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Rumores escolares por VictoriaMC2305

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Al comienzo del año escolar fue contratado un nuevo profesor de educación física, un joven rubio de ojos azules de 23 años. Su nombre era Naruto Uzumaki. Todos quedaron encantados con él, sus clases eran muy disfrutables y hablar con él era como dirigirse a otro compañero de clase. A diferencia del profesor de matemáticas que era odiado (y amado, pero solo porque era guapo) por la cara de amargado que llevaba siempre y por lo estricto que era en su materia. Hasta su apariencia era triste y apagada: de cabello azabache y ojos tan oscuros y fríos como la noche. Su nombre era Sasuke Uchiha y tenía 25 años.

Las clases de educación física y matemáticas quedaban seguidas dos días de la semana, y siempre el azabache se quejaba del rubio y sus clases porque se distraía demasiado al inicio y terminaba teniendo que extender sus clases, perjudicando al Uchiha.

Naruto discutía siempre con Sasuke cada vez que tocaba el cambio de clase, y de forma no muy disimulada todos los estudiantes veían atentos sus encuentros mientras esperaban que se dieran cuenta que estaban perdiendo aún más tiempo de clase. El azabache siempre se quejaba de perder tiempo de sus clases, pero luego iba a discutir con el rubio y perdía el doble de tiempo.

Fue así como surgió un rumor que se esparció rápidamente entre todos los estudiantes de la institución: los profesores de educación física y matemáticas son pareja, o como mínimo se tienen ganas.

Para algunos parecía una locura eso, ¿los dos profesores que no podían tener una conversación civilizada sin insultarse como pareja? Imposible. Pero claro, luego sucedían "cosas" que los hacían cambiar de opinión.

Por ejemplo, lo que sucedió ese martes por la mañana. Justo acababa de terminar la clase de Naruto cuando el azabache se acercó hasta la cancha escolar.

—Serás idiota, si fueras más estricto con ellos no perderías tanto tiempo.

—Tú deberías ser el que deje de ser un amargado, se lo transmites a tus estudiantes, bastardo.

El azabache frunció el ceño.

El rubio sonrió pícaro y rodeó con su brazo el cuello del contrario.

De fondo, toda la clase veía atónita la acción.

—Deberías venir a nuestra próxima clase, a ver si te relajas por una vez en tu vida.

—Hm, sí claro —contestó sarcástico—. Ya vete, que la clase nos está viendo.

—¿Eres tímido, teme? No me esperaba eso de ti.

Por primera vez en lo que llevaba trabajando ahí, Sasuke expresó una emoción más que seriedad. Abrió sus ojos más de lo normal y vio de reojo al otro.

—Deja de decir idioteces, Usuratonkachi. —Apartó al otro y se fue a paso rápido hacia su aula de clase.

—¡Nos vemos, Sasuke!

Solo fueron unos pocos afortunados que, aun con dudas, creyeron ver un sonrojo en su amargado profesor.

 

*

 

—¿Qué haces, Karin?

La nombrada respingó del susto, rápidamente se volteó y vio a sus dos amigos: un chico con dientes parecidos a un tiburón y otro chico corpulento amante de los animales y la naturaleza.

—¿Qué no es obvio? Espiando a los profes.

—¡¿Quéééé?! ¿Están desayunando juntos? —De inmediato el chico de ojos amatistas acompañó a la pelirroja en su misión.

—Sí. Jamás esperé que esto sucediera tan rápido.

Y ahí, en la mesa más alejada de la cafetería, se podía ver a un rubio agitando sus manos mientras hablaba de quién sabe qué sentado junto a un azabache que comía un sándwich mientras escuchaba en silencio.

—Entonces los rumores resultaron ser ciertos...

—¿No era obvio? Las miradas que se mandan en los pasillos son intensas.

Karin y Suigetsu se sorprendieron de que hasta su tranquilo amigo Juugo fuera consciente de lo que se traían esos dos.

—¿Miradas?

