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Muñeco de Trapo por N3K0-Ch4N

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Notas del fanfic:

Autora: N3k0-Ch4N.
 
Género: Hurt/comfort, drama y muy leve romance
 
Parejas: Alberto Scorfano/Original Female Character y Alberto Scorfano/Luca Paguro
 
Advertencia: Esto no es una advertencia, sino más bien una aclaración, puede que algunas escenas no se llegue a entender del todo lo que pasa pero eso es porque se trata de un sueño que no tuvo lógica ni sentido alguno.
 
Canción de fondo: Muñeca de Trapo_ La Oreja de Van Gogh.
 
Nota: Sé que a muchos les va a molestar o inclusive a doler lo que van a leer a continuación, pero créanme cuando les digo que esto me dolió más a mi que a ustedes al momento de escribirlo. Y… este one-shot no tiene nada de especial, simplemente leí uno de los capítulos más recientes del fanfic "¿Qué pasaría sí…?" de Dank_tonks, que, por cierto, odie con cada fibra de mi maldito cuerpo y no dejaba de sufrir y querer llorar por varios días, pero claro, mi familia me preguntaría la razón de mi depresión y creerían que es una estupidez así que no lo hice, al igual que Luca en ese fanfic, me guarde todo mi sufrimiento en silencio y no le conté a nadie como me afectó el giro que le estuvo dando a la trama, al menos no a quienes yo conozco personalmente.
 
Como sabrán este one-shot está basado en un sueño que tuve relacionado al fanfic y también en algunas pequeñísimas ideas que se me habían formulado para las próximas actualizaciones, pero lamentablemente, sé que esto que voy a mostrar jamás pasará, al menos no hasta que todo esté bien y haya una chance para Luca y Alberto de terminar juntos, no pierdo las esperanzas, al menos no por ahora. Pero no solamente está basado en el sueño que tuve, también tendrá algunas escenas de los nuevos capítulos que Dank_tonks ha estado subiendo estos días, aunque habrá ligeras diferencias y modificaciones para no apegarme tanto a la trama original.
 
Espero que les guste el one-shot, no me hago responsable de depresiones o frustraciones al momento de leerlo, insisto que esto me dolió más a mí que a ustedes cuando comencé a trabajar en esto en borrador. 

LUCA no me pertenece ni sus personajes, son propiedad del director Enrico Casarosa (director del cortometraje La Luna) y Pixar animation studios, las escenas usadas para el one-shot le pertenecen a Dank_Tonks pero esta historia es de MI propiedad... bueno, casi.

Oh, y de seguro se preguntarán ¿por qué elegí una canción de la Oreja de Van Gogh como música de fondo? Pues, porque en parte tiene su lado poético como también su lado sensible y conmovedor, y al igual que Luca, la cantante de ese entonces (Amaia Montero) refleja el dolor de la persona enamorada por guardarse sus sentimientos en su propio silencio, perdiendo lentamente a su amado y quedando prisionera para siempre en una cárcel de amor, aunque tiene un tono un poco más alegre al final, ya que después aprende a valorarse a sí misma sin tener que buscar el amor de los demás.
 
En este caso, me enfocaré solo en el lado triste de la canción, espero que eso no les moleste.

"Como esos cuadros que aún están por colgar

Como el mantel de la cena de ayer

Siempre esperando que te diga algo más

Y mis sentidas palabras no quieren volar.

 

Lo nunca dicho se disuelve en un té

Como el infiel dice 'nunca lo haré'

Siento que estoy en una cárcel de amor

Me olvidarás si no firmo mi declaración.

 

Me abrazaría al diablo sin dudar

Por ver tu cara al escucharme hablar

Eres todo lo que más quiero

Pero te pierdo en mis silencios.

 

Mis ojos son dos cruces negras

Que no han hablado nunca claro

Mi corazón lleno de pena

Y yo una muñeca de trapo."

 

La Oreja de Van Gogh_Muñeca de Trapo.

 

No sabía cuanto tiempo llevaba en el baño, pero aún así sus lágrimas eran igual de abundantes como las primeras que emergieron, sonrojando sus mejillas por el ardor salino de éstas y por la constancia de su flujo, a pesar de que tratara de limpiarlas, seguían saliendo como un caudal de río. Tenía sus ojos apretados como si eso pudiese ayudarle en algo, a que sus lágrimas dejaran de fluir, decir que estaba triste era poco en comparación a como se sentía, estaba destrozado y con el corazón roto y no tenía manera alguna de sanar ese dolor, su sonrisa había desaparecido, en lo único que podía pensar era en ocultarse en el baño y no salir hasta que la jornada de clases terminase, se sentó contra una de las paredes del baño con sus piernas contraídas en su pecho al tiempo que las abrazaba como si estuviera protegiéndose a sí mismo de algún peligro inevitable, su respiración era agitada, pero aun así, a pesar de que quisiera seguir ahí, sacando afuera todo el dolor que sentía, debía salir y volver a clases, probablemente no faltaría mucho tiempo que la campana de ingreso a clases sonara y tuviera que ir.

Respiró profundo tratando de calmarse y olvidar ese dolor en su corazón, en eso recordó aquellas breves palabras en la carta de su abuela "Dile a Alberto" decían, no pudo evitar sentirse como un verdadero idiota ¿por qué no le había hecho caso? ¿por qué no fue valiente y le dijo a Alberto lo que sentía por él cuando se presentó su oportunidad? Se dio cuenta de que ahora quizás era demasiado tarde, y que por guardar esas sencillas pero sentidas palabras, lo estaba perdiendo lentamente en sus silencios.

Secó nuevamente sus ojos y al cerciorarse de que no había nadie, se incorporó hasta ponerse de pie, camino hacia el espejo y se miro en él, en sus mejillas pudo ver cómo el flujo de sus lágrimas hacía notar sus verdosas escamas, que en vez de ser un tono brillante, ahora estaban opacas y toscas con un enrojecimiento por el ardor, igual que sus ojos, ese color amarillo que caracterizaba su forma marina tomó un tono anaranjado por el enrojecimiento de su llanto, además estaban hinchados. Se dirigió al lavabo para tomar entre sus manos un poco de agua, pero al hacerlo se percató del aspecto de éstas que, al igual que sus mejillas, tenían rastros de lágrimas que eran aún más evidentes por la aparición de sus escamas, trató de ignorar su actual estado y sumergió sus manos en el agua convirtiéndose al instante para luego lavarlas cuantas veces hiciera falta para ocultar así el estado en el que se encontraba.

