El señor oscuro no podía creer lo que estaba pasando, la maldición asesina estaba regresando a él amenazando con terminar con su vida, todo ocurría en cámara lenta, tan lento que podía sentir el disparo de energía acercándosele a la par que las palabras del muchacho que vivió recorrían cada centímetro de su mente: “¿Y si la varita le pertenecía a alguien más?”
-Le pertenece a él- Siseo y sin dudarlo mas soltó la varita de sauco permitiendo que esta se dirigiera a aterrizar en las manos de Harry.
El mortal chorro de luz verde paso a escasos centímetros de su rostro mientras caía rodando a un lado, sin dudarlo ni un segundo más busco entre su túnica su varita mientras en su mente seguía sonando la letanía que mencionó el muchacho: “No es necesario asesinar al dueño de la varita” el señor oscuro sonrió, era su turno ahora. Centro toda su atención en el chico y apunto.
-Expelliarmus- Dijo claramente y para estar seguro de no fallar, ya que solo tenía una oportunidad.
Justo en el instante que la varita de sauco toco la mano de Potter se sintió rodeado por un haz de luz rojiza al mismo tiempo que sentía como esta salía despedida de su mano en dirección contraria a él.
-¡No!- grito Harry mientras sentía como una oleada de terror se extendía por todo su cuerpo como si nuevamente se hubiera lanzado al rio congelado donde consiguió la espada de Gryffindor.
Lord Voldemort levanto su delgada y blanquizca mano para recibir su trofeo, la Varita de Saúco lanzo chispas de la punta al reaccionar al contacto de su dueño, su nuevo y verdadero dueño, el Señor Oscuro al fin pudo sentir como la varita se volvía uno con él y una extensión de él, ahora era invencible.
-Se terminó el juego- Dijo Lord Voldemort irguiéndose y blandiendo la varita para que Harry pudiera verla. –No mas conexiones, no mas varitas gemelas, ni planes hechos por Dumbledore.
Ron y Hermione junto con algunos alumnos y profesores corrían a donde Harry y Voldemort se encontraban, aun no sabían lo que estaba pasando y entonces los vieron, el Señor Oscuro caminaba amenazante hacia Harry quien intentaba alejarse de él arrastrándose de espaldas, algo andaba mal.
La profesora McGonagal y Hagrid se apresuraron a ayudar a Harry en su pelea, el les gritaba algo pero no le prestaron atención, su único objetivo era intentar apoyarlo.
-¡No, no vengan!- Gritaba Harry desesperado y aterrorizado.
El Señor Oscuro observó cómo se dirigían a él, McGonagal levantando su varita y el semigigante lo que parecía ser un paraguas rosa bastante sucio. Ambos dispararon potentes maleficios a Voldemort, pero el solo levantaba la mano que tenia libre para desviarlos a un lado y riendo mientras lo hacía.
-No pueden ayudarlo- Dijo entre carcajadas y esta vez levantando la varita hacia ellos- Ahora soy invencible.
Dos haces de luz verde salieron disparados de la Varita de Saúco, que golpearon a quemarropa a la profesora y a Hagrid derrumbándolos como una torre al ser demolida, al llegar ambos al piso ya se encontraban sin vida.
-¡No!-Chillaron Ron y Hermione al unísono.
-¡Eres un maldito infeliz!- Grito Harry levantándose y tomando la varita de Draco lo más rápido que pudo del piso y lanzándose a la carga contra el Señor Oscuro.