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Sirenita Bucky por Liss83

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Hacia dos semanas que mediante el amigo de Tony, su nuevo vecino, al cual por cierto aun no conocía, Bucky había conseguido meter sus papeles para un nuevo trabajo en una pastelería. Le habían hecho una entrevista y ese sería su primer día de trabajo. El sueldo era igual que en la discoteca, pero al menos podría dormir de noche. Aunque quien sabia después de tanto tiempo en ese horario, inevitablemente su rutina de sueño se había alterado. Sin lugar a duda iba a sufrir en ese trabajo

La encargada del lugar resulto ser Wanda Maximoff, una ex compañera de colegio, con la que en esa época se llevaba muy bien, por lo que no le costó integrarse. Le presentaron a todos sus compañeros de trabajo y le explicaron en qué consistía el trabajo. La verdad que no era nada complicado y parecía un buen ambiente laboral. Todo estaba increíble hasta que…

 

 

 

-          Hola a todos – dijo una voz a la espalda de Bucky que le helo la sangre. No podía ser…

-          Hola Sam – dijo Visión – ¿Qué tal tus vacaciones?

-          Geniales – dijo este – fui a Luciana a ver a mi hermana. Ya extrañaba a mis sobrinos

-          ¿y por qué no te quedaste por allá? – murmuro entre dientes

-          Sam – dijo Visión – te presento a James Buchanan Barnes, pero todos le decimos Bucky, es su primer día de trabajo. Bucky, él es Sam Wilson

-          Hola – dijo este girándose mientras sonreía incomodo

-          Sirenita Ariel… ¿o debo decir sirenita Bucky?  – dijo el moreno sonriendo con ganas – veo que ya aprendiste a caminar sobre tus nuevas, y lindas, piernas

-          Eres un…. – dijo Bucky

-          Disculpen – dijo Visión – ¿se… conocen de algún lado? – pregunto curioso

-          Es el chico que te conté que le encanta caerse en mis brazos – dijo Sam

-          A mí no me gusta caerme en tus brazos – siseo Bucky – y no vuelvas a llamarme sirenita Ariel

-          Ok entendido – dijo el moreno levantando las manos – no te volveré a llamarte así. Al menos no te molesta que te diga que tus piernas son lindas

-          Te voy a… – siseo Bucky antes de girarse para alejarse del lugar hacia unos clientes que acababan de entras mientras el moreno reía a carcajadas y Visión sonreía confundido. Jamás, nunca, bajo ningún motivo, Steve se debería enterar de esto, porque inmediatamente lo sabría Tony y entonces… ¿Por qué estas cosas le pasaban solo a él?

 

 

 

_________________________

 

 

 

Sin lugar a duda el día había sido largo, demasiado diría Bucky. Había sido una verdadera tortura tener que toparse con el imbécil cada cinco minutos. ¿Y si renunciaba? No, no, no. No le podía hacer eso a Steve. No iba a arruinar su amistad de toda la vida solo por culpa de “Sam”. ¿Qué hombre que se respete se llamaba como mujer? Salió de la heladería y se enfilo hacia su departamento. Afortunadamente solo eran dos cuadras y estaría en su cama. Tranquilo por un par de horas. Se colocó sus audífonos para escuchar algo de AC/DC, gusto adquirido gracias a su cuñado y su obsesión por ese grupo. Camino sin preocupación hacia su edificio

 

 

 

Saludo con un asentimiento a Stand, un hombre un poco mayor que trabajaba como conserje en el edificio, pero que era muy eficiente y querido por todos. Subió las escaleras y se dirigió a su departamento. Se quitó su audífono y al sentir un movimiento giro hacia atrás

 

 

 

-          ¿Qué haces aquí? – grito Bucky entre sorprendido y furioso

-          ¿Tú que haces? – dijo Sam intrigado

-          ¡Yo vivo aquí! – grito Bucky – y si no te vas en este momento llamare a la policía y te denunciare por acoso ¿está claro?

-          ¿estas bromeando, cierto? – dijo Sam sonriendo

-          ¿Qué pasa aquí? – dijo Steve saliendo de su departamento seguido de Tony

-          ¡Steve, llama a la policía en este momento! – exigió Bucky –. ¿No te basta acosarme en el trabajo ahora me sigues a mi casa?

-          Hola Sam – dijo Tony, a quien se le notaban los labios rojos e hinchados

-          Hola Tony – dijo el moreno – Steve

-          ¿Ustedes lo conocen? – siseo Bucky entre cerrando los ojos y señalando a ambos hombres

-          Sam es el amigo que contacte para lo del trabajo en la pastelería – dijo Tony

-          ¡No! – dijo Bucky – ¡esto no me puede estar pasando a mí!

