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Sin mi, no eres nada por RLangdon

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Sasuke tamborileaba los dedos sobre el volante. Mantenía la mirada fija en la luz roja del semáforo, impaciente, expectante. Naruto había tomado la decisión de regresar con Kakashi, a saber por qué rayos. La sensación de angustia lo carcomía por dentro, eran demasiadas situaciones, problemas que debían resolver, y en la mayoría de ellos estaba implicado Naruto.


Se lo demostraría, le demostraría a Naruto que era capaz de protegerlo. Dejó escapar un sonoro suspiro antes de atreverse a ignorar el señalamiento. Odiaba tener que valerse de alguien más. Pediría ayuda por segunda ocasión. La primera vez tuvo que tragarse el orgullo, y dignarse a aceptar el apoyo de Kakashi.


Estaba convencido de que él podía resolver sus propios asuntos. Sin embargo, ahora era diferente. No poseía ningún tipo de información de aquella organización. Con simples conjeturas sin solvencia, no podría enfrentarse a ellos.


Itachi sabía mucho más de los


enfermos mentales que buscaban a Naruto. 


Si fue capaz de crearle tanto daño emocional y físico a Naruto, ¿podría enmendarlo en el futuro?


Esperaba que si, pese a no conocer con certeza la respuesta. Solo necesitaba a Naruto y si el chico aceptaba quedarse con él, haría lo que estuviera a su alcance para devolverle lo que le fue arrebatado, no solo por él, también por sus padres.


Sasuke deseaba ver a Naruto feliz, y él podía hacerlo feliz. Se esforzaría para que Naruto pudiera rehacer su vida a su lado. Transformaría aquellas lágrimas que él mismo propició en sonrisas, le entregaría cada segundo de su tiempo, se dedicaría por completo a Naruto.


Primeramente tenía que ver por su bienestar. Sasuke recordó las palabras de su madre. Una noche antes de que muriera, la frase aun resonaba en su cabeza. Él podía lograr grandes cosas, él podía superar a su hermano, y así sería.


Quizás actuó de manera impulsiva con anterioridad, pero ahora estaba dispuesto a hacer las cosas correctamente. Aunque para ello tuviera que pedir ayuda una vez más, y no precisamente a un desconocido, sino a su propio hermano mayor. El mismo que lo metió en tantos problemas. A Itachi no le importó echarlo a la calle como si de un simple perro se tratara.


No obstante, le debía la superación personal de la que se había hecho acreedor. Se había vuelto independiente y aprendió a no confiar ciegamente en las personas.


Extrañamente ahora se sentía en el mismo punto de partida. La misma susceptibilidad de antes afloraba en su piel y le secaba la garganta. No se trataba de la sensación de adrenalina que aquellas píldoras le producían.


Odiaba admitirlo. Sasuke Uchiha detestaba con todo su ser admitir que nuevamente se sentía vulnerable, no por lo que pudiera ocurrirle a él. Naruto era ahora su mayor preocupación y el nuevo propósito en su vida.


Si algo malo llegaba a ocurrirle, la culpa sería únicamente de él. Si tan solo fuera más fuerte, aunque… ¿con eso bastaría?


La fuerza física constituía el 50% de los requisitos necesarios para enfrentar a aquellos sujetos, el otro 50% lo conformaba la astucia. Era menester tener ambos para hacerles frente.


Estaba agotado mental y psicológicamente. Naruto quería ayudarlo a él, cuando era Naruto quien necesitaba ayuda. Había sido tan egoísta desde que lo conoció, siempre buscando lastimarlo, hacerlo llorar.


Era un bastardo insensible que ciertamente no merecía el perdón de Naruto, y aun así, le era imposible visualizarse sin Naruto. ¿Qué sentido tenía aferrarse a los altibajos de la vida, si la persona a la que amas no está a tu lado?


Ninguno. Sasuke no encontraba un solo motivo que justificara su existencia. Y a pesar de quebrarse la cabeza cada noche tratando de encontrar la respuesta, no la hallaba. Naruto era su droga, su adicción más grande y por consiguiente, su razón para vivir, para aferrarse a una vida llena de hipocresía e inmundicia. Porque eso era, a fin de cuentas.