Sin embargo, su mente no quería darle tregua y no lo dejaba en paz, pensaba en lo felices que se veían sus amigos, los momentos que compartirían juntos y eso lo desgarraba aún más. Pero el peor pensamiento no era ese, era uno muy específico, uno especial, casi vívido por lo real que parecía, cada vez que pensaba en Alberto, su pecho se contraía tanto que podría jurar que si tuviese el valor, se arrancaría el corazón con sus propias manos para ya no tener que sentir esa sensación cuando eso sucedía.

Después de unas cuantas lavadas, volvió a verse en el espejo, su forma marina ahora era más evidente, sus ojos seguían algo hinchados, ya no podía distinguir bien si el rojizo de sus ojos se había disipado ya que sus orbes amarillas bloqueaban el blanco de sus ojos humanos. Ventiló un poco su rostro con sus manos así el proceso de transformación sería más rápido para poder ver como lucia en su forma humana.

-Aún tengo los ojos rojos…-pensó decepcionado al verse nuevamente en el espejo, apoyó sus manos en el borde del lavabo dejando caer su cabeza en el acto, su mente daba tantas vueltas en diversos pensamientos negativos que ni siquiera podía distinguir con claridad, pero intentó convencerse a sí mismo que no era un buen momento para decepcionarse, sonrió nuevamente fingiendo que su dolor no existía, que todo estaba bien, debía ser fuerte, Alberto lo necesitaba y estaría mejor si veía a su mejor amigo apoyándolo.

Ya llegando a su salón de clases respiró hondo y con una de sus mejores sonrisas ingreso, por suerte el profesor Báez aún no llegaba, así que no se preocupó de su pequeño retraso; no obstante, sus amigos (por el contrario) si se veían algo preocupados por él, sobre todo Giulia, quien se levantó de su lugar y se acercó a Luca.

-¡Luca! Qué bueno que al fin llegas-le dijo Giulia tomándolo por los hombros, lo atrajo hacia ella en un abrazo y luego se separó para mirarlo-¿dónde estabas? ¿por qué tardaste tanto? Estaba a punto de ir a buscarte y…-noto el ligero enrojecimiento en los ojos de su amigo-¿y ahora qué tienes? ¿por qué tienes los ojos así? ¿acaso estuviste llorando?-

-No quiero hablar de eso ahora, Giulia-le respondió Luca quitando las manos de la pelirroja de sus hombros-al principio quería ir al baño, pero terminé caminando por los pasillos y para cuando finalmente volví al baño, la campana sonó, por eso me retrasé-

Giulia lo miro algo desconfiada, además de que no le respondió las otras dos preguntas, no creía en las palabras de su amigo, pero decidió ahorrarse el sermón que tenía preparado, aunque quería preguntarle más cosas y llegar al fondo del asunto, lamentablemente tuvo que dejarlo para después, pues el profesor Báez ingresó al salón, por lo que Luca y Giulia fueron a sus respectivos lugares, seguido del profesor, entraron Alberto y Gisella tomados de la mano. Luca los miro desde su lugar de reojo, y al verlos así, simplemente desvió la mirada, dándole evidencia clara a su amiga de que sus hipótesis respecto a lo que pasaba entre ellos eran ciertas.

El tiempo pasó volando y las clases terminaron, Luca y Giulia salieron de la escuela últimos seguidos de ¿quiénes? de Alberto y Gisella, Luca los miro a ambos fijamente, Alberto lo ve y lo saluda con la mano pero Luca lo ignora, algo que lo confunde un poco. En eso, Gisella ve el auto de la madre de Giulia aparcar cerca de la entrada, desvió la vista del vehículo y volvió a ver a Alberto.

-Parece que ya vinieron por ustedes-le dijo la chica viendo a su amigo y falso novio-nos vemos mañana y espero que vengas a la casa de mi abuelo en la tarde-

-Sí, claro, ahí estaré-respondió el chico de ojos verdes, observó a Luca y a Giulia quienes estaban subiendo al auto de la señora Giordano, dio unos pasos dispuesto a subir con ellos pero fue detenido por Gisella quien lo tomó de la muñeca y lo atrajo hacia sí en un cálido abrazo.

-Cuídate-le susurró Gisella, acto seguido, le dio a su amigo y falso novio un beso en la mejilla.

Enseguida se alejó de allí completamente avergonzada, Alberto la vio irse por unos segundos y retomó su camino hacia el auto donde estaban sus amigos, a pesar de estar a un par de metros, Luca no pudo evitar sentirse un poco mal por ello y bajo la mirada al escuchar a su mejor amigo entrar y cerrar la puerta del auto tras él.

Durante la hora de la cena, los tres amigos se encontraban callados y muy distanciados, sobre todo Luca y Alberto, especialmente Luca, quien aún era incapaz de procesar lo que vio ese día en el pasillo de la escuela y tampoco podía creer del todo en las palabras de sus amigos ¿por qué Alberto no le había dicho que estaba saliendo con Gisella? Es más, él nunca le dijo que sentía algo por ella o que hubieran llegado a desarrollar una cercanía más que de simples amigos ¿qué acaso él no era su mejor amigo? se supone que ellos se debían de contar todo ¿no es así? entonces ¿por qué no lo hizo? ¿acaso tendría miedo de su reacción, cómo se lo tomaría o qué? Todas esas dudas y pensamientos entristecieron más al pequeño, desvió la mirada hacia Alberto pero este no notó lo dolido que estaba, ni siquiera lo vio o le pregunto qué le pasaba, estaba más concentrado en comer y hablar un poco con la madre de Giulia antes que en prestarle atención, Giulia al parecer se dio cuenta de que su amigo no se encontraba del todo bien, a pesar de que ya le había dicho que nada malo pasaba con él, ella seguía sin confiar del todo en su palabra. Decidida, la pelirroja decidió cambiar los lugares en la mesa y le pidió a Alberto si no podía dejarle su lugar para que ella se sentara junto a Luca, éste en un principio pensó negarse pero al ver el rostro serio de su amiga supo que no estaba en posición para discutir con ella en ese momento, no con la madre de ésta presente durante la comida, así que no tuvo más opción que aceptar y cambió de lugares con Giulia, y ahora era ella quien estaba sentada al lado de Luca, pensó que quizás su compañía lo ayudara en algo, por lo menos a olvidar lo que habían visto esa mañana en la escuela, pero el menor siquiera se inmutó de su presencia, se veía muy desanimado y apenas tocaba la comida que había en su plato. Bianca Giordano pudo sentir que la atmósfera se había tornado demasiado tensa entre los tres amigos por lo que decidió hablar con Giulia y Luca para saber si todo estaba bien con ellos.

