Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lunas de enero por Silence Tsepesh de Lenfet

[Reviews - 25]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola~

Les comparto un capitulo más. Espero les guste. 

Casi todo el lugar huele a desinfectante y a pelo de animal. No es un olor desagradable y tampoco todo el lugar huele así. Hay un fuerte olor a café viniendo de la cocina, y el sofá donde estoy huele a jabón cítrico.


— Eddie, despierta.


— ¿eh?— las voces llegan de abajo, por la escalera. Él se debió quedar dormitando, después de la acción de la noche. Se me escapa una risa, y Kevin alza la cabeza para mirarme.


— ¿estás bien?


— dormí poco. Anoche hubo una emergencia.


— ¿por eso tienes la mano herida? Déjame ver— hay un breve silencio, las orejas de Kevin se agachan.


— yo hubiera hecho lo mismo si me dijeran que me amputarían algo— comento, porque sé que también está escuchando.


— te has llevado una buena mordida— el otro hombre que trabaja aquí tiene un acento raro, pero se lleva bien con Eddie y justo ahora parece estarse burlando un poco— ¿duele?


— claro que duele… pero un poco, y sé que fue un accidente— añade después, y tengo que ahogar la risa en el cojín del sofá.  Después de que Kevin despertara y Eddie comprobó que las cosas habían salido mejor de lo que esperaba, esperamos a que estuviera más consciente y Eddie opto por traernos aquí arriba para esperar y descansar, y aunque no lo dijo también lo hizo para no tener que dar explicaciones a sus amigos de porque un lobo y yo estábamos allí.


Dejo de ponerle atención a las voces que vienen de abajo. El departamento de Eddie tiene una disposición extraña, la cocina esta al fondo, pero no tiene ninguna separación con la sala y la mesa, la mesa está en un espacio más amplio entre la cocina y la sala. La sala solo tiene dos sofás, el mueble donde está la televisión tiene algunos autos de juguete y cajas de películas.  Una puerta abierta deja ver la habitación, al otro extremo está el baño, y a unos pasos de la sala esta la puerta por la que sube desde la clínica ¿tiene al menos un lugar donde lavar ropa? No veo nada como eso por aquí. Hasta las dos de la tarde escucho la puerta de abajo abrirse y los pasos rápidos, casi corriendo, de Eddie subiendo las escaleras. 


— me estoy aburriendo ¿solo tienes canales infantiles?


— ¿tienes algún problema con los dibujos animados? Abajo está libre, veamos si la fractura se ha soldado un poco y si pueden irse.


— tengo hambre— Eddie me mira, puedo ver como frunce el ceño y aprieta los labios. Es claro que se está conteniendo para no responderme. De vez en cuando aún percibo el olor del miedo viniendo de él.


— pedí comida, pero no sé cuándo llegara ¿quieres intentar bajar por tu cuenta? si puedes hacerlo sería una buena señal, aunque si te duele mucho ni lo intentes o podríamos volver a mover los huesos— Kevin se levanta y se sacude, luego da unos pasos.


— no intentes ocultar si te duele— le digo. Lo que sea que haya puesto Eddie en Kevin le hace caminar con dificultad, pero puede bajar solo y llegar hasta el mismo cuarto donde estábamos anoche. Eddie sería un mal jugador de póker, es demasiado fácil leer su rostro: ahora mismo me parece que el diagnostico de Eddie ha mejorado.


— no te muevas.


— ya lo sabe.


—… ¿Cómo hacen para entenderse? Tú… les das órdenes. Lo note desde la primera vez, pero no entiendo ¿pueden leerse la mente? ¿Tienen que obedecer sin más?


— ¿estás seguro de que quieres saberlo?— Me mira, como si se acabara de dar cuenta que está preguntándome algo.


— ¿es secreto? Esto es… no se ni lo que es. Entendería que fuera secreto. Hablo mucho para mí y no me doy cuenta.


— no es secreto, pero quizás sea mucho para ti— no puedo evitar burlarme un poco. Eddie voltea a mirarme tan rápido, entrecerrando los ojos, conteniendo la respiración y puedo ver el desafío en sus ojos aunque no diga nada. La máquina se apaga, el zumbido suave termina y emite un pitido algo estridente, Eddie deja de mirarme para concentrarse en la máquina. Yo no entiendo nada de lo que ve, solo que hay un hueso en la imagen.


