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Misterioso Té por ellewan

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Notas del fanfic:

Hola! Hace años, AÑOS que no me animaba a escribir nada, hasta olvidé mi nombre de usuario y todo, pero aquí estoy. Me sentí inspirada y decidí dejar esto aquí. Espero que alguien por ahí pueda pasar un buen rato leyendo esto.

 

También espero que estén todos bien en medio de todo este caos por el virus. ¡Cuídense mucho!

Notas del capitulo:

Una importante lección en la vida, es no actuar en base a suposiciones, andar asumiendo cosas sin confirmar.

 

Esta lección, los poderosos Dioses Gemelos, consejeros del dios de los Infiernos, la aprenderán de la forma más bizarra y dura. Tal vez así se les bajen los sumos y aprendan a comunicarse mejor entre ellos. Aunque Pandora recibirá la peor parte y la culpa de todo, para variar.

Inspirado en cuestionables "rituales" de brujería locales.

 

Mención de Thanatos X Manigoldo

 

Los personajes pertenecen a Masami Kurumada y Shiori Teshirogi.

 

¡A disfrutar!

El Inframundo se convertía en un desorden catastrófico cada vez que terminaba una Guerra Santa. Después de todo, los espectros pasaban tanto tiempo en el mundo mortal jugando a la guerra, y en este último caso en particular, encerrados en el endemoniado rosario después, que todas las tareas del reino de la muerte eran descuidadas. Por lo que lo más tedioso en todo el proceso, era morirse o tal vez sobrevivir, para después volver a poner el sistema en marcha apropiadamente. De eso, para su pesar, se encargaban los Consejeros de Hades, que en este momento caminaban con un paso perezoso por los pasillos del castillo de Giudeca, después de organizar a los jueces y la dama negra para que éstos comandaran a los demás espectros en sus respectivas tareas.


 


-Ya Thanatos… supéralo. 


 


El dios del sueño rodó sus ojos, frustrado con esta nueva faceta de su hermano, conocía muy bien a su gemelo, pero en esta ocasión, por primera vez en milenios, no lograba encontrar un atisbo de lógica en su comportamiento tan extraño.


 


-Me golpeó...


 


Fue la escueta respuesta del dios de la muerte, que se mostraba irritado,  como cada vez que mencionaba el tema, cruzando sus brazos delante de su pecho y sintiéndose indignado de que su hermano, a pesar de conocerlo bien, de ser un dios también, de decir que comprendía las emociones a plenitud, al parecer no conseguía entender su frustración.


 


-Hermano, hemos estado peleando con santos de toda clase por eones. Estoy seguro que no es la primera vez que sucede algo así.


 


Hypnos estaba perdiendo la paciencia. Para este punto ya habían perdido la cuenta de cuántos soldados de Athena perecieron en sus manos ¿Qué mas daba que alguno de ellos osara tocar o golpearlos si de todas formas cumplieron con su propósito? ¿Qué tiene de especial un santo particularmente irrespetuoso? ¿Por qué tanta importancia a una riña que en realidad no es más que un juego? Porque ni siquiera Athena lo sabe, pero la verdad es que Hades jamás tuvo verdaderas intenciones de ganar ninguna Guerra Santa, todo ese circo es solo otra treta más de Zeus, en su afán por mantener el potencial de los humanos a raya, reuniendo a los mortales más poderosos en el Santuario, luego quitándoles la oportunidad de verdaderamente desbloquear todo el potencial de su cosmos, manteniéndolos distraídos con ridiculeces como la dichosa Guerra Santa o alguna otra “amenaza” de otro dios demasiado aburrido con su rutina, garantizándoles una muerte prematura de una forma o de otra a la mayoría.


 


-¿A ti te han golpeado?! 


