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Dormir En Tus Brazos por Lovis_Invictus

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Fue demasiado

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— Entonces nos vemos en la tarde— se despidió Wuxian, dándole un suave beso en los labios a su omega, enfrente de todos los transeúntes, luego tomó la pequeña manita de Yuan y su bolsita con ropa, para ambos empezar a alejarse hacia las montañas. Wangji dio un suspiro, comenzando su andar en dirección contraria a ellos, entrando al pueblo de Gusu.

Después de mucho debatir entre los hermanos Ning, Qing y la reciente pareja Lan, habían decidido que estaría bien si adoptaran a Yuan, pues el niño se había quedado completamente solo tras el asesinato de sus padres en el camino Qionqi, y teniendo en cuenta que se había encariñado tanto con Zhan, al punto de llamarle "papá", lo mejor era darle una familia de verdad.

Así lo hicieron, informaron a los ancianos del consejo que querían darle asilo a un huérfano que se estaba quedando temporalmente en Yunmeng Jiang, fue mucho insistir -y ponerse terroríficamente terco con su hermano mayor- para que les permitieran quedarse legalmente con el niño, como pago, Xichen había elegido el nombre de cortesía de Yuan, que sería Sizhui.

Justo esa tarde su hijo adoptivo había arribado a Gusu, él y Wuxian bajaron a recogerlo después de su largo viaje en carruaje. El omega que venía con él le llenó de halagos, mencionando que era el niño más amable, tranquilo y respetuoso que había conocido jamás; luego Ying se jactó diciendo que todo era gracias a su exigente esposo, quien estaba criando perfectamente al pequeño.

Tuvo que aguantar veinte minutos de alabanzas hacia su persona antes de que, harto y con las orejas rojas, le comunicara a su prometido que debía salir a comprar cosas para Yuan; se negó cuando el alfa sugirió acompañarlo, alegando que el niño debía estar cansado por el viaje, también sugirió darle un baño y comida, asegurándole no tardar demasiado, orden acatada felizmente por Wei, quien le dio toda la razón.

Lan se sintió culpable al verle irse tan convencido, pues mentir estaba contra sus principios, porque si bien él en realidad se preocupaba por Yuan, la verdad acá era que dijo eso porque no tenía cara para llevar a su prometido a este lugar.

Ver la enorme casona de varios pisos y decoración roja casi le hace retroceder, más aún cuando la leyenda "Casa del amor" estaba escrita tan grande y en brillantes letras doradas sobre la puerta del burdel.

Tomó una larga bocanada de aire antes de pasar por la entrada más pequeña, esa a un costado, cruzando una cortina de seda violeta. Una ráfaga dulce le llenó las fosas nasales de golpe, todo el sitio estaba escasamente iluminado, repleto de pequeñas velas aromáticas e inciensos, había tela en todas partes y... ropa reveladora, libros de imágenes sucias y juguetes sexuales sobre los estantes.

Sus orejas se calentaron, él desvió la mirada; esto era completamente indecente.

Apenas percataron su presencia, una de las hermosas mujeres que descansaban sobre una larga cama acolchada se acercó a él, un vestido demasiado revelador cubría su cuerpo rellenito y sus joyas hacían ruido al chocar unas contra otras. Hizo una pequeña reverencia frente a él antes de tomarle por el brazo, confianzuda— Buenas tardes, caballero ¿En qué puedo ayudarle?— saludó coqueta, inclinando la cabeza hacia un lado, Wangji supo, por su olor, que era una omega.

— Gargantillas— pidió, escueto pero nada rudo, sin poder sostenerle la mirada demasiado tiempo.

Ella asintió, guiándolo en su caminar tranquilo hasta la parte izquierda de la habitación, justo detrás del mostrador, al tiempo que hablaba con su agradable tono agudo: — ¡Por supuesto, por aquí tenemos un montón de diseños que seguramente le van a gustar!

Toda la pared estaba llena de gargantillas, algunas estaban hechas de seda con bordados finos, otras no los tenían, había varias que solo eran una fina línea de tela o hilo negro, mientras unas cuantas brillaban en plata con incrustaciones violetas, rojas o azules, y una mínima parte de estas se encontraban decoradas con jade, demasiado costosas para hacer muchas.

— ¿Qué es lo que busca, caballero? ¿Avivar la pasión perdida, una sorpresa para su amante, un regalo para un amigo?— preguntó ella, como toda una buena comerciante.

¿Avivar la pasión? Estaba seguro que tener relaciones sexuales varias veces al día casi todos los días significaba que, al menos por ahí, no había mucho problema.

¿Regalos para un amigo? ¡Por favor! Su único amigo era su hermano -ni siquiera estaba tan seguro de eso- y la persona con quién más hablaba era Wei Ying, sin contar al joven maestro Ning y la señorita Yanli, que incluso con su apática personalidad le hacían la plática cada que iba a Muelle de Loto. En resumen: realmente no tenía amigos, así que eso estaba descartado.

¿Podría ser una sorpresa para Wei Ying? No planeaba darle algo así a su alfa, aunque si llegaba a usarlo no tendría problemas tampoco, pero le daba la sensación de que preferiría algo como vino o sexo.

Si se le permitía ser honesto, ni siquiera él estaba seguro de lo que estaba haciendo ahí. O tal vez, inconscientemente, lo estaba.

— Para la noche de bodas— resolvió después de unos segundos en silencio; comprarse algo para verse bien no sonaba como una mala idea, al menos podría darle valor al tiempo que le tomó venir aquí, además, seguro le gustará a su prometido, tanto que probablemente termine roto, como su collar de protección esa última vez.

— ¡Por supuesto! Mire los diseños y si uno llama su atención puedo traerlo para usted— dijo ella, dándole un poco de espacio al alejarse lo suficiente para no hacerle sentir incómodo.

Wangji, sintiéndose más en confianza, se acercó a la pared, queriendo revisar la mayor cantidad de objetos posible. Se perdió un buen rato entre todas esas formas diferentes, no sabiendo si algo le quedaría bien o sería del agrado de Wei Ying; estaba a punto de darse por vencido, hasta que la vio: era una gargantilla doble, la parte de arriba era de seda negra, con preciosos dragones bordados en color plateado, el broche en la nuca se unía con una cadena de plata, de la cual colgaba un pequeño conejito de jade blanco. Dudó un poquito en tomarla, era simplemente hermosa pero temía que, siendo un hombre adulto de 188 centímetros, se vería demasiado infantil comprando eso.

La mujer no pensó lo mismo, pues apenas notó que finalmente se había decidido corrió hacia él, aplaudiendo contenta con el aparente buen gusto de Lan— ¡Es perfecta! Llevaba rato debatiéndome entre esa y la azul cian de allá arriba— señaló— Pero es mejor que el cliente elija, me leyó la mente, caballero— le sonrió.

Zhan pagó el artefacto, que se le fue entregado en una pequeña caja de madera decorada, y casi salió corriendo apenas entregó las monedas para pagarla.

Estaba avergonzado, demasiado, lo suficiente como para sentir todo su rostro arder mientras se abría paso entre la gente. Él, Lan Wangji, había mentido a su prometido para ir a un sitio obsceno, donde compró algo que se consideraba tan íntimo como las prendas reveladoras para parejas, y pensaba esconderlo porque le excitaba la idea de sorprender a su esposo la noche de bodas.

Era un maldito pervertido y probablemente Wuxian tenía la culpa de eso.

 


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