—Aparte de las clases, al parecer Naruto siempre tiene una excusa para aparecer cerca del profe de matemática.

Un jadeo de sorpresa llamó la atención de los chicos.

—¡Miren!

—Imposible... —Suigetsu estaba atónito.

Al parecer tanto parloteo le trajo graves consecuencias a Naruto y se ahogó con la comida, mientras este se daba golpes en el pecho el Uchiha esbozó una leve sonrisa.

Una sonrisa en el amargado Sasuke Uchiha. Una maldita sonrisa.

—Qué lindo se ve así. —No pudo evitar comentar.

Era cierto, por fin ver que su profesor tenía sentimientos era genial, pero lo realmente sorprendente era ver como podía pasar de tener un ceño fruncido que era una clara orden de alejamiento para la humanidad a una leve sonrisa que le hacía ver más joven y con una belleza que parecía irreal.

 

*

 

Ya era tarde, pero realmente no le importaba. Iba caminando por la acera con las manos en los bolsillos y bostezando a cada cinco segundos; si no fuera por su madre seguiría dormido.

La estruendosa risa, gritos y los pasos acelerados de dos personas hicieron que prestara atención a lo que sucedía a su alrededor. Volteó y vio como el profesor Uzumaki corría a gran velocidad con un maletín en sus manos, riendo mientras miraba detrás de él.

—¡Vas tarde, Shikamaru! —dijo y siguió corriendo.

—¡Usuratonkachi, devuélveme el maletín!

Quedó atónito con lo que vio.

El amargado profesor Uchiha venía corriendo lo más rápido que podía. A penas estuvo a un lado del castaño, le vio con su mirada amenazante.

—Si dices algo de esto te reprobaré. —Asintió con la cabeza, y el azabache ya satisfecho, siguió corriendo.

Suspiró cansino.

—Qué problemático.

 

*

 

Una ojijade de cabello rosa iba caminando por los pasillos de la Institución. Era la encargada de llevar la carpeta de su salón (la cual contenía la lista de estudiantes, sus asistencias y su horario) por esta semana, así que se dirigía hacia la dirección, la cual se encontraba en frente de la sala de profesores.

Eran las tres de la tarde y ya solo quedaban algunos estudiantes y unos pocos profesores. Siguió su camino, y si hubiera estado más distraída, no hubiera notado un reflejo amarillo en la vista periférica de su lado derecho. Curiosa se dirigió hasta ahí, percatándose que se trataba de la sala de profesores. Estaba cerrada la puerta, por lo que solo se asomó un poco por la ventana.

Frunció el ceño, confundida.

Dentro estaba la directora de la escuela, Tsunade Senju, se encontraba de brazos cruzados en frente de ni más ni menos que Naruto y Sasuke. Estos se veían inusualmente cerca y, de parte del rubio, con un gesto nervioso.

—¿Será verdad? —se preguntó. Todos conocían los famosos rumores de ese par de profesores, pero esta parecía la mayor prueba de que eso era real.

 

*

 

Karin puede que fuera miope, pero no era ciega. Ella notaba que algo andaba mal con su profesor.

Al inicio de su clase todo andaba bien, Sasuke les estaba dando la introducción a un nuevo tema y empezó a escribir en la pizarra cuando la primera anomalía ocurrió: el azabache se apoyó un poco más del pizarrón y apretó los puños.

Después de eso siguió normal, pero en vez de dictarles o copiar en la pizarra les mandó a copiar directamente del libro; lo cual él rara vez hacía. Se sentó en su escritorio y siguió en lo suyo.

Karin de verdad que quería ignorar todo, en verdad iba a copiar el tema, pero no era conocida como la estudiante más aplicada, así que no lo hizo y siguió analizando al azabache. Este leía un libro y de vez cuando veía como se mordía en labio con fuerza mientras fruncía el ceño, también lo vio removerse en su asiento. Al rato, un leve tono carmín se posó en sus mejillas y orejas.