No era perfecto, nunca lo fue, y aunque en un momento creyó que debía igualarse a Itachi, estar a su nivel para sentirse alguien superior, finalmente se aceptaba a sí mismo. Podía contar cientos de errores cometidos en menos de un año, pero un acierto en particular dejaba abajo el resto de sus tropiezos... Naruto.


De no haber conocido a Naruto, seguiría buscando la tan anhelada venganza que por años le generó odio y rencor, hundiéndolo en la más profunda oscuridad. Ni la triste y amarga soledad podía compararse con la oscuridad que había consumido su ser, al grado de alejarse de todos, incluso llegó a perderse a sí mismo.


Si algo había aprendido muy bien Sasuke Uchiha, era que la venganza nunca deja nada bueno. Aun si hubiera logrado su cometido, sus padres no iban a regresar, sus heridas emocionales no desaparecerían por completo.


Lo único que buscaba obtener mediante la venganza, era probarse a sí mismo, como Itachi le espetó antes de abandonarlo, devolverle la humillación a su hermano mayor  y contrarrestar la tristeza con el odio.


El sentimiento no era mejor que el anterior, y juntos, hacían una combinación catastrófica, él lo sabía mejor que nadie.


 Itachi solo quería protegerlo, de la manera incorrecta pero eso significaba que le importaba. Había alguien que se preocupaba por él, y eso en cierta forma le alegraba.


Le habría sido de mucha ayuda que Itachi permaneciera con él, especialmente tras la pérdida de sus progenitores, era cuando más falta le había hecho.


Espejeó un par de veces para después adentrarse en el estacionamiento. De nada servía pensar en el pasado, era indispensable centrarse en el presente, y después, tal vez enfocarse en el futuro.


Lo importante ahora era la seguridad de Naruto.


Sasuke bajó del vehículo. Sacó el móvil del bolsillo de su pantalón para marcar un número en específico. Una diminuta risa escapó de sus labios al recordar lo sucedido con su anterior celular. Según Naruto, el aparatejo se le había escapado de las manos, dando un perfecto clavado en el vaso de agua sobre el escritorio en la comisaría.


El dinero no sería problema. Aun poseía una gran cantidad de dinero en su cuenta del banco. Más de la cuarta parte ya la tenía destinada para un asunto en particular, el resto lo dispondría para lo que Naruto necesitara.


-¿Policía?


***


La palabra perdón seguía haciendo eco en la mente de Naruto. Miraba en todas direcciones, con el dorso de su mano reposando sobre su frente. Se había esforzado demasiado en emprender aquella carrera. Su cuerpo no estaba en condiciones de ejercer tanto esfuerzo y lo sabía.


La herida en su abdomen no había cicatrizado por completo, de hecho transcurrirían un par de semanas más para que la herida cerrara. La enfermera se lo había comentado en más de una ocasión. Era algo distraído, pero detalles importantes como ese, no se le olvidaban.


Recobró la postura en cuanto lo vio. Su respiración aun era agitada pero lentamente comenzaba a regularse. No dudó en acercarse al agente que yacía sentado en una de las bancas frente al hospital. Seguramente esperaba su regreso.


Naruto no podía sentirse peor al darse cuenta de que Kakashi lo había estado esperando ahí. Quizás desde que se escapó para ir con Sasuke, había tardado más de lo pensado, cerca de dos horas.


El cielo comenzaba a oscurecerse. Aun estaba indeciso sobre pasar la noche con Kakashi o regresar con Sasuke. Ya era demasiado tarde para volver con el Uchiha, pero tampoco deseaba ocasionarle más problemas a Kakashi.


Se acercó tímidamente a la banca, los nervios se intensificaban cada vez más, así como el sentimiento de culpa por haberse ido sin avisar. No debió hacerlo pero sabía de antemano que Kakashi no lo dejaría volver con Sasuke si se lo pedía.


-Lo lamento mucho- se disculpó, agachando la cabeza y juntando ambas manos. No se atrevía a ejercer contacto visual con el agente, el cual simplemente se levantó de la banca para sujetarlo de los hombros.


