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Angel or devil por RLangdon

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Tras ingerir la segunda taza de cafe cargado y sin azucar, Sasuke Uchiha bostezó.

Tenía ante él montones de papeletas y, aunque había perdido brevemente la noción del tiempo, se vio forzado a retomar sus labores nocturnas.

Podría haberse marchado mucho más temprano si los imbéciles de sus compañeros de piso no hubieran tenido un altercado. Generalmente, dichas disputas se llevaban a cabo entre su (inepto) jefe y su (zorra) secretaria. No obstante, esta vez Karin había arremetido contra Juugo por algún argumento aparentemente machista que la involucraba. Y a Sasuke no le habría importado si se mataban frente a sus narices, pero al hallarse él ausente, debido a la hora de la merienda, la discusión entre sus mediocres compañeros se había suscitado justo en la oficina que tenía asignada.

Papeles volcados, bolígrafos rezagados, y un centenar de tarjetas de presentación arruinadas por una burda disputa acaecida entre dos individuos carentes de materia gris.

Cuando terminó de apilar nuevamente las siete columnas de papeles, Sasuke consultó la hora en el reloj de pared. Faltaba un cuarto de hora para que las manecillas se alinearan en el doce. Ya era tarde, demasiado. En momentos como esos, Sasuke tendía a arrepentirse de haber elegido estudiar derecho penal en la facultad. Pudo haber tomado el camino fácil, quizá la mercadotecnia o alguna maestría en finanzas. Sin embargo nada de aquello había llamado suficientemente su atención, tampoco que quisiera darle la oportunidad a su padre de incorporarlo a una de sus ostentosas y corruptas empresas.

"Querías sobresalir por tu cuenta, ¿no es asi?...bien, allí lo tienes"

Pasó una hora más elaborando informes, archivando casos, clasificando datos y programando futuras citas. Una vez que terminó de acomodar los folders en su lugar correspondiente, Sasuke tomó su chaqueta del perchero, se deshizo del vaso desechable que reposaba sobre el escritorio y, cuando pretendía irse, la puerta de su despacho se abrió, con tal fuerza que una de las columnas de papeles perfectamente alineados colapsó, regando montones de hojas por doquier.

Sasuke tuvo que hacer un forzado conteo mental al ver a Suigetsu apoyado contra el marco de la puerta, sosteniendo entre sus manos una pila más de folders.

-Uups- fue la escueta disculpa del albino. Y Sasuke le habría espetado de buena gana una serie de insultos (fecha de muerte incluida), de no ser porque se hallaba demasiado cansado para eso, para cualquier cosa en realidad. -Me faltó traer esto.

-Hmp- Sasuke dejó el saco en su lugar y se agachó para recoger el tiradero. La mayoría de los datos archivados correspondían a casos viejos o, en última instancia, anulados.

Fue cuando su mano dio con un recorte de revista que Sasuke se espabiló completamente. Parpadeó ante la sublime imagen de un adolescente de cuerpo bronceado que se hallaba reclinado sobre una mesa, llevaba puesta una ligera bata de lino azul, dejando al descubierto su torso y los hombros. Era un chico guapo, de mirada coqueta y gesto seductor. Tenía el cabello rubio revuelto, y sus ojos azules resplandecían más que cualquier zafiro. Sasuke quedo (literalmente) prendado de aquella imagen. La sostuvo ante sí como si se tratara de un objeto de alto valor y luego, notando su estado de estupefacción, la hizo a un lado, dando por sentado que se trataba de un simple error. Karin solía leer revistas de toda clase y por consiguiente, aquel recorte debió mezclarse de forma accidental con el resto de sus archivos.

Emitiendo un suave silbido, Suigetsu contempló aquella seductora imagen.

-Naruto Uzumaki- nombró, las comisuras de sus labios se arquearon en una complaciente sonrisa. -Lo recuerdo bien.

-¿Lo recuerdas?- Sasuke alzó una ceja y miró con renovado interés al albino.

-¿Que si lo recuerdo?...claro que lo recuerdo. No se olvida una cara tan linds facilmente, ni ese cuerpo de tentación.

Llegado a ese punto, Sasuke intuyó que su colega fanfarroneaba. Vio que Suigetsu ensanchaba aun más la sonrisa, dejando sus afilados dientes al descubierto.

