Sakura miraba confundida pero sobretodo preocupada a Sasuke, quien, con su mano goteando en sangre abandonó la cafetería, dejando un fajo de billetes sobre la mesa, sin siquiera dirigir la mirada atrás. La chica decidió no insistir, no sabía con exactitud qué estaba ocurriendo pero estaba consciente de que no debía interferir de momento.
"Te quiero, Sasuke"
Aquellas palabras resonaban en su cabeza una y otra maldita vez a medida que se acercaba hacia el chico. Todo había sido una farsa, ya no le sorprendía en lo mas mínimo que Naruto incluso se hubiera aliado con Kakashi, eso explicaba sus anteriores conjeturas sobre el extraño comportamiento del rubio.
Por supuesto, había sido un estúpido por haberse tragado aquellas palabras con tanta facilidad, Naruto debía estar de acuerdo con Kakashi para informarle sobre sus siguientes movimientos y entonces, entonces sería arrestado.
Sentía el odio intensificarse con cada paso que daba, su hombro dolía cada vez más, pero no le importaba. No era tan difícil darse cuenta de los hechos, el nerviosismo de Naruto, su extraño comportamiento, y finalmente, su acertado intento para ganarse por completo su confianza con dos simples y estúpidas palabras.
Se lo merecía, y pese a las circunstancias, aún dudaba, no había visto ningún indicio de mentira en los ojos del chico cuando lo tuvo tan cerca después de aquella “supuesta” confesión. O Naruto era excelente siendo doble cara para lograr engañarlo tan sencillo, o simplemente se cegó con un desconocido sentimiento que hasta entonces creyó conocer y tener perfecto control sobre el mismo.
Desde aquella ocasión en que saliera herido por tener una relación que implicaba más que solo sexo, se había jurado no volver a enamorarse, debía desechar cualquier emoción, sentimiento, idealismo, pensamiento que lo hiciera débil, porque al fin y al cabo es lo que ocurre, estar enamorado implica el manejo de todos los sentidos menos el común.
Ahí estaba la respuesta, si sentía máss que afecto hacia el chico, no quería verlo, se negaba a aceptar que después de lo ocurrido con Sakura, fuera lo suficientemente imbécil para volver a enredarse en ese tipo de relaciones que solo lastiman, tal como le sucedía en ese preciso instante.
*
Naruto empujó a Kakashi para apartarlo, sus mejillas estaban teñidas de rojo, todo había sido un error.
Quizás Kakashi no mentía al respecto, no tenía sentido que lo hiciera, pero no importaba si era cierto, él quería a Sasuke, y a juzgar por su último encuentro con el mismo, era correspondido, no tenía duda alguna sobre ello.
Se dio la vuelta dispuesto a alejarse cuando observó a Sasuke aproximarse en su dirección, sintió un fuerte escalofrío recorrer su espalda, su cuerpo tembló involuntariamente.
Retrocedió por inercia, trastabillando con la silla de atrás, Kakashi lo sujetó a tiempo, evitando que el muchacho cayera de espaldas.
Sasuke pasó de largo al oficial y tomó con firmeza la mano de Naruto, este lo observaba temeroso.
-Sasuke…puedo explicarlo- dijo en un hilo de voz, más se abstuvo de seguir hablando al advertir la dura mirada que el aludido le dirigía.
-No hay porque ser dramáticos- espetó Kakashi, bloqueándole el paso a Sasuke. –Yo invité a Naruto aquí para interrogarlo sobre su vida personal. –mintió, esbozando una forzada sonrisa, puesto que las miradas de las personas le exigían mostrarse amable. - No quería que se viera intimidado en la oficina.
Sasuke cerró con fuerza su puño, finos hilos del líquido carmesí se deslizaron hasta llegar al piso.
Encima ese idiota se atrevía a poner en duda su inteligencia.
-Por favor- Naruto le dirigió una mirada de súplica a Kakashi, consciente de la pelea que se ocasionaría si no se retiraba. El peliplata suspiró cansinamente.
-De acuerdo Sasuke, te propongo algo- se cruzó con renuencia de brazos. –Olvida este percance y yo me aseguro de borrar el último incidente anexo en tu expediente- lo miró a los ojos. Naruto permaneció estático, sin terminar de digerir lo que Kakashi le ofrecía a Sasuke, este cerró los ojos un segundo, tratando de canalizar la ira.
-Púdrete- hizo un esfuerzo titánico para evitar golpear a ese infeliz de Kakashi, se limitó a rodearlo. Naruto le seguía forzosamente, su muñeca resentía la fuerza con la que Sasuke se empeñaba en sujetarlo. No pudo evitar quejarse conforme avanzaban por la transitada avenida.
Kakashi observó con notoria preocupación a Naruto, tenía que alejarlo de Sasuke, no podía permitirle estar al lado de una persona con visible inestabilidad emocional, una persona que creía estar por encima de las demás y tener el derecho de controlarlas, esa era la impresión que Sasuke le había dado desde el primer momento que lo vio, y en efecto, aun sostenía ese argumento debido al comportamiento del mismo.
