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Sin mi, no eres nada por RLangdon

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Besó con suavidad los labios de Naruto, sentía la necesidad de no apartarse de él. No quería lastimarlo, por ese motivo tenía que ajustar cuentas con Kakashi, asimismo dejarle en claro a Sakura sobre su relación con Naruto.
 
El cansancio lo venció, cerró sus párpados para dormir, el rubio se acurrucó entre sus brazos, sintiéndose protegido, amado, parecía una falsa utopía el hecho de que Sasuke le correspondiera.
 
Simplemente no podía creerlo, Sasuke le había demostrado todo lo contrario con sus acciones, hiriéndolo injustificadamente, y ahora, se esforzaba en cambiar.
 
Lo perdonaba, todos y cada uno de los errores que había cometido Sasuke, los había perdonado, mucho antes de que este se lo pidiera.
 
Se había equivocado, no obstante, había aceptado sus errores y estaba dispuesto a enmendarlos. Para Naruto, eso era más que suficiente, actualmente Sasuke era su vida, su…todo.
 
No tenía a nadie más, y no necesitaba a nadie más. Con la compañía de Sasuke se encontraba lo más cercano al sentimiento de felicidad que algún día poseyera. Con tropiezos y altibajos, pero tenía la plena seguridad de que Sasuke estaría a su lado sin importar las consecuencias.
 
Nuevamente se sentía egoísta por ello, Sasuke había enfrentado varias trabas solo por estar con él, había lidiado con situaciones que no le concernían, había sido la única persona que se preocupaba realmente por él, quizás lo había lastimado en demasía, pero aún así lo amaba.
 
Se levantó con dificultad de la cama para dirigirse al baño. Procedió a enjuagar su cara, sentía una presencia ajena a la suya, sus piernas temblaron, pero rápidamente recobró la compostura al recordar a Sasuke. Se giró sobre sus talones, pero estaba solo.
 
Seguramente se estaba alterando por tantas preocupaciones acumuladas, trataba de convencerse de ello.
 
No tardó en dirigirse nuevamente a la cama, ignorando aquel reciente miedo, era como si algo o alguien lo observara. No era la primera vez que lo sentía pero esta vez la presencia era más notable.
 
No había nada. Se repetía constantemente que todo estaba en su cabeza, y ciertamente así era, un segundo ente habitaba en su interior, un ser formado a partir del odio acumulado.
 
En momentos se convencía de tener el control de esa presencia, pero otros tantos no eran así. Quería recordar su pasado, pero también tenía miedo de hacerlo.
 
***
 
Naruto observaba impaciente a ambos lados de la calle, sujetándose con firmeza de la cintura de Sasuke, su cabello dorado se alborotaba a causa de la brisa. Se aferró con mayor fuerza cuando el Uchiha aceleró en uno de los tantos cruces, apenas la luz roja había cambiado a verde.
 
No entendía por qué Sasuke había elegido usar la motocicleta, siendo que ya había recuperado su vehículo. La única opción que le vino a la mente fue la adrenalina que él mismo estaba sintiendo, aunque no podía negar que también tenía un miedo indescriptible por el hecho de que a Sasuke se le ocurriera esquivar algunos automóviles.
 
De vez en cuando se forzaba a mirar el cielo. La oscuridad predominaba en su mayoría, no obstante, varias estrellas ya eran visibles, era una vista hermosa.
 
Optó por cerrar los ojos.
 
Pareciera que a Sasuke le gustaba percibir esa inquietud en él, ese miedo que experimentaba al viajar en una motocicleta a una velocidad que, claramente rebasaba los límites de velocidad. Tal vez, sin motivo aparente, casi podía observar esa sonrisa arrogante en los labios del Uchiha cuando lo abrazaba con mayor fuerza, apoyando su cabeza sobre su espalda, no pudo evitar sonrojarse, de igual modo no había razón para reprimirse. Sasuke no podía verlo.
 
No se dio cuenta de que habían llegado, sino hasta que escuchó el motor apagarse, abrió los ojos lentamente, aun asustado, le parecía un milagro que no hubieran tenido un accidente con las peligrosas maniobras que Sasuke efectuaba a lo largo del camino, quizás para impresionarlo, o solo para asustarlo más de lo que ya estaba.
 
Su mano tembló ligeramente antes de decidirse a tomar la de Sasuke, quien, apenas hubo bajado de la motocicleta le tendió la mano a Naruto para ayudarle a descender de la misma.
 
Recorrieron la acera, pasando de largo a varios transeúntes que les observaban con una inmensa curiosidad. Fue hasta entonces que Naruto reparó en que Sasuke aún lo tenía sujeto de la mano.
 
-Si…si quieres puedes soltarme- decía el chico, ruborizado, no le importaba lo que las personas opinaran al respecto pero le incomodaban las miradas de repulsión que más de algún extraño les dirigía al paso.
 