-¿Estás bien?- fue la primera pregunta que articuló Kakashi. Estaba a punto de marcharse a su departamento, tenía la esperanza de que Naruto hubiera ido ahí después de ver a Sasuke. No era estúpido. Si Naruto había escapado, era más que obvio el lugar al que acudiría.


-Si- respondió secamente, alzó la mirada para ver a los ojos del agente. Preocupación era lo que se vislumbraba en aquellos ojos negros similares a los de Sasuke. Ahora se sentía peor por haberse ido sin avisar. Al menos había cumplido con su palabra para ayudar a Sasuke, aunque no sabía exactamente de qué manera eso le ayudaría al Uchiha.


-Eso me alegra- musitó Kakashi, acercando el cuerpo de Naruto hacia el suyo para abrazarlo. Era inevitable, lo intentaba, pero Naruto no dejaba de gustarle. No, era más que eso, amaba a Naruto, se había enamorado del chico aun sin conocer su pasado.


A Kakashi le dolía que Naruto no demostrara el mismo interés sentimental que él.


Naruto lo quería, pero no lo amaba. Aun no entendía cómo es que llegó a desarrollar sentimientos más allá del simple afecto hacia el chico. El simple contacto con su piel, lo enloquecía. El aroma de su cabello, todo en él le atraía inmensamente.


-Te amo Naruto- tenía que decirlo una vez más. Sus labios le exigían expresar aquellas palabras que tanto daño le hacían al no ser correspondido. Naruto amaba a Sasuke y él lo sabía perfectamente.


No se puede olvidar a una persona en unos cuantos días, así como Naruto no olvidaría a Sasuke en demasiado tiempo. Quizás si se hubieran conocido en otro lugar y bajo otras circunstancias, la situación se prestaría a mayores, sin embargo, no era así, y el dolor seguía quemando en su pecho, hiriéndolo sin piedad.


Naruto correspondió el abrazo sin poder reprimir que un par de lágrimas escaparan de sus ojos. Quería gritar con todas sus fuerzas porque no podía quedarse junto a las dos personas que tanto le importaban. Por un lado Sasuke, y por el otro Kakashi. Al agente lo veía mas como una figura paterna, pero seguía queriéndolo, y lo último que deseaba, era hacerlo sufrir.


Era por su culpa que Sasuke y Kakashi estaban sufriendo actualmente. Porque fue lo suficientemente inmaduro como para entregarse a ambos sin detenerse a analizar sus sentimientos para evitar herir los de ellos. Porque volvió con Kakashi aun cuando estaba convencido de no estar enamorado de él. Ahora más que nunca creía que se merecía todo lo que le había sucedido.


-Te quiero- fue lo único que los temblorosos labios de Naruto lograron emitir al separarse del abrazo. Quería pedirle perdón una y cien veces más, pero de nada le servía arrepentirse después de lo que hizo, de lo que estaba haciendo, y sobre todas las cosas, de lo que iba a hacer.


Las heridas más dolorosas y difíciles de sanar eran las emocionales. Él hirió a Kakashi, ¿sería capaz de perdonarlo?


-No merezco ni una lágrima tuya, Naruto- Kakashi se percató de las silenciosas lágrimas que recorrían las mejillas del rubio. A pesar del inmenso dolor que sentía, debía ser fuerte para evitar que Naruto lo viera llorar. No quería que Naruto se sintiera culpable por algo que él no propició, quien se creó falsas esperanzas y se enamoró aunque fuera incorrecto hacerlo fue él. Naruto había sufrido lo suficiente ya como para hacerlo sentir responsable de sus sentimientos.


No podía obligar a Naruto a quererlo de la forma en que él lo hacía. Si Naruto era feliz con Sasuke, si este ultimo realmente cumplía su promesa de cambiar, entonces no se opondría.


Disponía de la custodia de Naruto, pero eso no le daba derecho a arrebatarle su felicidad. Se aseguraría de que Naruto fuera feliz, aun si él consideraba que era con la persona equivocada, algo tenía bien claro….en el corazón no se manda.


