Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lunas de enero por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 25]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola

Lamento la tardanza. Espero disfruten el capitulo.

 

Hay una música baja que viene desde el consultorio de Eddie. Creo que es más apropiado llamarlo quirófano. No conozco el idioma pero sé que el cantante está hablando alemán. Eddie está escuchando rock alemán. Hay un par de chicas sentadas frente a mí, ambas prestando atención a sus teléfonos, desde hace quince minutos que solo murmuran para mostrarse algo del teléfono de la otra. La recepcionista es la que está mirándome de vez en cuando desde que le dije que tenía asuntos con Eddie.

— Entrega— todos miramos a la puerta. Un repartidor de comida está esperando. Una apuesta arriesgada, pero me levanto y lo tomo. El chico solo me entrega la nota, que por gracia del cielo dice “Pagado” ya había notado que Eddie paga por adelantado desde su teléfono. La encargada se me queda mirando y no llega a decir nada porque la puerta del quirófano de Eddie se ha abierto. Las chicas al fin dejan sus teléfonos.

— Está todo listo— les hace una seña y ellas van con él. Escucho darles indicaciones sobre la herida y la limpieza. La mujer ¿era Gabriela? Comienza a guardar sus cosas, olvidándose de mí. La bolsa que acabo de tomar tiene un olor a aceite, pan tostado y salsa de soya.

Genial, hoy comeremos sushi.

— ¿Qué haces aquí?— la voz de Eddie es un siseo bajo. Las chicas salen tras él, cargando en una jaula a un pequeño caniche.

— asuntos importantes.

— Eddie, regreso en un rato— la mujer se despide cerrando la puerta. Lleva mucha prisa al parecer.

— ¿esa es mi comida?

— Tu amigo no está aquí hoy— paso por su lado para entrar a su consultorio. El lugar tiene un fuerte olor a café, a veces Eddie también lo tiene, el olor del café impregnado en su cabello. Eddie no viene enseguida, lo escucho abrir una llave de agua.

— tiene asuntos que atender.

— Vaya— el escritorio tiene pocas cosas desordenadas, así que solo tengo que mover un par de cosas para poder sacar la comida de la bolsa. Él regresa rápido, como si hubiera escuchado mis pensamientos sobe la comida.

— tú no tienes asuntos aquí.

— No que tú sepas— le sonrió. Él está de pie en la puerta, cruzando los brazos y mirándome con los ojos entrecerrados— ¿Cuándo te molestas se te pone la cara roja? Seria curioso verte como una furia roja.  

— ¿Cómo te atreves a venir aquí otra vez? ¿No tienes vergüenza?

— Tu comida va a enfriarse— le escucho un refunfuño exasperado, pero se sienta— solo quiero hablar y ponerte al día con las novedades.

— ¿Por qué? ¿Paso algo?

— ah, ya lo vez, es importante que este aquí— no lo convenzo, pero le basta. Se aparta todo lo que la silla le permite para abrir la comida— no pasó nada grave. Solo… bueno, ayer hablé con Baruch sobre la idea que tuve con los recién convertidos.

— ¿Y?— intento no reírme al verle hacer malabares con la comida, la salsa de soya y los aderezos. No puede tomar todo con solo dos manos.

— le pareció una buena idea pero me dijo que debería hablarlo con todos.

— Eso es sensato— le veo mirar un par de veces la mesa, a mí y la comida, sopesando sus opciones. Finalmente suspira y mientras habla vuelve a colocar las cosas en la mesa— todos tienen que decidirlo porque a todos les va a traer trabajo hacerlo.      

— algo como eso dijo Baruch, así que… deja libre la noche del sábado para esa reunión.

— ¿Qué?— aprovecho su momento de debilidad y robo un par de rollos de sushi— Rowan ¿Qué estás diciendo?

— dijo que todos los implicados deben decidir y tú también eres de los implicados, y uno de los más importantes si me lo preguntas.

— tienes que estar bromeando. No, no. De ningún modo.

— ¿Por qué no?

— pues porque… no— no tiene argumentos. Me reclino en la silla, esperando. Eddie me sostiene la mirada pero no dice nada. Finalmente se rinde y desvía la mirada— no creo que deba ir. Aceptare cualquier cosa que decidan, yo solo soy… es decir, si traen a otro le voy a curar o si alguien está herido lo ayudare. Eso es lo que yo hare.

— por eso mismo tienes que ir, sin ti no tiene sentido hacer ese programa de salvación.

— ¡¿Ya le pusiste nombre?!

