resistir a esa petición.

 

 

Deidara no esperaría mucho más para continuar a paso firme con su plan. Era despreocupado acerca de hablar abiertamente de lo que sucedería con Naruto, después de todo él no tenía nada de qué avergonzarse puesto que todas sus acciones sonaban sinceras y apegadas a los buenos valores. Nadie vería una segunda intensión tras sus actos.

Citó esa noche a los consejeros, guerreros de alto rango y otras personas relevantes para la aldea con el objetivo de celebrar un banquete. Por supuesto que también estarían presentes Sasuke, Boruto y el invitado principal Naruto.

Apenas vio a todos reunidos Sasuke supo que esto no terminaría bien.

No se hizo ningún comentario al principio de la velada e incluso Deidara seguía dejándole al Uchiha la silla a la cabeza de la mesa, él se sentó a la derecha seguido por Boruto y a la izquierda Naruto. Todos hablaban animados y besaban los pies del recién encontrado Tsuchikage.

Sasuke miraba de reojo a su esposo, al que sentía como su verdadero esposo, y este mantenía la mirada baja fija en su plato con la comida revuelta aunque apenas había probado bocado. Ya sopesaba la idea de terminar esa cena y así aliviar la incomodidad del rubio al que nadie parecía prestar atención, sin embargo se le adelantaron.

- Queridos miembros de la aldea -Deidara llamó la atención de todos y se puso de pie -ya había olvidado este ambiente cálido. Tanta felicidad es difícil de asimilar después de tantos años. Les agradezco enormemente todas sus atenciones y ayuda, no solo ahora sino durante todos esos años de ausencia porque si la aldea sigue entera y en pie es en gran parte gracias a ustedes -Le aplaudieron y halagaron por tan bellos pensamientos -pero definitivamente quien se ocupó de mi amada familia fue este doncel maravilloso que tengo frente a mí. Naruto cargó sobre sus hombros una responsabilidad que no le correspondía con amor y supo sobrellevar esta vida y por eso estaré eternamente agradecido. Nunca va a ser suficiente ni el tiempo ni mis riquezas para poder pagarte, pero por favor Naruto quiero que aceptes lo poco que puedo ofrecerte para que vivas cómodamente en la Hoja sin ninguna preocupación por el resto de tu vida y que sepas que si necesitases algo siempre tendrás como respaldo mi amistad y a toda esta aldea. ¡Por Naruto! -Alzó su copa para brindar. Todos hablaban del buen corazón de su Tsuchikage. Boruto advirtió la mirada de furia oscura en su padre varón y antes de que armara un escándalo él se levantó a seguir el brindis.

- Aprovechando la ocasión también quisiera hacer mención del regreso de mi padre de una manera formal y ante todos. ¡Por el Tsuchikage! -Todos levantaron de nuevo sus copas.

 

Esa noche Sasuke tuvo que hacer mil promesas a Naruto para que no dudara de su futuro juntos, estaba tan harto de las provocaciones de Deidara, solo había llegado a hacer un alboroto infantil. Aunque su rubio le pidió que no hiciera tonteras ni armara un escándalo en contra del doncel esta vez esas suplicas no lo detendría para hablar seriamente con Deidara al día siguiente.

 

Una vez más el Uchiha echó a la servidumbre fuera para estar en privado con el doncel aunque esta vez pidieron llamar a Boruto previniendo cualquier situación como la vez anterior o incluso peor.

- Deidara cómo te has atrevido a hacer aseveraciones contra Naruto sin discutirlo primero conmigo.

- No he dicho nada fuera de lugar -le desafió con la mirada -sabes mejor que nadie que estoy tomando las decisiones que para ti son difíciles, no voy a soportar habladurías sobre la estabilidad de mi nación por cuestiones amorosas. ¡Sería ridículo! -Lo vio apretar los puños.

- Naruto no se va a ninguna parte. -Era su palabra final aunque la reconocía como errada.

- No voy a tener a tus amantes bajo mi techo -Lo dijo claro y firme recalcando bien cada palabra.

Le exacerbaba los nervios, no entendía de razones cuando estaba frente a Deidara solo verle le causaba una gran repulsión. Lo volvía irracional e intento golpearlo de nuevo pero este le esquivó.

- Deja de ser absurdo Sasuke y compórtate como es debido. No creas que actúo así para alejarte de Naruto, si quieres ir tras él entonces hazlo solo deja de ponernos en esta situación.

Iba a salir de la habitación pero lo tomaron fuerte del brazo.

- ¡Suéltame! -gritó el rubio exagerado y sabiendo que esta escena era lo que quería Deidara para quedar mejor parado ante los otros optó por dejarlo ir.

Gracias a los dioses así fue, Deidara estaba a punto de perder la compostura y salir de su papel para romperle la cara a ese Uchiha. No lo volteó a ver en absoluto y salió azotando la puerta a su espalda, estaba muy furioso y no podía ni aflojar los puños mucho menos relajar el rostro.

- ¿Papá estás bien? -Boruto iba llegando.

