Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Por ellos. por NNK

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Capítulo VI: La familia Alone.

 

Odio tener una sobrina.

La semana pasada dijiste que la amabas

Pues ahora la odio.

Mauricio se detuvo en medio del establecimiento educacional del cual Adriel se había graduado hace dos años y en donde su sobrina estaba desde los cinco años. ¿Por qué estaban allí? Pues fácil, su sobrina de diez años no encontró otra manera mejor de vengarse de las niñas que la molestaban que poniendo gusanos en su mochila al igual que arañas ¿De dónde sacó eso? Ni idea, pero siendo sincero él hubiera hecho lo mismo con las niñas que lo acosaban en básica sacándole fotos. A pesar de que Adriel estaba mostrando una cara de pocos amigos con su sobrina, sabía que en el fondo Adriel la iba a regañar por no haber agregado, lagartijas, chanchitos de tierra e incluso ratones de alcantarilla para que a las chicas les quedara bien claro, que no debían meterse con ella.

Las observo con cuidado, por cómo Adriel describía a Bárbara,  parecía que hablaba de su hermana menor, le tomó dos años saber que eran tío y sobrino. La emoción de conocer a esa chica dos años antes de lo previsto era increíble, su aspecto lucía más infantil, pero en su mirada se notaba ese carácter fuerte, el mismo que demostraba su amigo cuando perdía los estribos. Volvió a su realidad, cuando escucho que Adriel prometía falsamente que su sobrina no volvería hacer aquello tan asquerosa a los ojos de la profesora.

Adriel le tomó la mano a su sobrina y le hizo avanzar en dirección a Mauricio, la mirada de ambos se enfrentaron, Bárbara suspiro molesta, mientras le sonreía más por educación que porque sentía algún sentimiento de amistad por él. Adriel en cambio, tomó la mochila de su sobrina, junto a la suya y la dirigió hacia la salida del establecimiento.

— ¿Podemos pasar a comer pizza?—preguntó Bárbara en tono inocente, mientras Mauricio, le dirigía una mirada esperanzada a Adriel.

— ¿Pizza? ¿Quieres pizza después de hacer esa travesura? Mínimo debiste hacer que se desmayaran, pero no, solo hiciste que gritaran. No mereces pizza, hiciste una travesura deficiente para tu inteligencia—regaño, viendo como su sobrina le miraba con enojo al sentirse ofendida.

—Está bien, entendí, es un no—recalcó con tono ofensivo mientras se cruzaba de brazos.

—Pero al menos podemos comer unas sopaipillas, yo tengo hambre no he comido desde…la mañana—puntualizó con algo de miedo, al ver que ambos amigos se giraban a mirarlo con algo de odio—No se preocupen, puedo esperar a llegar a casa.

Desvió su mirada hacia la calle, había olvidado por completo lo escalofriante que era ver  esos ojos marrones con destellos verdes oscurecidos y mostrando un odio profundo hacia cualquier persona. Adriel estaba enfadado por tener que regañar a su sobrina y Bárbara se sentía ofendida porque sentía que se habían burlado de ella. El camino a casa fue cortó, el bus ya estaba  en su parada cuando ellos llegaron y el camino fue de alrededor de veinte minutos.

— ¿Mauricio?—llamó Bárbara, llamando la atención del mayor— ¿Qué haces aquí? No te habías ido a Castro con tu esposa.

Mauricio le miró confundido por unos segundos sin entender por completo la pregunta, sintió miedo también, pero finalmente cerró sus ojos como simulando cansancio y busco en sus memorias. Era extraño darse cuenta que la gente te conocía mejor que tú mismo, debía pensar más en aquellos recuerdos que en la ilusión de volver a ver a Adriel, porque si no sonaba convincente, podría perder a su amigo para siempre.

—Sí, tienes razón, mi esposa se quedó allá. Yo vine a tomar unas pequeñas vacaciones—mintió con una sonrisa.