 


Fue la pregunta de Thanatos, que alzó sus cejas, abriendo sus ojos con verdadera sorpresa. Que un mortal toque, aún peor, golpee a un dios no es cosa de todos los días. Especialmente cuando se trata de un dios tan calculador y excelente estratega en el campo de batalla como lo es Hypnos, a quien nunca vio perder la calma en medio de un conflicto, por nada. Pero encima de todo, que este dios del sueño hable de semejante blasfemia como si no tuviera importancia, escapaba de la comprensión de la Muerte.


 


En respuesta, Hypnos le miró de reojo, Thanatos le estaba sacando de quicio, casi diría que se sentía insultado por la forma en que le preguntó eso, pero guardó silencio, sin estar seguro de qué responder, caminando al lado de su hermano y ansioso por terminar de restaurar el orden en el Inframundo.


 


-Me sorprendes, hermano. Nunca he sabido de ningún mortal que te haya tocado, mucho menos golpeado. 


 


Expresó Thanatos sorprendido por las implicaciones de ese comentario. Pero su hermano, que lo conoce muy bien, notó que intentaba disimular una burlona carcajada. Gesto que le irritó un poco más.


 


-No dije eso tampoco.


 


Fue la simple respuesta del Sueño, casi un susurro, deseando zanjar ese maldito tema. Mucho mas irritado que al inicio de la conversación.


 


-No seas tan orgulloso, ni siquiera el Señor Hades está “inmaculado” en ese sentido. 


 


Pronunció Thanatos con sorna, ahora sí, riéndose de la cara malhumorada de su igual, quien normalmente mantiene una expresión serena. En ese momento la Muerte se detuvo, riendo sin disimulo y disfrutando demasiado del mal humor del rubio. 


 


En ese momento notó una pequeña sala muy ornamentada, con una mesita que también estaba exquisitamente decorada con motivos florales, con todo un arreglo de té que le pareció lo suficientemente elegante y digno como para ser servido a un dios, se sintió curioso y decidió entrar..


 


-Entonces con menos razón entiendo cuál es tu obsesión con el último caballero de cáncer. Era un descarado, sí, pero no percibo nada especialmente fuera de lo común para ser un santo. ¿Exactamente, Thanatos… qué quieres?


 


Continuó Hypnos, siguiendo los pasos de su hermano, tratando de llegar a la raíz de la insistencia de La Muerte con el tema de Cáncer. La tontería de Guerra Santa justo terminó hace un par de días, por lo que despertaron en sus cuerpos en los campos Elíseos, incapacitados de salir del Inframundo por los sellos de Athena, con un montón de responsabilidades y problemas que resolver, antes de que el soberano del Inframundo despierte. Pero Thanatos en cada oportunidad, por mínima que sea, comenzaba con la cantaleta del Santo de Cáncer… expresando sus extraños deseos de castigarlo como se merece, aún después de haber muerto.


 


-No estoy seguro… 


 


Hypnos en ocasiones incluso pensó ver algo parecido a nostalgia o añoranza en la expresión de su hermano, en su forma de hablar cuando se trataba el tema, como quien desea algo pero por alguna razón lo considera inalcanzable, o como  si no se sintiera seguro sobre tomar lo que deseaba o dejarlo ir. Era extraño, pero no lograba identificar que era eso que veía en su gemelo, su actitud frente al tema era totalmente una novedad. Lo que le hacía dudar, a veces, si en verdad Thanatos se refería a otra clase de “castigo” para el santo. Si tal vez, solo quizás, la Muerte buscaba provocarle algo distinto al dolor a ese mortal, algo sin precedentes en Thanatos.


 


Siguió los movimientos de su gemelo con la mirada, quien entró a una pequeña pero hermosa sala con un balcón hacia uno de los jardines interiores del palacio, con curiosidad siguió explorando la bella decoración de ese lugar. La verdad, ese cuarto pasó por desapercibido para el Sueño hasta ahora, pero parecía un lugar agradable para tomar el té, no tanto como el paraíso donde vivían, pero definitivamente mucho mejor que la mayoría de espacios en ese lúgubre castillo.