-Y ¿tienen algo que decirme, chicos? ¿cómo estuvo la escuela para ustedes?-preguntó Bianca queriendo romper aquella incómoda tensión entre los tres amigos, Giulia dejo de reconfortar a Luca por un momento para poder ver a su madre.

-Estuvo bien, mamá, no creo que haya mucho que contarte, las clases fueron las mismas de todos los días, bueno, no tanto-respondió Giulia.

-Sí, estuvo… bien… supongo…-murmuró Luca en voz baja y apenas audible, algo que le preocupó un poco a la señora Giordano, pues usualmente cuando regresaban, el pequeño monstruo marino era el que más se entusiasmaba hablando sobre lo visto y aprendido en las clases pero hoy las cosas parecían estar un poco fuera de su orden correspondiente.

-¿Estás seguro, Luca? Porque yo veo que no fue así, normalmente me respondes con más entusiasmo y si quisieras no dejarías de hablar de lo que vieron en clases ¿puedo saber qué está pasando contigo? ¿acaso hay algo que te esté inquietando?-le preguntó Bianca, ella ya le había dicho a Luca que si tenía algún problema que no dudara en ir a hablar con ella o pedirle algún consejo, que estaría ahí para escucharlo, pero el menor no estaba con muchos ánimos de hablar con ella o contarle lo que le había pasado ya que quizás no sabría como ayudarlo con su situación.

-N-no, no se preocupe, señora Giordano. T-todo… todo está bien-respondió Luca haciendo un gran esfuerzo para no echarse a llorar en ese momento, volvió a bajar la vista a su plato y luego se levantó de su silla-creo que no tengo hambre, iré a terminar mi tarea y a descansar-

Comenzó a caminar directo a la habitación que compartía con Alberto… ¡maldición! incluso pensar en eso le dolía y mucho, en eso escuchó unos pasos acercarse a él y al desviar ligeramente su mirada vio que se trataba de cierto chico de ojos verdes quien se había levantado de su silla para acercarse a él.

-Espera, Luca ¿no quieres que te acompañe?-le preguntó Alberto con una ligera expresión de preocupación en el rostro-quizás si me dices a mi lo que te está pasando podría intentar animarte, no me gusta nada verte tan triste ¿qué fue lo que pasó? ¿acaso alguien te estuvo molestando antes de que empezaran las clases?-

-Si tan solo lo supieras…-pensó Luca, pero claro, él nunca le diría eso a su amigo, al menos no por ahora-no me pasa nada, en serio, estoy bien, Alberto. Solo… no estoy con ánimos de hablar con nadie ahora, quiero…-respiró profundo y se volteó para ver al chico de pie frente a él-quiero estar solo un rato ¡así que déjame en paz! ¿quieres?-

-Luca…-antes de que Alberto pueda siquiera decir algo, el menor ya se había retirado a la habitación que ambos compartían dejándolo allí de pie sin poder terminar su frase, Giulia observo la escena sintiéndose mal por lo que acababa de pasar con sus amigos, quiso levantarse de su silla e ir con Alberto a la habitación de ambos para poder hablar con Luca pero su madre la detuvo y le dio una mirada que le dio a entender que quizás Luca realmente necesitaba tener tiempo a solas, lo que sea que estuviera afectándole, debía intentar enfrentarlo solo y cuando se sintiera listo quizás se los contaría.

Esa misma noche, Luca se encontraba recostado en su cama luego de terminar con las tareas que les asignaron los profesores ese día, intentando dormir o al menos de conciliar el sueño porque se movía de un lado a otro en el mismo lugar en su cama sin poder cerrar los ojos y poder finalmente descansar, por alguna razón, su cerebro no parecía querer dejar de funcionar y torturarlo con más pensamientos negativos, todos ellos relacionados con el noviazgo que tenían Alberto y Gisella. Observó el despertador de la habitación, habían pasado tan solo dos horas desde que todos terminaron de cenar y el terminó con sus tareas y aún así era incapaz de cerrar los ojos y dormir tranquilo, siguió moviéndose en su cama tratando de buscar una posición cómoda que lo ayudara descansar mejor; sin embargo, esto tampoco lo ayudaba mucho, así que como última solución se le ocurrió esconderse bajo las sábanas, cerró fuertemente los ojos como si eso impidiera que más pensamientos negativos volvieran a surgir y finalmente, tras un largo tiempo peleando contra su mente, logró por fin conciliar el sueño; no obstante, esto no duraría mucho.

Luca se encontraba dentro de un sueño, en él, pudo ver que Alberto y Gisella habían decidido terminar con su relación, pensó que su amigo estaría abatido tras esto y no encontró oportunidad mejor para poder consolarlo y para que también pudiera confesarle sus sentimientos a Alberto. Ambos se encontraban solos en el parque donde habían ido a jugar con Giulia una tarde, su corazón latía como nunca y sus manos temblaban por los nervios que sentía en ese momento.

Se acercó al chico de ojos verdes algo tímido, preguntándole si tenía algo de tiempo para hablar con él, ya que debía decirle algo muy importante y que no podía esperar más, al recibir una respuesta positiva, sonrió, respiró hondo y caminó un poco más hasta quedar de pie junto a Alberto.

-Alberto…-habló Luca, se detuvo un momento buscando las palabras adecuadas para poder transmitirle lo que sentía por él y cuando finalmente las encontró, volvió a hablar-e-escucha, hace mucho tiempo quería decirte esto pero no sabía como decírtelo, pero ya estoy listo y estoy aquí para decirte que… me enamoré de ti…-sonrió al escuchar el silencio de su amigo-quizás siente lo mismo que yo-pensó.

Pero no podía estar más equivocado.

De pronto, ese sueño tan hermoso se había transformado en una grotesca y aterradora pesadilla, Luca elevó su cabeza con sus ojos iluminados con esperanza y una mirada llena de alegría y nerviosismo; sin embargo, lo que vio frente a él no fue una mirada que le correspondiera del mismo modo. Los ojos de Alberto emanaban desagrado y asco, vio como se alejo un paso, como si estar cerca de él pudiese provocarle alguna enfermedad contagiosa.

Intentó acercarse tomando su brazo para poder explicarle pero lo único que obtuvo fue un zarpazo que lo obligó a retirar su mano seguido de un empujón que lo dejó tendido en el suelo, pero eso no fue lo peor, eso fue casi un alivio comparado con lo que Alberto tenía para decirle. Después de empujar al menor y de que éste lo mirara, bajó su mirada con más asco y desagrado que antes.