— asombroso.


— ¿se curó?— no sé porque pregunto, lo que dice y su expresión están dándome una respuesta. Hasta Kevin alza las orejas, mirándole, esperando.


— casi por completo, queda solo esta línea. No esperaba que funcionara.


— ¿crees que pueda volver a ser humano?— Eddie deja de sonreír y me mira otra vez.


— ¿porque me preguntas a mí?


—porque tú eres el doctor— la idea no le gusta nada, eso lo noto a la primera. Es curioso como arruga la nariz, haciendo que sus pecas se noten más. Sus ojos se desvían a observar a Kevin, y luego la pantalla.


— Podría intentarlo. Quizá le duela pero no creo que se rompa de nuevo. Y es mejor que lo intente aquí, si vuelve a romperse lo volvemos a inmovilizar. Pero si hay el menor indicio de que no puedas no lo sigas intentando. Rowan, ayúdame a bajarlo— cuando Kevin está en el suelo, Eddie quita lo que le puso y da unos pasos hacia atrás. Le escucho contener la respiración, pero estoy atento a Kevin. En un momento inicia el cambio, no parece tener problemas y puedo respirar también. Justo porque respiro noto el olor picante e intenso de miedo. Eddie está muy pálido, lo que hace que sus ojos verdes se vean sobrenaturales, además de que tiene las pupilas dilatadas. Escucho el latido rápido de su corazón.


— no va a hacerte nada— con un último crujido de huesos, Kevin vuelve a ser humano. Su expresión es cautelosa mientras se mira y luego flexiona la mano que tenía rota y luego sonríe a Eddie.


— Al fin, no quería quedarme así por días. Muchas gracias— Eddie tarda un momento largo en darse cuenta de que le está hablando a él.


— no fue nada. Es la primera vez que un paciente me da las gracias de esta forma— ahora yo también sonrió.


— ¿estás bien?— me centro en Kevin, revisando que el hombre castaño este bien. Es de los últimos que se unió a la manada, pero de eso ya hace más de un año. Nunca pensé que la manada se mantuviera tanto tiempo y mas aunque tuviera tantos miembros. Sé que hay manadas más numerosas pero esto que tenemos ahora es increíble.


— estoy bien. Dolió un poco durante la transformación pero nada serio, lo juro— para demostrarlo vuelve a mover el brazo— eres muy bueno en esto ¿puedo llamarte Eddie?— Eddie solo mueve la cabeza— sé que el chico no paro de decirnos que habías sido genial pero comprobarlo es muy diferente. Apenas sentí dolor, aunque imaginar que tendría que usar placas y quedarme días así. Ah,  por cierto, lamento haberte mordido, no quise hacerlo pero los ánimos subieron mucho anoche.


— lo entiendo. Descuida…— ahora Eddie está muy incómodo. Kevin también lo nota, me da una mirada significativa.


— ¿no tienes mi ropa aquí?


— lo olvidamos. Envié a Baruch a supervisar y me olvide de este detalle— estoy a punto de decirle a Eddie que la ropa no se va y viene con nosotros cuando nos convertimos, pero para mí mala suerte él parece entenderlo rápido.


— podría darte algo de mi ropa. No te quedara pero servirá para que no estés… así— y sale antes de que podamos decirle algo.


— Rowan, no tenías que quedarte. Debe haber cosas más importantes que hacer que quedarte toda la noche aquí. Yo estaba bien y lo sabias. No es la primera vez que nos herimos de este modo— suspiro, reclinándome en la puerta. Puedo escuchar los pasos apresurados de Eddie en el piso de arriba.


— tenía que comprar algunas cosas y confió en todos. Sé que si hubiera algo serio lo sabría. Esta ciudad es grande, pero no tanto como para no saber que pasa— podría añadir que no es luna llena tampoco. Los problemas que tenemos siempre son en luna llena— eso servirá, Doc.


— es lo más grande que encontré— Eddie no es alguien pequeño, pero Kevin es muy grande. Las prendas que trajo son de aspecto deportivo— pueden irse después de que te vistas.


