Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sólo un Resfriado por Kutzi Shiro

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Título: Sólo un Resfriado.

Fandom: Free!

Personajes: Ikuya Kirishima y Hiyori Toono.

Género: Enfermedad, cuidados, breeding.

Advertencias: ¿Breeding?

Resumen: Ikuya resfriado, Hiyori lo cuida, y cuando Ikuya se siente mejor decide premiar a su cuidador.

Longitud: 876 palabras.

Estado: Terminado.

Aclaración: Free!, novelas y animes, pertenecen a Koji Oji, Kyoto Animation y demás socios y derivados comerciales. No busco beneficio alguno al escribir y publicar esto más que el placer de hacerlo y la esperanza de que sea leído y guste. Fin.

Nota: Fic escrito para participar en el Flufftober2021 y el Kinktober2021 organizados por la página Es De Fanfics, con los promps del día siete «pareja enferma» y «breeding/inseminación» respectivamente.

Nota 2: Cuando la página Es De Fanfics anunció su kinktober y días después su flufftober decidí participar en ambos mezclando los promps de cada día en un sólo fic, espero que el resultado les agrade, los promps kinks son situaciones que nunca había escrito así que espero hacerlo bien al representarlos, se aceptan críticas.

Cualquiera que conociera a Ikuya lo suficiente se daría cuenta que no era muy autosuficiente que digamos, y cualquiera que conociera lo suficiente a Hiyori se daría cuenta que aquel defecto era directamente su culpa, ya que Hiyori invertía mucho esfuerzo en consentir y malacostumbrar a Ikuya, todo el tiempo al pendiente de sus necesidades y brincando ante cualquier mueca de descontento que tuviera Ikuya para resolver hasta la más mínima cosa que pudiera haberlo perturbado.


Ciertamente Ikuya no siempre fue así de… atenido, pero en algún momento simplemente había sido más cómodo dejarse hacer, sin embargo eso no quería decir que no hubiera momentos en que creyera que Hiyori exageraba.


Ikuya insistía en que sólo era un resfriado, estornudaba, sentía el cuerpo cortado pero nada más, llamó al entrenador para avisarle que faltaría, el hombre sólo le aconsejó descansar y beber muchos líquidos, y que ante cualquier empeoramiento avisara para enviar a un doctor. Luego de colgar el entrenador avisó oficialmente que Ikuya faltaría y por qué. Hiyori salió corriendo como si le dijeran que su madre agonizaba.


Sólo se detuvo para comprar medicamentos, los más fuertes que pudo sin tener una receta médica, y aterrizó en el departamento de Ikuya cuando él intentaba dormir, era una suerte que no tuviera que levantarse por que Hiyori tenía copia de su llave.


—¡Ikuya! —entró buscándolo, casi cayendo en pánico cuando no hubo respuesta inmediata. Ikuya se quitó la cobija de la cara y parpadeó para enfocarlo.


—¿Hiyori? —¿qué hacía ahí? Empezó a enderezarse pero Hiyori ya estaba ahí para hacerlo acostarse de nuevo.


—No, no, no te levantes, vine a cuidarte.


Ikuya parpadeó otra vez, pero ahora por la comprensión.


—Estoy bien, sólo necesito descansar y… oye, ponme atención.


Hiyori ya estaba poniéndole un termómetro bajo la axila y tratando de medir su presión («tratando» es la palabra clave, en realidad no sabía hacerlo).


—No podemos estar seguros ¿no crees? —se rindió de tratar de medir su presión cuando no logró encontrar su pulso— Debiste llamarme de inmediato.


—Soy perfectamente capaz de cuidar de mí mismo durante un resfriado Hiyori —se sacó el termómetro al oír la alarma y lo miró— ¿ves? Ni siquiera medio grado arriba.


Hiyori no admitió nada, sólo dejó las cosas a un lado.


—¿Ya te tomaste un antigripal al menos? —suspirando, Ikuya tuvo que admitir que no— De seguro ni siquiera tienes, toma, te compré algunas, vamos —le dio la pastilla y le alcanzó el agua (que Ikuya ya la había dejado junto a la cama). Ikuya rodó los ojos pero tomó la pastilla.


—Listo ¿ahora volverás al entrenamiento?


—No —respondió tajantemente— cuidaré de ti, tranquilo, te dejaré dormir,sólo quiero asegurarme de que no empeores mientras duermes, te prepararé sopa de arroz ¿de acuerdo?


Otro suspiro de Ikuya.


—De acuerdo —volvió a acomodarse—. Gracias… —dijo con voz suave ya tapado.


Hiyori sonrió al bulto en la cama y se dedicó justo a lo que había dicho.


Sin embargo se quedó dormido en el sillón al cabo de un par de horas. Obviamente su vocación no era la enfermería.


Despertó con una extraña sensación, algo encima de él, algo en su cuello… abrió los ojos lentamente pero le costó enfocar, no traía sus lentes.


—Eres un mal cuidador —reconoció la voz de Ikuya extremadamente cerca.


—¿Ikuya? ¿Qué haces fuera de la cama?


Adivinó que encogía los hombros por la manera en que se movió el borrón que lograba ver.


—Me siento mejor, te vi dormido aquí y quise venir a agradecerte —entonces lo sintió inclinarse y posar la boca en su cuello, oh, eso fue lo que sintió. Sus manos, reaccionando más rápido que su cerebro, de inmediato se fueron a la cadera de Ikuya, rodearon suavemente y apretaron los glúteos bien formados.


—Mmmh, por esto me esfuerzo —Ikuya se rió, incorporó la cabeza y pronto estaban besándose, el beso fue subiendo de tono y los pantalones de Ikuya en algún momento terminaron en el suelo.


Después de un rato Hiyori sintió que le ponía algo en la mano y tuvo que adivinar que se trataba del lubricante así que sus manos prácticamente trabajaron solas para preparar a Ikuya.


Trató su agujero con cuidado, alerta a cualquier reacción de Ikuya. El beso terminó y se miraron a los ojos.


—¿Te imaginas, si pudiera poner un bebé en ti?


Ikuya sonrió traviesamente.


—Ya tendríamos una guardería completa.


—Tú eres el que no quiere usar condón.


Sacó sus dedos e Ikuya se acomodó para empalarse con el miembro de Hiyori.


—Tú tampoco insistes en que usemos, ah…


Hiyori gruñó mientras se enterraba en él.


—Quizás, me gusta pensar en cómo… dejo mi semen en ti.


—Que pervertido, Hiyori…


—Es sólo lo que me provocas, Ikuya…


Ikuya empezó a moverse sobre él y pronto brincaba frenéticamente.


—Dámelo, lléname con tu semen ¡ah!


Otro gruñido de Hiyori.


—¿Ajá? ¿Tendrás, tendrás a mis bebés?


—Sí ¡sí! ¡Los bebés de Hiyori! ¡Ah!


—¡IKUYA!


—¡HIYORI!


Llegaron al orgasmo juntos, Ikuya se aseguró de retener la mayor cantidad de semen posible, apretando el miembro de Hiyori.


Un rato después estaban apretujados en la cama de Ikuya, con Hiyori detrás, rodeándolo con un brazo, su mano estaba sobre el vientre de Ikuya, como si realmente pudiera haber un bebé ahí.

Notas finales:

Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).