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Sin mi, no eres nada por RLangdon

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Kakashi continuó besando al menor, el beso se tornaba más fogoso a medida que sus lenguas se entrelazaban, los labios de Naruto eran sumamente suaves, aunque estaban fríos como consecuencia de la lluvia.

Se separó un breve momento del beso para quitarse velozmente su playera, corbata y pantalón. Naruto estaba ligeramente sonrojado, pronto el frío abandonó su cuerpo, siendo que su temperatura corporal ascendía a cada segundo.

Saboreaba cada rincón de la húmeda cavidad, algunos gemidos eran ahogados en la garganta de Kakashi, cuando este procedió a desabotonar los pantalones del chico, quien con torpeza acariciaba su espalda.

Naruto estaba centrado en la fascinante habilidad labial del mayor, en ese momento no le importaba en lo absoluto entregarse sin restricción alguna a Kakashi, de igual manera no tenía una relación solida, estable.

Poco a poco, Kakashi se incorporó, separándose momentáneamente de los adictivos labios de Naruto, le dedicó una apasionada mirada.

El Uzumaki mordió su labio inferior al sentir las caricias que Kakashi repartía por toda la extensión de su cuerpo.

Pequeños suspiros escapaban de vez en cuando de los labios de Naruto. El mayor descendió lentamente, trazando con sus labios cada sección del cuerpo de Naruto.

Observó perplejo el extraño símbolo en el abdomen del chico, acarició con suavidad esa sensible zona. Kakashi procuró entonces que sus caricias fueran suaves, delicadas, no deseaba lastimarlo.

Procedió a besar y lamer el cuello de Naruto, este llevó su cabeza hacia atrás, sintiendo un fuerte cosquilleo en su región abdominal, su respiración comenzaba a acelerarse, su cuerpo estaba caliente.

Cuando Kakashi pasó a retirar con presteza la molesta prenda de Naruto, este dejó escapar un leve gemido cargado de placer. Una ligera descarga recorrió su espina dorsal al sentir la lengua del mayor recorrer su miembro de arriba hacia abajo.

Un gemido más fuerte salió de sus labios al sentir como su miembro fue introducido de golpe en la boca de Kakashi, quien, comenzó a succionar lentamente.

Naruto se asió a los bordes del sofá, respirando con dificultad. Mantenía sus ojos cerrados, pero sentía su pecho subir y bajar rápidamente a causa de la agitación.

-E…espera- gimió Naruto al borde de la excitación, Kakashi aumentó el ritmo, sacando y metiendo rápidamente el miembro a su boca. Naruto llevó nuevamente su cabeza hacia atrás, mientras los gemidos se volvían cada vez más fuertes.

Y fue cuando Kakashi succionó un par de veces con mayor fuerza, que Naruto no aguanto más y eyaculó en la boca del mayor, este último tragó casi todo el líquido. Después se incorporó y acarició con suavidad los cabellos rubios al notar que el chico se había quedado dormido.

Si conseguía que Naruto declarara en contra de Sasuke, podría apresarlo, pero esa posibilidad era prácticamente nula, el chico no se dignaría a admitir que había sido Sasuke quien lo había golpeado.

También podría usar otro recurso a su favor, solo debía emplearlo en el momento indicado, Sasuke iría a prisión, Naruto estaría seguro a su lado, solo debía averiguar más acerca de su vida, averiguar el paradero de los padres, si es que aún vivían.

**

Sasuke accionó el freno al llegar a su destino, su cabello estaba completamente empapado al igual que su cuerpo, sin embargo su mayor preocupación se centraba únicamente en encontrar a Naruto.

No prestaba atención a las contadas personas que aun corrían a prisa por las calles, buscando refugiarse de la fuerte lluvia. Pronunció en voz alta infinidad de veces el nombre del chico, sin conseguir resultado alguno, los callejones estaban desolados al igual que los establecimientos que comenzaban a cerrar sus cortinas al percatarse de que la lluvia no cesaría pronto.

La fuerza del viento mecía su húmedo cabello, el cielo estaba cubierto de nubes grises en su mayoría.

Su preocupación iba en aumento conforme pasaban los minutos, no había ningún rastro de Naruto, se estaba inquietando, si esos sujetos lo habían encontrado antes, no sabía lo que podría ocurrirle, y todo era su culpa.

Recordó el "Te quiero* que pronunció Naruto aquella vez dentro del establecimiento de bebidas, podría haber evitado todo si tan solo hubiera aceptado sus sentimientos desde el principio. No negaba la química y fuerte atracción que sintió al verlo por primera vez en la subasta, Naruto no necesitaba de él, no obstante, él si necesitaba de Naruto, de pronto sentía que sin él…no era nada.

Sintió una fuerte resequedad en la boca, sus manos no paraban de temblar en consecuencia de la ansiedad y la desesperación de no hallar al chico. Reparó entonces en sus píldoras y en la imprudencia de no llevarlas consigo ahora que las necesitaba con urgencia.