— ¿Cuánto tiempo te vas a quedar?—preguntó Adriel, interesado con una sonrisa— ¿Podríamos ir a la playa con el tío Juan?—invitó con una sonrisa.

—Es indefinido, claro que te acompaño—prometió, sonriendo al ver que Bárbara aplaudía entusiasmada.

—Genial, entonces luego del campamento de criminalística nos vamos un fin de semana en la playa—anunció Adriel, acariciando el cabello de su sobrina—Vamos debemos bajarnos,

Mauricio fue el último en bajar, le costó recordar el lugar y fue normal, solo había estado en la antigua casa de Adriel una vez, camino por el pasaje sintiendo el calor golpear su cabeza y cuerpo, no había ningún árbol,  miró a ambos familiares, sonriendo al ver que Adriel tomaba la mano de Bárbara y con la otra buscaba las llaves de su casa, se detuvieron  en el único negocio del lugar. Bárbara se encargó de tocar el timbre, hasta que su abuela salió del interior de la casa gritando así:

—No hay pan duro ¿Quiénes son ustedes? Yo no soy mamá, ni abuela—exclamó con enojo, mientras iba a abrirles para que entraran en casa. —Hola Mauricio, tanto tiempo ¿Tienes hambre?—preguntó, prestándole más atención a su invitado que a su familia.

Mauricio sonrió nervioso y asintió un poco avergonzado, pasó por la pequeña puerta que separaba el negocio de la casa, siguiendo a Adriel, quien dejó su mochila y de su sobrina en el primer  sillón antes de perderse en la cocina. Se quedó en medio del pasillo, viendo como Bárbara se sentaba en el sillón y prendía la televisión, ignorándolo por completo, sintió una mano en su espalda, se asustó, pero sonrió nervioso mientras la madre de Adriel lo guiaba al comedor, para que todos pudieran comer algo.

Sonrió al ver que los individuales eran del anime Detective Conan definitivamente los había comprado Adriel. A los pocos minutos de estar viendo la televisión con Bárbara, mientras Adriel ayudaba a su madre en la cocina, sintió los pasos de ambos acercándose con un plato en cada mano. Ayudó a ambos y el resto de la hora se dedicaron a comer, mientras Adriel y Bárbara contaban cada uno lo vivido en sus establecimientos educacionales.

No conocía muy bien a la madre de Adriel, esperaba que en esta oportunidad pudiera conocerla, mucho mejor de lo que recordaba, porque siempre la consideraba como una mujer fuerte y sobre protectora con sus hijos y nieta,

— ¿Por qué estás aquí?—preguntó la madre de Adriel con una sonrisa, que demostró el interés que ella sentía por Mauricio.

—Vacaciones indefinidas—respondió con simpleza mientras sonreía nervioso.

—Vas a tener que quedarte en un hotel por las noches, aquí no hay camas—comentó Adriel, llamando la atención de su madre.

—Puede que Adriel tenga razón, no tenemos cama para poder hospedarte aquí—comentó, pensativa—Pero, Adriel tiene una cama de dos plazas.

— ¡Mamá!—exclamó, viendo que ella le miraba con aires de venganza.

— ¿Qué?—consulto, sin prestarle atención—No seas egoísta y comparte ese lado de la cama que no ocupas—regaño, viendo a su hijo con severidad.

— ¡Pero mamá!—reclamó, dejando su plato de lado— ¿Dónde dormirá Danna?

Mauricio dejo de comer sintiéndose alegre al escuchar el nombre, observo su plato antes de mirar a Adriel, viendo que este estaba enfrascado en una discusión de miradas con su madre, miró a Barbará y volvió a sonreír cuando esta rodó sus ojos con fastidio.

—Mamá, no quiero y si Danna lo muerde al no estar acostumbrada a él o yo lo pateo y le dejo un ojo morado—exclamó Adriel, sintiéndose algo incómodo al ver que su espacio personal iba a tener que ser compartido.