— ¿Dónde está tu hospitalidad, Eddie?


— ¿ah?— me mira como si estuviera a nada de sacarnos a patadas de aquí. Le creo capaz de hacerlo.


— nada, nada— Eddie suspira— pero no te olvides de lo que hablamos anoche, estaremos muy seguido pasando por aquí si vas a ser nuestro doctor ¿o vas dejarnos heridos? Estaríamos desangrándonos en la puerta de tu clínica.


— no lo harías.  


— no tenemos quien más pueda ayudarnos. Podría ir a preguntarle a otro doctor pero no me va a creer y posiblemente entre en pánico y tenga una crisis, y en lo que termina de entender todo sería muy tarde. Tú pasaste eso así que eres la mejor opción que tenemos.


— soy la única opción que tienes ¿cierto?


— tú lo has dicho— aunque él no lo nota, pero yo si escucho el suspiro de derrota que da.


— no me gusta tener que verme en esta situación, pero tampoco dejaría a alguien herido, sea un animal o una persona. Pero si me entero de que se están lastimando solo para venir aquí…— levanta un dedo hacia mí, amenazando— y me enterare si es así. Ahora pueden irse, Gabriela y Fabien volverán en cualquier momento y ya me cansé de inventar cosas— me encojo de hombros, pero camino a la salida, creo que hoy hemos puesto al límite la paciencia de Eddie.


Afuera algunas personas nos miran de más, o más bien a Kevin. La ropa le queda muy ajustada y Eddie le dio unas sandalias que apenas le quedan.


— Rowan ¿hablas en serio?


— ¿Umm?


— sobre hacerlo médico. No es una mala persona pero no es un doctor.


— y nosotros tampoco somos humanos normales. No estoy bromeando, aunque no me gustó la idea en un inicio, resulto ser algo bueno al final. Las cosas se han estado saliendo de control y no estaría mal tener ayuda extra— no me gusta. Cuando se inició todo no esperaba llegar tan lejos, no esperaba tampoco tener tantos problemas— Eddie es bueno en su trabajo y cualquier ayuda que recibamos es bien recibida.


— ¿aunque pueda ser peligroso?


— no es peligroso.


— no me…— Kevin suspira— ¿Qué harás si aparece otro lobo atraído hacia su clínica? Nosotros podemos defendernos pero por más capaz que sea Eddie no podría defenderse.


— dije que le ayudaríamos en eso. Y lo de Rita solo fue una mala coincidencia. No es seguro que se vean atraídos a ese lugar— no necesito mirarlo para saber que no me cree— las cosas será diferentes ahora que tenemos quien pueda ayudarnos.


— lo que paso con Donelly no fue tu culpa.     


— no dije que lo fuera.


— no necesitas decirlo. Deja de culparte. Nadie podría hacer algo en una situación como esa— no respondo. Sé que no es mi culpa, pero no culparme es otro asunto— aunque no te diré que no me tranquiliza saber que alguien puede ser capaz de detener una hemorragia y arreglar un hueso si lo necesitamos. No estuve cuando atendió a la mujer pero le creo a Kalila.


— también quería verlo yo— me sorprendió un poco la dedicación de Eddie. No entendí la fascinación que el chico tiene con el doctor, Beau siempre ha sido un alborotador pero tenía razón. Mientras esperaba pude escuchar a Eddie hablar a los animales como si esperara una respuesta. También estaba aterrado la noche que Rita le ataco, pero apenas la vio herida dejo el miedo atrás y actuó sin importarle que ella estuviera a nada de atacarlo.  


Caminamos hasta que llegamos a mi casa.  Puedo sentir y oler a la mayoría dentro, como si fuera su casa. Por más que intente hacerles entender que mi casa no era su casa fue imposible. Estamos en las últimas casas antes de que la ciudad se termine en un bosque. No por nada elegí esta ciudad y esta casa para vivir.


— ¡Rowan!— Beau sale corriendo de la casa.  Él es el único que vive aquí o en casa de Baruch— Kalila no para de regañarme por no saber responder las ecuaciones pero ella tampoco sabe cómo hacerlo.


— yo puedo enseñarte.


