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Dormir En Tus Brazos por Lovis_Invictus

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Tiene un regalo para él

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Es solo a la mañana siguiente cuando toman su liviano equipaje, listos para volver de regreso a Gusu Lan; las personas que venían en el carruaje enviado por Xichen se quedaron en un pequeño pueblo al lado del lago, esperando. Ahora ellos van dentro de un pequeño bote, siendo acompañados por dos guardias y los hermanos Ning y Qing, quienes también se dirigían al pueblo antes mencionado, yendo a recoger unas importantes pero poco comunes plantas medicinales.

Wuxian iba medio desparramado en una esquina del bote, con un brazo colgando hacia el agua, jugueteaba con las flores de loto que se iban encontrando en su camino, desanimado.

— ¿Sucede algo, Maestro Wei?— preguntó Qionglin, afable, meciendo entre sus brazos a su pequeña hija, que iba profundamente dormida.

El aludido dio un largo suspiro— En serio quería despedirme de mi hermana, no la veré hasta el próximo mes y eso me entristece un poco

— Puedo llevarte a Langlin Jin en dos semanas— se ofreció Zhan, recordándole indirectamente que, estando bajo su cargo, el omega podía consentirle de cierta manera, pues nadie cuestionaría su decisiones, mucho menos cuando el propio Wuxian había demostrado que si bien, aún era el cultivador más poderoso de su tiempo, no se trataba más de alguien que estuviese en contra de las demás sectas.

— No voy a meterte en problemas con tus superiores más de lo que esto probablemente haga— dijo, señalando perezoso hacia su cuello; las orejas de Lan se cubrieron de inmediato con un bonito color rojo oscuro— Puedo esperar treinta días sin problemas, pero aún así me molesta, más cuando ni siquiera sé qué es lo que le impidió venir a despedirse de mí

Los hermanos se dieron una larga mirada, tras lo cual Qing dio un sonoro suspiro, hastiada— El Maestro Jin ha entrado en celo después de una larga temporada sin mostrar uno, ya sabes cómo funciona eso, está delirando por el dolor y la señorita Yanli se ha quedado a cuidarle— explicó.

Lo dicho por la mujer atrajo la atención de Ying lo suficiente para hacerle sentarse correctamente, recordándole lo mal que Zhan la había pasado hacía apenas unas semanas atrás— Demonios... ¿Y se encuentra él bien? En medida de lo posible, quiero decir

Esta vez fue Ning quien respondió: — Sí, la señorita Yanli le preparó un nido improvisado para darle una mayor sensación de seguridad, ha estado despierta toda la noche cuidándolo a él y al pequeño A-Ling

— Menos mal, espero que se recupere pronto— se sinceró el alfa.

Solo le bastaron unos segundos en silencio para que, inmediatamente, algo pasara por su cabeza: En todo el tiempo que llevaba viviendo con Lan Zhan nunca le había visto construir un nido, tenía sentido cuando pensaba en que ni siquiera sabía que el chico era un omega, pero los nidos eran algo indispensable, y aún si le estaba ocultado su casta debía tener un lugar donde estaba su nido.

— Ey, Lan Zhan— le llamó— ¿Por qué nunca te he descubierto un nido?

El joven le observó extrañado por unos instantes, luciendo como si estuviese teniendo dificultad en elegir sus palabras— No tengo uno

— ¿Qué?— inquirió, el alfa, confundido.

— Nunca he hecho uno

Wei no se espera esa respuesta, por lo que, obligándose a salir de su estupor, hace otra estúpida pregunta: — ... ¿Qué?

— Nunca he hecho uno— repitió Zhan, tranquilo, no entendiendo el motivo tras las dolidas expresiones sobrecogedoras que se reflejaban en sus tres acompañantes.

Antes que ninguno de ellos pudiera decir nada al respecto arribaron a la costa, el primero en bajar fue, obviamente, Wangji; una vez fuera extendió sus brazos hacia adelante, ayudando a Ning con su bebé para que consiguiese bajar con cuidado; así lo hizo, su hermana le asistió también, tomándolo por un brazo. En completo silencio se dirigieron hasta el sitio donde el carruaje de los Lan esperaba, caminando con el Segundo Jade a la cabeza y los tres restantes unos cuantos pasos atrás, pensativos, cada uno maquinando diferentes escenarios que tenían a Wangji como actor principal.