—Yo puedo tener a Danna mientras Mauricio se quede—trató de arreglar Barbará.

— ¡Barbará!—exclamó con enojo. Barbará prefirió seguir comiendo e ignorar a su tío hasta nuevo aviso. —Ya no me ayuden ¿Quieren?

— ¿Por qué?preguntó su madre con brusquedad—Vas a decirnos que calladita nos vemos más bonitas—le reclamó a su hijo, viendo como este le miraba algo asustado— ¿Quieres que te quite el machismo de un sartenazo en la cabeza?

— ¿Qué? Yo no dije eso—se defendió, sintiéndose algo ofendido. Había sido criado por mujeres la mayor parte de su vida, lo suficiente para saber que las mujeres son terribles cuando se lo proponen.

—Tú mágicamente nunca dices nada, pero lo piensas todo ¿Verdad?—preguntó la madre, viendo como su hijo suspiraba admitiendo su derrota—Vas a compartir tu cama con tu primo te guste o no, porque la próxima vez que visites urgencia me encargare de que te quedes un mes—advirtió, sorprendiendo a todos en la mesa.

—Me…quedo…claro—susurró Adriel, aún sorprendido por la amenaza de su madre—Puedes dejar tu bolso en mi cuarto—comentó con una sonrisa extraña

Mauricio se sintió incómodo al ver la sonrisa de Adriel, si no hubiera escuchado la amenaza pensaría que su amigo tenía cólicos, se sintió más relajado cuando lo vio suspirar una vez más derrotado, la pelea entre madre e hijo había terminado y junto con ellos el almuerzo. Los nervios se apoderaron nuevamente de su estómago, cuando Adriel le llevó a su cuarto, pensó que iba a ser un cuarto normal y corriente, pero se sorprendió cuando su amigo abrió la puerta de su cuarto.

Jamás se había imaginado la habitación de Adriel, siempre pensó que era normal como muchas de las otras, pero a pesar de que tenía una similitud con muchas de ellas, el aire que desprendía era distinto. Tenía un aire infantil y adolecente, había peluches de oso en la cama y de diversos personajes de anime en los libreros, una guitarra descansaba, colgada en la muralla que tenía una ventana, debajo de ella, una cama de perro y en ella una perra que le miraba de manera sospechosa.

—Danna, tranquila, es amigo—advirtió Adriel a la rottwailer, quien se sentó en su cama sin dejar de gruñir a Mauricio. —Danna, él es Mauricio. Mauricio, ella es Danna.

Había escuchado de Alejandro D en su época de universidad que Adriel tenía un perra bastante peligrosa, que solo por sentarse en la cama casi se lo sirve de cena. Pero, ahora estaba muy tranquila, solo gruñía porque al igual que él, sabía que Mauricio solo era una mentira para no aceptar que en realidad él era Daniel. Se iba a sentar, pero la mascota de Adriel se pasó a la cama, mirándole con odio, definitivamente Danna era completamente territorial.

—No seas pesada, Danna—le reclamó Adriel, sentandose en su cama y abrazando a su mascota por el cuello— Tú eres mi única princesa ¿Quién es mi princesa tóxica? Tú eres, ella es Mauricio. —le hizo saber a su amigo, dándole un besó en la cabeza a su mascota, para que dejara de mirar a su amigo como si quisiera servírselo a la cena.

—Es bastante territorial—comentó, sintiéndose algo atemorizado. Jamás había tenido un animal así que no sabía cómo actuar.

—Y tú muy temeroso. Danna no es mala, solo me protege de la gente que me daño—comentó, sorprendiendo a Mauricio, quien bajo la mirada apenado—Pero debes estar tranquilo, yo se que nunca me harías daño.