- ¡Diablos! -dijo bajo y evitó que su hijo pudiera mirarlo, se cubrió el rostro con las manos mientras se alejaba.

- ¿Qué pasa? -lo siguió preocupado.

- No quiero que me mires así, estoy tan enojado con tu padre. -se detuvo y respiró profundo. -Lo siento Boruto, qué vergüenza me da esta situación.

Pero el más joven no lo veía así, era increíble ver a su padre doncel cada vez con más confianza y menos sumiso si se le comparaba con sus primeros días en la torre. Increíblemente era el único que le hacía frente a Sasuke a tal punto que había logrado echar por fin a Naruto y con una nota de no regreso.

Por primera vez Sasuke se sentía encerrado ante la presencia de Deidara, tenía acciones y discursos . E

Deidara era un mentiroso manipulador y no entendía porqué había regresado justo ahora. Como la molesta humedad se había instalado con calma manejando sus acciones y discursos con la clara intensión de quedarse y a él sin armas para desaparecerlo con facilidad.

¿Había regresado solo para vengarse? En realidad lo pensaba poco probable ya que no hubo grandes diferencias entre ellos en el pasado -hablando de algo meramente político- porque cuando comenzaron la peor etapa de su matrimonio el accidente sucedió así que no creía que su principal objetivo fuera catastrófico para él y su familia hablando de algo físico, pero sí encontraba en su comportamiento que araba con rapidez el camino para recuperar la posición de poder.

Lo primero entonces sería ponerle una barrera y que menguara su avance.

Hizo llamar a Juugo, ya que él había cometido errores en el pasado le debía gratitud por no matarlo en aquel momento y permitirle redimirse.

- ¿Me mandó a llamar mi señor?

- Deidara no es una persona de confianza y bajo este aviso nunca debes de creer nada de lo que él te diga; sin embargo te daré una misión difícil, tienes que ganarte su simpatía.

- Pero mi señor, usted sabe que él me aborrece desde siempre.

- Y justamente por eso si a ti te dice algo dentro de un momento de ira debiera ser legitimo, él no te debe nada y será visceral en tu presencia.

- Entendido Sasuke-san -lo reverenció.

- Eso no es todo, te vas a pegar a él como su sombra. Lo acompañarás a cualquier lugar que vaya y me reportarás cada día sin falta sus movimientos, incluso antes si lo que busca hacer es una maniobra en nombre de la aldea. Tienes que distraerlo y frenar su actividad política haciendo uso de cualquier método, ¿me entiendes? Cuando digo cualquier método es realmente cualquiera, entretenlo de la manera que mejor te convenga. Tienes mi permiso una vez más.

Sasuke le tocó el hombro con camaradería antes de abandonar la habitación. Juugo sabía exactamente que significaban esas palabras, controló sus emociones para que nadie notara su excitación. Deidara seguía igual de hermoso que en sus años de juventud y no desaprovecharía la oportunidad que su amo le daba.

 

Naruto mientras tanto esperaba paciente el regreso de su esposo. Su rostro de inmediato le dijo que no traía buenas noticias para ellos.

- Por ahora debes salir de la torre. Ve con Menma y yo les proveeré de todo lo que necesiten como siempre lo he hecho. No tienes porque temer, me ocuparé de este asunto y todo regresará a la normalidad. -Le tomó las manos, prefería quitar a Naruto y protegerlo de toda maldad de Deidara.

- Está bien -recargó la cabeza en el pecho de Sasuke -por favor no hagas nada peligroso. -Fue su suplica final. No temía por la salud del guerrero, temía más por el extremo al que Deidara pudiera llevar sus peleas y que eso resultara en mala fama para su amado, porque era muy seguro que sobre él recaerían las acusaciones. No le era grato ese doncel pero tampoco lo odiaba; siempre tuvo la seguridad de que su muerte no fue un accidente y que Sasuke fue el responsable pero por su propia felicidad nunca lo preguntó directamente. Además de que en ese punto no podía hacer nada más, solo expiar sus culpas respetando la memoria del Tsuchikage al no revelar jamás los secretos que compartían.

Dentro de sus posibilidades solo podía realizar una cosa y esa era advertir a Deidara. Era lo correcto, lo persuadiría para que fuera lo que fuese que había regresado a hacer lo dejara a un lado pues nada podía valer tanto como su propia vida. No sabía si le creería, debía intentarlo para mantener su consciencia tranquila y si después de la advertencia él no se retiraba entonces ya no sería su problema.

Lo buscó por la torre y varias veces lo vio pero nunca solo. Siempre estuvo acompañado por Juugo y en ocasiones por Boruto, sería imposible entablar una conversación a solas por más breve que esta fuera. De inmediato le darían aviso a Sasuke y en este momento de tensión probablemente le regañaría de una manera en que nunca lo había hecho, no estaba listo para enfrentarse a esa faceta de su esposo. Al final perdió toda oportunidad de cumplir su misión y tuvo que retirarse; ahora solo podría orar porque esto no se convirtiera en una tragedia.

 

 

 

 

 

 

 

Tragedia para ustedes hdtpp.

¿Será esta la aparición de un rival para Itachi? 😏




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