-          Es… la sirenita Ariel de las que les hable – dijo Sam señalando a Barnes cuando Steve lo interrogo con la mirada – la que se cae en mis brazos

-          ¡ya te dije  que no me llames así! – siseo este

-          ¡No! – fue el turno de decir de Tony con los ojos desorbitados por la sorpresa mientras Steve intentaba contener su risa – ¿Tú eres quien…? ¿Todo este tiempo ustedes han estado…? – pero a diferencia de Steve, él ni siquiera intento disimular su estruendosa carcajada

-          ¡quítense par de…! –dijo Bucky empujando a sus amigos para escabullirse dentro de su departamento

 

 

 

No se detuvo hasta llegar a su habitación y aventar la puerta lo más fuerte que pudo para demostrar su molestia. ¿Cómo se le ocurría al idiota de Stark insinuar que Wilson y él se habían besado por gusto? ¡Que…! Aunque tampoco podía negar que era un buen besador y su cuerpo era… ¡Maldición! ¿En que estaba pensando?  

Unos golpes suaves en la puerta llamaron su atención

 

 

 

-          Lárgate Stark – grito Bucky – porque no se…

-          No soy Tony – dijo la voz de su compañero 

-          Si no quiero ver a Stark – siseo Bucky –, ¿Qué te hace pensar que a ti si?

-          Por favor Bucky – dijo Sam – solo quiero conversar. Ser amigos ¿Qué tiene eso de malo?

-          Tú y yo jamás seremos amigos – grito Bucky

-          Bucky por favor – suplico el moreno – hablemos

-          Mañana renunciare al trabajo y me mudare cuanto antes – dijo este – no te quiero volver a ver en mi vida. Personas como tú y como yo no podemos estar cerca

 

 

 

Sam sintió que le caía un balde de agua fría encima. En su vida se había topado muchas veces con personas homofóbicas y racistas, sin que nunca hicieran mella en él, pero de alguna manera la palabras de Bucky lo afectaron. No insistió, solo se dio la vuelta y salió del lugar.

Tony iba a hacerle una broma cuando lo vio regresar a la sala pero se abstuvo al ver su semblante. Algo había salido mal, miro a Steve y este negó con la cabeza disimuladamente.

 

 

 

-          ¿Qué paso? – quiso saber el moreno

-          ¡Tu amigo es homofóbico! – acuso Sam saliendo de la sorpresa inicial – ¡homofóbico y racista!

-          ¿Qué? – exclamaron ambos hombres sorprendidos

-          Eso es absurdo – dijo Tony – Bucky y yo vivimos molestándonos por todo y por nada. Somos dos niños inmaduros, pero jamás, en el tiempo que llevo de conocerlo, Sam, jamás, me ha dicho o se ha mostrado incomodo con mi preferencia sexual. ¡Es el mejor amigo de Steve! ¡comparten departamento! ¿Cómo puede ser homofóbico?

-          “Tú y yo jamás sernos amigos. Mañana renunciare al trabajo y me mudare cuanto antes – dijo este – no te quiero volver a ver en mi vida. Personas como tú y como yo no podemos estar cerca”. Fueron sus palabras textuales. ¿a qué te suena Stark?

-          Algo no está bien – dijo Tony

-          Si – replico Sam –, tu amigo

 

 

 

Sin pensarlo más Tony se lanzó hacia la habitación de Barnes y aporreo la puerta furiosa lo encontró sentado en el suelo con las piernas recogidas y la cabeza entre las rodillas

 

 

 

-          ¿Quién rayos te crees para tratar a las personas de esa manera? – grito furioso el castaño – ¿acaso alguien te señala por no haber estudiado en la universidad? ¿o por qué te tatuaste para tapar esa horrible cicatriz en el brazo que te hace parecer…?

-          Ayúdame Tony – dijo Bucky levantando el rostro bañado completamente en lágrimas – No quiero que lastimen a Sam por estar conmigo. Me enamore de él – y sorpresivamente se puso de pie para abrazarse a él desesperadamente – Ayúdame

 

 

 

Sam y Steve conversan en la sala del departamento del moreno en medio de un ambiente triste. El moreno había aceptado su homosexualidad a los trece años cuando le robo su primer beso a su compañero de equipo de futbol en el colegio. Había sido torpe pero dulce. Redwing era bastante extrovertido con todos, pero cada vez que se acercaba a él, parecía tímido y nervioso. Un día al volver a casa, Sam lo alcanzo y le busco conversación, así fue como nació su amistad. Su romance no fue largo, porque Redwing regreso a Atlanta con su familia, y la distancia lo afecto. Al final terminaron siendo solo buenos amigos. Sabía que se había casado y era feliz. Había tenido más relaciones obviamente, y aunque aquello fue solo algo de niño, aprendió que él nunca podría estar así con ninguna mujer. Él era gay, y nunca bajaría el rostro por ello