-Asesinó al lider de los Yacuzas del norte, el miembro principal de la organización más corrupta de la que se tiene registro- Suigetsu asintió conforme hablaba, evocando recuerdos oscuros que produjeron el efecto deseado en el Uchiha. -No solo a Pain, tambien mató a un tal Kakuzu. Pero como bien sabrás, no se trata del hecho, sino del método.

-¿A qué te refieres?- inquirió Sasuke, escéptico por las afirmaciones del otro. Sus ojos vagaron de forma inconsciente por la fotografía de la revista. Le pareció inconcebible, casi inverosímil que aquel angel pudiera cometer un solo crimen, no se diga, por tanto, un asesinato.

Suigetsu se levantó poco a poco, sacudió la cabeza en negación y dejó la imagen sobre el escritorio.

-Los torturó. A Pain lo enterró vivo y a Kakuzu lo partió por la mitad como si fuera un simple muñeco de trapo- sonrió, sin atisbo alguno de diversión. Y por un segundo, Sasuke vio miedo en su semblante. -Había sangre y viceras por doquier cuando exhibieron las primeras fotografias. No había nadie presente cuando encontraron los cuerpos. Fue una llamada anonima alertando del olor putrefacto que venía de la casa de su vecino- hizo una pausa y continuó. -Me imagino sabes a qué vecino me refiero.

-Naruto- respondió Sasuke por inercia. Y Suigetsu asintió mecánicamente a lo dicho.

-Lo detuvieron en medio de su última sesión de fotos. Naruto entró al mundo del modelaje a sus diesiseis años, llevaba dos años ejerciendo en una industria- vaciló y tamborileó los dedos sobre su barbilla. -Jinchuriky creo que ese era el nombre de la empresa.

>En fin, se hicieron los estudios pertinentes. Dactiloscopia, ADN, incluso la prueba del polígrafo la falló. Y nadie, en serio te lo digo, Sasuke, nadie quiso ofrecerse como su defensa cuando se presentaron los cargos.

Sasuke tomó de vuelta la imagen, la escudriñó de cerca y pensó en lo incoherente que sonaba todo. Desde la llamada anónima, hasta el móvil del crimen.

-Lo más irónico de todo es que lo apresaron el mismo día de su cumpleaños.

Sasuke empezó a atar cabos mentalmente. Como en todo caso, había incongruencias dignas de tener en consideración. Ahora estaba ansioso y más despierto.

Vaya que sí...

-¿Hace cuanto ocurrió esto?- quiso saber, y a pesar de que intentó sonar neutral, su tono de voz lo delató.

Suigetsu se encogió de hombros.

-Seis meses a lo sumo. Lo último que supe es que se le negó la cadena perpetua. En dado caso de que aún viva, estará esperando su condena en el corredor de la muerte.

-Investigaré al respecto- dijo Sasuke, incapaz de imaginar que se llevara a cabo una injusticia por falta de pruebas.

-Te diré algo, Sasuke- poniéndose más serio, Suigetsu inspiró profundamente. -Yo fui personalmente a ver a ese chico. Me llamó la atención al igual que a ti, si me rehusé a ayudarle no pienses que fue por falta de intéres o que verdaderamente lo creyera culpable.

>Hay demasiadas cosas turbias implicadas en este caso. Pero las pruebas estan ahí, contundentes y directas. Y que me castren si no sigo creyendo que es inocente.

Suigetsu se interrumpió a sí mismo para reír con nerviosismo.

-Demasiadas contradicciones, pero no debemos fiarnos por la fachada. Ted, Bundy, Gacy, Dahmer, Bathory, Hidaka, por mencionar algunos...

Sasuke comprendió inmediatamente a lo que Suigetsu se refería con aquel listado. Se trataba de criminales en extremo peligrosos que habían cometido los horrores más inimaginables concebidos por el hombre, escudándose (certeramente) en sus profesiones, clases sociales o posiciones económicas para ello, y siempre lográndolo...hasta que se descubre un ínfimo detalle o son acorralados por un error torpe, pero significativo.

Miró de nueva cuenta el recorte de la revista. Naruto sonreía ampliamente, parecía un sol, capaz de iluminar hasta el último recoveco en torno suyo.

Y aún asi...

-¿En qué penitenciaría esta recluido?

Suigetsu dejó de sonreir, chasqueó la boca con disimulo.

-Te lo diré porque te estimo y porque sé que no hay nada a tu alcance para interferir con su sentencia.

>Solo recuerda pensar fríamente y...Sasuke- lo llamó al notar que se encaminaba hacia la puerta. -Piensa fríamente.

Sasuke cerró, dando un portazo.




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