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Dormir En Tus Brazos por Lovis_Invictus

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El sello de un pacto de amor eterno

[Advertencia]

Descripción de heridas

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Wangji se hundió entre los brazos de Wuxian, acurrucándose contra su pecho desnudo, eran más de las siete de la mañana, en teoría debería haberse levantado para empacar sus cosas hacía dos horas, pero lo único que hizo en todo ese rato fue admirar al alfa dormir. No hallaba las fuerzas suficientes para salir de la cama y fingir ser Hanguan-Jun, no ese día.

No estaba del todo bien, ni siquiera pudo descansar más allás de un par de horas.

Si se viese en la necesidad de explicar su complicada situación emocional diría que definitivamente tiene sentimientos encontrados.

Por un lado se encuentra tan feliz que a duras penas es capaz de contenerse, el hombre del que llevaba siete años enamorado le había pedido que fuera su pareja de por vida, incluso tras ser testigo de lo posesivo e incontrolable que podía llegar a ser, Ying le quería lo suficiente como para marcarlo y dejarse marcar.

Por otra parte se sentía miserable; la historia de la rama principal de los Lan estaba llena de personas cegadas por amor, que a su vez hacían cualquier estupidez por los objetos de su afecto, y eso iba desde el fundador, quien había tomado su propia vida después de perder a su amada, pasando por un montón de miembros hasta llegar a su padre, que se casó con una desconocida porque terminó enamorado a primera vista, mujer a quien mantuvo cautiva durante el resto de sus días, apagando su luz. Ni siquiera él se libraba, estaba seguro que de no ser por la temprana intervención de Sandu Shengshou habría muerto defendiendo a Wei Ying. No dudaría en sufrir por él, el tiempo y las veces que fuesen necesarias.

Ni siquiera podría imaginar qué haría si lo perdiera.

Su frágil corazón da un vuelco gracias al pensamiento, mientras un peso inimaginablemente grande se deja caer en la boca de su estómago. Solo atina a acurrucarse aún más contra Wuxian, cerrando los ojos para concentrarse en los pacíficos latidos del chico.

Está bien, está vivo, está con él y no va a permitir que nadie lo toque.

No lo van a lastimar otra vez.

— ¿Lan Zhan?— pregunta la voz adormilada de su compañero; el aludido elige no responder, en su lugar se traga las malas sensaciones, como siempre lo hace, subiendo la cabeza para darle un corto beso en los labios.

— Buenos días— saluda, despejando con sus manos los cabellos que cubren la frente del alfa.

Ying le regresa el beso, cariñoso.

— Creí que ya estarías bañado y cambiado para estas horas, ¿Todo bien, te lastimé anoche?

El otro niega con un sonido de garganta, incorporándose sobre los codos para ver mejor el rostro adormilado del joven, quien se miraba radiante bajo la luz mañanera que entraba por la ventana— No tenía ganas de levantarme— revela; aún no está acostumbrado a expresarse demasiado, no obstante sigue trabajando en ello, pues desea ser lo más transparente posible con Wuxian.

— ¿Y qué es lo que te molesta?— inquiere, jugueteando con un mechón del cabello suelto de Lan, girándolo entre sus dedos.

El omega decide no darle demasiadas vueltas al asunto.

— Los ancianos de Lan no van a aceptar nuestra relación— suelta. Wei se incorpora cuan resorte, mucho más despierto que antes; viendo su expresión alarmada Zhan le imita, estando ambos ahora sentados, con los torsos descubiertos al frío de la mañana, luego procede a tomarle la mano, sonriéndole suavemente— No es que me importe, porque lo haremos de todos modos, mi hermano me dio su bendición el otro día, pero eso no es suficiente para ellos

— ¿Entonces?— pregunta el alfa con temerosa desconfianza, sin apartar sus ojos grises de él, viéndole como si fuese a desvanecerse en cualquier momento.

— Hay que unirnos, es algo que no pueden deshacer sin permiso de los involucrados, también respetan mucho las bodas, si hacemos ambas cosas antes de volver a Gusu no podrán decir nada al respecto— explica, acariciando el dorso de la mano sostenida con su pulgar, en un apreciado intento por mantenerle tranquilo.

Ying se muerde los labios, pensativo, le preocupa la reacción de los Lan, a sabiendas de lo estrictos que son cuando uno de ellos comete una falla, no quiere ser el motivo de un castigo para su omega.

— ¿No vas a meterte en problemas si hacemos eso? Sé lo... Especiales que se ponen cuando uno de sus miembros no cumple las reglas al pie de la letra— dice, recordando con cierta especie de temor las preocupantes amenazas de muerte que recibió Wangji por parte de su propia gente, cuando eligió defenderlo el día que Wei fue a rescatar a los Wen.

Sabe que sin Jiang Cheng en el medio bien pudieron haberlos lastimado, sin una mísera pizca de remordimiento.

No pensaba poner en peligro a Lan Zhan otra vez.