— Kevin, volviste— las cortinas de la casa están corridas dejando todo oscuro, pero puedo, podemos, ver bien sin la necesidad de la luz. Kalila y Baruch están en la sala, demasiado serios. Liam también está aquí, dando golpecitos con el pie. Está nervioso. Beau y Kevin siguen hablando de la tarea del chico y pasan a la cocina, ignorando a los demás.


— ¿Qué paso?


— la mujer— Baruch responde— no está muy bien. No ha intentado escapar, pero necesita ayuda y se niega a vernos.


— tampoco controla su instinto. A este paso se volverá salvaje— del piso de arriba escuchamos un gemido de dolor que termina en un gruñido y unos golpes— no ha comido, está débil y es más vulnerable. A este paso tendremos que matarla— Aunque todos sabemos que es una posibilidad a nadie le gusta esa idea. Tener a alguien como esa mujer es un problema: No podemos dejarla o corremos el riesgo de exhibir nuestro secreto y más grave aún, dejarla es peligroso para cualquiera que se cruce en su camino. Entonces no podemos dejarla y terminaremos haciéndonos cargo de ella queramos o no, con algo de suerte en un tiempo se ira con otra manada— ¿Rowan?— paso por la sala hasta las escaleras y no me detengo hasta llegar a la puerta de la habitación que le di a Rita. Ya no escucho ruidos, y tampoco nadie me siguió. Toco la puerta.


— sé que estas allí, podemos escucharte. Abre la puerta— esto último no es una petición, y ella lo sabe. No puede evitarlo. La puerta se abre, y la veo. La mujer tiene el cabello castaño muy oscuro, sin peinar, la ropa le queda grande y su rostro... esta demacrado, hay marcas oscuras bajo sus ojos y está muy pálida.


— no me gusta. No quiero obedecerte.


— no tienes muchas opciones, Rita. No lo llevas bien y puedes matar a cualquiera si no tienes cuidado.


— no lo hare.


— ¿puedes asegurármelo?— ella aprieta los dientes. No puede hacerlo— sígueme. Vamos a salir— ella pone una expresión de pánico, pero suelta la puerta y sale.  Veo las miradas precavidas de los demás, pero siguen sin detenerme.  Camino hacia el bosque. La mayoría de las casas de esa zona están abandonadas, y aunque no lo estuvieran no está prohibido ir al bosque. Camino hasta que dejo de escuchar los ruidos de la ciudad.


— es diferente. El sonido. En la casa…— la veo estremecerse.


— te acostumbraras. No sé cómo debe ser para ti, yo nací así. Lo estás llevando mejor de lo que pensé. A este punto, la mayoría de los que pasan por la transformación no duran mucho. Tienes que entender eso, no duraras si estas por tu cuenta. Necesitas que alguien te guie y te controle o acabaras mal. Sé que quieres hacerlo por tu cuenta pero no funciona así. Ahora eres también un lobo y necesitas una manada.


— manada…


— tienes que confiar en los otros— me detengo y me siento en el suelo. Ella sigue de pie— ahora vas a desnudarte— me rio cuando me da una mirada escandalizada— tu ropa va a arruinarse y tendrás que caminar desnuda hasta la casa— ella obedece, pero se la vuelta. Sus movimientos son muy rígidos. Está haciendo mucho esfuerzo.  


— ya está.


— ahora deja de luchar.


— ¡No!— suspiro.


—  no pasara nada esta vez. Deja de luchar, te sentirás mejor si dejas de hacerlo. Confía en mí— es fácil saber cuándo deja de hacerlo, la transformación comienza. Alguien como ella no tiene mucho control de su transformación. Su forma de lobo no es especialmente grande, de pelaje gris y blanco. Con la misma calma me quito la ropa. No me hace mucha gracia esta parte, si no tenemos cuidado es increíble la cantidad de dinero que gastamos en ropa. 


No sé en qué momento me encuentro corriendo, alejándome a lo profundo del bosque. Ella me sigue. No entenderá. Aún no. Solo corre.


Corre.


Siente la tierra.


Corre.


Corre junto a mí. La siento a unos pocos pasos tras de mí. Dejo que me alcance y corremos juntos. Ella se detiene. También escuche el ruido, algún conejo intentando sin éxito esconderse. Me interpongo entre ella y el camino que el animalito tomo para huir.