 

 

 

El timbre sonó y Steve se puso de pie para abrir la puerta seguro era Tony diciendo que no quería que siguiera viviendo con Barnes. Su diva tan dramática como siempre, aunque la verdad era que ahora no le hacía nada de gracia estar cerca de alguien de esa calaña. Sin embargo su rabia solo se intensifico cuando vio a su amado novio llorando a mares. Esa si se la cobraría a Barnes. Sin embargo, Tony se separó de él para pararse frente a Sam

 

 

 

-          ¿Cuánto te importa Bucky? – pregunto con la voz quebrada

-          ¿Qué clase de pregunta es esa? – dijo Sam sorprendido

-          Ahora mismo me va escuchar ese… – dijo Steve

-          ¿Cuánto te importa Bucky? – repitió Tony intentando dejar de llorar

-          Nada – dijo Sam molesto – ¿Cómo me va importar un maldito enfermo? – y lo grito de tal manera que este lo escucho en su departamento. Tony casi podía ver a su amigo encogiéndose en su cama y cubriéndose los oídos para no escuchar los insultos del moreno

-          ¡no lo llames así! – le grito Tony furioso

-          ¿No escuchaste cuando te conté lo que me dijo? – pregunto Sam alzando la voz

-          Tony… – dijo Steve tratando de hacerlo razonar

-          Entonces dime ¿Cuánto te importaba Bucky hasta hace veinte minutos? – pregunto este  ignorando al rubio

-          ¿Qué importa eso ya? – dijo Sam exhalando y pasándose las manos por el rostro – olvídate de él Tony. Esa gente no vale la pena

-          ¿Cuánto? – presiono este

-          Mucho – dijo Sam – me parecía interesante, inteligente, guapo… pero la gente se equivoca ¿no?  Ya no importa. Hasta… - y exhalo – me llegue a plantear algo como lo que tienen Steve y tú. Es tonto, lo sé, pero…

-          Ayúdalo – suplico Tony llorando – por  favor Sam, ayúdalo. No tienes idea de… – pero no pudo continuar porque escondió su rostro en el pecho de Steve para ahogar su llanto

 

 

 

Sam miro a Steve buscando algún indicio de saber lo que ocurría pero ninguno entendía. Tony era una persona extrovertida, fuerte, definitivamente no encajaba con el Tony que tenían en frente en ese momento. Algo le había dicho o hecho Bucky que lo había afectado profundamente

 

 

 

_______________

 

 

 

Ya había pasado una semana desde que se habían visto la última vez. Bucky había estado buscando lugares donde mudarse, pero todo era demasiado alto, y más aún después de renunciar a la heladería. Estaba desanimado y triste. Su relación con Steve se había resquebrajado y le afectaba muchísimo. Era lo más parecido que tenía a una familia, después que la suya lo había dado la espalda por ser un lisiado. Había conocido a los rubios dos años después. Este le había tendido la mano y lo había apoyado en todo, a pesar de no tener muchos recursos. Sin embargo, Bucky nunca le había hablado de… hasta le costaba pronunciar su nombre debido a la culpa que lo atormentaba.

 

 

 

La noche anterior había caído la primera nevada de la temporada y las calles eran auténticas trampas mortales. Sin embargo a pesar del tiempo se había levantado a las cinco de la mañana para prácticamente escabullirse del departamento. No se sentía capaz de ver a Steve todavía. Sabía que estaba siendo infantil, pero sentía que nunca podría enfrentar a su amigo, aunque tal vez era hora de empezar a pensar en el rubio como su ex amigo, aunque le doliese. ¿Cómo le podía explicar…? Tony le había mandado un par de mensajes preguntándole como estaba y que extrañaba sus peleas, pero solo respondía con escuetos “no te preocupes, estoy bien”

 

 

 

Le estaba siendo tan difícil encontrar trabajo y departamento, que incluso empezaba a plantearse la idea de irse de la ciudad. Esa ciudad que nunca lo había tratado bien. Se subió un poco más el cierre de su chamarra y metió las manos a los bolsillos. Siempre había querido conocer las playas de Miami. Iba tan metido en sus pensamientos que casi paso por alto  esa voz. Esa que atormentaba sus días y noches desde hacía semanas

 

 

 

-          Ya basta. Devuélveme eso

-          Ay – decía otra voz con tono de burla – la nena quiere la foto de su novio

-          Dije que me lo devolvieras – repitió Sam

-          ¿Qué vas hacer? – dijo otra voz – ¿golpearme, niño rudo?

 


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