Lanan estaba en el salón del viejo castillo, mirando la manera tan extraña en que su hermana bebía chai. Al mismo tiempo, pareció estarse enfrentando al miedo de que la mentira que llegó junto con su amado Riku saliera a la luz.
"¿Cómo estás, hermano?"
Él asintió ligeramente ante las nada emotivas palabras de Karina.
"Karina se fue de casa cuando Riku tenía tres meses. Han pasado cuatro años desde entonces así que, preguntar como estoy es obviamente la mejor manera de empezar."
"¿Qué es ese sarcasmo?"
Cuando se rió, Karina puso de inmediato la taza en el platito.
"Vine porque escuché rumores de que mi hermano se convirtió en duque. Además, dicen que TÚ estuviste en una relación con el segundo príncipe del Reino de Randina y que incluso tuviste a su niño."
Karina volvió sus ojos color caramelo hacia él con una sonrisa bastante ridícula en la cara. Ella siempre había sido así. Cuando se trataba de pelear, el tranquilo y bondadoso Lanan no podía competir con el "ataque de palabras" de Karina.
"¿Felicidades?"
"... Riku y yo lo pasamos mal. ¡Hasta hace un año estábamos viviendo una vida increíblemente miserable, Karina! ¿Allí te importó venir?"
Sí, incluso había intentado venderse a un burdel por el futuro de Riku. Sus vidas claramente estaban en una situación desesperada.
"Pero ahora, estás engañando al príncipe para convertirte en un miembro de la familia real. Ya sabes, estás en un lugar donde debería estar yo".
Eso le sorprendió.
(Eso es cierto...)
Y Lanan se sintió más molesto de lo que había imaginado que estaría. Siempre supo que era una madre falsa. Sin embargo, no hubiese logrado protegerlo hasta ahora sin convertirse en eso en primer lugar. De esa manera, pudieron venir juntos al Reino de Randina.
"Lo hice por él, lo hice por el niño..."
"Oye, cálmate. Puedo mantenerlo en secreto."
"¿Qué...?"
Cuando escuchó las repentinas palabras de Karina, ella se rió de nuevo hasta hacer un extraño sonido con la nariz.
"Realmente me está desesperando lo tonto que eres. ¿Eres estúpido o ingenuo?"
Cuando escuchó en silencio la burla que ella le dio, de repente se acercó.
"Guardaré silencio y no diré que soy la verdadera madre de Riku. En cambio, ponme en el castillo. El rey y el príncipe te aman. Será fácil para ti ¿Verdad?"
"Karina..."
Su rostro hechizante y bonito, con una sonrisa gigantesca, era la de una villana de cuento. En ese momento, Lanan se dio cuenta. Su hermana lo estaba chantajeando. A cambio del futuro con su importante Riku, le estaba pidiendo algo más difícil. Karina trabajaba como sirvienta hace unos meses y ahora había escuchado que el Omega, que recibió la medalla como primer pastelero de la familia real y se convirtió en duque, se llamaba "Lanan". Además, debido a que revivió su apellido perdido "Ta Ai", Karina estaba convencida de que se trataba de su hermano.
"Dame dinero, y a cambio yo te daré un niño."
***
"Hermano. ¿Este Kaftan se ve bien?"
"Sí, se ve genial."
Cuando salió del castillo donde estaba trabajando, Karina pareció estar esperando allí por él para comenzar a presumirle.
"Oye, ¿Y se ven bien estos pendientes y el collar?"
"Se ven bien porque combinan con el cabello negro de Karina".
Tenía pendientes de diamantes y un joyero lleno de oro. Habían pasado casi cuatro meses desde que Karina comenzó a vivir en el santuario trasero, pero cuando se dio cuenta, el número de vestidos que tenía superaba con creces los 1.000 y además, todas las joyas que le llamaban la atención estaban increíblemente ordenadas dentro de los cajones. Por este comportamiento demasiado egoísta, Lanan regañaba repetidamente a su hermana. Sin embargo, cada vez que esto pasaba, saltaba diciendo: "En realidad soy la madre de Riku, ¿Debería decírselo al Rey y a Aush?" Por lo que ahora solo veía silenciosamente su comportamiento y la manera tan terrible en que compraba cosas. Además, ya que era hermosa, se acercó con facilidad a las mujeres del círculo social más alto, se familiarizó con ellas y comenzó a salir de fiesta cada noche. Al parecer, tenía muchos amigos varones con los que pasaba la noche y luego regresaba al amanecer. Pero había personas a las que no les gustaba que se comportara con arrogancia. Casi no aceptaba hablar con Habat y hubo momentos en que Salaan y sus vasallos fueron descaradamente mal vistos. Karina, además, trataba a Riku con maldad a pesar de que amenazaba a Lanan, diciendo: "Soy su verdadera madre", por lo que el ambiente tranquilo en el santuario trasero se convirtió en algo aterrador.