Sin pensar demasiado en sus acciones se despiden torpemente entre ellos, Wangji escoge pasar por alto todo lo que ha visto, a sabiendas de que el motivo de su extraña actitud fue la respuesta dada cuando le preguntaron acerca del nido; desearía retroceder en el tiempo y no haber dicho nada, hubiese sido mejor para él.

Aunque era obvio que tarde o temprano tendría que hablar de eso con Wei Ying.

La pareja sube a su transporte sin decirse una sola palabra, toman asiento uno frente al otro y esperan, mientras toman rumbo de vuelta a Los Recesos de la Nube.

Wuxian se desparrama sobre su lugar, de nuevo, su mente siempre rápida está trabajando a la velocidad de la luz, intentando discernir el motivo tras las descuidadas palabras: Nunca he hecho uno ¡Demonios, esa definitivamente no era la respuesta que esperaba! Aguardaba algo como ver su rostro poniéndose rojo mientras lo mandaba al diablo por meterse en algo tan privado como un nido, deseaba burlarse de él hasta sacarlo de sus casillas, creía que al final le lanzaría un hechizo de silencio, en cambio, ahora se sentía inquieto e intrigado.

Los nidos eran algo fundamental en el desarrollo psico-emocional de un omega, los hacia sentiste en un entorno protegido donde pasarían momentos de gran estrés, ya fuese físico, mental o sentimental, con total seguridad. El no hacerlos podía conllevar a una enorme inestabilidad en el omega, incluso a algo como una desviación de Qi.

— ¿Por qué?— preguntó Wuxian, en un susurro apesumbrado.

Wangji lo captó de inmediato. Incómodo llevó cada una de sus manos a la manga contraria de su túnica, acomodándolas como si hubiese alguna imperfección ahí, en un tic nervioso que Ying había descubierto hacía no demasiado tiempo.

— Los nidos son para... Omegas convencionales— dice, luciendo como si estuviese peleando contra algo en su interior, antes de hablar otra vez: — Son una perdida de tiempo y a la larga una debilidad, crean dependencia

Escuchar eso de cualquier alfa o beta habría hecho que Wuxian le atestara un buen puñetazo en la cara, pero era un omega quien se estaba expresando así, su omega. El interior de su cuerpo se revuelve tan dolorosamente que debe aferrarse al asiento cuando inquiere, temeroso:

— ... ¿Quién te dijo eso?

El joven parece ver algo de la agonía en él, porque coloca esa mueca preocupada de la que Wei creyó haberse deshecho hacía meses, alarmado por el sentir de su alfa, no por el propio.

— Lan Zhan— le apremia, en un hilo de voz necesitada.

El muchacho exhala, está firme como una piedra, pero su respiración flaquea, temblorosa—
La rama principal de los Lan no permite que sus descendientes tengas fallas— medio explica por encima, no queriendo ahondar en algo que sabe hará enojar a Wuxian.

Ying se molesta al oírle, pero no dice una palabra, acaba de unirse a él y no planea soltar las enormes ganas que tiene de deshacerse de los ancianos de Lan, hacer o decir cualquier cosa en su situación actual era condenarlos a ambos. En un trago rasposo como la lija se pasa todo el enojo, suavizando en cambio su voz al hablar: — No lo es, Lan Zhan

Eso es todo lo que puede decir sin quebrarse, Wangji solo asiente, pero no sabe si realmente lo entiende o solo lo hizo para tranquilizarlo.

Casi dos días después llegan a Gusu, Wei está maldiciendo otra vez su falta de núcleo dorado cuando, justo en la entrada a los recesos, Lan Qiren y Zewu-Jun están esperando, el viejo no le dirige una sola mirada, sabe que si lo hace le saltará encima para eliminarlo o se morirá en el intento. Wuxian se burla internamente, le gustaría que el hombre se animara a hacerlo, así podría tener el pretexto perfecto para joderlo por darle una infancia de mierda a sus sobrinos.

No lo hace, solo secunda a Xichen cuando este último le pide a su hermano el hablar a solas.

Ying lo entiende, porque la tela roja rodeando sus cuellos es demasiado obvia y los chismes se corren rápido, le da un veloz vistazo a su omega, deseándole suerte, y hace una forzada reverencia antes de huir, dando fuertes zancadas irritadas camino al jingshi.

Está enojado porque se ha dado cuenta que no sabe nada acerca de Lan Zhan; la única ocasión en que el muchacho se abrió con él lo suficiente fue cuando se quedaron a esperar ayuda en la cueva, tras la atrocidad que el idiota de Wen Chao les había hecho, Wangji se encontraba tan estresado que había roto en llanto, confesando que su padre estaba al borde de la muerte y su hermano había desaparecido, nada más fuera de eso. También estaba el hecho de jamás haber escuchado mención alguna de una señora Lan, y a estas alturas no era complicado imaginar lo que había pasado con ella.