-No vuelvas a acercarte a mi… fenómeno-le dijo.

Luca despertó de golpe y soltó un fuerte grito, miró a su alrededor dándose cuenta de que todo no había sido más que una horrible pesadilla, llevo sus manos a su pecho sintiendo su corazón latir a mil por hora, desvió la mirada hacia Alberto quien dormía profundamente en su propia cama, observó el despertador y eran apenas las dos de la mañana, no faltaría mucho para que ambos se despertaran y se prepararan para ir a la escuela, por lo que consideró que quizás despertarlo para hablar con él sobre lo que había soñado no sería una buena idea ahora, así que volvió a recostarse en su cama en intentó dormir otra vez, sabía que todo lo que sucedió solo fue una simple pesadilla pero parecía tan real y dolía como si de verdad hubiera sucedido.


Al día siguiente en la escuela, durante la clase que siguió de literatura, Luca fue incapaz de concentrarse en la lección que impartía la profesora pues estaba muy cansado y tenía unas ligeras ojeras debajo de sus ojos señal de que no había descansado bien, esto lo notó Alessia, la amiga de Giulia, quien quiso saber que estaba pasando con el pequeño pero la pelirroja le dijo que mejor no lo molestara con preguntas, pues conociéndolo, era probable que quizás no les diría del todo la verdad. El pequeño monstruo marino hacia un enorme esfuerzo por mantener sus ojos abiertos y concentrarse en lo que anotaba a duras penas en su cuaderno, más no le era posible debido a que de vez en cuando sus cansados ojos se desviaban hacia Alberto y Gisella, quienes parecían estar muy perdidos en su propio mundo haciendo tonterías y riéndose bajito, algo que lo molestó un poco, Giulia se percató de ello y tocó ligeramente el hombro de su amigo para llamar su atención.

-Psst…-Luca desvió la mirada hacia atrás al ver que solo se trataba de su pelirroja amiga-oye, sé que ver a Alberto de esa forma con Gisella te molesta pero, tienes que intentar aceptarlo, ahora ellos están saliendo y es normal que hagan ese tipo de cosas-

-Lo sé, Giulia pero… me está siendo muy difícil poder aceptar esta situación y más sabiendo lo que paso ayer-le respondió Luca a la chica sentada detrás de él con un poco de pena.

-Te diré algo, si tanto te molesta ver a tu mejor amigo así, simplemente ignóralos o ni los veas, como dice el dicho "ojos que no ven, corazón que no siente".

El pequeño monstruo marino asintió y trato de volver a prestarle atención a las clases y a la lección de ese día, más ese consejo no dio muy buenos resultados ya que de vez en cuando sus ojos lo traicionaban haciéndolo mirar de nueva cuenta a la parejita que se entretenía con sus tonterías a mitad de la clase, más fue su pena y sufrimiento cuando notó como Alberto hacía un recorte de corazón con un papel donde escribió algo, posteriormente de haberlo terminado, se lo dio a Gisella, quien al verlo soltó unas pequeñas risas girando su vista hacia el chico de ojos verdes a quien le asintió con una sonrisa al verlo.

Él no fue el único testigo de aquella cursi escena, Giulia también estuvo observándolos aquellos minutos que estuvieron interactuando entre sí; sin embargo, por muy molesta que se encontrara de verlos así, no estaba en posición de reclamarles nada. Luca, por otro lado, volvió a dirigir la mirada hacia su cuaderno, pero su vista estaba tan cansada por lo poco que había dormido la noche anterior que sin darse cuenta, inconscientemente echó su cabeza hacia abajo y su mente lo llevó de nueva cuenta al mundo de los sueños, esta vez, su sueño fue mucho más diferente que el de la noche anterior.

Luca vagaba solo en medio de un desierto, el clima era muy caluroso, el sol era fuerte y la brisa que soplaba allí no proporcionaba suficiente frescura. Las huellas de sus pies descalzos se marcaban en la arena y la tierra seca dejando un camino que luego la brisa se ocupaba de cubrir con más arena, había unas pocas palmeras ubicadas en unas dunas, las hojas se mecían levemente, el rostro del monstruo marino estaba ligeramente rojo debido al calor y los fuertes rayos del sol, respiraba entrecortadamente y no dejaba de sudar, y si continuaba así, tarde o temprano terminaría caminando bajo el ardiente calor del desierto en su forma marina.

-Estoy tan solo…-pensó el pequeño en voz alta sin dejar de caminar, la garganta le quemaba, tenía mucha sed y en lo único que pensaba era en hallar un lugar donde beber un poco de agua-¡hace tanto calor!-caminó un poco más y ,de repente, se detuvo al ver un hermoso oasis a tan solo pocos metros de distancia. Luca se acercó un poco más y pudo ver a un monstruo marino de escamas azul violáceas refrescándose en el agua del oasis, Luca se quedó sorprendido al reconocerlo ¡era Alberto! ¿Qué hacía él allí? Reaccionó al escuchar que lo llamaba, al parecer quería que se refrescara con él en aquel oasis, se armó de valor, reunió fuerzas y comenzó a correr hacia el oasis, pero apenas llegó chocó con un domo de cristal que los separaba-¿qué? no, no ¿por qué? ¡¿por qué?! esto no debería estar pasando-pensó Luca golpeando levemente el domo de cristal, bajó la cabeza, estaba a punto de llorar pero escuchó la voz de su mejor amigo llamándolo.

-No te preocupes, no tienes porque llorar-dijo Alberto del otro lado del domo apoyando su mano con la de Luca-puedes unirte a mi si quieres… solo tienes que decir una palabra-

¿Una palabra? pero ¿qué palabra debía decir para poder estar con Alberto en aquel oasis? Luca se puso a pensar buscando la palabra que debía decir pero no podía encontrarla, de pronto, pudo ver como el monstruo marino azul violáceo alejaba su mano del cristal del domo y comenzaba a caminar en el agua lejos de él, desesperado, Luca comenzó a golpear el domo para llamar su atención pero no estaba funcionando.

-Por favor ¡no te vayas!-dijo Luca sin dejar de golpear el cristal del domo pero Alberto no lo escuchaba, solo se alejaba cada vez más-¡por favor quédate! ¡por favor…!-golpeó el domo con más fuerza y sintió como el cristal se quebraba-vuelve, te necesito, no me dejes… yo… yo… ¡TE AMO!-

Con un último golpe logró romper el domo que los separaba, algunos fragmentos de cristal comenzaron a caer alrededor del oasis.

¿Luca?

¿Luca?

¡Luca, despierta!

