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Dormir En Tus Brazos por Lovis_Invictus

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No es un gran día

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Wei dio un medio giro sobre sí mismo, cambiando de estar sobre su lado derecho a reposar en su costado izquierdo, de cara al resto de la habitación; hacer ese simple movimiento le tomó mucha más energía de la que, en otra ocasión, habría necesitado. Tuvo la intención de abrir los ojos, sin embargo, se detuvo justo antes de su cerebro ejecutar la acción, recordando a tiempo que la última vez que intentó hacerlo terminó vomitando la cena.

Todo a su alrededor daba vueltas, cómo si estuviese en el centro de un jodido remolino endemoniado.

Escuchó los ligeros pasos de su omega yendo de un lugar a otro, el sonido de una tetera siendo manipulada, luego más pasos, alejándose, después lo que llegó a captar vagamente como agua cayendo en un recipiente grande -una tina, lo más probable-, y el ruido de tela al sacudirse. Entonces las pisadas felinas volvieron hasta la cama.

— Wei Ying— le llamó Zhan, su voz suave y bajita, al tiempo que le masajeaba cariñosamente un hombro— Está lista el agua caliente

Lo sabía.

Gimió algo incomprensible, acurrucándose contra las sábanas, sintiendo que la cabeza le iba a explotar en cualquier instante. Sin mediar palabra el omega procedió a sacarle las sábanas de encima, luego, pacientemente, quitó la poca ropa que Wuxian traía puesta; desnudo como estaba le pasó una mano debajo de las piernas y colocó la otra bajo sus axilas, levantándolo sin esfuerzo alguno para llevarlo a donde estaba la tina.

El alfa no abrió los ojos, se dejó llevar por los fuertes brazos de su compañero hasta el otro extremo del jingshi, donde fue depositado con sumo cuidado dentro de la tina. Sus sentidos maximizados por el dolor de cabeza percibieron, además de náuseas gracias al movimiento, una cálida capa de agua tibia cubriendo toda su piel.

Unos segundos después las gentiles manos de Wangji comenzaron a mojar y, posteriormente, tallar su cabello, Lan masajeaba las sienes y nuca de Ying haciendo una presión muy pequeña, buscando aliviar aunque fuese un poco su enorme malestar.

Wuxian maldijo para sus interiores, estúpida energía resentida, estúpidos supresores, estúpida combinación del demonio.

Su infierno personalizado había comenzado esa misma madrugada, cuando el alfa estaba plácidamente dormido junto a su pareja; Zhan despertó apenas dieron las cinco, como era costumbre, en esa ocasión Wei le tenía abrazado por delante, por lo que su rostro estaba prácticamente pegado al cuello del muchacho, recibiendo justo en el rostro todas las hormonas sexuales que el otro estaba soltando, aún inconsciente.

Se vio en la necesidad de separarse bruscamente de él al notar como una oleada de energía resentida salía disparada, sacándole escalofríos. Una cosa era ayudarle con el celo, pues solo era sexo, pero tratar con la energía resentida dentro de Wei Ying estaba completamente fuera de sus ligas, pues siempre lo habían hecho juntos, porque la única cosa no dañina para él que Zhan conocía eran las canciones antiguas de Lan, y no quería saber cómo se comportaría Wuxian siendo dominado por esa mala energía y el instinto bruto de un celo.

Wangji era alguien inteligente, por lo que apenas salió de la cama se vistió y corrió al ala de enfermería en Los Recesos, pidiéndole a las adormiladas mujeres que le permitieran un poco de las hierbas para preparar la infusión supresora; usualmente todos tenían un poco de estas en sus respectivas habitaciones, pero la última vez Ying las había gastado todas en él y ninguno había acudido a recoger más. La doctora más vieja le dio una mirada extrañada, pues exudaba un fuerte aroma a alfa enojado, tanto que terminó por preguntarle si había discutido con su alfa o este le atacó durante la noche; apenas pudo negar a eso, y al final no la notó para nada convencida.

Cuando volvió Wuxian estaba afuera, acurrucado en el césped del jardín, susurraba cosas incomprensibles mientras estallaba en llanto y se apretaba fuertemente el pecho, arañándose terriblemente en el proceso; todo el aire alrededor picaba en sus ojos, nariz y garganta, como si hubiese algo podrido en el ambiente. La última vez que presenció eso, aquella mujer había muerto por una desviación de Qi.