Sin embargo, las pruebas que tenía a su disposición aún eran insuficientes, ciertamente podía detener a Sasuke con ello pero sería una completa pérdida de tiempo, tendría acceso a pagar una fianza y saldría en menos de setenta y dos horas.
Era menester recopilar las pruebas suficientes para que los delitos de Sasuke no quedaran impunes. Naruto corría riesgo estando a su lado, debía alejarlo de Sasuke cuánto antes, pero de la manera apropiada.
Sus ojos se entornaron al percatarse de sus propios pensamientos, haría lo que fuera necesario para que Naruto le dijera la verdad, había notado un miedo inmenso en los ojos del chico cuando divisó a Sasuke
Recordó la herida en el labio de Naruto, todo encajaba a la perfección, no obstante, hacía falta algo de relevancia, la afirmación del chico, tenía que convencerlo, asegurarse de su bienestar, pero para ello necesitaba pruebas factibles. Su teoría estaba muy bien fundamentada, pero no había testigos, la confesión de Naruto bastaría para poner tras las rejas a ese sujeto.
Sonrió mentalmente, Naruto le tenía miedo a Sasuke, por consiguiente no lo haría, aún si su vida dependía de ello, tenía que pensar en algo más prudente, solventar sus sospechas y rectificarlas, también estaba en juego su empleo, un mal movimiento, una acusación en falso contra Sasuke y podía despedirse de su trabajo.
**
-No es lo que tú crees- repetía incesantemente, con sus ojos celestes fijos en Sasuke.
-¡Cállate!- abrió la puerta con rapidez y empujó al chico dentro de la casa. Las abisales pupilas reflejaban un odio inmenso, Naruto lo notó de inmediato.
-Tenía que ir- habló Naruto, sintiendo como su voz se quebraba. Se acercó a Sasuke para abrazarlo, pero este lo apartó enseguida.
-No me toques- propinó un fuerte puñetazo en el rostro de Naruto, haciéndole caer estrepitosamente en el suelo con la mejilla enrojecida.
-Perdón- bajó la mirada, llevando su mano derecha a su mejilla, ardía y mucho, pero le dolía mas el hecho de que Sasuke no estuviera dispuesto a escucharlo.
-Un perdón no es suficiente- refutó Sasuke, sujetándolo con fuerza del cuello de la camisa, obligándolo a levantarse, se encaminó al sótano debajo de las escaleras y lo arrojó como si se tratara de un simple objeto, el menor resintió el fuerte golpe contra el suelo pero se apresuró a ponerse de pie al ver las intenciones que tenía Sasuke de encerrarlo ahí dentro.
-No Sasuke, por favor- suplicó en vano, el susodicho cerró la puerta con llave, sin importarle en lo más mínimo como se sentía.
Un convulsivo temblor recorrió todo su cuerpo, odiaba la oscuridad, tenía miedo, recordaba como en su niñez, las contadas ocasiones que la oscuridad le rodeaba, sentía una presencia ajena a la suya. No podía evitarlo, no era real, esas voces no eran reales, pero lo atormentaban, burlándose de él.
Estaba sólo como en un comienzo, su autoestima no podía estar más baja en ese momento, quería que ese sentimiento de tristeza desapareciera, quería que Sasuke lo perdonara.
Porque Sasuke era el único que le hacía sentir de una forma que nunca antes había experimentado, junto a él se sentía protegido…amado.
A pesar de que para Sasuke no se tratara más que de un simple consuelo, un medio para descargarse, aún así, le resultaba imposible renunciar a él.
Había un vinculo entre ellos pese al breve tiempo de estar juntos, era como si lo conociera de antes. No quería forzarse a recordar, si lo había olvidado, se debía muy probablemente a que su subconsciente había reprimido ese recuerdo por alguna razón.
Era preferible olvidar su pasado.
-¡Abre la puerta!- no pudo contener más las lágrimas que amenazaban con desbordarse de sus ojos celestes, acercó las rodillas a su pecho, asustado, preocupado. De pronto el sueño se había convertido en pesadilla, sin embargo, a diferencia de estas, no podía despertar, por más que lo intentara.
No sentía odio hacia Sasuke, ni siquiera estaba molesto con él por no escucharle, después de todo, era culpa suya que el mayor tuviera que verse en la necesidad de resolver todos los problemas que se le habían presentado desde la subasta.
Sus captores, Kakashi, su hermano…en cierta parte comprendía el grado de estrés al que debía estar sometido Sasuke.
Recordó las heridas en la mano del Uchiha. Definitivamente había visto el beso que Kakashi inesperadamente le había dado, haciéndole sentir traicionado.
No estuvo consciente de cuánto tiempo permaneció en ese oscuro lugar, la puerta se abrió de repente, la luz del exterior alumbró su triste rostro, abrió los ojos confundido, pero apenas se dio cuenta de dónde estaba, se levantó del suelo y salió rápidamente de allí.