 


Thanatos se entretuvo observando la tetera y las tazas dispuestas frente a él. Recorrió con sus dedos el borde de una taza, en verdad era una vajilla hermosa. No había mandado a preparar té, así que asumió que era cosa de Hypnos, quien estaba de pie en el balcón y no pareció sorprenderse por nada. El aroma del té era delicioso también, una curiosa mezcla de especias que desconocía, por lo que no lograba identificar qué tipo de infusión era esa. Hypnos abandonó el balcón para acercarse a la mesita, prestando atención a los precisos movimientos de Thanatos, que aparentemente decidió servirse del misterioso té con tan agradable aroma. 


 


El dios de mirada dorada no había mandado a preparar ningún té, pero asumió que había sido cosa de su hermano, que era el más quisquilloso y mandón de los dos. 


 


-Quiero hacer que pida perdón…


 


Continuó diciendo Thanatos, sirviendo la bebida en dos tazas cuidadosamente.


 


-…de rodillas…


 


Hypnos notó un cambio curioso en el semblante de su hermano, un brillo que no supo explicar, a saber qué clase de fantasías ocurrían dentro de su cabeza. Pero se quedó tranquilo, de pie, frente a él, con los brazos cruzados a la altura de su pecho, solo escuchando lo que tenía que decir, pero sin quererlo, sacando conclusiones… perturbadoras.


 


-Verlo adorarme… silenciar su insolencia… desearía que ese mortal se consagrara a mí igual o más que como le sirvió a esa chiquilla ingenua.


 


El dios endulzó las infusiones justo como sabía ambos disfrutaban, tomó su propia taza y se sentó en un cómodo sillón, que más bien parecía un trono. Más tarde agradecería a su hermano por todo. 


 


-Quiero que…


 


Thanatos, mirando su taza con una exagerada intensidad, habría continuado hablando, absorto en sus deseos, de no ser interrumpido.


 


-Si sigues hablando así me harás pensar que te enamoraste de ese pobre mortal. Mira que recibir los afectos de la Muerte, sé que eres muy brusco en esos menesteres, Thanatos.


 


Hypnos rió divertido, le tocó el turno al Sueño de burlarse y a la Muerte de irritarse. Quien arrugó el entrecejo con fuerza y apretó los labios, furioso. Pero no dijo nada.


 


-Si quieres puedo ir a buscar su alma, te lo entregaré con un moño, así tendrías una mascota inquieta y con lo testarudo que debe ser, quizás te tardes un par de décadas en domesticarlo ¿No crees?


 


Siguió con su provocación, sosteniendo la bella taza en sus manos, observando el color acaramelado del líquido en ella.


 


-A veces eres un dolor de cabeza ¿Sabes?… Y no soy brusco. Sé muy bien cómo tratar a un amante.


 


Susurró el dios de pelo negro con una mueca que mostraba cuán irritado estaba, pero comenzando a saborear su té, que por cierto, estaba delicioso, como ninguno que probara antes. Un sabor que habría disfrutado mucho más de no ser por las burlas de su gemelo. Aunque la imagen de Manigoldo de Cáncer como su sirviente, tal vez algo más… a quien tendría que disciplinar con frecuencia, siendo sincero no le parecía desagradable en absoluto. Pero no quería que su hermano se percatara de esto, jamás se callaría y malinterpretaría todo a su conveniencia para molestarlo.


 


-Vamos, yo sé que te gusta rudo…


 


Siguió el rubio con su burla, que no estaba lejos de la realidad. Siendo que todos los amantes de su hermano que conocía hasta el momento, portaban vistosas y numerosas marcas diseminadas por todo su cuerpo, muestras de una pasión ardiente que perduraban por días después de recibir su “afecto” y la Muerte, parecía empeñarse en hacerlas visibles.


 


-Como sea, este té es delicioso. 


 


Comenzó a decir Thanatos para cambiar de tema, pero por la risa burlona con la que Hypnos respondió, estaba seguro de que se dio cuenta de lo que pretendía. 


 


-¿De qué es?