-No quiero- profirió Sasuke con aparente apatía, entrelazando sus dedos con los de Naruto, sin tomarle mayor importancia a la petición.
 
Naruto sentía como su corazón palpitaba con mucha rapidez, incluso latía mas fuerte que cuando había accedido a subir a la motocicleta. A pesar de todo, le gustaba esa sensación. Estar junto a Sasuke, le hacía sentir bien…demasiado.
 
Debía dejar de lado sus inquietudes, bajar la guardia, retirar esa barrera que aún se empeñaba en mantener firme, sin embargo, dadas las circunstancias con Sakura, y en segunda instancia con Kakashi, le resultaba complicado.
 
La cuestión que más le preocupaba se centraba en la breve conversación que había tenido con Sakura. Estaba consciente de que ella también lo amaba pero de manera diferente, lo que esa chica sentía por Sasuke parecía tratarse únicamente de una obsesión con el mismo, en cambio él se sentía enamorado… enamorado y estúpido por aguantar todas las faltas que Sasuke le había hecho.
 
Divisó a unos metros el restaurante, una construcción bella, ostentosa, la fachada era enorme, sin dudas un lugar refinado.
 
Una vez que entraron, observó algunos comensales vestidos elegantemente. Una incomodidad repentina lo inundó de repente, recordando la rápida cita que había tenido con Kakashi y a la cual había accedido sin el consentimiento de Sasuke.
 
-¿Estás bien?- alzó la mirada confundido, percatándose que había detenido su andar, se ruborizó al ver la mirada de preocupación que Sasuke le dirigía. Nuevamente sentía que todo se trataba de un simple sueño, asintió en ademan, esbozando una cálida sonrisa antes de encaminarse a una de las mesas con el Uchiha.
 
En ocasiones se preguntaba qué hubiera sucedido si Sasuke no lo hubiese adquirido en esa subasta. Probablemente habría terminado en manos de alguno de esos sujetos, cuya identidad y finalidad para con él, desconocía por completo.
 
La otra alternativa radicaba en una posibilidad casi nula. Quizás la policía lo estuviera buscando a petición de sus padres, tal vez, habían cambiado de parecer, arrepintiéndose de entregar a su hijo…eso no sucedería.
 
-Te noto más pensativo de lo normal- dijo Sasuke, fijando su abisal mirada en Naruto, este sacudió ligeramente la cabeza y sonrió con timidez.
 
-Solo recordaba…- se limitó a cortar la frase, eran recuerdos dolorosos, no quería arruinar esa salida con Sasuke. La primera, y esperaba que no fuera la última.
 
Sasuke arqueó ligeramente una ceja.
 
-¿Confías en mí?- inquirió con su vista centrada en el hermoso chico de ojos azules. Naruto se sorprendió por la pregunta, bajó la cabeza sin animarse a responder con sinceridad.
 
Un silencio incómodo se hizo presente entre ambos. El mesero se aproximó a Sasuke para entregarle dos cartas con el menú, el cual, se apresuró a rechazar, pidiendo únicamente ramen, a favor del chico, una soda y una copa de vino para acompañar la cena.
 
El subordinado anotó la orden y se retiró de inmediato, dejándolos solos nuevamente.
 
-No has respondido la pregunta- argumentó Sasuke con seriedad, le molestaba que el chico se guardara sus pensamientos. Ese era el principal problema que se suscitaba entre ambos, la falta de confianza.
 
-Yo…
 
-Joven- interrumpió uno de los meseros, dirigiéndose a Sasuke. –Desean hablar con usted en privado- sonó formal y cordial a pesar de la situación.
 
El Uchiha se levantó confundido y observó en dirección de la salida, y ahí estaba ese infeliz de Kakashi mostrando una altivez que le provocó nauseas. Estaba formalmente vestido, manteniendo una sonrisa de plena seguridad en el rostro. De no ser porque estaban en un lugar público, le habría roto la cara en ese preciso momento.
 
Se dirigió en silencio hasta el agente.
 
Naruto observó con notoria preocupación la escena, incrédulo por la presencia de Kakashi. Tal vez los había seguido, entonces recordó la falta de prudencia de Sasuke en la motocicleta camino al restaurante, seguramente era eso, esperaba que fuera eso.
 
-Ah, ya llegaste- articuló Sakura tomando asiento frente al por demás confundido chico, que no terminaba de asimilar la presencia de la fémina en ese lugar. –Veras Naruto, Sasuke no quiere nada contigo.
 
-Eso no es verdad- se puso de pie, dispuesto a irse. Sakura sonrió complacida.
 
-Me invitó aquí para terminarte, pero descuida, el policía se encargara de cuidarte como es debido- sus ojos azules se abrieron por completo en asombro, sentía que perdía el equilibrio. –Con tu permiso- se burló, encaminándose en dirección de Sasuke.
 
Naruto la siguió con la mirada.
 
En un rápido movimiento, Sakura le dio vuelta a Sasuke, tomándolo de la mano, plantándole un fogoso beso ante la mirada pérdida y dolida de Naruto.
 