No. No vamos a cazar. Hoy no.


Ella entiende. Ella se agacha y se acerca mí. Pide permiso para acercarse. Aunque ella no lo sepa, su instinto sabe lo que ella es y lo que yo soy. Dejo que se acerque, que olfatee, que sepa. Andamos más tiempo, es difícil saber cuánto, pero está atardeciendo cuando regresamos por las ropas.  Yo vuelvo a ser humano primero. A ella le cuesta más, y un par de órdenes. Se viste sin que tenga que decírselo.


— no tiene que ser algo doloroso ni malo— comento. Me he vuelto a sentar. Ella se abraza a sí misma.


— pero no puedo… me llama a cada momento ¿Cómo puedes estar tan… tranquilo? Tengo miedo. Siento que no volveré a ser humana.


— no volverás a ser humana. Entiéndelo. Mi nombre es Rowan, y soy el líder de esta manada—aunque no están aquí— estas bajo nuestro cuidado. Puedes conocer a los demás hoy. Les puedo llamar.


— no. No lo sé.


—entiendo— sé que ya conoce a algunos, pero no es suficiente— te dejaremos tranquila en esa cuestión, pero Kalila y algunos otros aun estarán cuidándote. Vayamos a otro lugar. Ven— volvemos por otro camino, conozco bien los bosques. Caminamos hasta que salimos a la ciudad de nuevo. De nuevo siento como se tensa, como inicia la lucha— Son los mismos sonidos que conoces. Autos, maquinas. Personas. No es nada que pueda lastimarte. Has vivido con esos sonidos toda tu vida— no me responde de inmediato.


— ¿y los olores?


— ah, a veces es desagradable, y es más difícil de controlarlo. Si es muy difícil puedes cubrirte la nariz— ella lo hace. Baruch me va a dar un sermón cuando se entere de que la traje a la ciudad, pero no creo que este entendiendo el problema con esta mujer. Ninguno de nosotros puede entenderla. Dejo que ella siga viendo alrededor, que se acostumbre a todo de nuevo. Me detengo ante una puerta cerrada, puedo ver aun al dueño dentro.  Doy un par de golpes a la puerta.


— ¿Traes otro herido tan pronto?— aunque Eddie habla mordazmente, también percibo preocupación.  


— no, pensé que querrías ver a Rita— escucho el respingo que ella da cuando la nombro. A lo mejor ni cuenta se ha dado de a donde llegamos— estábamos dando un paseo— Eddie nos mira, aun con la puerta cerrada. Su mano se alza hasta abrir la puerta.


— estoy por preparar la cena. Son espaguetis— se aparta de la puerta y entro, a ella le cuesta un poco decidirse. Él cierra la puerta y le toma una inhalación profunda darnos la espalda y caminar hasta las escaleras— pónganse cómodos, tardare un poco.


— gracias. La verdad no tuve tiempo de comer— Eddie se queda en la puerta de la cocina, mirándome ¿podría ser…? 


— no tengo mucho más, no espero muchas visitas— se da la vuelta y comenzamos a escuchar el ruido de la cocina— Rita ¿Cómo estás? No veo tu herida, pero estás algo pálida.      


— ¿Qué? oh… no… yo solo… no lo sé.


— entiendo.


— ¿Por qué me trajiste aquí?— me dice de pronto, en un susurro angustiado.


— una visita. Ha sido amable con nosotros, así que…— me encojo de hombros— ¿Cómo fue todo hoy, Eddie?— Eddie comienza a hablar sobre las mascotas que atendió. Mientras habla el lugar comienza a oler a pasta de tomate y carne. No huele a cosas frescas, es obvio que está usando ingredientes congelados, una comida rápida. No me equivoco, Eddie ha preparado una cena en quince minutos.


— no hago cosas tan elaboradas— explica cuando Rita se queda mirando el plato. Eddie aún se ve incómodo.


— no es eso… yo…


— ah, disculpa, tengo que hacer una llamada— otra vez Eddie me da una mirada larga, ahora con un poco de pánico, le hago un gesto con la mano y bajo las escaleras.


