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Faked World por Kunay_dlz

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Notas del capitulo:

... no recordaba que esto ya estaba escrito.

 

lunes 25, octubre 2021.

 

Ligeramente editado (solo al final del capítulo).

Faked World
II
Outlaws Of Life
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Estaba en mi habitación, escuché hablar a Ed quien no solía mantener la boca cerrada, enfoqué mi mirada y noté a Tetsuya a mi lado con un libro en sus manos ocupando poco espacio en mi cama, hacia la ventana vi a Eren recargado mirando hacia afuera, del otro lado vi a Reborn mirando a Ed como si planeara la manera más sencilla de deshacerse de él sin que pudieran culparlo. Fue Allen quien tomaba mi pulso mientras miraba su reloj de muñeca que notó mi lucidez. Sonrió como siempre, aliviado y amable.
 
--Hola, que bueno que ya estás con nosotros Harry. --pude sentir la mirada de los otros.
 
--Esta vez no tardaste tanto en salir de tu mente. --dijo Ed lanzándose sobre mí sacándome el aire --Allen estaba por traer el suero y equipo de venoclisis.
 
--¿A caso eres tonto? --cuestionaba Reborn al tomar a Ed de la parte trasera de su camisa como si de un minino se tratara --A penas despierta y ya lo estás lastimando. --acusó.
 
--¿Y tú crees que tratarlo como si fuera frágil le gustaría? --se defendía el rubio.
 
Bostecé, en serio sentía que despertaba de un largo sueño. Reborn y Ed seguían intercambiando palabras e insultos, Tetsuya alzaba la mirada de su libro hacia ellos cada que cambiaba la página y Eren avanzó al otro lado de la cama para recostarse, me abrazó y cerró sus ojos, estoy seguro que estaba por quedarse dormido. Allen me miró nuevamente y dijo que traería la comida de todos, dijo que Eren no había dormido pero que tenía que comer más que dos o tres bocados para que no enfermara. Los representantes del día y la noche seguían peleando, Tetsuya también se acostó pero no dejó de leer.
 
--Dejaste de responder a cada estímulo durante tu "visita", estuviste catatónico por treinta y ocho horas. --dijo Ed casi bajito.
 
--Allen convenció al Doctor Stone de darte cuarenta y ocho horas antes de volver a colocarte el suero y clasificar una recaída necesaria para enviarte al hospital donde se harían cargo. --continuó Reborn.
 
--Cuando ya no te vi en el jardín y vi a Allen muy preocupado fue que me enteré de tu colapso. --añadió Ed --Lamento haberte evitado estos días pasados.
 
--Yo no, de no haber sido así tal vez no te habría conocido. --dijo Reborn ignorando las nuevas palabras de Ed --Allen llegó tarde con mi comida ese día y tampoco llevó una segunda porción, eventualmente encontré mi camino a este lugar. 
 
--Y eso deja mucho que desear, se supone que estaban en una zona restringida. --murmuraba Ed.
 
--Me enteré de tu recaída por Allen. --dijo Tetsuya que no dejó de leer su libro.
 
Miré a Eren pensando en el letrero de su puerta.
 
--La restricción de Eren de "no salir" es al jardín, le pidió a Allen pasar el tiempo aquí y le fue concedido, tampoco ha dormido desde que llegó. --aclaraba Reborn ignorando el "sabelotodo" dicho por Ed.
 
Llegó la comida, bebí mucha agua y mi porción era muy blanda, Allen tuvo que amenazar a Reborn de no darme su postre mientras a su espalda Tetsuya me daba el suyo, Ed cayó de risa y se ensució todo, Eren estaba más dormido que despierto pero logró terminar toda su comida dejando la mitad de su postre para mí. Me quedé dormido con el sonido de las risas de Ed y los regaños de Allen y Reborn, sentí a Eren y Tetsuya a mis costados... los tres éramos lo bastante delgados y compactos para esta cama.
 
Desperté sin Ed y sin Reborn, el rubio daba vueltas en todo el lugar pero venía a dejar cosas interesantes; libros para Tetsuya, "mangas" para Eren que los leía todo rojo y los cerraba a veces pero volvía su curiosidad y continuaba leyendo, Reborn venía a la hora de la comida y se iba al terminar la cena por lo que me dijo Allen pues seguía durmiéndome justo al terminarse lo que hubiera en el plato.
 