-¡AH! ¿QUÉ?-Luca despertó súbitamente y para cuando por fin abrió los ojos, se dio cuenta de que casi toda la clase entera lo estaba mirando de forma extraña, incluyendo la profesora Monttemar-me quedé dormido ¿verdad?-

En eso, casi todos los niños presentes en el salón se echaron a reír por la tonta pregunta que había hecho el pequeño monstruo marino sentado en su asiento, sin embargo, los únicos que parecían no encontrarle lo divertido a esa penosa situación eran Alberto y Gisella, éste último tenía un sonrojo presente en su rostro y la chica solo se limitó a desviar la mirada por la vergüenza y pena que sentía por el menor. Luca no pudo hacer nada más que encogerse en su lugar y querer esconderse bajo el suéter azul de su uniforme, primero tuvo una pesadilla en la que Alberto se alejaba de él y lo despreciaba por confesarle lo que sentía por él ¿y ahora todos tuvieron que escucharlo hablar mientras soñaba? ¡que humillación! Ahora en todo lo que podía pensar en ese momento era desaparecer para no tener que seguir escuchando las risas de sus compañeros de clases. No pasó mucho tiempo, solo unos quince minutos, cuando la campana que avisaba la hora de comer sonó.

-Muy bien, con eso sería todo por hoy, pueden retirarse a disfrutar del almuerzo-concluyó la profesora Monttemar tras terminar de asignar el último ejercicio para trabajar en casa, todos los niños se alegraron al saber que tendrían un pequeño receso antes de la última clase y enseguida salieron del salón, Luca estaba por salir del salón de clases con Giulia y sus amigos pero la profesora detuvo su acción-menos tú, Luca, necesito hablar contigo un momento-

Tanto Giulia como Adriano y Alessia se miraron entre ellos con una expresión de miedo y preocupación por Luca, ahora sí estaban más que seguros que su amigo se había metido en serios problemas, pero no podían hacer nada al respecto, si la profesora pidió exclusivamente hablar con él a solas, pues, ellos debían respetar esa decisión, quizás les contaría después de que hablaron cuando fuera a reunirse con ellos para almorzar, por el momento los tres se marcharon de allí dejando al pequeño monstruo marino a solas con su profesora. Apenas se aseguró de que ya no hubiera nadie y que solo estuvieran ellos dos, la profesora cerró la puerta del salón de clases para que así nadie pudiera escuchar lo que estaban hablando.

-Luca, creo que algo anda mal contigo… nunca te distraes en clase-dijo la profesora Monttemar un poco preocupada por el comportamiento del pequeño durante el tiempo que estuvo dándole la lección a todos en clase-¿podrías dejarme saber qué está pasando contigo?-

-Lo siento, he estado pensando en ciertas cosas últimamente. Eso es todo-respondió Luca, grandioso, simplemente grandioso, acababa de decir algo que iba a hacer que ella lo interrogara aún más.

-Bueno, y ¿en qué estabas pensando?-le preguntó la profesora Monttemar, el pequeño monstruo marino bajó la mirada, realmente no quería contarle lo sucedido hace unos minutos durante la clase y tampoco quería decirle que se sentía un poco decepcionado y desanimado al ver a su mejor amigo tener una relación con una chica que también era su amiga-Luca, si crees que estoy siendo entrometida, todo lo que tienes que hacer es pedirme que pare. No quiero invadir tu vida personal si no quieres que lo haga-

Luca la miro y solo asintió con la cabeza, ella tenía razón, en ese momento estaba pensando que la mujer estaba comenzando a entrometerse, tuvo mucha razón en eso de que estaba pensando en algo pero el pequeño no quería hablar con nadie sobre eso, ya no podía confiar en nadie más, nadie podía conocer mejor sus pensamientos más que Alberto, su mejor amigo, la única persona que estuvo ahí para él desde un principio, la única persona que lo animó a salir a la superficie.

-U-um… siento que no estoy de humor para hablar sobre lo que pasó-le dijo Luca a su profesora al tiempo que ella lo miraba inclinando ligeramente la cabeza-y no creo que sea una entrometida, es solo que no me siento de humor para hablar de esto con nadie, lo siento-

-Está bien, además, me alegra que no pienses que estoy siendo entrometida pero… recuerda que si hay algo que te molesta o te lastima, no olvides que los maestros están aquí para ayudar a los estudiantes en todo lo que podamos. Cuando tengas ganas de decírmelo, puedes hacerlo-dijo la profesora Monttemar dándole a Luca una sonrisa suave pero comprensiva, el monstruo marino también le sonrió pero su sonrisa era pequeña en comparación con la de ella.

-Así que ¿puedo irme a almorzar con mis amigos?

-Claro, Luca. Adelante.

Se volvió en sus propios pasos, fue hacia la puerta, la abrió, salió del salón de clases a pasos rápidos (pero no demasiado rápidos) y camino para ir a almorzar con Giulia, Adriano y Alessia, quienes probablemente lo estaban esperando.

Después del almuerzo, a los niños se les permitió pasar los últimos minutos de su descanso afuera en el patio de recreo, la mayoría prefirió volver a sus salones y esperar a que los maestros volvieran y dieran las últimas lecciones de ese día pero algunos como Luca, Alberto, Giulia, Adriano, Alessia y Gisella decidieron pasar esos minutos juntos, bueno, al menos Giulia y sus dos amigos quienes se sentaron juntos en un pequeño grupo y comenzaron a charlar, Luca, por otro lado, caminó hacia un árbol y se sentó bajo su sombra, atrajo sus piernas contra su pecho abrazándolas con fuerza mientras hacía un gran esfuerzo para no estallar en lágrimas en ese momento. Gisella, quien también estaba conversando con su amigo y falso novio, no pudo evitar sentir un poco de lástima por Luca quien decidió pasar los últimos minutos de su descanso sentado solo en el árbol, no sabía bien la razón, pero algo dentro de ella le decía que Luca aún estaba bastante desanimado por lo que había visto ayer en el pasillo y supuso que lo mejor que podía hacer era sugerirle a Alberto que fuera a verlo y hablar con él o al menos animarlo, era lo menos que podía hacer por su mejor amigo, desvió la mirada del triste monstruo marino y desvió la mirada para ver a Alberto que seguía hablando de quien sabe qué.

-Oye, Al…-dijo Gisella mientras se acercaba a él.

-¿Sí? dime, cariño-respondió con un tono de burla en su voz.

-Ja ja, muy gracioso. Pero, vamos a ponernos serios un segundo, quiero hablarte de algo importante.