 


Continuó hablando, tratando de restarle importancia a sus burlas. Arrugando las cejas extrañado, cuando vio la cara interrogante de Hypnos.


 


-¿Cómo voy a saber? Si eso mismo te iba a preguntar a ti.


 


Thanatos miró lo que quedaba en su taza, luego dirigió su oscura mirada hacia Hypnos, que detuvo su taza a medio camino de dar un sorbo, ambos con la misma expresión de espanto. Si su hermano no sabía y él tampoco, ¿De dónde diablos salió esa bandeja de té tan lujosa? 


 


***************************************


 


El espectro de Caith Sith, había sido encomendado la importantísima tarea de vigilar la bebida especialmente preparada para el segundo juez, Radamanthys de Wyvern. La señora de los espectros Pandora, la preparaba cada cierto tiempo. Cheshire solo debía cuidar la vajilla bellamente arreglada para la degustación del juez que ignoraba los trucos de la Dama Negra. Sintiendo que sabía más de lo que debería sobre el propósito de aquella espantosa bebida.


 


Pero Cheshire nunca contó con sentirse mal del estómago y tener que salir disparado al baño, descuidadlo su deber, pero de todas formas ¿Qué importa?No es como si algo pudiera pasarle a ese té del demonio en unos cuantos minutos, de todas formas ese castillo estaba casi desierto, al menos hasta que el Señor Hades despertara de nuevo en unos meses.


 


-Oh que alivio….


 


Susurró Cheshire caminando a paso rápido, sintiéndose mejor pero al mismo tiempo inquieto por terminar su tarea. 


 


El gato casi grita del susto al llegar a aquella sala especial, donde vio a los dioses gemelos bebiéndose el té que debía custodiar, como si fuera de lo más normal sentarse y consumir una mesa ajena. Aunque desde su punto de vista, todo en ese castillo les pertenece hasta que el Señor Hades lo ocupe de nuevo.


 


Pensó en huir de allí, salir corriendo e inventarse cualquier excusa cuando las cosas explotaran, pero…


 


 


***************************************


 


 


En ese preciso instante los dioses se percataron de la presencia de un tercero en la habitación, a quien ambos hermanos identificaron como la pequeña alimaña que siempre acompaña a Pandora y se comporta como un gato domesticado, en vez de un digno guerrero de Hades. 


 


El pequeño espectro, viendo su escape frustrado, no pudo más y soltó un grito desgarrador, y temblando, cayó de rodillas rasguñando su rostro como si estuviera viendo al mismísimo Tifón delante de él. Thanatos, exasperado por los gritos del chico, se puso de pie y caminó en su dirección, Hypnos dejó que su hermano se encargara del asunto y siguió pensando en la procedencia de aquella bebida que degustó unos momentos antes, una bebida cuyo sabor le fascinó, la verdad es que deseaba más.


 


-¡Se bebieron el té de Radamanthys! ¡La Señorita Pandora me matará!… ¡Me matará! 


 


Gritaba el angustiado espectro. Llamando la atención de ambos dioses y haciéndoles sentir celos ¿Por qué un miserable juez del infierno recibe un trato tan especial? Darse el lujo de tomar un té de tan alta calidad, ¿Sólo para él? Ssando la vajilla más hermosa que hayan visto. Pandora necesitaba un escarmiento, claro que sí.


 


-¡No! ¡No lo beba señor Hypnos, por favor! ¡No!


 


Siguió gritando, a lo que Hypnos lo miró irritado, ¿Quién se cree esa desgraciada criatura como para decirle qué hacer? Y como si fuera un castigo, siguió bebiendo como si nada, su irritación en aumento.


 


-Te mataré yo si no me explicas ahora mismo qué está pasando ¿Cómo te atreves a darnos órdenes, basura?


 


Amenazó Thanatos, de pie justo frente al chico, con una mirada amenazante, capaz de matar del susto a cualquiera. No sabía que ese patético espectro también era un insolente, mira que andar dándole órdenes a su hermano, aunque la verdad esa insolencia no lo encendió de la misma manera que lo hacía la actitud de Cáncer, pensó por un segundo.


