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Tierra (Traducción finalizada) por yuniwalker

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Había una gran razón psicológica para que Noah, el omega dominante, reaccionara tan mal en lugar de emocionarse con las feromonas de un Alfa. La antipatía hacia ellos, que se había acumulado desde la infancia, alcanzó su punto máximo en la adolescencia y explotó cuando se volvió un adulto.
Solo había unos pocos omegas superdominantes en el mundo así que se decía que incluso eran más raros que los alfas. Y Noah era el único omega supremo dominante en el país.

Como si quisiera llamar más la atención de lo que ya lo hacía.

Era un omega tan dominante que, cuando se combinaba con cualquier alfa, producía un rasgo de supremacía absoluto que hacía que todos se pusieran a temblar. (No figurativamente, por supuesto.) Y eso solo hizo que su valor como Omega fuera aún más enorme. Además, Noah era una belleza sorprendente. Su feromona era tan cautivadora que cualquiera podía quedar prendido a él sin la necesidad de entrar en celo. No era exagerado decir que todos los alfas que conocían a Noah estaban apuntando a tener algo más serio a su lado y que entre ellos, había quienes estaban dispuestos incluso a secuestrarlo.
Sin saber cuándo o qué iba a suceder, Noah aprendió a protegerse a si mismo, y los padres y los abuelos de Noah pusieron un gran esfuerzo en la seguridad.

No fue una vida fácil.

Era natural que estuviera nervioso por los alfas que habían estado persiguiéndole y emitiendo feromonas completamente destinadas a hacerlo enloquecer desde TODA su vida. Pero, en cierto modo, se podría decir que Noah, que tenía un familiar alfa enredado a su espalda donde quiera que fuera, había tenido la suerte de haber vivido una vida... Particularmente normal. En el fondo, resultó ser de los afortunados.
El abuelo de Noah, Vincenzo Felice, era un ejecutivo de la gran mafia italiana. Y ese hecho se convirtió en la principal razón por la que nadie se atrevía tan siquiera a tocarle uno solo de sus dedos. Por cierto, Noah era el nieto mayor y también, era el heredero. Nadie en el mundo podía ignorar el hecho de que para dañar o secuestrar a los nietos de un ejecutivo de la mafia, tendrían que arriesgar sus vidas o más que eso. Vincenzo había prometido matar a cualquiera que los tocara, y obviamente no solo iba a hacer eso. Además, al lado de Noah, siempre estaba su primo, el Alfa dominante Félix Felice. Nunca fueron familiares particularmente cercanos, por supuesto. Desde muy jóvenes, se peleaban como si fueran perros y se insultaban ante el más mínimo contacto visual. Pero, como era el caso de todas las familias, Félix y Noah se rompían las caras dentro de la casa, pero no dejaban que alguien más les tocara un solo pelo. En ese sentido, podía decirse que eran las personas más unidas, y eran sus escudos. Uno del otro. Además, Noah no era el tipo de persona que sería atacado por un Alfa tan fácil. Al igual que su abuelo Vincenzo y su primo Félix, Noah no era normal. Sabía como confundir al alfa que lo seguía. Aplastarlos y matarlos de las formas más terribles.

Noah se encontraba en el pináculo de los mundos Alfa y Omega. A diferencia de otros Omegas, tenía el mismo poder que un Alfa dominante por lo que no importaba quien viniera o cómo lo hiciera, Noah no podía ser reprimido con feromonas tan fácilmente. Como resultado, se convirtió en el pequeño pasatiempo de Noah usar su poder sin dudarlo para someter a un hombre (Y hacerles cosas mucho peores que eso también.)

El niño se convirtió en una flor, pero las espinas en su tallo estaban terriblemente afiladas. La fuerza y ​​los antecedentes de Noah, y su personalidad excéntrica hasta el punto de que lo llamaban loco, lo convirtieron en una flor venenosa. Una flor que todos los alfas querían poseer, pero que nunca tocaban ni arrancaban del pasto.

