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Sin mi, no eres nada por RLangdon

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El departamento estaba en completo silencio. Itachi se mantenía de pie junto a la puerta, sin terminar de convencerse. Por primera vez estaba dudando de sí mismo.
 
Cada acción hecha lo había orillado hasta ese punto crítico, no tenía más alternativa que aceptar su realidad.
 
El rubio lo observaba expectante, siempre le había apoyado y en esta ocasión no sería la excepción, sabía por lo que estaba pasando Itachi, y aunque interiormente todo estaba en contra de ambos, seguiría a su lado.
 
Lentamente, el Uchiha se dio la vuelta, miró a los ojos a Deidara y se aproximó a sus labios para sentir la calidez de los mismos, estaba alterado, nervioso, indeciso.
 
-No puedo- admitió, separándose de los labios de Deidara, había intentado por todos los medios ser elegido para concretar el siguiente paso de la organización y ciertamente había fracasado, poniendo en riesgo la integridad de su hermano.
 
Debía mantenerlo alejado de toda la situación, pero no podía oponerse a los miembros de Akatsuki, él ya no era una pieza primordial para llevar a cabo el ritual dentro de unas semanas. Estaba consciente de ello.
 
Tenía que tomar una decisión en ese mismo momento, dejar ir su sueño en el que se había enfocado durante años para volver a reunir a su familia, cumplir una utopía a costa de la vida de su hermano, o arriesgarse a abandonar sus ideales solo para salvar a Sasuke.
 
Estaba enterado del siguiente movimiento de la organización, ahora Sasuke formaba parte esencial del mismo, todo había sido premeditado, el sello que Orochimaru le había hecho, la subasta en la que extrañamente nadie había sido capaz de igualar la cifra de Sasuke, a pesar de estar presentes personas de clase alta, cada suceso había sido planeado con anterioridad.
 
Itachi era solo una marioneta más para llegar a su hermano, ese era el objetivo secundario y había sido lo suficientemente idiota para caer en las redes de Akatsuki, dejarse engañar y manipular a expensas de sus sentimientos.
 
-Itachi- el rubio unió sus labios nuevamente con los del aludido, apenas duró unos segundos el roce. –No importa que decidas. –dijo al separase del beso. - Te apoyaré pase lo que pase- sonrió a medias, Itachi mordió sus labios pensando en lo que haría.
 
-Tengo que ayudarlo- anunció por fin, inhalando profundamente.
 
***
 
-Tú- dijo Sasori fijando su mirada en el chico. –Posees algo de gran importancia- Naruto lo miraba entre perplejo y confundido, sin poder disipar el miedo que se suscitaba en su interior. –Y ese algo nos pertenece- hizo énfasis a lo último, dando a entender al chico que no se trataba solamente de una persona quien estaba interesada en el poder que mantenía oculto en su interior.
 
-No- Naruto retrocedió un par de pasos, ¿Quién era ese sujeto? Y lo más importante ¿Qué quería de él?...estaba consciente de que le buscaban, pero también estaba seguro de no portar nada de valor consigo en ningún momento. -¿Qué quieres?- trató de sonar calmado pero no lo logró, su voz temblaba al igual que su cuerpo.
 
-¿Qué quiero?- preguntó el pelirrojo con ironía, traspasando una sonrisa en la interrogante, como si fuera de lo más lógico. –A ti- indicó con su dedo índice al chico, le había resultado complicado encontrarlo.
 
Se había rehusado a la ayuda que Itachi pretendía otorgarle, el Uchiha ya no era de confianza. Madara, el actual líder se lo había confesado, ahora que su hermano estaba inmiscuido en la captura del Kyubi, seguramente también estaría en juego cualquier vínculo emocional que pudiera existir entre los hermanos.
 
Akatsuki no podía permitir eso. El principal objetivo de la organización se centraba en liberar a la bestia de nueve colas, empleando al chico como contenedor, no podían permitir la más minúscula falla, aún si con ello debían desconfiar entre ellos mismos.
 
Naruto se dio la vuelta casi mecánicamente, su cuerpo estaba reaccionando al inminente peligro que representaba ese individuo, intentó correr pero apenas hubo recorrido unos metros sus piernas lo traicionaron, estaba demasiado cansado por la reciente carrera emprendida, ya no tenía energía… ya no tenía nada.
 
-Eres terco al aferrarte a tu libertad- el pelirrojo fue acortando la distancia, Naruto seguía retrocediendo, aun en el suelo, impulsándose lo más que le era posible con sus piernas. –Debes comprender que solo eres un instrumento.
 
Las palabras claramente alteraron al menor, quien, tristemente dejó de oponerse. Toda su vida solo había sido empleado como si se tratara de un objeto, de un simple experimento, inclusive sus padres lo habían entregado a un destino desconocido, ¿para qué escapar de lo inevitable? 
 
–Así esta mejor- Sasori se posicionó en cuclillas, observando el rostro afligido de Naruto.
 