El omega negó con la cabeza para tranquilizarlo, aún si querían azotarlo por acostarse con un alfa sin estar unidos, casarse y marcarse el uno al otro sin el consentimiento del parlamento de ancianos, él recibiría los golpes con gusto, además, siempre podría escaparse junto a Wei Ying si decidían hacerle daño también.

Un montón de opciones aparecen cuando pierdes el interés en las cosas que te han enseñado.

— ¿No quieres marcarme?— deja caer la pregunta de la entera nada, sacándole al alfa un expresión sorprendida casi cómica; su bonito rostro bronceado se ha cubierto de un rojo profundo, contrastando mucho con sus ojos abiertos de par en par.

— ¡No, no!.. ¡Digo sí, sí! ¡Claro que quiero!— se corrige inmediatamente, escondiendo su cara entre las manos, avergonzado.

— Ahora mismo, me refiero— también se corrige el omega, tomando el cabello que estorba en su cara para atorarlo detrás de su oreja. Está nervioso, mucho, nunca creyó querer o necesitar de un alfa, hacia siete años podría jurar que moriría siendo un virgen solitario, lo cual no significaba ningún problema para él, sin embargo, aquí está, pidiéndole a Wei Ying que lo marque, con el corazón latiendo tan fuerte que teme ser escuchado por el alfa, con esa parte saboteadora siempre presente, susurrándole llena de malicia que lo van a rechazar.

Se obliga a mirarlo; Wuxian se ha quedado de piedra, tiene la cabeza girada en su dirección, viéndolo con sus ojos grises repletos de sorpresa.

— ¿A-Ahora mismo?— pregunta, su voz temblorosa.

— Ahora mismo— repite el otro, determinado.

El alfa no puede negarse.

— Bien... Bien— carraspea, arrastrándose hasta quedar encima del muchacho. Está desnudo, porque estuvieron haciendo el amor toda la noche, su sexo cuelga con la típica erección mañanera, y tiene la piel de gallina en sus brazos y espalda alta gracias al frío— ¿Quieres...?

No necesita terminar la pregunta para que Zhan la entienda: Quiere saber quién va a morder a quién primero.

Usando su fuerza lo recuesta de nuevo sobre la cama, luego se sube encima de él, aprisionándolo con su cuerpo, y haciendo las cosas tan brutas como solo él sabe hacerlas se lanza a su cuello. Sus caninos se ensartan sin piedad en la piel suave sobre la glándula aromática de Wuxian, sacándole un gemido ahogado cuando cierra la mandíbula, abultando la carne en una línea gruesa.

— ¿Te-tenías que... Hacerlo así?— pregunta el alfa entre quejidos, sintiendo claramente como toda la zona empieza a palpitar de dolor.

Zhan no responde, tampoco se separa, solo se mantiene en silencio, quitando con su lengua toda la sangre que se desliza por la herida abierta; libera su aroma a sándalo y hierbabuena mientras le acaricia la cabeza, buscando minimizar los temblores en el cuerpo de Wei, cosa que parece dar frutos cuando casi jura que se ha quedado dormido.

La marca ya no sangra demasiado, pero se ve horrible.

Se incorpora, solo para ver a Ying con la mirada perdida en el techo, completamente perdido, luciendo mucho más relajado de lo que le ha visto en los últimos años.

— Iré por vendas— susurra, sintiéndose culpable de repente y sin saber el motivo.

Justo cuando se da la vuelta para ir hacia el armario es atacado, Wuxian se lanza a su espalda como un tigre hambriento, y con la misma fuerza que él lo hizo le muerde la nuca, sobre su glándula. Una poderosa sensación recorre su cuerpo de principio a fin, mucho más grande e indudablemente placentera que un orgasmo -y ha tenido muchos de esos-, es tanto lo que sus sentidos tienen para procesar que siente como le fallan las piernas, siendo a penas sostenido por el alfa, quien no posee tanta fuerza como alguna vez llegó a tener.

— Wei Ying— susurra entre jadeos, no puede controlar su respiración, está asustado, excitado, mareado, hambriento, y el espacio entre sus nalgas está comenzando a gotear lubricante— Wei Ying— vuelve a llamarlo, sus manos temblorosas se aferran a los brazos del alfa, que le estrujan con toda su fuerza, Zhan entierra las uñas sobre la piel expuesta, oyéndole sisear desde atrás.

Está caliente, mucho, quiere que Wei Ying se lo folle, pero el carruaje enviado por su hermano llegará en cualquier momento y no pueden tardarse demasiado o será bastante obvio lo que acaba de pasar.

— Wei Ying, los sirvientes va a- — comienza a regañarle, pero una mano traviesa baja por su espalda, cortando sus palabras con un profundo escalofrío, Lan suelta un quejido cuando los dedos del alfa se abren camino por su entrada dilatada.

— ¡Lan Zhan~ Eres tan frío~!— dice Wuxian tras una risita burlona— Aún tenemos un poco para divertirnos

 


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