El omega se lanzó hacia el muchacho sobre el suelo, azotado encima de sus rodillas, abrazó el tembloroso cuerpo y liberó un montón de hormonas tranquilizadoras, necesitaba hacerle saber que estaba aquí, a su lado, que no se encontraba solo y no podía dejarle ganar poder sobre él. Tomó casi tres horas lograr estabilizarlo, mucho más que en cualquier ocasión anterior; solo entonces pudo hacerle beber el supresor.

 Aunque a la larga eso empeoró su estado físico, Wangji estaba agradecido de haberle devuelto un poquito de su estabilidad mental.

Después de eso le llevó de regreso a la cama, donde Wei había dormido hasta bien entrada la tarde; fue entonces que al despertar e inmediatamente querer levantarse terminó azotando sobre el suelo, vomitando la cena de la noche anterior y desmayándose segundos después.

El efecto de un supresor podía alterar las hormonas, haciéndote algo inestable emocionalmente hablando, también daba náuseas, mareos y dolor de cabeza, similar a lo que sucedía al pasar por un celo tras largo tiempo sin tener uno, pero mil veces menos, además, acá no había dolor físico, ni fiebre o alucinaciones.

Sumando eso al ataque que le había provocado su pequeño desliz con la energía resentida... bueno, ahora se quería morir, eso dolería infinitamente menos, ya lo había comprobado.

A esas alturas de su alcohólica vida Wei Wuxian había olvidado lo que se sentía estar ebrio, y mucho más cuando se trataba de las resacas, ni siquiera sabía si realmente había tenido una con anterioridad, no obstante, ahora mismo con el supresor y su recaída, estaba seguro que se encontraba pasando por la peor resaca de la existencia. Lo odiaba.

Irritado consigo mismo y recordando a Wen Chao y todos sus ancestros con odio, decidió abrir los ojos, al menos para poder alegrarse un poco viendo el bonito rostro que se cargaba su casi-esposo.

Apenas enfocar su mirada pudo percatarse de tres cosas: Las ventanas de todo el jingshi estaban cubiertas con mantas y telas varias, dejando el interior al filo de la oscuridad, si no fuese por cuatro lámparas colocadas en lugares estratégicos. Por la poca luz naranja que se colaba debajo de la puerta tapada pudo discernir que se estaba llevando a cabo el atardecer, lo cual llevaba al último punto: eso quería decir que el omega no había salido en todo el día, atrasándose en su trabajo.

Se sintió culpable.

— Tenías tiempo sin un ataque— susurró el omega, recargando su cabeza sobre la sien de Ying, pasándole al mismo tiempo una taza con agua tibia, que el otro tomó y bebió agradecido.

— Trece meses, dos semanas y cuatro días— respondió derrotado, jugueteando con el agua al dejarla caer entre sus dedos; al menos había roto su propio récord— No podremos pasar este celo juntos, no quiero lastimarte— dijo, extendiendo una mano para acariciar la mejilla de Wangji. Siempre le había incomodado de cierta manera su posición como alfa, estos últimos siempre eran catalogados de formas extrañas, como criaturas poco dóciles, brutas, violentas o superiores al resto, todo lo que él odiaba; iba a controlar su parte alfa con uñas y dientes, pues temía hacerle daño a Lan Zhan, más aún con ese mínimo autocontrol que la energía resentida le había dejado.

Wangji sintió una enorme oleada de tristeza al escucharlo hablar en un tono tan decepcionado, quiso abrazarle, pero sabía que eso solo le haría sentir peor, lo que su alfa necesitaba ahora mismo era espacio. Asintió con un sonido de garganta, separándose despacito— Prepararé más infusión— le informó, acariciando suavemente su cabeza como si fuese alguna clase de cachorro.

Mucho más contento que antes Ying estiró sus brazos para tomar el rostro del omega, atrayéndolo hacia sí, Wangji no opuso resistencia, dejándose llevar por Wuxian hasta juntar sus labios en un beso amoroso.

Wei Ying era el hombre más afortunado de la historia, porque tenía al mejor casi-esposo del mundo. 

Notas finales:

No, no tengo ni la menor idea de lo que acabo de escribir :^)


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