Tarde se había dado cuenta de que “el hubiera” no existe, sus acciones pasadas le atormentaban demasiado, al grado de no poder lidiar con sus propios pensamientos.

El sentimiento de vacío había desaparecido con la llegada de Naruto, y ahora que no estaba, el abismo se abría con mayor fuerza.

Se dejó caer de rodillas al suelo, frustrado y visiblemente alarmado por lo que pudiera ocurrirle a Naruto.

De nada servía lamentarse por lo sucedido, tenía que encontrar a Naruto, pedirle perdón, ignorar su estúpido orgullo.

Y es que por más que tratara, no dejaba de pensar en su comportamiento hostil y despiadado hacia el chico, ni siquiera le había permitido exponer las razones que lo llevaron a salir con Kakashi, simplemente dejó que los celos lo cegaran, hasta el punto de lastimar a la persona que amaba.

Negar sus sentimientos había sido el principal motivo de todos sus problemas, no quería enamorarse y sin embargo, ya lo había hecho.

Podía engañar a los demás, pero no a sí mismo, sin importar cuanto lo intentara. Naruto no solamente ocupaba sus pensamientos la mayor parte del tiempo, su estúpido estado de ánimo, la variable de su monótona rutina. Su vida había dado un giro de 180 grados.

Un fugaz pensamiento atravesó su mente, demasiado improbable más no imposible.

-Kakashi- murmuró levantándose del suelo, incluso sopesó la idea de pedirle ayuda… ¡¿ayuda?!

No necesitaba ayuda…pero tal vez Naruto sí. Debía dejar sus diferencias con ese maldito a un lado, buscar por todos los medios encontrarlo, aliarse con el enemigo de ser necesario.

Se dirigió nuevamente a su motocicleta, no sabía dónde vivía el agente, mucho menos si estaría en casa ese día, sin embargo, contaba con la ubicación del edificio, la comisaria. No le darían referencias sobre él, tampoco sería tan imbécil para pedirlas directamente a alguna de las secretarias, era cuestión de astucia, un momento de descuido de parte de las empleadas y podría examinar los registros de los trabajadores.

****

Sus párpados pesaban, intentó abrir los ojos con lentitud para acostumbrarse a la claridad de la luz que emitía el sol a través de la ventana.

Se sentó de golpe, asustado, no sabía dónde estaba. Miró con confusión a su alrededor, era la segunda ocasión que despertaba en un lugar desconocido.

La imagen de Sasuke acudió a su pensamiento, la sonrisa que acompañó el recuerdo se esfumó de inmediato, Sasuke tenía pareja y por lo tanto no lo necesitaba más.

Levantó las sabanas color vino para incorporarse de la cama sin éxito, su cuerpo no le respondía bien. Un fuerte escalofrío se suscitó en su cuerpo al recordar lo sucedido, palideció de inmediato.

Se sujetó de la cabecera de la cama para levantarse, ¿Por qué se preocupaba?, después de todo Sasuke tenía a alguien más en su vida.

Aun así no podía evitar sentirse sucio, ¿había hecho mal?

Tomó la ropa húmeda que yacía sobre la silla de la esquina, aun estaba mojada, no le importó, procedió a vestirse, exponiéndose a un seguro resfriado, ¿Qué opción tenía?

Ni siquiera era capaz de diferenciar lo correcto y lo erróneo, ¿Estaba bien que Sasuke tuviera pareja, pero él no podía salir con alguien más?

Avanzó confundido por la pieza, se dispuso a abrir la puerta de la recámara, le alivió no ver a Kakashi fuera del dormitorio. Lo correcto sería agradecerle por haberle dejado quedarse en su casa pero sentía mucha vergüenza para verlo a la cara después de aquel intimo encuentro.

A sabiendas de que Kakashi le había confesado sentir algo más que simple atracción por él.

Dolor, venganza, ¿Qué le había motivado a irse con Kakashi?

Nuevamente no tenía a dónde ir. No sería una molestia para el agente, tampoco podía volver con Sasuke, estaba solo como en un comienzo.

Tenía ganas de llorar otra vez, de dejar salir ese sentimiento tan repudiado de debilidad, de miedo…no lo haría.

Mordió con fuerza sus labios, reprimiendo con ello las lagrimas. Salió del departamento, evitando hacer mayor ruido del necesario.

****

Caminaba a paso veloz, reprimiendo el enojo y la tristeza que sentía.

Había llorado toda la noche, aún no podía creer y mucho menos aceptar esa bajeza de Sasuke hacia ella, era el chico mas asediado del colegio, había presenciado como tenía varias citas con chicas.

Estaba herida, enojada, no se iba a dar por vencida tan fácilmente, si esa era una forma de Sasuke para desquitarse por lo sucedido en el pasado, ya había pagado su error.