— lo acabo de hacer. Vamos, no será nada peligroso, solo una reunión normal. Ya estuviste en la parte peligrosa. Estar discutiendo algo como eso en una sala, dentro de una casa, no es un gran peligro a comparación de la noche que estuviste con la manada.

— Rowan, no soy parte de ustedes— ahora soy yo el que no le responde. Es verdad que Eddie no es como nosotros, y no sé muy bien porque sigo viniendo aquí. Sé que él me agrada mucho, y solo puedo llamar a eso una curiosidad extrema. No me puedo resistir a molestarle cuando me reta con la mirada, cuando responde e intenta salirse con la suya.

— piénsalo. Puedes conocer mejor a los demás si vienes.

— no quiero conocerlos mejor. Quiero quedarme fuera de todo eso.

— ¿En serio?— Otra vez nos miramos— has repetido muchas veces que no quieres relacionarte con nosotros pero no veo que hagas nada para impedirlo. No nos negaste la entrada, nos recibes aquí como a cualquiera y sigues dejando que nos quedemos. Escuchas atentamente lo que tenemos que decir y nos ayudas.

— ¿a qué quieres llegar?

— que quieres esto, Eddie. Una parte de ti no puede evitar sentirse atraído por tu nuevo descubrimiento mágico.

—  yo no estoy atraído por tu mundo mágico.

— cantas las canciones de frozen, no lo niegues ¿Quién canta esas canciones y no quiere un mundo mágico?— la cara de Eddie se pone tan roja como su cabello, yo solo bromeaba con lo de las canciones ahora creo que si lo hace. Intento no reírme, pero es muy, muy difícil— como sea, no estamos pidiéndote que te unas a nosotros como si fuéramos una secta.

— ¿seguro? ¿No hay una clase de… manipulación?

— no.

— eso fue rápido. Aun quiero tener la vida tranquila que tenía antes de conocerlos.

— oye, no hemos perturbado tanto tu vida, si, bien intentaron matarte una vez y fuiste secuestrado solo una vez, no es tanto… bueno, si lo es— admito ante la mirada que pone.

— Iré solo para decir que nada de esto ha sido idea mía, que te culpen a ti por todo.

— Pero que cruel— me burlo. Eddie se encoje de hombros— acepto ¿quieres que venga por ti?— me mira con una expresión clara de confusión— para que puedas llegar a la casa.

— eso. Está bien ¡Deja de comerte mi comida!

— dejaremos el trabajo del área especial para después de la plática que tendremos, no tiene caso hacer algo que podría no usarse.  

— ¿Estas poniéndome atención al menos?— si Eddie pudiera gruñir lo estaría haciendo ahora mismo— eres imposible— sonríe. Me cuesta más robarle comida, pero Eddie no es tan rápido y no puede cuidar toda la comida al mismo tiempo.

— aún falta mucho para el fin de semana. Muchas cosas pueden cambiar— lo digo con burla, él solo se queda viendo cómo me llevo a la boca más comida.

 

***

— ¿Qué es esto?— Eddie está sentado en su escritorio, otra vez tiene música alemana a un volumen bastante alto. Le sorprendí, pues se queda inmóvil mirándome. 

— ¿Por qué…? Toca antes de entrar— el volumen de la música baja.

— toque pero no saliste— es mentira, pero Eddie no puede probarlo— ¿Qué es eso?— vuelvo a preguntar, señalando el plato frente a él. Cuando sonríe me doy cuenta que he caído en su trampa.

— un sándwich— doble trampa, pregunta equivocada. Me siento frente a él. Hoy no hay más comida. Le sonrió, dejándole la victoria de momento.

— ¿Y esa música?— ya lo he escuchado intentar cantar las canciones en alemán, aunque ni siquiera dice algo entendible cuando lo hace— pensé que eras alguien más de clásicos de rock y tu amigo más del rock pesado.

— ¿Quién crees que le enseño a Fabien sobre rock? Aunque él si prefiere los clásicos suaves, trabajo mejor con un buen rock alemán o finlandés.

— ya es complicado entenderlo en el único idioma que se. Aunque admito que no suena mal, no me pareces del tipo de persona que escucha heavy metal o rock pesado, es lo mismo— es como si de pronto se hubiera roto una cuerda de las guitarras que suenan o hubiera dicho algo imperdonable.

— no es lo mismo.

— ¿Qué?

— hay una gran diferencia entre rock y metal.

— suenan igual para mí.