-Qué seria. Pero, bueno, dime ¿qué pasa?-le preguntó el chico de ojos verdes a su amiga y falsa novia.

-No, no se trata de mí. Se trata de Luca, últimamente he notado que está un poco… ¿decaído? Por así decirlo, así que, para ser sincera, creo que lo afectó demasiado lo que sucedió ayer y como tu amiga y falsa novia, me gustaría que fueras a verlo e intentes hablar con él.

-¿De qué?

-No te hagas el tonto, sabes de que estoy hablando-le dijo Gisella sin quitar su seria mirada sobre Alberto.

-No creo que sea una buena idea, tú y yo sabemos que lo que pasó ayer no fue más que…-respondió Alberto y desvió la mirada hacia otro lado-un malentendido-

-¿Estás seguro? escucha, puede que sepa muy bien que el beso fue un malentendido pero Luca puede que no lo sepa, y lo mejor que puedes hacer es tratar de hablar con él-le aconsejó Gisella, Alberto se quedó analizando las palabras de su amiga y falsa novia, asintió y comenzó a caminar hacia el árbol donde estaba sentado su mejor amigo pero la chica lo detuvo tomándolo de la muñeca-¡oye, espera! no te dije que lo hagas ahora mismo, habla con él cuando vuelvas a casa y donde puedan estar a solas ¿de acuerdo?-

-Bueno, esperaré hasta entonces…


Aquella tarde, Alberto regresó a casa luego de pasar tiempo con Gisella haciendo las tareas de la escuela y con su abuelo, con quien tuvo otra clase más sobre mecánica. Luego de que la señora Giordano lo fuera a buscar para llevarlo a casa, el chico de ojos verdes entró en ésta, saludo a Giulia quien estaba ocupada terminando sus propios ejercicios de la escuela, ella ni lo miró y solo se limitó a saludarlo con la mano, algo que extraño a Alberto pero le restó importancia y se dirigió a la habitación que compartía con Luca, supuso que el menor se encontraría allí, así que, siguiendo el consejo de Gisella, entraría allí para intentar hablar con él y averiguar que rayos le estaba pasando, bien estaba consciente de que podía ser algo ingenuo pero no tanto, ni siquiera él pudo pasar por alto el tipo de miradas que les mandó a el y a su falsa novia cuando estaban con sus tonterías durante las clases, y antes de que la profesora lo despertara, pudo escuchar que Luca gritaba su nombre en sueños y también que exclamaba un 'te amo' ¿acaso eso era cierto? necesitaba saberlo y no encontraría la respuesta si no lo hablaba con el menor. Apenas llegó a la habitación que ambos amigos compartían, Alberto se quedó un momento de pie frente a la puerta, respiró profundo y golpeó la madera con firmeza, del otro lado escuchó la voz de Luca decir 'adelante' y entró.

Al entrar en la habitación se encontró a Luca sentado en su cama, con un brazo abrazaba su pez de peluche mientras que con la mano libre sujetaba uno de los libros que había comprado cuando fueron a conseguirle más ropa y el uniforme para la escuela con Giulia y su madre, Alberto desvió la mirada de Luca hacia el pequeño escritorio, la tarea ya casi estaba lista, al parecer el pequeño había decidido tomarse un pequeño descanso, éste ni se percató de la presencia del otro chico hasta que elevó su mirada encontrándose con él a pocos pasos de su cama pero no tan lejos de la puerta de la habitación.

-¿Alberto?-dijo Luca un poco extrañado de ver a su mejor amigo allí de pie, dejo de lado el libro que estaba leyendo, colocó al pez de peluche a un lado de su cama y se sentó viéndolo fijamente de brazos cruzados-¿qué estás haciendo aquí tan temprano? ¿no deberías estar aún en casa de tu novia?-

-En primer lugar, Gisella no es en realidad mi novia, es solo mi amiga, solo estamos fingiendo que salimos-pensó Alberto quien estaba un poco molesto por la pregunta de su mejor amigo, quería decirle esa respuesta pero sabía bien que no podía hacerlo, al menos no por ahora, vino hasta allí con el propósito de hablar con él y averiguar que le pasaba y no llegaría a nada si se ponían a discutir así que decidió cambiar su respuesta-yo… decidí venir temprano a casa, Bianca me trajo antes porque yo se lo pedí… ¡pero ese no es el punto! Tú y yo tenemos que hablar ahora mismo-

-¿Sobre qué? yo no tengo nada de que hablar contigo, solo viniste a perder tu tiempo, Alberto-le respondió el pequeño monstruo marino con un tono indiferente en su voz, estaba a punto de volver a tomar el libro para seguir leyendo pero Alberto se acercó y tomó su muñeca con fuerza evitando que lo hiciera, algo que asustó un poco a Luca-A-Alberto ¿qué estás haciendo? suéltame, por favor, me lastimas-

-¿Y tú piensas que a mí no me lastimas con tu forma de actuar? ¿qué rayos está pasando contigo, Luca? Desde ayer que has estado comportándote de forma extraña, todos nuestros amigos están preocupados por ti, yo estoy preocupado por ti, queremos ayudarte pero no te dejas ¡¿por qué?!-preguntó Alberto, Luca se quedó callado un momento sin saber que decirle a su mejor amigo.

-Y-yo… yo… no quiero hablar de eso ahora…

-¡No me mientas! Sé bien que fui yo el que te lastimó, Gisella también lo notó y si no hubiera sido porque ella me lo pidió no estaría aquí hablando contigo-lo interrumpió Alberto elevando su tono de voz y asustando más al pequeño frente a él-por favor… necesito saberlo… ¿qué está pasando contigo? ¿qué fue lo que te hice para que me trates así? siento mucho si te hice daño pero quiero que me digas que te está pasando…-

Luca permaneció en silencio unos momentos observando a su mejor amigo, notó como su voz se quebraba con cada pregunta y sin razón alguna comenzó a sollozar, Alberto bajó la cabeza para evitar que Luca lo viera así; sin embargo, era tarde, el pequeño pudo notar que ahora su mejor amigo estaba sufriendo por su culpa, por no decirle lo que le pasaba, por no poder decirle que se sentía herido y celoso de su noviazgo con Gisella, pero también porque poco a poco lo perdía debido a que se estaba guardando todo para si y no querer dejarlo salir, decidió que ahora que estaban solos, le diría todo, no sería una verdad al cien por ciento pero intentaría decirle porque se sentía así. Acercó sus manos y las colocó en las mejillas del otro monstruo marino, elevo su rostro para que su vista estuviera en permanente contacto con la suya, notó como parte de sus escamas azul violáceas se hicieron ligeramente notorias debido a las lágrimas que cayeron de sus ojos.