Sasuke la había humillado sin consideración alguna, citándola en más de una ocasión, dándole falsas esperanzas de regresar con él, de tener nuevamente una relación de noviazgo.

Observó a lo lejos a un conocido chico de cabellos dorados, su ropa estaba mojada, fue entonces que recordó el extraño comportamiento de Sasuke…lo estaba buscando.

La rabia se incrementó en su interior. No era estúpida, había presenciado como Sasuke lo miraba cuando lo hubo encontrado en el restaurante, de modo que era ese chiquillo estúpido la razón por la que Sasuke terminaba con ella.

Era un obstáculo, si se deshacía del obstáculo, Sasuke regresaría a su lado.

Frunció el ceño y se encaminó decidida al confundido chico que parecía estar ensimismado, absorto en sus propios pensamientos, ignorante de lo que ocurría a su alrededor, solo caminaba sin rumbo fijo.

-¿Qué eres de Sasuke?- inquirió bloqueándole el paso, el chico alzó la vista, saliendo forzosamente de sus cavilaciones, al divisar a la chica de cabellos rosas. Se dio media vuelta para seguir en dirección contraria, nuevamente lo invadía ese sentimiento tan doloroso. -¡¿Qué no escuchaste?!- se adelantó de nueva cuenta, impidiéndole seguir avanzando, su rostro reflejaba suma molestia hacia Naruto.

-Nada- se limitó a responder con voz quebrada, sintiendo un nudo en su garganta, deseos de llorar le sobraban pero no se mostraría vulnerable y mucho menos en presencia de la nueva pareja de Sasuke.

-Bien- respondió Sakura cruzándose de brazos. –Porque Sasuke y yo estamos comprometidos- las facciones de Naruto se alteraron bruscamente. –Sasuke me pidió que te dijera que no quiere volver a verte ni saber nada de ti- finalizó con una sonrisa socarrona al ver el efecto de sus palabras en el chico.

Naruto estaba en shock.

Nunca había significado nada para Sasuke, había sido un ingenuo al creer que sentía lo mismo por él…que lo correspondía.

Sus labios temblaron levemente, no pudo seguir conteniendo las lágrimas, se repetía incesantemente que todo estaba bien, siempre y cuando Sasuke fuera feliz, pero no lo estaba.

Caída tras caída y su único pilar ya no estaba, Sasuke lo había usado, enamorado, y después…después lo dejaba ir como si nada hubiera pasado, su mundo se venía abajo. No tenía futuro al lado de Sasuke, ni siquiera tenía un futuro, se rehusaba a seguir estando solo.

Todo comenzaba a tener sentido, las constantes salidas de Sasuke, la llamada, el hecho de que Sasuke quisiera hablar con él, precisamente el mismo día que los vio juntos en la discoteca, lo más seguro era que el Uchiha pretendiera anunciarle sobre su compromiso con Sakura.

Era demasiado…se negaba a aceptar que todo el tiempo solo había sido un juego de parte de Sasuke.

Observó a la chica alejarse con una sonrisa triunfal enmarcando su rostro.

Apenas podía mantenerse en pie, se sentó en el suelo, abrazando sus rodillas, ocultando su rostro en las mismas, dejando que el dolor lo consumiera.

****

El único pretexto factible del que se había valido para visitar nuevamente el edificio, se enfocaba principalmente en solicitar la recuperación de su vehículo, efectuando el pago requerido para el mismo.

El papeleo fue rápido, a pesar de todo, lo que le llevó tiempo fue conseguir la dirección del agente ególatra y altanero.

Aceleró lo máximo permitido al acercarse al domicilio, no había dormido en toda la noche, simplemente no había podido. Se había mantenido despierto buscando en los archivos el expediente de Kakashi Hatake en aquellas oficinas.

Obtenerlo había resultado incluso más complicado que encontrarlo, la secretaria no apartaba su vista del escritorio, restringiéndole realizar movimientos sospechosos.

Finalmente la mujer había abandonado la oficina, dándole la oportunidad de buscar entre las carpetas.

Frenó cuando reconoció a lo lejos la silueta de Naruto, saliendo de inmediato de sus divagaciones, no había duda, era él.

Suspiró aliviado, pasando a retirarse el casco y dejarlo botado mientras se dirigía hacia la banqueta donde el menor yacía cabizbajo…solo.

Su preocupación se desvaneció al instante, pero la incertidumbre sobre qué hacia Naruto en ese lugar, hacía estragos en su cabeza.

-Naruto-replicó, colocándose frente al chico, este se levantó al escuchar su voz, su mirada estaba completamente apagada, las lágrimas aun humedecían sus mejillas. -¿Por qué…?- no pudo formular la pregunta, Naruto alzó sin fuerza su mano derecha, dándole una sonora bofetada, estaba devastado.

 -Te odio- pronunció en un murmullo, más la frase no pasó desapercibida para Sasuke, quien se sujetó la enrojecida mejilla, confundido por el repentino cambio de actitud del chico.




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