— pues no, hay muchos estilos de rock. En serio deberías poner algo más de atención a lo que escuchas— es como si estuviera diciéndome inculto— ¿y qué haces aquí otra vez? ¿No tienes a donde ir o qué?

— es el tiempo que tengo para comer. Pero si voy a casa luego no quiero regresar al trabajo e ir a comer solo no tiene atractivo. Mis compañeros tienen parejas o hijos con los que van a comer. Podría comer solo, pero si tengo la opción de tener compañía, no voy a desaprovecharla.

— Ah…— Eddie suspira—como sea. Ni siquiera tienes comida— me encojo de hombros.  No es del todo mentira lo que dije, es aburrido quedarse sin compañía para comer— ¿Cómo eligen…?

— ¿sí?

— Para ser el líder la manada, dices que ellos te eligieron ¿Cómo fue? ¿Solo deciden, pelean?

— pelear es una forma, no es tan usual que yo sepa. Hay mucho espacio para pelear por algo como eso. Elegir a un líder es como… Umm ¿instinto? Sabemos que papel desempeñamos, al menos es así cuando naces siendo un hombre lobo.

— ¿magia divina?   

— Tal vez— me burlo.

— siempre supiste que serias un líder.

— sí.

— Y no querías serlo— no me hace ninguna pregunta. Sus ojos me observan, un recorrido completo por mi cuerpo.

— No es agradable cuando lo único para lo que te quieren es para tener descendencia— Eddie casi se ahoga con la comida— hui y no pienso volver. Los hombres lobo son en su mayoría muy tradicionalistas.

— vaya… ¿Por qué estas…? No, olvídalo. Me sorprendió eso. 

—  puedes preguntarme lo que quieras. Confió en ti, Eddie— Eddie no llega a sonrojarse pero sí que sus mejillas tienen algo más de color.

— ¿Por qué? ¿Por qué no hice un escándalo cuando me enteré?— intenta bromear.

— la verdad no lo sé. Más instinto. No puedo explicarlo, los demás no lo entienden tampoco. Creo que es igual a cuando te agrada más alguien que otros— me encojo de hombros— es muy relajante poder quejarse con alguien que no es un lobo. Ellos me escuchan pero no es lo mismo, y no me gusta preocuparlos demasiado.

— creo que a todos les gusta saber si están en problemas. Por más malas noticias que tengas. Tengo otra pregunta. Estuve pensando y aunque dices que tienen problemas con hombres lobos salvajes, pues no lo parece. Busque noticias, casos o algo y no hay nada. Creo que hay noticias mucho más importantes además de que a nadie se le pasa por la cabeza que una desaparición es porque esa persona fue convertida por un hombre lobo.

— Demasiado observador— le digo, no en burla— ese no es el problema,  nos quieren hacer creer que ese es, pero lo que quieren es…

— ¿es?

— No lo sé— le miento— tengo que irme, ya voy tarde— y tengo que parar a comprar algo para comer porque Eddie hizo una buena jugada. Él parece a punto de gritarme, incluso abre la boca, pero sacude la cabeza y se relaja en el asiento.

— Van a castigarte por llegar tarde—me dice. Esta vez no me acompaña a la puerta ni hay gritos de reclamo.

 

Me sorprende escuchar música pop y muchas voces cuando llego. Intente venir un poco tarde para evitar el truco de ayer con la comida, pero parece que no era necesario. Incluso escucho a Beau aquí. Hay dos aromas inconfundibles apenas entro: Pizza y pastel de cumpleaños.

— ¿Rowan? ¿Por qué estás aquí?— Beau es el primero que me nota. Solo están ellos aquí: Beau, Eddie y sus amigos. Todos tienen puestos los típicos gorros en forma de cono que usan para los cumpleaños.  

— pasaba por aquí…—no estoy seguro de que hacer.

— Tenemos mucha pizza aún. Es cumpleaños de Gabriela— el amigo de Eddie me hace una seña, rompiendo el silencio. Tiene una forma curiosa de pronunciar el nombre de Gabriela— eres hermano de Beau ¿Rowan, cierto? soy Fabien. 

—no somos hermanos de sangre, pero como si lo fuera— me pasa un plato de cartón. En la mesa hay tres cajas de pizza y una botella grande de soda— feliz cumpleaños— le digo a la mujer. Ella está sonriendo, con dos regalos a su lado.

— gracias.

— Y gracias por invitarme también, lamento llegar de imprevisto— solo Eddie me mira con burla. Está claro que no se lo cree, pero no dice nada. 