-Un instrumento- comenzó diciendo Naruto sin levantar la mirada, Sasori lo escuchaba atentamente, solo debía liberar aquel sello y sería cuestión de tiempo para que el plan siguiera según lo acordado. –Un instrumento- repitió en voz más alta, alzando la mirada. –No es capaz de enamorarse- el pelirrojo notó determinación en los ojos azules, algo estaba mal. –Y yo no soy un instrumento- dio una fuerte patada en el torso de Sasori, inmediatamente después se puso de pie para comenzar a correr nuevamente, no iba a rendirse, Naruto Uzumaki no iba a rendirse.
 
No después de todo lo sucedido, aún tenía sueños y un futuro adelante, tal vez solo eran simples ilusiones que no podrían llevarse a cabo, quizás no tendría a nadie a su lado, pero se esforzaría hasta el final, sin importar las consecuencias.
 
Sus piernas se sentían cada vez más pesadas debido al esfuerzo físico que estaba realizando, debía alejarse, tenía que pedir ayuda.
 
Miraba atrás de vez en cuando para percatarse de que aquel extraño individuo no lo estuviera siguiendo, pero no veía nada.
 
La oscuridad de la noche le impedía reconocer los nombres de las calles y de los cruces, el silencio era letal. Los automóviles pasaban rápidamente a lo largo de la avenida sin reparar en nada más que en los semáforos.
 
Se estaba desesperando, siguió corriendo cada vez con menor intensidad, su cuerpo resentía cada paso, cada movimiento. Ya no podía continuar y nadie iba a ayudarlo.
 
-¡No tan rápido!- sintió un firme agarre en su espalda, cerró fuertemente los ojos, estaba agotado. –Solo tomara un segundo- sonrió Sasori, introduciendo la palma de su mano debajo de la playera del Uzumaki, este se estremeció enseguida, un dolor punzante se expandió por su abdomen. Cayó al suelo, adolorido, cansado, confundido, cada vez le costaba más trabajo enfocar la visión a su alrededor, solo apreciaba manchas blancas, estaba a punto de perder el conocimiento. –Volveré por ti después- susurró el pelirrojo para después alejarse.
 
El inmenso dolor en su abdomen le obligó a doblarse. No entendía que había sucedido, ¿lo había apuñalado?...lentamente acercó su mano hasta la zona herida, observándola de inmediato…nada, ni una gota de sangre, y sin embargo, esa sensación de que su piel había sido claramente lacerada estaba presente.
 
**
 
Su segundo golpe fue interceptado al igual que el primero. Sasuke observó con furia al insolente de Kakashi, el cual se mantenía completamente relajado, con una sonrisa impresa en el rostro.
 
-¿Piensas seguir mintiendo respecto a Naruto?- la pregunta le hizo hervir la sangre, el simple hecho de que ese bastardo mencionara siquiera el nombre de Naruto lo hacía enfurecer de sobremanera.
 
Concentró toda su fuerza en su pierna derecha, en un rápido movimiento intentó golpear al de cabellos platinados en la cadera para hacerle perder el equilibrio, sin embargo, falló. El agente, viendo venir el golpe, soltó con rapidez ambos brazos del Uchiha, colocando de inmediato su antebrazo como escudo. Con simpleza, evadió los tres golpes.
 
-Maldito- gruñó Sasuke, sin dejar de lado su pose de ataque, le importaba un demonio si iba a prisión. No se iría hasta romperle la cara a ese arrogante y presuntuoso de Kakashi.
 
**
 
Abrió los ojos, fijando su mirada a su alrededor. No había nadie, el dolor se había disipado repentinamente, se levantó la playera para verificar la supuesta herida, no tenía nada. Tocó escéptico su abdomen, cerciorándose de que el anterior arranque de dolor había procedido precisamente del extraño símbolo grabado en el mismo, ¿Qué estaba pasando?
 
Se incorporó del pavimento, claramente alterado por la situación, sintiendo su corazón golpear fuertemente su pecho, siguió caminando. Observó a un anciano caminar en dirección contraria del otro lado de la acera, se apresuró a alcanzarlo para preguntarle por el restaurante.
 
**
 
-Los padres de Naruto enfrentaran un juicio dentro de dos semanas- la voz de Hatake siguió transmitiendo plena parsimonia, amplió la sonrisa al ver el rostro estupefacto de Sasuke. –Enfrentaran un duro y extenuante proceso penal, la custodia de Naruto queda a mi disposición hasta que se dictamine la sentencia.
 
Palabra por palabra el Uchiha no salía de su aturdimiento. Kakashi ya sabía todo, de hecho sabía mucho más de lo que él consiguió investigar sobre el pasado de Naruto, había contactado a sus padres, ¿sabía lo de la subasta?, no…no podía. 
 
–Solo vine a avisarte que no te pienso arrestar.
 
Sasuke frunció el entrecejo, disponiéndose a dar otro golpe, esta vez directo en el rostro de Kakashi. En esta ocasión acertó, su puño se impactó con fuerza sobre la mejilla derecha del mayor.
 
-Naruto se queda conmigo- sentenció jadeante por el reciente esfuerzo efectuado. Kakashi comenzó a reír, sujetándose la mejilla, Sasuke seguía tan impulsivo como siempre.
 