Quiere saber más de él, contarle sobre su vida y escucharlo hablar de la suya, tal vez encontrar más cosas en común, sentir que es la única persona en la tierra quien le conoce a ese nivel, pero se conformará, por ahora, con prepararle algo especial: Si Lan Zhan nunca había tenido un nido, entonces él se lo daría.

Tan pronto entra al jingshi sus pasos se dirigen automáticamente hasta su cama, llevaba tiempo sin usarla, porque dormía con el omega, así que no necesitaría esas mantas, yendo a su clóset sacó los cobertores de invierno que tampoco utilizaba, pues tenían los de Wangji; lanzó todo a la cama del muchacho, junto a los suaves cojines que los Lan, amables, le habían otorgado. La bola de tela fue cobrando forma acorde a los movimientos calculados de Ying, doblaba, estiraba, reacomodaba, copiando todo lo que había visto hacer a Ning en los túmulos funerarios aquella vez.

Su tarea se lleva unos buenos cincuenta minutos, el resultado de su arduo trabajo es un bonito nido esponjoso justo a los pies de la cama, lo suficientemente grande como para que Wangji pudiese hacer lo que quisiera dentro de él, ya fuese practicar el guqin, leer o dormir. Y lo mejor de todo es que huele a Wuxian.

No le da tiempo de sentirse orgulloso, pues justo cuando ha terminado la puerta del jingshi se abre, mostrando a un Zhan con el rostro más agrio que jamás le había visto, su emoción no es realmente tan notoria, pero Wei está aprendiendo a leer sus micro-expresiones y definitivamente ahí hay algo: irritación.

Contrario a él, Wangji le descifra en un instante y con una sola mirada, respondiendo al instante — La marca

— ¿Qué te dijeron?—pregunta Ying, inquieto, dirigiéndose a él rápidamente. El omega da un pequeño suspiro, mientras cierra la puerta.

— Debemos casarnos antes de tu siguiente visita a Yunmeng Jiang— informa. Espera que el otro se sorprenda un poco siquiera, sin embargo, Wuxian no hace ni el más mínimo esfuerzo en esconder su enorme sonrisa. Un brazo le rodea amistoso por los hombros, atrayéndolo hacia el alfa, quien dice, en tono satisfecho:

— ¡Con gusto me convertiré en tu guapo esposo, Lan Zhan!— El otro le regaló una pequeña sonrisa boba, viéndolo con tanto amor que por un instante Wei se quedó en blanco, cohibido, pero eso le recordó algo importante— ¿Y no van a... hacer nada más?

Zhan se toma su tiempo antes de contestar, viéndose incómodo como el infierno al hacerlo: — El consejo de ancianos me va a castigar por incumplir el código de matrimonio

Ya se lo esperaba— ¿Con qué?

— No lo sé— lo sabe, pero prefiere callar; sesenta azotes con la tabla de castigo y dos días de rodillas frente al santuario a sus muertos no son nada cuando puede estar junto a Wei Ying, van a aplicarle la reprimenda cuando su alfa vaya a Muelle de Loto el mes siguiente, y luego él puede detenerlo si quiere hacer algo estúpido en contra de su hermano, tío o el consejo.

— Hablaremos de eso más tarde porque ambos estamos mentalmente agotados, además, quiero enseñarte algo, ven— dice, volviendo a un estado alegre.

Le toma de la mano y prácticamente lo arrastra hasta donde está la cama, quedando de pie frente al gran nido que acaba de hacer. Wei se pone nervioso cuando Wangji se congela en su lugar, tenso, sus ojos dorados están fijos sobre las mantas bien acomodadas. Después de unos instantes que a Ying le supieron eternos, voltea a verle, sus orejas coloreadas de rojo; no lo piensa dos veces y le planta un beso en la frente, sobre su cinta blanca.

— Es todo tuyo

Wangji es demasiado tímido en algunos aspectos, razón por la que es el propio Wuxian quien se tira de espaldas sobre el nido, invitándolo a unirse; el omega lo piensa un poco, pero termina cediendo a las demandas de su compañero, recostándose cuidadoso a su lado. El nido es cómodo y huele a su alfa, se siente bien.

Una sonrisa enamorada surca su rostro y no puede verle a la cara cuando le agradece en voz baja. 

 


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