-Alberto, está bien, no llores. Lo siento, l-lo siento…-habló Luca pero ver el rostro tan dolido de su mejor amigo lo lastimaba aún más y lo hacían querer echarse a llorar junto a él-yo… realmente lo siento, no quería que terminaras así, en serio no quería. Ya no importa porqué estoy triste, no tiene caso que te lo diga-para ese punto su voz comenzó a quebrarse al tiempo que una sonrisa forzada aparecía en su rostro-estoy bien… ¡d-de verdad! m-me siento bi…-no lo soportó más, por impulso se abalanzó hacia Alberto y lo abrazó fuertemente al tiempo que escondía su rostro en su pecho para que no lo vea llorar-¡¿a quién quiero engañar?! no, no me siento bien ¡no estoy nada bien! estoy tan cansado de esto, estoy cansado de siempre tener que guardar todo para mí, de no poder expresar lo que pienso o lo que siento libremente, de tener que fingir que estoy bien conmigo y de tener que poner una sonrisa frente a los demás cuando se muy bien que no es así-

-Pero ¿por qué dices eso? era más que obvio que si seguías guardando todos tus pensamientos y expresiones para ti mismo ibas a terminar llorando de esta forma-le respondió Alberto abrazando al pequeño queriendo reconfortarlo-pero, ahora todo está bien, ya estoy aquí y sabes bien que puedes contar conmigo para lo que sea y que puedes decirme cualquier cosa, no me voy a enfadar-añadió al tiempo que separaba a Luca de sí y lo volvía a colocar en su posición original quedando frente a él, al igual que Alberto, las escamas verdosas del menor se hicieron presente en su rostro debido a las lágrimas-¿sabes? ayer cuando te fuiste de la cena, escuché a Giulia hablar con su mamá, le contó que volviste al salón de clases y que tenías los ojos rojos porque habías estado llorando, eso me extrañó un poco porque no tenía idea de eso y tampoco sabía bien que fue lo que pasó para que entraras a clases así, intenté pedirle una explicación pero ni ella pudo dármela ¿puedo saber porque llorabas ayer?-

El menor se puso tenso ¿en serio se iba a arriesgar a decirle a Alberto la razón por la que estuvo llorando ayer en el baño? Pensó que con lo que había dicho ya lo había dejado conforme pero al parecer quería seguir obteniendo respuestas sobre lo que en realidad paso, no quería seguir hablando del tema, mucho menos con su mejor amigo, pero se supone que en ese momento estaba en un circulo de confianza, y Alberto acababa de decirle que con él podía hablar cualquier cosa y que no se iba a enfadar pero ¿cómo podía estar seguro de que iba seguir siendo fiel a su palabra? no obstante; tampoco quería seguir prisionero en su silencio, fingir que nada había pasado y permanecer encerrado por siempre en esa cárcel de amor que poco a poco lo estaba destruyendo, lo hecho, hecho estaba y no podía hacer nada para que su mejor amigo olvidara la escena que acababan de tener.

Pudo ver lo preocupado que estaba y la mirada de suplica que le estaba dando como si estuviera esperando una respuesta de su parte, no sabía muy bien porque pero, aquel gesto lo tranquilizó por unos breves instantes, ahora se sentía un poco más seguro para responderle a Alberto.

-Ya no importa porque lloraba ayer… aún así, no es cómo si pudiera hacer marcha atrás e impedir que eso haya pasado…

-¿Eso? ¿a qué te refieres con "eso"?-preguntó el monstruo marino de ojos verdes ligeramente confundido por la respuesta de su amigo, Luca guardó silencio otra vez, no podía decirle a Alberto que se sentía abatido por haberlo visto besar a Gisella ayer en el pasillo pero ¡vamos! no es como si él se hubiera besado a alguna chica linda antes en el pasado ¿o sí? por alguna razón le dolió el solo pensarlo, pensar que quizás alguien más hubiera sido el primer beso de su amigo antes que él, eso si que le molestaba-espera, creo que ya sé lo que te pasa ¿acaso estás celoso de que yo haya besado a Gisella y no tú?-

-¡¿Q-qué?!-al escuchar eso, Luca lo miró con una expresión de shock ¿qué rayos lo había llevado a esa conclusión tan apresurada?-n-no ¡no es por eso! yo no…-

-Lo siento tanto, Luca ¡yo ni siquiera sabía que ella te gustaba! me lo hubieras dicho y te habría ayudado a organizarte una cita con ella o por lo menos que le dijeras lo que sentías-lo interrumpió Alberto-aunque de todos modos no ibas a tener una chance porque a ella le gusta Giulia-pensó.

-¡Estás equivocado!-exclamó Luca sobresaltando a Alberto-puede que si esté celoso pero no de ti y además… no es Gisella la que me gusta, apenas la conozco, y… la persona que me gusta pues, es alguien cercano a mí pero lo que siento por esa persona es algo muy confuso y yo… n-no… no puedo hablar de eso-

-¿No puedes o no quieres?

-No quiero…

Alberto soltó un suspiró de frustración mientras llevaba una mano al puente de su nariz queriendo calmarse y se echó de espaldas en la cama, Luca imitó el gesto, se acercó a gatas hasta quedar junto a Alberto y se recostó junto a él. Ambos observaron fijamente el techo por unos minutos, hasta que el monstruo marino miró fijamente a Luca, éste se percató de que su amigo lo estaba mirando fijamente a los ojos y no pudo evitar sonrojarse un poco por ello.

-¿Sabes?-dijo Alberto queriendo romper esa burbuja de tensión y silencio que se había formado entre ellos-¿alguien te había dicho que te ves adorable cuando te sonrojas?-

-¿Qué?-Luca no pudo evitar sonrojarse más ante lo que había dicho su mejor amigo y lo empujó ligeramente con una mano-e-eso no es verdad, cállate-

-Claro que sí, no eres adorable, eres lindo cuando te sonrojas.

-Claro que no, ya no digas cosas vergonzosas.

-¿Por qué no puedo? no tiene nada de malo decirle cosas vergonzosas a mi mejor amigo-respondió Alberto.

-Pues, por eso… por que solo somos eso, mejores amigos y nada más…-respondió Luca murmurando esa última parte-y eso es lo que siempre vamos a ser-pensó al tiempo que desviaba la mirada hacia el otro lado lamentando haber dicho eso pero en parte tenía razón, él aún seguía confundido respecto a lo que en realidad sentía por Alberto y éste último, bueno, él estaba en una relación con Gisella, no era correcto que se dijeran ese tipo de cosas entre ellos si aún no tenían en claro sus verdaderos sentimientos, en eso sintió una mano apoyarse en su mejilla izquierda obligándolo a girar su cabeza para ver otra vez a Alberto, éste miró con detenimiento cada facción del rostro del menor hasta volver de nueva cuenta a sus ojos.