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Volvieron los paseos por el jardín en compañía de Ed, el intercambio de libros con Tetsuya y Eren ya fuera en sus cuartos o en el mío, las comidas en el cuarto de Reborn y a veces se unían los otros aunque él y Ed se la pasaran peleando. Era tranquilo, había cierta paz en estar con ellos, también pensé en la posibilidad de hablarles pero luego pensaba en lo que podría decir, cada uno estaba aquí por sus propios problemas ¿sería bueno el decirles también los míos? ¿comparar nuestros problemas para ver quién tiene el más complicado? ¿cuál es el punto de decir lo que nos aqueja si cada uno tiene cosas por las cuales preocuparse? ¿el dolor propio se vería disminuido al escuchar el de los demás?
 
Una tarde lluviosa, realmente lluviosa; con truenos y relámpagos y viento desmesurado, Allen dijo que era un huracán que pasaba por la zona lo que provocaba tal ambiente climático; nos encontramos en la habitación de Reborn, era más espaciosa, tenía más muebles, no tenía ventanas lo que nos evitaba ver la tempestad afuera y además tenía un gran abasto de café... surgió la plática. Natural. Para nada esperada. Complicada.
 
--Me gusta leer porque no podía hacer más cuando era pequeño, no salía a jugar como los otros niños, no sabía que otros niños tenían la opción de salir de sus casas y correr y subirse a varios juegos y divertirse con una pelota, me enteré por accidente. --decía Tetsuya --Convencí a mis padres de dejarme asistir a una escuela regular, con más niños y clases con diferentes maestros y más clases de gimnasia y deportes. Mi rendimiento era bajo en las exigencias físicas; se me hacían moretones con facilidad, me desmayé en varias ocasiones y un día en deportes... jalando la cuerda, perdió el lado en el que quedé, como era el más bajo estaba al inicio del equipo, al perder todos caímos. Desperté en un hospital con tanto dolor y muchas vendas en mi cuerpo, mis padres me explicaron de mi condición, dijeron que no querían que creciera con miedo por el mundo pero no esperaban que mi atención se fijara exactamente en lo que con descuidos me podría dañar.
 
Allen entró para preguntar sobre la cena, nos vio atentos a Tetsuya y se retiró, no dijimos nada en la espera que el peliazul continuara y así lo hizo aún con un libro en su regazo.
 
--Ocho meses en el hospital no me quitaron las ganas de regresar a la escuela, seguí en el mismo grado y mis compañeros eran diferentes por lo que casi no tuve amigos, solo conseguí uno que era todo un fanático del básquet: lo acompañé a sus prácticas, a los partidos oficiales, conocía a su equipo entero y vi lo contentos que eran al jugar y cuando ofrecieron enseñarme acepté. Se lo oculté mi familia. Jugué en varios partidos no sin antes entrenar hasta que alguien terminara cargándome en su espalda, me lastimaba poco y fue en dos ocasiones que sí terminé con graves consecuencias. 
 
>>Pero me gustaba tanto jugar con ellos que volvía a hacerlo, hasta que ellos mismos cambiaron abrumados por su dominio en el deporte, me volví a lesionar y nos separamos al ir a diferentes preparatorias. Me uní al equipo de básquet y por dos torneos jugué contra ellos donde gané y perdí, donde aprendimos tanto de nosotros mismos en los partidos perdidos, donde me lastimé y oculté mi condición en el último juego contra ellos... mis padres se enteraron. Mis amigos también. 
 
>>Hubo reclamos, hubo explicaciones y como no pensaba parar mis padres me sacaron de la escuela, mis amigos contestaban mis llamadas pero no mis retos... si antes huía de sus intentos de abrazos o contacto físico ahora lo buscaba pero solo obtuve algo similar a "guantes de seda" como contacto si es que hubo alguno. Los enfrenté, les pedí que no me trataran como un muñeco de porcelana, admitieron sentirse muy conscientes de su contacto conmigo por temor a lastimarme porque claro que mis padres les comentó de las heridas mal curadas que se mostraron en las radiografías. El que era mi mejor amigo en preparatoria regresó a Estados Unidos a seguir con su sueño de ser un jugador profesional, los demás siempre estaban entrenando o participando en torneos... no estoy aquí por miedo al contacto físico, estoy aquí por miedo a que me sigan rechazando. --concluyó Tetsuya --También porque mis padres aceptaron un trabajo en el extranjero y era más viables tenerme en un lugar donde estuviera vigilado todo el tiempo a llevarme con ellos y que estuvieran al pendiente con sus apretadas agendas.
 