 


-Es que…. yo… es especial… No deben… ¡Solo fui al baño!…


 


Chesire balbuceaba sin sentidos, desesperando al dios de pelo negro, que para empezar no era conocido por ser paciente.


 


-¡Habla!


 


En este punto su violento cosmos era visible. A Thanatos siempre le han sacado de quicio los cobardes y los balbuceos.


 


-Es que…¡La Señorita Pandora usa ese té para domesticar al segundo Juez! ¡La he visto prepararlo! ¡Lo cuela en un calzón suyo, y creo que usa agua de su bañera también! ¡Para que se vuelva sumiso con ella!…


 


Hypnos escupió lo que tenía en la boca. La mirada de ambos estaba perdida, la ira, vergüenza, indignación, asco, todo junto en un remolino que no les dejaba reaccionar. Estaban petrificados, pero el espectro siguió explicando como una carretilla, sin parar.


 


-¿De qué otra forma pensaron que alguien como él sería tan dócil con ella?! ¡La señora Hécate le dijo cómo hacerlo, se supone que con eso también lo enamora!


 


Thanatos, el más iracundo de los dioses del Inframundo, con una expresión de rabia que no se había visto, ni siquiera cuando Manigoldo lo golpeó, estuvo a punto de asesinar al engendro que tenía delante de él con su cosmos, necesitaba un desquite y este incidente no debía conocerlo nadie. Hypnos se puso de pie, lanzando su taza al suelo y sin importarle que se rompiera, normalmente detendría a su hermano en una situación similar, pero en esta ocasión, la suerte del gato se acabó, porque hasta el Sueño deseaba la muerte de alguien para apaciguar su ira, que era totalmente visible en su expresión.


 


Pero justo antes de actuar, Thanatos sintió la presencia de la bruja cochina que preparó el maldito y nauseabundo, pero delicioso té. Acercándose rápidamente junto con Radamanthys. Su instinto, en ese instante, le mandó a escapar, casi sin darse cuenta, abrió el camino de los dioses apresuradamente y desapareció como si lo hubieran exorcizado, poco le importó dejar a Hypnos atrás.


 


No se lo diría a nadie, jamás. Pero la verdad es que sintió una fuerza sobrenatural, una extraña sensación que le hizo pensar, que de encontrarse con la maldita mujer, le obedecería como un perro.


 


Hypnos, queriendo evitarse una situación todavía más bochornosa, concluyendo que matar al espectro en realidad no era solución a nada, después de todo, despertaría de nuevo en unos momentos, con la lengua suelta y dispuesta, no perdió ni un segundo más, usó su cosmos para dormirlo y manipuló su mente, asegurándose que al despertar el espectro, como mucho, pensará que tuvo un sueño retorcido. Pandora le castigaría seguro, después de todo, el té que debía cuidar desapareció.


 


Inmediatamente el dios del sueño siguió la presencia de su hermano, con mucha urgencia de enjuagarse la boca y de ser posible, el estómago también, con un temor que nunca admitiría de encontrarse con Pandora. Fuera producto de un efecto placebo, debido a la sugestión, o la magia oscura de Hécate, eso no quería averiguarlo, pero sentía que obedecería a esa diabla sin importar lo que quisiera.


 


Después de ese día, los gemelos fueron mucho más severos en su trato con Pandora, a quien muy en el fondo temían, pero se suavizaron con el Segundo Juez, de quien se compadecieron. 


 


Pero bueno, al menos el tema de Cáncer se pospuso indefinidamente, aunque de la peor manera que jamás habrían podido imaginar. 

Notas finales:

¿FIN?

 

Jajaja no lo sé. Se supone que este es el final, pero nadie sabe, tal vez me animo y decido hacer una historia completa, si les parece, si alguien lee esta locura.

 

Me divertí mucho escribiendo esto, y muchísimas gracias si llegaste hasta aquí.


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