— Eres amigo de Eddie también, no te preocupes— me acerco a la mesa, y tomo un par de rebanadas, pepperoni y queso. Me siento junto a Eddie, notando que colgaron algunos carteles de felicidades y serpentinas.

— no alcanzamos a poner globos.

— es un bonito detalle hacerle esto a tu amiga. Si Beau me hubiera dicho habría hecho que comprara un regalo también.

— Oh, no, está bien. Me gusta pasar tiempo con ustedes— se nota que son muy amigos, las bromas y el ambiente de confianza que se logra sentir aunque yo no los conozca. Son tan amigables hacen sentir bienvenido a cualquiera, incluso yo me siento cómodo aquí, comiendo, comentando de cualquier cosa y riendo.

— ¿No tienes que irte?— Eddie es quien rompe un poco el ambiente. Hago una mueca.

— Puedo pedir la tarde libre— sé que es inútil, porque en serio tengo que volver a trabajar— llegare un poco tarde, entonces—me reclino contra Eddie, suspirando. Él también suspira y se acomoda para poder seguir comiendo e ignorarme— deberías darme tu número de teléfono. Nunca sabes cuándo podría necesitarte o tu a mí.

— eh…— está dudando. Me mira, quizá valorando las opciones que tiene. Aún sigo reclinado en él, apoyando la cabeza en su hombro. Sus amigos nos están mirando, la conversación sigue pero es más lenta, como si solo lo hicieran para que no notemos que nos están viendo. Si no me lo da Eddie se lo pediré a alguno de ellos o me encargare que Beau lo consiga para mí— ¿tienes donde apuntar?— saco mi teléfono, moviéndolo frente a él— por dios, deja de comportarte como un niño— con un último suspiro me dicta el número. Solo para evitar una mala broma le llamo, su teléfono suena un momento antes de que le cuelgue.

— ya tienes el mío. Ahora si tengo que irme— antes de levantarme logro tomar el pedazo de pizza que tiene Eddie en la mano— nos vemos luego.

— ¡Rowan!— me rio, pero él no se levanta— ¡Hay al menos una caja llena de pizza en la mesa!

— Pero yo quería esta— le doy una mordida antes de salir, y aun en la calle alcanzó a escuchar las risas de los demás.

Eddie no siempre tiene tiempo para hacer su comida, eso lo puedo comprobar los dos días que he venido después de la fiesta de cumpleaños de la mujer. Es casi fin de semana, y Eddie tiene poca paciencia estos días, aun así nada me ha impedido venir a comer e irme cuando es hora de regresar al trabajo. No sé cómo estarán las cosas mañana que hable con todos sobre lo que pretendo hacer y entiendo que no quieran hacerlo, es un trabajo agotador y hasta yo mismo me he escabullido varias veces para no atender ese problema. No es porque no quiera hacerlo, simplemente no sé cómo hacerlo, ella es… ella, una mujer y estaba muy asustada, verse rodeada de desconocidos la asustaba, pensé que si me acercaba mucho esos primeros días la aterraría más. Y era la primera. Nadie sabe qué hacer en esos casos, ahora que ya pasamos por eso, podría ser más sencillo hacerlo.

Sí, no creo que salga tan mal la reunión, ellos aceptaran o no, hacerlo solo no tendría sentido. Doy la vuelta en la calle, conduciendo despacio ya que estoy en la zona de bares. Es muy tarde, pero no tengo sueño, podría detenerme un momento en uno de los… oh, pero que suerte la mía. Bajo la velocidad del auto

— Hey, doc, no sabía que te gustaba tanto salir, te hubiera invitado si me lo hubieras dicho.

— ¿estas siguiéndome?

— Tu olor es inconfundible—  le sonrió. Ah, como me gusta molestarle. Eddie se detiene. Está solo en la calle— ¿quieres que te lleve?

— Estoy cerca— yo no lo considero cerca.

— ¿Vas a caminar de noche por las calles, completamente solo?— eso le hace cambiar de expresión. Hay culpa en su expresión, y se gira a verme.

— se supone que venía con Fabien y Gabriela, pero yo ya quiero regresar y no quise molestarlos. No pretendía ir todo el camino andando.

— ¿no?

— Buscaba un taxi— es como sacarle la confesión de una travesura a un niño. No hay ningún auto cerca, así que abro la puerta y me bajo— ¿Qué…?     

— te llevare. Si no quieres subir puedo considerar seguirte caminando o subirte a la fuerza, no sé de qué tengo ánimo ahora— Otra vez puedo ver encenderse el ánimo de Eddie tanto como el color de su cabello— solo es una broma, no te pongas a gritar.     