Si no estuviera tan concentrada en analizar a Sasuke no hubiera notado el leve movimiento de hombro que hizo. Su mano izquierda desapareció de encima del escritorio.

Oh no, ya se hacía una idea y no quería saber más de lo que sea que estuviera haciendo.

 

*

 

Ese día había consejo de profesores para discutir el comportamiento y las notas de los alumnos, por los que los estudiantes de 5to año y algunos otros salones no tuvieron clases en esa hora. Aunque claro, no todos los educadores tenían que participar.

Según lo que sabían los estudiantes, se discutía sobre las materias donde más del 50% de los alumnos fuera mal o, en su defecto, donde hubiera más problemas. Por eso fue que les extrañó no ver clases de educación física ese día. Todos amaban a Naruto como profesor y era deporte, ¡nadie iba mal! ¿Entonces por qué no fue? ¿Se enfermó? Esa era la duda de muchos. Aunque al final hora libre es hora libre, así que aprovecharon de hacer lo que quisieran en ese tiempo.

Juugo aprovechó esa hora para quedarse un rato solo viendo la naturaleza y algunos animales que había por ahí. Ya cuando quedaban unos diez minutos para que comenzara su clase de matemáticas fue que emprendió camino a su aula.

Ya las instalaciones de la escuela se veían algo solas, se notaba que ya la mayoría estaba en los pasillos cerca de sus salones o dentro de estos. Él hubiera seguido caminando tranquilo si no hubiera escuchado un golpe y un pequeño grito.

Al final todos somos curiosos, por lo que Juugo se acercó hasta donde creyó escuchar el ruido y notó que era dentro de la sala de educación física. Ahí se guardaban los balones, mallas, conos, entre otras cosas relacionadas a la materia.

Cuando ya estaba frente a la puerta se escuchó más claro un sonido parecido a una palmada, pero consecutivamente.

—¡Ahh! ¡Naruto!

Casi le da algo cuando escuchó la ronca voz del que—suponía—era su profesor de matemáticas.

Los sonidos de palmadas se hicieron más constantes.

—¡Oh, mhn, aah! ¡Ahí!

—Dios Sasuke, me voy a correr si sigues así.

—¡Cállate y fóllame!

Juugo podía jurar que esta vez sí le dio algo.

Se alejó casi corriendo de allí, con el corazón acelerado y un leve tono carmín en sus mejillas. Era muy obvio lo que estaba pasando ahí dentro.

Un par de minutos después de que se sentó en el salón junto a su grupo de amigos, su profesor azabache entró fresco como una lechuga.

—Disculpen la demora, el consejo se extendió más de lo esperado.

Raramente—no para Juugo—, su profe evitó sentarse por toda la hora que duró la clase.

Aparte, jamás esperó que el profesor más silencioso y serio de la Institución resultara ser tan ruidoso en el sexo.

 

*

 

Después de muchos cuchicheos, peleas, exámenes y demás, finalmente era el último día de clases, y como despedida de esta promoción hicieron una vendimia. En esta vendían comida, dulces y hasta había una dedicatoria de canciones.

Era 28 de junio y último día de clases, así que los queridos estudiantes aprovecharon su oportunidad.

En lo que cursaron su segundo y tercer lapso ya era obvio para todos la "secreta" relación que llevaban Naruto y Sasuke, así que les querían echar una broma respecto a eso y con las medidas de que ya no los podían reprobar en cualquier caso.

Kiba, uno de los más ruidosos y rebeldes de la clase, tomó un micrófono y se puso en medio de la cancha escolar. La gente al rededor—alumnos y profesores—voltearon a verle con curiosidad.

—¡Escuchen! Este es un día especial y, como ya saben, hoy es el día del orgullo gay, por lo que le queremos dedicar esta celebración a la mejor pareja de este mes: ¡Naruto Uzumaki y Sasuke Uchiha!

Jadeos de sorpresa se escucharon de unos pocos despistados de fondo.