-¿Y si digo que quiero que seamos algo más que solo mejores amigos?-preguntó Alberto sin dejar de ver a Luca, este lo miró sin entender bien a que se refería y antes de que pudiera decirle algo, pudo sentir como los labios de su mejor amigo se presionaron contra los suyos en un suave beso, el pequeño estaba un poco sorprendido y confundido por la repentina acción pero correspondió el beso, desafortunadamente, no duró mucho tiempo, solo unos segundos ya que Alberto se separó de él sintiéndose culpable por lo que había hecho-¡lo siento! Lo siento mucho, nunca debí haber hecho eso sabiendo que sientes algo por alguien más y que estás confundido acerca de tus propios sentimientos-se disculpó, Luca solo se quedó mirándolo-solo… olvidemos que esto alguna vez sucedió y…-

Trató de desviar la mirada pero Luca una vez más lo tomó por la nuca y lo atrajo hacia él uniendo sus labios en un nuevo beso, este uno era más dulce y menos precipitado que el primero, después de un par de minutos, ambos chicos se separaron dejando un pequeño hilo de saliva conectando sus bocas y se recostaron en la cama mirando al techo. Ninguno de ellos habló por un tiempo, solo se quedaron acostados uno junto al otro mirando el techo de la habitación en silencio hasta que Luca decidió volver a hablar.

-Entonces… ¿cómo se sintió?-le preguntó el pequeño monstruo marino a su mejor amigo.

-¿Eh? ¿de qué estás hablando?-dijo Alberto arqueando ligeramente una ceja en señal de confusión.

-Sabes de lo que estoy hablando ¿qué se sintió haber tenido tu primer beso con Gisella?-preguntó Luca, el chico de ojos verdes miró hacia otro lado sintiéndose un poco avergonzado y decepcionado al mismo tiempo, algo que preocupó a Luca-¡madreperla! ¿por qué pones esa cara? ¿fue tan malo?-

-No, no es por eso. Es solo que…-respondió Alberto, respiró hondo, se calmó y continuó-es solo que… no lo disfruté, al menos no de la manera que yo esperaba-

-¿Qué quieres decir con que no era lo que estabas esperando? no te entiendo, Alberto.

-No quise decirlo de esa forma… ¡está bien! si quise decirlo de esa forma pero a lo que me refiero es, que fingí que me gustó, o al menos pretendí hacer que me gustó que ella me besara-le dijo Alberto a Luca-pero… muy dentro de mí, estaba teniendo una discusión conmigo mismo, una parte de mi me decía que debía hacerlo pero mi corazón me gritaba "¡basta ya!" y cuando la besé… si tengo que ser sincero, se sintió como tragar una babosa-Luca no pudo evitar comenzar a reír a carcajadas junto a su mejor amigo ante la sola idea de querer tragar una babosa, después de unos minutos, ambos se calmaron y Alberto volvió a ver al pequeño monstruo marino junto a él-pero contigo…-

-¿Qué? ¿qué pasa conmigo?-preguntó Luca comenzando a temer que quizás a Alberto no le había gustado el beso que ambos habían compartido.

-Contigo… fue diferente, sentí todo excepto que estaba tragando una babosa-le dijo el chico de ojos verdes, Luca simplemente rodó los ojos ante ese comentario-¿qué? oh ¡vamos! no me mires de esa manera ¡no hace mucho te estabas riendo de eso conmigo!-

-Siempre tienes que encontrar la forma de arruinar un buen momento ¿no es así?-le preguntó el menor-pero ¿sabes qué?-volvió a colocar su mano en la mejilla derecha de Alberto-no me importa, también sentí muchas cosas con ese beso pero… como dijiste antes, aún estoy confundido, así que dejémoslo como está y ya no hablemos de esto otra vez-

-Sí, otra vez, me disculpo por lo que hice…-respondió Alberto, pero dejó de hablar ya que sintió a Luca tomar su mano y acariciarla gentilmente con su pulgar, algo que hizo que su corazón latiera más rápido que antes, volvió la mirada hacia su mejor amigo, ambos entrecerraron los ojos y lentamente comenzaron a cerrar más el espacio entre ambos…

Notas finales: Lo siento, se que esperaban que le diera un final a esta cosa pero justo cuando estaba por pasar algo interesante en mi sueño, me desperté y ya no recuerdo bien que más pasó. Por más que rememore el sueño y busque en lo más profundo de mi subconsciente, no encuentro nada allí.
 
En fin, también me disculpo por la expresión "tragarse una babosa", no era lo que tenía en mente, de hecho, pensaba colocar la expresión "comerse un gusano" pero sentí que quedaba mal así que lo cambié, además ni yo sé cómo se sentiría tragarse una babosa, creo que debe de sentirse asqueroso meter una cosa así en tu boca y dejar que su viscosidad la recorra *escalofríos*. De seguro habrán notado algunas diferencias en cuanto al fanfic original ¿no es así? espero que de verdad las hayan notado, si no, para la próxima publico una lista de diferencias entre el fanfic y este one-shot.
 
Ahora, con respecto al otro one-shot que estoy trabajando (ese con el que planeaba dar mi entrada al fandom de LUCA) bueno... digamos que lo estoy trabajando pero me esta tomando tiempo ya que tengo que desempolvar mis recuerdos de amor fallido en mi infancia y casi preadolescencia para poder desarrollar la trama, lo cual me está costando un poco porque desde hace tiempo he querido olvidar esas malas experiencias, y eso fue lo que me llevó a pensar que nunca podré encontrar a alguien que realmente me ame por ser quien soy y que me hace pensar que si vuelvo a enamorarme de alguien, sea nuevamente rechazada o herida.
 
Espero que les haya gustado este one-shot, especialmente a ti, Dank_tonks. Prometo que una vez que termine de desarrollar y escribir el último one-shot que hare para el fandom de LUCA lo publicaré a la brevedad posible... ¡es broma! ni crean que ese va a ser el último, tengo algunas ideas para trabajar pero necesito tiempo, ya casi se cierra el cuatrimestre en la escuela de arte y solo me quedan dos meses para prepararme para un examen que debo de una materia desde que comenzó el año.
 
Un saludo, nos veremos en otra ocasión.
 
N3k0-Ch4N. 

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