--No soy experto, pero no luces como alguien que nace con los llamados Huesos de Cristal. --dijo Reborn desde su lugar.
 
--Se llama Osteogénesis Imperfecta, mis huesos son débiles pero mis padres suelen simplificar con huesos de cristal, vienen necesitando cuidados similares ante sus ojos. --aclaraba Tetsuya.
 
Fui hacia él, quité el libro de sus manos con gentileza y poco a poco lo envolví en un abrazo. 
 
Se quedó realmente quieto, al rededor hubo silencio... era un acto tan simple que se vio fuera de lugar en este momento sombrío.
 
Le escuché soltar un suspiro tan grande y pesado, casi de alivio, como si hubiese olvidado cómo hacerlo... sus delgados brazos, de hito en hito, fueron ocupando el lugar para devolver el abrazo.
 
Tras uno minutos también se unió Eren y Ed, miramos a Reborn y se hizo que le hablaban en otro lugar, como se veía incómodo arrastramos a Tetsuya y fuimos hacia él para que se uniera al abrazo grupal. Nos dejó en el sillón, dijo ser demasiado genial como para caer en semejantes trucos.
 
Cenamos, los medicamentos de Tetsuya eran vitamina D, calcio y colágeno básicamente. Jamás dejamos que estuviera solo, alguien lo tenía de la mano, abrazado o en el regazo... queríamos que nos sintiera. Allen estaba muy contento, nos dejó dormir aquí con Reborn.
 
Eran las dos de la mañana cuando desperté, o alguna hora en la madrugada cuando un leve temblor me sacó del sueño profundo: Eren estaba tratando de levantarnos, Reborn estaba caminado de un lado a otro de la habitación, retorcía sus manos y su rostro parecía buscar algo dentro del lugar semioscuro... nos vio como si apenas notara nuestra presencia.
 
--Tal vez deberían irse o al menos salir. alejarse de mi presencia, si se encierran en el baño hasta mañana estarán bien. --no nos movimos, tampoco hablamos, se impacientó --¿es que acaso no lo saben? estar en mi presencia es peligroso, soy escritor ¿está bien? escribo novelas de misterio, enredos políticos, conspiraciones, ficción descabellada pero lo que todos mis libros llevan son descripciones meticulosas de asesinatos... he mencionado algunos asesinos seriales, cultos y sectas, también mafiosos... recibí muchas cartas de todo tipo, realmente ridículas y con cosas que hasta la policía tuvo que investigar algunas cosas. Tengo prohibido seguir con mis obras, dijeron que era un peligro, con todo el conocimiento que tengo en mi cabeza necesarios para mis libros, llegaron a pensar que lo que hacía era alentar a asesinos a seguir con sus atrocidades... tuve guardaespaldas, tuve visitas con psiquiatras y hasta estuve detenido un par de veces... --se pasó una mano por su cabello --Escribir me gusta mucho, es lo que hago muy bien y de eso vivo... reprimir lo que soy no fue la mejor idea, empecé a alucinar con varios conceptos de historias, conversaba con los personajes que iba construyendo en mi mente y, y... hubo días en los que despertaba con sangre en mis manos, en mi ropa y sin idea lo que había sucedido la noche anterior. Soy muy peligroso ¿no lo ven?
 
Casi susurraba ya al final de su monólogo. También se escuchaba adolorido.
 
--Si tan peligroso eres, ¿por qué estás aquí en lugar de una celda? --inquiría Ed con eterno poco tacto.
 
--Mi abogado hizo un trato con el fiscal. --dijo Reborn.
 
--¿sabes de quién era la sangre? --siguió el rubio.
 
--No, no me dijeron. Estuve en el hospital antes de ser transferido, me trataron con varios medicamentos que me dejaban débil y sintiéndome mucho peor... pero mejoré, aquí estoy y no importa cuántos candados usen en mis puertas siempre puedo salir, pero no quiero, me dieron la opción de salir del lugar hace dos años... temo hacerlo, aquí me siento tranquilo, no hay sangre.
 
--Una pregunta más --continuaba Ed, Reborn dedicó toda su atención en el rubio --¿has vuelto a escribir? 
 
La postura de Reborn lo decía todo. Parecía derrotado. Miró sus manos como si añorara algo, quizá la forma de una pluma o las teclas de una computadora.
 
--Claro que no. --susurró dolido.
 