También, con una increíble sincronía, todos se apartaron dejando ver a sus dos profesores estupefactos.

—P-pero... ¿Cómo saben?

—¡Usu...! ¡¿Por qué se los confirmas?! —El Uchiha estaba rojito y haciendo ademanes raros con sus manos.

—¿Eh? ¿Qué, te molesta? —preguntó, con las cejas algo fruncidas y confundido.

—Tch, no es eso.

Sasuke se negaba a reconocer que todo este tiempo fue consciente de lo que se hablaba a sus espaldas, y decir que efectivamente eran pareja sería como darles la razón. Y los Uchiha nunca pierden, no señor.

—¡Un aplauso para los Uzuchiha!

Confeti de color arcoíris fue tirado por los aires por los mismos graduando.

—¡Beso, beso, beso!

—Creo que el público ha hablado —comentó pícaro el rubio.

—Oh no, no, no, no, no. No vas a besarme.

—No decías lo mismo ayer.

Un coro de "Uhh" y "Esooo" se escuchó de fondo, junto a risas.

—¡Idiota, cálla-! —Le iba a replicar, pero las manos rodeando su cintura y los labios que presionaban con fuerza los suyos se lo impidieron.

Todo quedó en silencio.

Realmente jamás se iba a poder resistir a ese rubio atolondrado, por lo que cerró sus ojos, rodeó el cuello del contrario y devolvió el beso con más entusiasmo.

Está bien, perder por una sola vez tal vez no esté tan mal.

Naruto con sus pulgares acarició la cintura del azabache, bajando sus manos lentamente hasta dejarlas encima de los glúteos. Uchiha subió sus manos hasta las hebras rubias y las haló, él jadeó por la sorpresa y algo de dolor; no se esperaba eso de parte de su novio, y en consecuencia, el de ojos ónix mordió su labio.

Uzumaki gruñó y atrajo hasta pegar a su cuerpo al otro, no lo iba a dejar liderar el beso. Aunque claro, tal vez se perdieron en su pequeña fantasía caliente y se olvidaron en donde se encontraban.

—Ejem, seguimos aquí. Toda la escuela sigue aquí —comentó Kiba, con una mueca extraña en la cara. Lo convencieron de liderar esto, pero jamás esperó que eso conllevaría a ver en primera persona como esos dos profes se comían la boca en público sin pudor alguno.

El profesor de matemáticas abrió sus ojos, horrorizado al recordar su situación. Empujó con fuerza a su pareja y salió huyendo del lugar con la cara roja y el cuerpo caliente.

—Jamás esperé ver al Uchiha en esta situación.

—Joder, esos sí que son intensos —comentó Karin, impresionada por lo que presenciaron sus ojos.

—No quieres saber en serio lo intensos que son —añadió Juugo. Oh sí, él seguía con su trauma de haber escuchado a sus profes tener sexo en un cuarto escolar sin pudor alguno, gimiendo y gritando a más no poder.

—¿Hay algo que no nos hayas dicho, Juugo?

—Pues...

Una rubia de ojos castaños se acercó silenciosa hasta estar detrás del rubio. Ahí aprovechó y lo haló por las orejas.

—¡Se los paso porque es un día de celebración, pero hacen una demostración así de nuevo en la Institución y les reduzco el sueldo a la mitad! ¡Malditos jóvenes calenturientos!

—¡Pero...! ¡Oba-chaan!

Aunque hubiera posibilidad de perder la mitad de su salario por un mes, valdría la pena si su azabache le volvía a besar tan intenso como hace instantes atrás.

Sí, cualquier cosa por ver a Sasuke así valía la pena.

Al final, todos descubrieron que el frío profesor de matemáticas solo necesitaba la llama necesaria para derretirse y mostrar su calidez interior.

Esa llama tiene el nombre de Naruto Uzumaki. Y sí, molestarían a ambos con ese día por el resto del tiempo que trabajaran ahí.

Notas finales:

Este fue mi primer fanfic NS, ¡espero que les haya gustado!


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