-¿No quieres saber por qué no pienso arrestarte?- cuestionó en tono de burla, el incómodo silencio le incitó a proseguir. –Porque Naruto se sentiría mal por ello, se molestaría conmigo, sólo busco hacer justicia…y ganarme el corazón de Naruto.
 
Fue todo, el odio no daba más en el interior de Sasuke. El poco raciocinio que conservaba se había esfumado, no se contuvo, empuñó ambas manos, completamente cegado por la ira, ni siquiera escuchó el leve llamado de Naruto a sus espaldas pidiéndole que se detuviera, no, solo quería matar a ese bastardo.
 
Kakashi se dispuso a esquivar los primeros golpes, un puñetazo dio de lleno en el vidrio de la patrulla, los nudillos de Sasuke sangraban, no le importó en lo absoluto, continuó arremetiendo cada vez con más fuerza.
 
Kakashi dejó de esquivar para devolver los golpes también.
 
-¡Basta!- Naruto corrió tras de Sasuke, aún agitado, empleando un esfuerzo sobrehumano, no quería que se pelearan y mucho menos por él. Intentó abrazar a Sasuke pero este lo apartó de un fuerte golpe en el rostro, Naruto cayó de espaldas, su nariz comenzó a sangrar al instante.
 
Kakashi reaccionó ante lo ocurrido, distrayéndose y recibiendo también, no uno, sino dos fuertes golpes seguidos en el rostro.
 
-Sasuke- la voz de Naruto se quebró, el aludido se giró alarmado a sus espaldas, dándose cuenta de lo que había hecho inconscientemente, de nueva cuenta había golpeado a Naruto, sin importar las razones…había roto su promesa.
 
-Naruto…yo…- no hallaba una frase coherente en ese momento, se acercó al menor para ayudarlo a ponerse en pie, más este apartó de golpe la mano del Uchiha. Harto de su actitud tan violenta, de las mentiras y sobretodo de no ser suficiente para Sasuke…nunca iba a cambiar.
 
-Agresión a un menor, tu segundo atentado de inestabilidad emocional- murmuró Kakashi con seriedad, dirigiéndose a Naruto, no obstante, el chico se levantó por su cuenta, limpiando con la manga de su playera el líquido carmesí de su rostro. Sasuke rechinó los dientes pero se abstuvo de golpearlo. –Te lo advertí- sacó las esposas del bolsillo de su pantalón. -Ahora tendré que arres…
 
-¡No!- le interrumpió Naruto, cabizbajo, tanto Sasuke como Kakashi lo observaron confundidos. –Me iré contigo- se dirigió a Kakashi, forzando una sonrisa.
 
Sasuke sintió como su mundo se venía abajo, una fuerte opresión en su pecho le impidió razonar con claridad lo que Naruto había afirmado deliberadamente.
 
-¿Qué?- parpadeó confundido, sin terminar de comprender lo dicho por Naruto, había cometido un error irreparable con ese golpe. Un error que le arrebataba a quien amaba. No lo perdería, permitirlo implicaba hundirse nuevamente en la oscura soledad, el nudo en su garganta le impedía continuar hablando, ¿Qué podía hacer?. –Lo lamento Naruto- tomó al menor de la mano pero este continuó con la mirada baja, le dolía muchísimo la decisión que estaba tomando. –Solo déjame…
 
-¿Qué?- lo interrumpió Kakashi con molestia reprimida. – ¿Lastimarlo más?- Sasuke le dirigió una mirada cargada de odio pero su prioridad era Naruto.
 
-Vámonos- fue la única frase que salió de los labios de Naruto, sus mechones rubios le impedían al Uchiha ejercer contacto visual con él, sus ojos se cristalizaban a cada segundo, no podría seguir aguantando las lágrimas.
 
Kakashi abrió la portezuela del copiloto para que Naruto ingresara en el vehículo pero Sasuke no lo soltaba del firme agarre en su muñeca.
 
No le dejaría ir.
 
-Naruto, escúchame, por favor- pidió en un murmullo, sujetando el rostro de Naruto entre sus manos, los ojos del menor estaban empañados por las lágrimas que estaba reprimiendo, no quería verlo a los ojos, evadió su mirada. –No quiero perderte- besó con suavidad los labios de Naruto. Las lágrimas se deslizaron por el rostro del rubio, dejando un rastro húmedo sobre sus mejillas.
 
-No puedes perder lo que nunca has tenido- apartó a Sasuke de los hombros y acto seguido entró en el vehículo, cerrando la puerta, el dolor era demasiado, estaba renunciando a Sasuke, estaba dejando atrás…a su amor.
 
-Por favor- Sasuke no podía asimilarlo, simplemente no podía.
 
Se dejó caer de rodillas en el suelo cuando el automóvil comenzó a alejarse, viendo partir al chico que lo había enamorado. Una a una las lágrimas traicionaron su orgullo. Su fortaleza que había mantenido intacta hasta el momento, había desaparecido.
 

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