— ¿no te gusta la pasta?— escucho que pregunta él.


— no me da hambre. No de esta comida al menos.


— oh… me alegra ver que estas bien— la voz de Eddie suena estrangulada.


— como si eso me sirviera. Preferiría morir— un cubierto se cae ruidosamente— sería mejor a esto. No soy yo, mi vida se acabó, no volveré a ver a mis amigos, a mi familia sin querer atacarlos.  No soy humana, y tengo tanto miedo…


—… también tengo miedo. Cuando no conoces algo es aterrador y cuando supe que ellos son… que son hombres lobo… pero no creo que sea algo malo, ya no. vi muchas películas y por eso imaginaba algo diferente, algo monstruoso y sangriento.


— ¿no es así?— ella resopla.


— no. no creo que sea así. Beau es un chico agradable, y aunque no dudo que sean peligrosos si se lo proponen, yo veo que sigues siendo humana, Rita. Puedes convertirte en un lobo, pero aun eres humana— hay un sollozo, y llanto. El arrastre de una silla— Beau asiste a la escuela, y me ha dicho que Kalila tiene un salón de belleza. Tienen una vida normal, así que tú podrías tenerla también. Tal vez ahora mismo no, pero cuando lo lleves mejor…


— ¿y si nunca puedo llevarlo mejor?


— lo siento, no sé qué decirte. No sé cómo es estar en tu lugar y no puedo imaginarlo. Solo que no debe ser fácil, y que eres más fuerte de lo que crees. Escúchalos, sabrán que hacer mejor que yo, porque de seguro creen que soy algo así como un doctor experto en hombres lobo, pero solo soy un veterinario.


— podría… intentarlo. Hoy no fue tan malo.


— me alegra escuchar eso, pero tómalo con calma. Deberías iniciar comiendo.


— ¿cómo sabes…?


— estas mirando la comida como los… algunos animales ponen esta mirada cuando están hambrientos. Y si estuvieras comiendo no te verías tan pálida— aprovecho un silencio para volver a subir. No llame, pero envié un mensaje a Baruch.  Eddie me está acusando con la mirada.


— Baruch estaba algo molesto— me vuelvo a sentar. Ella está comiendo ahora. Él de verdad entendió. Es fácil hacerle entender a los demás, a la manada, lo que quiero, lo que queremos o necesitamos. Sentir a los demás es inexplicable, es algo que está allí, en algún lugar de nosotros. Esperaba algo así hoy, y Eddie lo ha entendido rápido.


— mi familia…— continua ella. Tiene la boca llena de salsa de tomate.


— mis padres viven muy lejos, al norte. Son algo ancianos y me preocupo cada día que pienso en ellos tan lejos. He intentado hacer que vengan a vivir más cerca, pero no quieren. Les llamo diario por las tardes. Podrías hacer lo mismo. Los lobos también tienen familias. 


— manada, doc.


— arruinas el momento, Rowan— refunfuña. Me rio, y justo escucho las llantas de un auto detenerse justo en la puerta.


—  Te dejaremos descansar hoy, Kalila ha llegado y tenemos que irnos. Gracias por la comida, pero para la próxima algo de carne más fresca no estaría mal.


— considerare hacerme vegetariano— no puedo reprimir una carcajada. Este humano es tan… diferente. Me encanta que me confronte. Nos acompaña abajo, ella sale primero, y Eddie me detiene— ¿Qué estás haciendo? ¿Por qué la trajiste aquí?


— pensé que le haría bien una visita.


— no estés pensando cosas que no puedes asegurar.


— eh, pero funciono. Ella ha comido. Necesitaba recodar que también es humana para no perderse por completo en el instinto. Así que no me he equivocado.


— consigue un terapeuta, solo soy un veterinario.


— claro, doctor experto en hombres lobo— le sonrió, Eddie me mira sorprendido unos momentos y luego su cara se pone algo roja— descansa, Eddie— salgo de la clínica, ya me esperan en el auto. No, no es que Eddie sea increíble o especial, solo es alguien que ama lo que hace y casualmente nos involucra. Soy yo el que piensa eso, para mi Eddie si es un humano diferente y especial.

Notas finales:

Proximo capitulo: 2 de Octubre.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).