--¿por qué no? Eres escritor, --continuaba Ed con su tono de voz que claramente decía que pensaba muy poco de quien estaba recibiendo ese tono particular --eres un artista, no es necesario que publiques tus obras, ya sabes, diarios, ilustraciones de tus mundos aunque fueran grotescas sigue siendo arte para cierto tipo de personas con gustos especiales no solo los psicópatas reprimidos... incluso podrías no escribirlo sino contarlo; así nació la literatura ¿no? cuentos, mitos, todo eso de boca en boca antes que alguien pensara en plasmarlos. En tu caso, en lugar de avanzar de un libro a llevarlo a la realidad en películas o series de tv, darías un paso hacia atrás, en usar tu boca para transmitir tu ingenio, el mundo está lleno de locos, algunos no les importaría escucharte. --elaboraba el rubio.
 
No solo Reborn mantenía su mirada sorprendida en el rubio travieso, Tatsuya, Eren y yo tampoco le quitamos los ojos de encima, incluso puedo jurar que escuché a Eren murmurar un "ahora quién es el sabelotodo". 
 
--¿Qué? --se ponía a la defensiva Ed.
 
--Eso es lo más inteligente que te he escuchado decir. --dijo Tetsuya.
 
--Y lo más amable dirigido a Reborn. --añadió Eren.
 
Al tener la mirada color dorado del rubio solo atiné a asentir, estaba totalmente de acuerdo con los chicos. La incredulidad de Ed se notaba a tal punto que si no fuera por la obscuridad en la que todavía nos encontrábamos seguro habría tintes rojos en sus mejillas.
 
--Como sea, déjenme dormir en paz. --dijo mordaz. Se dio la vuelta en su esquina de la cama y fingió dormir, o escucharnos mientras Tetsuya cuestionaba a Reborn sobre su técnica preferida de abrir las puertas supuestamente cerradas. 
 
Con Reborn más calmado y con clara emoción al relatar sus conocimientos, me quede dormido.
 
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Convencimos a Eren a salir al jardín con nosotros, claro que con la supervisión de Allen, se negó muchas veces hasta que Reborn le prometió llevar cuerdas y cinta para cubrir su boca mientras lo ataba si acaso intentaba algo. Peculiar promesa, funcionó con Eren y salimos al jardín. Puro asombro en el rostro del chico alto, su cabello castaño se mecía con el viento que aún arrastraban las nubes de la tormenta que no terminaba de irse, sus ojos verde agua seguían clavados en el cielo, en las nubes que seguían moviéndose, en los árboles cuyas copas el viento movía. Empezó a temblar.
 
--Yo no, no... yo no pertenezco aquí. --dijo, Reborn seguía a su lado y nos llamó a rodear a Eren para escucharlo --O tal vez sí. No lo sé. Tenía una vida normal, iba a la escuela, tenía amigos, una hermanastra, un chico con el que me la pasaba peleando pero también le ayudaba cuando tenía problemas con sus padres. Mi preocupación más grande era que no tenía cita para el baile de graduación y que la única persona a la que me sentía atraído era mi profesor de matemáticas... quizá también era normal, quizá el tiempo haría desaparecer el estúpido crush, quién sabe. En realidad nunca lo sabré, una semana antes de la graduación tuve una serie de pesadillas que no me permitían dormir, luego las pesadillas también ocurrían durante el día, luego no pude olvidarlas, luego... ya no pude "distinguir la realidad de mis alucinaciones".
 
Se sentó en el pasto recién podado, le seguimos y nos sentamos cerca de él, abrazó sus pies y escondió su rostro, sus sollozos, entre sus rodillas.
 
--Hubo una particularmente mala en la escuela, era la clase de matemáticas y mis compañeros huyeron del salón, mi profesor me calmó aunque no recuerdo cómo, solo me sentí a salvo entre sus brazos, tranquilo, como si él fuera el único que pudiera contra mi propia mente. --se le quebró la voz --Tal vez también dije un montón de cosas sin sentido, tal vez solo se perturbó cuando le dije que lo amaba y que esta vez no lo dejaría ir... quizá lo asusté más con mis supuestos sentimientos que con mi locura. 
 
>>Cuando llegaron mis padres el profesor rápidamente me dejó a su cuidado, yo seguía histérico creyendo que mis padres me harían daño, terminé en el hospital, sin nada físico un psiquiatra me evaluó, me dio medicamento que aturdió todos mis sentidos y desperté aquí. Solo. Medicado. Sé que llevo un par de años encerrado y creo que solo así aprendí a lidiar con mis alucinaciones... a ocultarlas me refiero. 
 