Fue la primera vez que se sintió dolido e hipócrita, porque le gustara o no, él estaba engañando a Adriel. Se concentró en la habitación de Adriel para eliminar ese sentimiento, le sonrió a su mascota, viendo como esta le ignoraba por completo y solo se dejaba mimar por su dueño. Adriel solo le entregaba amor y ella se gozaba en ese cariño. Sintió algo de envidia por Danna, ella podía disfrutar del cariño que le entregaba Adriel. En cambio, él había perdido la oportunidad.

Sus ojos se enfrentaron, los ojos de Adriel mostraban felicidad y regocijo, pero al ver los de Mauricio mostraban angustia, sus ojos reflejaron curiosidad y preocupación.

— ¿Ocurre algo Mauricio?— preguntó Adriel, dejando de hacerle cariño a su mascota, quien automáticamente observo con odio al nombrado.

—Es todo un poco, la mitad de mi mente está preocupado por un amigo que amo con el alma y la otra mitad extraña a mi esposo con el alma—confesó, sintiéndose dividido.

—Sientes un amor muy profundo como para utilizar la palabra Alma—murmuró con tranquilidad. Por primera vez, sintió que Mauricio lo engañaba.

—Amo a mi esposo, pero en este momento no puedo estar a su lado porque quiero estar con un amigo que quiero un poco más—trató de explicar, algo confundido.

— ¿Estás confundido porque no sabes elegir entre tu esposo y tu amante?—preguntó enojado, mientras miraba a su amigo molesto, esperando una respuesta que no le dieran más ganas de golpear a Mauricio como las que sentía en ese momento.

—Te equivocas, nunca fuimos novios. Cuando comencé a salir con mi novio, él se alejo y nunca intentó volver a revivir nada, se alejó un tiempo, pero cuando volvió, fue una relación de amistad neutra. Es más, sentí felicidad cuando él encontró una persona que pudiera darle amor, lo único que lamento es que fue muy cortó para él y nunca pude pedirle perdón—comentó, sintiendo un dolor punzante en su pecho.

— ¿Qué le pasó a ese amigo tuyo?—preguntó, sintiéndose conectado.

—Falleció—comentó, pronunciando la palabra al mismo tiempo  que sentía el mismo dolor que sintió aquella mañana en el funeral—En los pasillos del hospital, mientras mi hermano le rogaba que se mantuviera despierto. Fue un dolor muy grande para su madre.

—Wow, que fuerte. Debió ser muy difícil para los involucrados. Yo no podría descansar en paz si sé que he dejado ese dolor en mi mamá, suficiente tuvimos perdiendo a nuestro padre y abuela hace casi dos años—comentó con una sonrisa angustiada.

— ¿Por eso congelaste un semestre?—preguntó, recordando que en la universidad había un rumor de un chico que había congelado por pérdida familiar. Jamás había pensado que era por su padre, Adriel nunca hablaba de él. Todo el mundo pensaba que su padre estaba vivo y había abandonado a Adriel de muy pequeño.

—Fueron diversas cosas que se juntaron, mi sobrina tuvo cáncer en su ojo derecho, mi abuela falleció de un infarto dos semanas después y mi padre a los cinco días falleció de lo mismo—comentó, levantándose para desocupar los cajones de su cómoda para que Mauricio pusiera la suya—No podía concentrarme en los estudios y opte por congelar, necesitaba procesar y descansar, lo logre y volví.

—Volviste a hacerlo, minimizaste tus problemas—comentó, preocupado por su amigo

—Es mejor que pongas tu ropa, yo iré a pasear a Danna para que no te moleste—comentó, tomando el arnés y poniéndoselo junto a la correa—Vamos princesa, necesitamos que votes energía.

Mauricio quiso detenerlo, pero prefirió quedarse a ordenar sus cosas, necesitaba pensar y recordar que no estaba tratando con el mismo Adriel que conocía, era uno diferente y le gustara o no, debía aprender a conocerlo.

Notas finales:

Gracias a todos por llegar hasta aqui.

 

Nos vemos en la siguiente publicación


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).