"Karina, ¿Vas a salir esta noche?"
"Sí. Me he vuelto novia de un joven. Tiene 20 años más, pero me escucha. Es un marqués amable".
"¿Marqués?"
Karina asintió con orgullo mientras usaba el turbante carmesí que acababa de comprar. Sin embargo, en cuanto se mencionó el nombre del marqués, las mujeres de su guardia comenzaron a poner caras complicadas. Pareció no ser una buena persona.
"Oye, esta noche vamos a tener una fiesta de lectura con los amigos de Riku. Yo creo, que Karina debería leer algunos de los libros ilustrados".
"No, ese tipo de cosas me molestan. No me gustan los niños, hermano. Ya sabes eso."
"Pero Karina, solo vamos a leer."
"Es ruidoso, hazlo tú."
"¡Karina!"
"Mira, tengo que empezar a prepararme para ir a la fiesta de la noche, ¿Puedes salir?"
Sin embargo, en realidad le cerró la puerta en la nariz.
(¿Cuándo se volvió tan egoísta?)
Aush no dijo nada sobre esta situación, pero era evidente que no podía evitar pensar en sus hábitos derrochadores y arrogantes. Además, después de que Karina vino a vivir en el santuario trasero, Aush no visitaba tanto la habitación de Lanan como antes. Al parecer, era más que nada para que la relación entre los dos no fuera revelada. Esto era conveniente para los dos, pero extrañaba terriblemente las noches en las que podía dormir en su pecho. Después de que Riku se durmiera, Aush solo lo besaba en la cabeza y de repente se iba a dormir en la cama de abajo. Por lo tanto, el lugar donde antes dormían tres personas, ahora era terriblemente grande y frío.
"¡Mami, estoy en casa!"
"Riku."
Riku, quien regresó del jardín de niños al santuario trasero, encontró a su madre al final del pasillo, corrió a toda velocidad y se aventó a sus brazos. Riku era inocente, lindo y tan amoroso que iluminó su corazón deprimido por Karina. Era una existencia importante que definitivamente no podía perder. Pero mientras lo miraba, todavía con eso en mente, el niño lo tocó en la mejilla y preguntó:
"Mamá, ¿Qué pasa? Tienes las cejas hacia abajo."
"¿Eh? Nada, nada. Todo está bien. Hoy no voy a dar clases así que hagamos "ashle balbal" en la cocina del castillo ¿Qué te parece?"
"¿De verdad? ¡Me encanta el "ashle balbal" de mi mamá! ¡Mamá hace las cosas más deliciosas!"
"Me alegro. Entonces vamos para que me ayudes."
"¡Sí! Ya quiero hacerlo ahora."
"Gracias por el entusiasmo".
Cuando llevó las manos a sus esponjosas mejillas y las frotó, Riku hizo un gesto de risa mientras gritaba "Kya". Sus decisiones brillantes eran necesarias para él ahora. Amaba a Riku desde el fondo de su corazón y sobre todo, pensaba que era una existencia que lo animaba y lo fortalecía hasta el máximo. Por supuesto, no solo lo amaba a él, sino también a Aush y a la manera en que sonreía cuando estaban los dos juntos. Por lo tanto, si los tres podían acostarse en la cama, leer la colección de cuentos de hadas, reírse, enojarse y emocionarse con el final de una historia, entonces él podía seguir viviendo.
Pensaba que todo estaría bien si los tenía.
"¿Estás loca? Arruinaste todo ¡Sal de esta habitación de una vez!"
Los gritos de Karina resonaron de repente, y una criada fue expulsada de la habitación mientras pareció no dejar de llorar. Al presenciar esto, Riku se asustó tanto que se puso pálido.
"Karina me da miedo, mami. Es una tía realmente aterradora..."
(Este ambiente no es bueno para criar al niño...)
Mientras sentía un fuerte dolor de estómago, Lanan suspiró profunda y pesadamente.