--¿Por qué insistes en estar encerrado? --preguntó Tetsuya.
 
--Estar al aire libre, me hace recordar cosas de mis alucinaciones y querer actuar en base a ellas... como escapar de este lugar. Lo que más temo es poder hacerlo, escapar, ser libre. --decía Eran bajito.
 
--Tienes miedo de no saber lo que significa la libertad. --intervenía Reborn.
 
--Es probable. Digo, antes de las alucinaciones tuve una vida como cualquiera: fui a la escuela, hacía travesuras, comía dulces a escondidas de mis padres, odiaba leer, me gustaba nadar, escondía las verduras en las mangas de mi suéter en lugar de comerlas, fastidiaba a la cocinera hasta que me daba mazanas dulces para que me fuera de su vista; las películas de terror me daban risa e idolatraba la serie de El Corredor del Laberinto, me aburría literatura y amaba geografía además de poner todo mi esfuerzo en matemáticas porque mi padre es profesor de física en la universidad más importante del continente... --dejó de hablar al perderse en sus recuerdos de su padre, carraspeó --ahora siento que quiero recorrer el mundo a pie, ir al mar... a todos los mares, quizá ir en velero al rededor de las costas, siento que soy explosivo, violento, no sé con seguridad lo que podría desencadenar mi mal humor o a cómo reaccionaría. En mis alucinaciones mataba bestias con mis propias manos, ¿y si no puedo distinguir y lastimo a alguien? ¿iría a la cárcel? ¿me tendrían medicado el resto de mi vida? ¿recibiría la pena de muerte? 

Dijo Eren para mirar las nubes pasar, el viento movía su cabello castaño y Reborn habló, rompiendo el momento de melancolía de Eren.  

--Lo que no veo normal es que el tuvieras una cocinera en casa, ¿acaso eres un niño rico? --preguntó directo el escritor.  

--¿A caso no todos tienen una cocinera o cheff en casa? --preguntó Eren curioso.  

--Por supuesto que no. --dijo Reborn.  

--No. --dijo Tetsuya.  

Yo sacudí mi cabeza en negación.  

--No lo recuerdo. --dijo Ed.  

--No, son pocas las personas con el privilegio de tener a personas empleadas en cocina, limpieza y otros menesteres. --dijo Allen detrás de nosotros --Cuando era joven trabajé en diversas cosas, tampoco entendía cómo es que algo tan simple como levantarse a las cinco de la mañana, que era normal para mí, era todo una proeza para las personas con las que debía trabajar. O cómo es que podían decir que no gustaban de la comida del día hasta el punto hacer que cocinara otro platillo tirando todo a la basura cuando yo sabía que había personas como yo que serían felices con comer un poco del platillo que supuestamente se pasó lo salado, era un total desperdicio, y una vez que dije esto en voz alta me despidieron. --dijo Allen con su inmutable sonrisa.  

--Lo siento. --dijo Eren bajito. Parecía haberse hecho más pequeño y hasta logré ver un poco de color en sus mejillas.  

--¿por qué te disculpas? --preguntó Allen, entregando medicamento a varios de nosotros.  

--Por no comer mis vegetales cuando debía. --dijo Eren.   

--Bueno, ahora ya sabes que si vuelve a haber vegetales en tu plato debes comerlos, son buenos para tu salud si no no existirían o no se servirían en comidas. --dijo Allen acariciando los cabellos de Eren.   

--Come tus vegetales o quedarás a hacerle compañía a Ed en su espacio. --dijo Reborn al llegar al lado de Ed para señalar la diferencia de altura entre ellos dos. Fue Allen quien empezó a reír, luego se calló como si hubiese ofendido a todo el mundo y se fue deseándonos una buena tarde.  

Cuando entró en el edificio, Eren, Tetsuya, Reborn y Ed soltaron la risa. Decían que la reacción de Allen fue muy graciosa, yo pensé que Ed reaccionaría de otra manera en lugar de reír. Tuve razón. Terminaron de reír y Ed le dio un golpe a Reborn en pleno estómago vengándose por el comentario. Eren terminó acostado en el pasto sujetando su propio estómago, volvió a sentarse y dirigió su mirada al cielo. 

  
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Notas finales:

Gracias por leer.


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