Los labios de Naruto dejaron de temblar, se forzó a mirar a Kakashi una vez más, a abrazarlo con mucha fuerza, como si no quisiera separarse nunca de él, y así era, lo quería pero como amigo.


-Per…- no pudo completar la frase cuando los labios de Kakashi lo silenciaron de golpe, apenas un suave roce. Cerró los ojos unos segundos, sintiendo la calidez de los labios ajenos, aquella desesperación latente le fue transmitida con un simple contacto labial.


-No te disculpes- sonrió Kakashi forzadamente, a cuestas de que interiormente estaba destrozado. Lo único que importaba era la felicidad de Naruto, se estaba desmoronando y lo peor de todo es que se estaba reprimiendo, conteniendo aquellas lágrimas que nunca derramó por alguien que no fuera Naruto. –Te acompaño- se permitió tomar la mano de Naruto, de ejercer el que sería el último contacto con su piel, maldición ¿Por qué dolía tanto?


Naruto no rechazó la compañía de Kakashi. Se limitó a seguirlo por las silenciosas calles de la ciudad, con su corazón latiendo más rápido de lo normal y su vista empañada a causa de las lágrimas. No podría volver él solo con Sasuke.


La oscuridad ya cubría las calles y él sabía lo peligroso que era andar solo.


El silencio más que incomodar a ambos, causaba dolor. Un sentimiento de nostalgia e incomprensión que no desaparecería en el transcurso del camino, ambos lo sabían, uno más que el otro 


¿Quién dijo que el amor siempre hacía felices a las personas?, era una mentira, una vil falacia, dolía y mucho el hecho de saber que jamás sería correspondido por el hermoso chico de ojos azules y cabello rubio que se ganó su corazón en tan poco tiempo y el cual ansiaba proteger con su vida misma.


Apenas visualizó la casa del Uchiha, Naruto se detuvo. Ya no había vuelta atrás, había tomado su decisión desde días antes, pero no creyó que doliera tanto rechazar a Kakashi.


Sus brazos se aferraron a él, mientras el mayor se inclinaba sobre su cuerpo para acariciar su mejilla con la contraria, esta vez sí sería el último contacto amoroso hacia Naruto. No podía permitirse cargar con tanto dolor, si volvía a tocarlo… no lo dejaría ir jamás.


Y lo vio partir, con su corazón hecho añicos y lágrimas que no se permitía el lujo de dejar fluir. Kakashi se dio la vuelta, metiendo ambas manos dentro de los bolsillos de su pantalón, miró sobre su hombro como Naruto tocaba la puerta con insistencia.


-Que seas feliz-murmuró al viento, con la mirada en alto y el sentimiento de intranquilidad golpeando su pecho, tardaría tiempo sanar esa herida pero lo haría de todas formas.


***


-¿Es todo lo que sabes?- cuestionó por segunda ocasión Sasuke.


Itachi asintió con la cabeza, afirmando una vez más sobre lo anteriormente revelado. El verdadero objetivo de los Akatsuki, su forma de llegar a él y la razón por la cual necesitaban a Sasuke. Todo empezaba a tener conexión, y sin embargo seguía siendo una utopía para Sasuke.


El hecho de que quisieran que Naruto lo asesinara porque era el vínculo más fuerte y cercano del chico, rayaba en la locura, la idiotez y la ignorancia.


¿Qué le habían hecho a Naruto?, ¿Qué le habían hecho a él?


Su mente asimilaba tan rápido como le era posible. Eso explicaba la extraña conducta de Naruto. Estaba siendo manipulado, él también era manipulado. Ambos eran unas simples marionetas utilizadas con fines tan oscuros, ilógicos e incomprensibles como lo eran controlar a… ¿una bestia?, ¿demonio acaso?


No, eso no lo entendía. El sello de Naruto influía en gran parte, la cuestión era ¿Cómo detenerlos? Esa respuesta no la tenía Itachi. Conocía sus fortalezas más no sus debilidades. Aun así accedió a ayudarlo, por voluntad propia Itachi quiso acompañarlo para verificar que Naruto estuviera bien.


Sasuke había conducido durante casi media hora buscándo a su hermano. Era un alivio que Itachi fuera justamente al lugar que imaginó acudiría, su casa.