 —está bien, solo llévame a casa— hay un leve olor a miedo proveniente de él. Da un par de pasos para ir a la puerta del acompañante, claramente se está conteniendo para no decir nada. El silencio de la calle me advierte de que algo no está bien, para empezar Eddie debería estar caminando, a menos que haya cambiado de opinión.  

— ¿quieres que…?— ah.

— Rowan, al fin te encontramos.

 — Eso parece— reconozco a la mujer que habla— pero es un poco tarde para hablar, Samantha, puedo hablar contigo otro día como mañana. O pasado mañana— he visto a Samantha un par de veces antes, cuando Leyre intentaba tener una buena relación con nosotros y a la vez intentaba convencernos de ir a su manada. No conozco al hombre que viene con ella— deberían avisar con anticipación para poder hacerles un espacio de tiempo— No estoy muy alarmado por verlos aquí, pero es un mal momento, lo que menos quiero es que pongan demasiada atención en Eddie o que empecemos una pelea y sin Baruch aquí para detenerme a decir algo que les enfade.

— no hemos venido hasta aquí para que tú nos digas que esperemos. Nunca quieres hablar, siempre estás dando escusas, no pones atención a tus responsabilidades. No tienes a todos felices, Rowan.

— ¿Qué puedo hacer? Ahora mismo estoy ocupado— la atención de los dos se fija en Eddie, aunque es solo por lo que espero que entiendan con esas palabras— además, son casi las dos de la mañana ¿no es hora de ir a dormir? No se preocupen, se lo vienen a decirme pero de todos modos, los buscare mañana. Vamos, debemos dormir ¿No?— Eddie se mueve, rodeando la camioneta. Es muy valiente hacerlo sin mirar atrás. Su puerta se cierra con fuerza. Ninguno de los otros dos se mueve, aunque siento su mirada siguiéndome. Vuelvo a poner en movimiento la camioneta.

— ¿nos están siguiendo?  

— no, creo que no.

— ¿los conoces?

— Desafortunadamente— me doy cuenta de que en el auto está el olor del alcohol, sangre y pelos de animal, pero no huele a miedo.

— ¿Qué demonios les pasa? ¿Por qué vienen y se portan tan arrogantes en un lugar que no es el suyo?— oh... Eddie se enojó— mandando como si fueran los jefes de alguna empresa o que todos les deban algo a ellos.

— sí, así son ellos. Aunque solo porque creen que son mejores que los humanos o que otras mandas diferentes— su ceño fruncido se arruga más.

— ¿ellos son los que quieren poner orden aquí? ¿Los que me secuestraron?

— no son ellos pero de la misma manada. Estoy acostumbrado a tratar con ellos, aunque Baruch siempre intenta ser más diplomático y tener una buena relación. Ellos querrán darme una advertencia sobre los recién convertidos. Siguen creyendo que somos nosotros y que intentamos hacer algo con eso. O que estamos fuera de control. No les he permitido quedarse antes así que no saben que no somos nosotros. También querrán echar un vistazo— al fin nos detenemos en la clínica. Eddie sigue molesto— tal vez sea mejor que me quede aquí esta noche, no estoy seguro de lo que podrían hacer.

— Bien— la clínica tiene el fuerte olor del desinfectante, nada más. Tampoco parece que nos siguieran o que haya algo fuera.

— Llamaré a Baruch para decirle y que estén atentos— Eddie no responde. Baruch se queja de la hora, pero lo escucho muy alerta cuando le digo que me encontré con esos dos, solo le digo donde estoy y que me quedare aquí. Por primera vez en un tiempo está de acuerdo con eso y acordamos que alguien vendrá en unas horas para asegurarse de que todo estará bien. Cuando subo a la planta alta no escucho nada— ¿Eddie?— ah, en la habitación. Se está cambiando la ropa. Los pantalones ya están en el suelo y se ha puesto un short. Le veo arrojar con furia la camisa.

— lo hare.

— ¿Qué?

— salvar a todos los lobos que pueda, los que traigas. No sé qué vamos a demostrar con eso, pero no dejare que alguien como ellos se salga con la suya. Te ayudare, y vamos a ganarles.

— creo que estas un poco ebrio— le sonrió,  pero esas palabras han despertado mi lado salvaje como nunca imagine lo harían unas simples palabras pronunciadas por un humano. 

Notas finales:

El proximo capitulo estara para el día 25 de Diciembre. Felices fiestas.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).