Sasuke lo miraba con notorio desagrado, la resolución en su mirada había cambiado bastante, cuestión que no pasó desapercibida para el Uzumaki.
Un fuerte golpe lo hizo caer al suelo nuevamente, algunas gotas de sangre descendieron de la comisura de sus labios.
Sus ojos azules se empañaron de nuevo por el líquido salino.
-¿Estás herido?...miedosito- se burló Sasuke con una sonrisa altanera en el rostro.
Naruto bajó la mirada, temeroso, resignado, condenado a cometer un error tras otro, sin importar qué decisión tomara, siempre elegía la equivocada.
Lentamente, sujetó a Naruto del cabello, obligándole a ponerse de pie.
Lo forzó a retroceder los pasos dados.
Naruto reprimió un quejido de dolor, pero siguió avanzando, hasta que sus talones rozaron el borde de las escaleras.
El dolor de las heridas internas se intensificó, reparó en lo dicho por Sasuke momentos antes de perder el equilibrio.
Su vista se nubló mientras caía.
-¿Naruto?...¡Naruto!
El Uchiha bajó corriendo las escaleras, tarde. Lo sostuvo entre sus brazos. Naruto intentó sonreír, pero no lo consiguió, acercó sus labios a los del mayor, apenas un roce, cerró los ojos, estaba demasiado cansado.
Sasuke sujetó su cabeza con ambas manos, alarmado, fuera de sí, ¿Qué había hecho?
****
Miró con desdén por la ventana, casi eran las cuatro de la tarde, en unos minutos más se llevaría a cabo la reunión con los Akatsuki.
Su importancia dentro del grupo se había reducido de manera significativa, pasando de ser el líder a secundar como un miembro inferior.
Todo se estaba volviendo en su contra, solo contaba con la ayuda de Deidara, secundándole Pain…no era suficiente, los demás miembros le eran fiel a Madara, no permitían esa clase de errores tan patéticos como el que había cometido al perder el rastro del jinchuriki.
Observó el collar en su mano una vez más, mismo que era constituido por un simple cuarzo de tonalidad verdosa , si conseguía convencer a Madara de darle otra oportunidad, podría ganarse su confianza de nuevo, no obstante, debía ser él quien colocara el collar a Naruto, de lo contrario no podría averiguar nada sobre Sasuke.
Madara ingresó a la habitación, seguido de Orochimaru, Itachi frunció ligeramente el ceño.
-Itachi- llamó Madara, extendiendo el brazo hacia el aludido. –El collar- Itachi entornó la mirada, estaba seguro de que lo elegirían a él para ir en busca del Kyubi, todo estaba premeditado, cada parte asignada a los miembros era de suma relevancia pero a ninguno se le había otorgado la misión del collar, ¿Qué pretendía Madara?
-Creí que sería yo quien…
-Un nuevo miembro- le interrumpió Orochimaru con una sonrisa cínica.
-Itachi, te presento a Sasori- el interpelado entró a la habitación apenas fuera anunciado, un chico bastante joven, aparentaba tener poco más de veinte años, su cabello era de un tono rojizo, mientras sus bellos ojos marrones se posaban en él.
-Seré yo quien encuentre al Kyubi- anunció, traspasando una retorcida sonrisa en sus palabras, Itachi lo miró escéptico.
***
Se mantuvo a su lado, sentado sobre la cama, Naruto respiraba con dificultad, se apreciaban un par de gotas de sudor perlando su rostro ligeramente enrojecido a causa de la fiebre.
Exprimió por tercera ocasión el trapo que se había encargado de humedecer con agua fría, lo colocó de nueva cuenta sobre la frente del menor.
Comenzaba a inquietarse, debía llevarlo al hospital.
El sentimiento de culpa se había apoderado de su persona, no entendía cómo había sido capaz de lastimar de esa forma a la persona que consideraba importante para él, se suponía que debía protegerlo.
Y es que no importaba cuántas veces lo analizara, sus acciones se debían al simple impulso, resentimiento, celos.
No había sido capaz de controlarse, ni siquiera le importó en lo más mínimo lastimar a Naruto, mismo que debía cuidar, ya lo había hecho una vez cuando hubo creído que tenía alguna relación con Itachi, se había equivocado en sus conclusiones, precipitándose, hasta que…hasta que se dio cuenta de su error.
El sonido del timbre lo sacó abruptamente de sus cavilaciones, resopló con fastidio y se dispuso a salir de la habitación para posteriormente bajar las escaleras.
Se detuvo al llegar a la puerta, ¿Qué demonios estaba haciendo?...lo más probable es que se tratara de Kakashi, no estaba razonando en ese momento, Naruto era su prioridad, por lo tanto debía llevarlo a un hospital, sin embargo, se exponía demasiado.
-Tienes diez segundos para abrir- escuchó la voz de Kakashi del otro lado de la puerta, sujetó el tabique de su nariz con sus dedos índice y pulgar, debía pensar en algo y tenía que ser rápido.