Dolorosos recuerdos, heridas pasadas. Un evento trágico que su mente había bloqueado casi por completo en la madrugada del sábado, donde tres individuos irrumpieron en su casa.


No, sacudió enérgicamente su cabeza, no quería recordar eso, le había costado olvidarlo y hasta la fecha seguía preguntándose por qué rayos no los mataron a Itachi y a él.


-¿Qué haces?- preguntó Itachi al ver como Sasuke volvía a marcar un número desde su celular. Lo observó con atención. Sasuke murmuró la dirección que Itachi le había proporcionado, donde se suponía que esos sujetos residían actualmente. Era demasiado pronto para que pudieran ocultarse en otro sitio, además, su objetivo continuaba cerca de ellos, sería una estupidez que buscaran otro lugar, al menos hasta conseguir lo que querían.  


Últimamente la policía no ayudaba en mucho, aunque tampoco podía ponerse exigente en ese sentido. Ni él que estaba inmiscuido en toda esa locura, era capaz de comprenderlo por completo.


-¿Por lo menos me dirás a donde vamos?- Itachi continuó haciendo preguntas, mismas que Sasuke no le respondía.


Comenzaba a frustrarse. La falta de comunicación entre él y Sasuke no era ninguna novedad, no obstante, esperaba que por esa ocasión le tuviera más confianza. Se supone que ya lo había perdonado, ¿no había sido sincero?


-Por Naruto- contestó el menor de los Uchiha luego de unos minutos de silencio, en los cuales se permitió divagar sobre la resolución de su actual problema.


Subió al auto seguido de Itachi. No tardó en encender el vehículo, teniendo en mente a Naruto en todo momento. Todo se resolvería pronto. Ya no tendría que tener miedo por lo que esos enfermos mentales quisieran hacerle. Esperaba que todo se solucionara rápido, que la policía se movilizara de manera eficaz esta vez, que cumplieran su papel como era debido.


-Realmente lo quieres, ¿verdad?- Sasuke rodó los ojos, aceptando con fastidio el hecho de que su hermano no se callaría en los siguientes quince minutos. El silencio no era tan malo, pero Itachi prefería atormentarlo con preguntas tan triviales como aquella, y él sentía la obligación de responderle, porque era su hermano y porque lo estaba ayudando, de no ser así, lo mandaría al diablo y le ignoraría.


-No lo quiero- negó, ignorando la mirada confundida que le dirigía su hermano mayor. –Lo amo- afirmó, mordiéndose la lengua poco después de contemplar la enorme sonrisa de Itachi. Estúpida cursilería.


***


Ya había golpeado la puerta como treinta veces. Era más que lógico que Sasuke no estaba en casa, sin embargo, Naruto tenía la esperanza de que el Uchiha tomara la inoportuna decisión de tomar una ducha a esas horas, después de todo, Sasuke se preocupaba demasiado por su aspecto.


Aun se sentía mal, culpable por haber rechazado a Kakashi. Ojala las cosas fueran más fáciles y no hubiera involucrado de esa manera los sentimientos del agente. Una relación funciona en base a sentimientos mutuos, y desafortunadamente él no lo amaba, le tenía mucho afecto pero era todo.


En cambio a Sasuke lo amaba. Estaba consciente del daño que le ocasionó pero también accedió a perdonarlo porque sus errores no se debían únicamente a sus pésimas decisiones y su impulsiva personalidad. Los sujetos que lo buscaban tenían mucho que ver en ello.


-Vaya-  su cuerpo se tensó de inmediato al escuchar la voz proveniente de su lado derecho. Estaba tan sumido en sus pensamientos que no escuchó que alguien más se acercara a donde él estaba. –Al fin te tenemos, Naruto Uzumaki- su cuerpo le obedeció al instante, se puso de pie, empuñando ambas manos en acto reflejo, sabía que no tenía oportunidad.


Un temblor involuntario ascendió por su columna, esta vez estaban todos. Su mirada azulada se paseó por los 5 cuerpos delante de él.


-Sujétenlo- la firme orden resonó en sus oídos, ni siquiera fue capaz de moverse


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