Sin embargo, los alfas que recogían flores siempre habían existido. Eran alfas que no sabían quién era Noah, o alfas que lo sabían pero tenían mucha presunción de que podría ser posible tenerlo por ser ellos. Fue terriblemente molesto. Cuando le llegaba el ciclo de calor, sucedieron cosas que no quería ni decir así que, como resultado, su odio por los Alfa se hizo cada vez más insoportable. Poderoso. No podía soportar la feromona que regaban y, a medida que el odio se profundizaba, comenzó a detestar no solo a los Alfa, sino también a las personas mismas. En un momento, incluso hubo una fobia por ellos.
Cansado de la gente, Noah abandonó el camino por el que había estado yendo durante mucho tiempo y cayó sobre una habitación con computadoras y máquinas. Era bueno tener todo lo que quería en un teclado. Podía obtener respuestas claras y descubrir horribles secretos ocultos por la gente. Y después, se encerró definitivamente en su estudio hasta que se convirtió en un hacker reconocido.

La vida de Noah había transcurrido sin problemas desde entonces. A parte de su primo Félix, que a veces bajaba solo para decir cosas raras sobre él, vivir rodeado de máquinas y computadoras sin tener que enfrentarse a la gente era cómodo tanto para su cuerpo como para su mente. Los consoladores eran suficiente para calmar su cuerpo caliente. Y no importaba cuanto lo maldijera Félix o dijera que era un pervertido con el que no podía lidiar, Noah perseveró y compró todo tipo de consoladores. Los más baratos, los más caros, los grandes, los chicos, eran el excéntrico pasatiempo y el placer más querido de Noah. De hecho, no era una exageración decir que todos los que rodeaban a Noah, incluidos su abuelo y su padre, su primo Félix y su sobrino Benjamín, eran Alfas dominantes. Y alfas dominantes supremos además. Sin embargo, ya había dicho que era inevitable estar con ellos porque eran su familia, y no tenía intención de permitir que ningún alfa u hombre interviniera en su vida excepto ellos.

"Ahora, vamos a otra cosa. Necesitas hacer algo más. Lo que sea".

Noah borró el pensamiento que había estado dentro de él durante mucho tiempo y se enterró todavía más en el asiento trasero de su auto. Por un momento, miró por la ventana solo para observar el cielo amplio y soleado de San Diego. Tan azul que lo deslumbraba, incluso con gafas de sol puestas. Pensó que en días como estos lo mejor era ir al jardín, dar vueltas con Benjamin y comer dulces a su lado todo el tiempo y hasta comenzar a vomitar. Noah miró hacia el cielo azul de nuevo y siguió pensando en las cosas que lo hacían feliz... Hasta que de repente sus lágrimas se dispararon y su boca hizo un puchero impresionantemente aterrador.

"Félix, este maldito bastardo, hijo de puta, señor pelo perfecto NUNCA puede hacer las cosas por su cuenta. ¡Y justo este día! ¡¡Justo hoy!! Es una rata. Voy a matarlo."

Era hora de que Benjamin saliera del jardín de niños así que debería estar viajando rumbo a su escuela ¿Cómo se transformó en esto tan rápidamente? Noah, que estaba murmurando un montón de maldiciones, dejó de moverse mientras golpeaba la tableta que sostenía entre las yemas de sus dedos solamente porque necesitaba algo en lo que concentrar su atención. Hasta esta mañana, había estado viviendo su vida diaria, como siempre. Isaac llevó al niño a la escuela, luego se dirigió a la floristería para comenzar a ordenar y dejó a los guardias de Félix, que estaban a cargo de la seguridad, a la bebé Callie y a la niñera en la mansión. La única diferencia era que Félix había ido a un viaje de negocios a Nueva York hace unos días. Nada más...

Noah se levantó un poco tarde, como de costumbre, y comenzó a cuidar a Callie junto con su niñera. Era una mañana tranquila, silenciosa y pacífica... Hasta que llegó un mensaje de texto de Félix diciendo que estaba en un asunto urgente en este momento por lo que necesitaba que viniera al centro de San Diego, al hotel xx, para hacerle un enorme favor. Como siempre, sus palabras para pedirle algo no fueron amables. Y el costo por hacerlo no fue nada barato.


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