Salió corriendo del restaurante, dejando atrás esa escena, a Sasuke, a Kakashi, todo. La herida en su pecho se abría cada vez más, no lo soportaba, sentía que no era suficiente para Sasuke, que no podía ofrecerle nada a cambio y así era. Sólo podía ofrecerle su compañía, interiormente no concebía el hecho de permanecer junto a Sasuke, él merecía a alguien mejor, merecía formar una familia y ser feliz.
 
Sin Sasuke no estaba completo, no estaba alegre, sin Sasuke no era nada.
 
Siguió corriendo lo más rápido que sus piernas se lo permitían, internándose en las calles, atravesándose sin siquiera fijar su mirada en el semáforo, solo quería alejarse de ahí.
 
Dobló en una de las esquinas y continúo con la carrera, casi no sentía las piernas, la respiración le pesaba cada vez más.
 
Sujetó sus rodillas con ambas manos, intentando regular su agitada respiración, no reconocía el lugar, era una de las tantas desventajas de permanecer tanto tiempo encerrado. Leía con detenimiento el nombre de las calles sin conseguir reconocer ninguna.
 
Se adentró en un callejón, sumido en sus pensamientos. Se recargó en la pared y lentamente deslizó su espalda por la misma hasta llegar al piso, abrazando sus rodillas, conteniendo las fuertes ganas de llorar y lamentarse por todo.
 
-Me costó trabajo encontrarte- una voz desconocida llamó su atención, levantó su mirada, observando a un chico de cabello rojizo y ojos marrones.
 
Se levantó de inmediato.
 
**
 
-¿Qué mierda te pasa?- Sasuke la apartó de golpe, sumamente enojado. Recordó a Naruto, volvió la vista a la mesa, el chico no estaba, miró hacia la salida, Kakashi tampoco estaba.
 
-¿Por qué, Sasuke?- preguntó la chica al borde de las lagrimas. -¿Por qué estas con ese chiquillo?
 
Sasuke negó con la cabeza.
 
-Porque- sonrió ampliamente. –Lo amo.
 
-¡No es verdad!- exclamó desesperada. -Yo sé que aún me quieres, Sasuke, por favor, dame otra oportunidad- las lagrimas caían libremente por el rostro de la desesperada chica. Sasuke negó en ademan, por vez primera sintió unas ganas enormes de golpear a una mujer, aunque en ese momento no la consideró como tal.
 
-No quiero volver contigo, te lo había dejado en claro, dijiste que…- bajó el volumen de la voz al percatarse de que estaban siendo observados.
 
-Accedí a venir porque esperaba que cambiaras de parecer- alegó Sakura, sujetando a Sasuke del cuello de la camisa cuando este retrocedió con la clara intención de salir del lugar para buscar a Naruto.
 
-Te cite aquí para aclarar las cosas- frunció el entrecejo.
 
-Ese chiquillo no te quiere, me dijo que solo está contigo por interés, Sasuke, él solo quiere tu dinero- mentira tras mentira, el Uchiha se molestaba cada vez más ante semejante vulgaridad y bajeza. –Te está usando, además tú quieres formar una familia…
 
-Para eso existe la adopción- media sonrisa irónica jugó en sus labios antes de apartar a la joven de cabellos rosas y salir del restaurante, cansado de tanto drama provocado por esa mujer. Realmente era insoportable.
 
Recordó a Naruto, un molesto nudo se formó en su garganta. El chico debía sentirse muy mal y tenía derecho, nada había salido como quería.
 
La cena estropeada, Naruto confundido por los hechos, Kakashi amenazando la poca cordura que aún conservaba.
 
Y es que, aunque su fuerza de voluntad lo traicionaba la mayoría de las veces, sabía que Naruto valía la pena. No le importaba en lo absoluto tener que lidiar con esa clase de problemas a diario, siempre y cuando el Uzumaki estuviera con él.
 
Quería fortalecer ese vínculo que amenazaba con romperse en cualquier momento. Naruto era un chico frágil, tímido, delicado. Todo lo contrario a su personalidad, se complementaban.
 
Naruto era su todo, no podía negarlo, y sin embargo, seguía cometiendo errores que lo lastimaban.
 
Observó al agente recargado en la portezuela de su vehículo. La rabia se incrementó desmedidamente.
 
Se encaminó en su dirección, olvidando por completo su prioridad y la razón por la cual había salido del restaurante…buscar a Naruto.
 
Su enojo era más que visible a esas alturas, aceleró el paso, empuñó ambas manos.
 
Dirigió un fuerte puñetazo hacia el rostro de Kakashi, este lo esquivó enseguida, sujetando la muñeca de Sasuke con la propia, mirándolo inquisitivamente.
 
-¿Agredir a un oficial forma parte de tus pasatiempos?- cuestionó Kakashi, detuvo el segundo golpe que el Uchiha atentó fuertemente con su mano libre.
 

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